Camila, Lazaro y Diego

Y si estoy ahí, al lado tuyo…

En la fila del café.

Si ya hemos coincidido en un elevador.

Si fuiste tú quien amablemente me abrió la puerta en el centro comercial.

Si en un crucero de autos, me cediste el paso.

Si soy quien está sentada a lado de tu mesa en un fino restaurante.

Si voy detrás de ti en la fila del súper.

Pudiera ser que ya nos hemos topado y ni cuenta te haz dado…

Yo voy por ahí pensando en que cualquier hombre de la calle puede ser un lector que disfruta mis relatos…

Y un día si tienes suerte, puede que me reconozcas.

 

El pasado 2 de diciembre llegué a desayunar junto con una compañera de trabajo a un lugar famoso de desayunos en San Pedro.

Yo llevaba un vestido rosa y un saco negro, tacones, iba muy ejecutiva… y como ya saben llamó la atención a donde quiera que voy.

Entramos y la hostess nos sentó en el centro del restaurante. Tenía un ángulo de visión de 180 grados prácticamente y mi compañera de los otros 180 grados. La verdad estaba muy entretenida viendo al resto de los comensales, la mayoría hombres de mediana edad, en lo que asumía eran desayunos de negocios más que de placer.

Aún era temprano y el principio de mes y yo solo iba viendo como poco a poco el lugar se llenaba de hombres, en mi mente eran hombres de negocios, poderosos aunque sí se veía de todo tipo había jóvenes como yo y algunos más mayores como me encantan.

Pedimos de desayunar…, a mi me gusta ordenar bebidas calientes, entonces pedí una taza de Golden Milk y unos huevos divorciados para el desayuno (porque así también le gustan los hombres).

Transcurre el desayuno con amiga platicando de la vida, del trabajo, del día a día, pero mi se perdía, mis ojos y mis oídos se iban, yo quería ver a estos hombres a los ojos, desvestirlos con la mirada, quería escuchar cada cosa de esas pláticas ajenas, esas pláticas de negocios, porque si bien soy perrita tambien soy visionaria, y sueño con ser empresaria.

La plática con mi amiga se tornó aburrida, entonces me levanté al baño ….Fui al tocador me retoqué el labial, me volví a mirar al espejo, acomodé mi cabello y salí del baño decidida a cambiar el rumbo de mi día y de mi vida…

Apenas iba saliendo y choqué con un hombre muy guapo, pero distraído, él era Alto, medio bronceado, cabello castaño, con una voz muy sexy, me miro y me dijo “ disculpameeee….”

Cuando lo miré me quedé sin palabras y solo atiné a decir “hola” (“estás bien….” Guapo pensé)

Él siguió su camino al baño y yo regresé a mi mesa tratando de conservar la calma.

Continué platicando con mi amiga y después de un rato vi salir a ese hombre guapo del baño.

Él estaba sentado justo enfrente de mi mesa y lo tenía de frente así que levanté un poco la mirada y ambos sonreímos.

El estaba sentado con un señor más mayor, el que chocó conmigo parecía tener unos 50 años, tal como me encantan.

Conservar la calma y mantener la atención en la plática era cada vez más difícil, no dejaba de pensar en cómo se estaba acabando el tiempo y el desayuno… y qué pasaba si no volvía a ver a ese hombre.

Como a los 15 mins del incidente del baño llegó luis, el mesero, a la mesa con la cuenta pagada y una nota que decía “Me llamo Jorge, estaré en la ciudad hasta el jueves, te veo hoy a las 4 y una tarjeta de la habitación del hotel de enfrente”.

Terminé de leer la nota y cerré la carpeta de la cuenta y levanté la mirada para agradecerle el detalle de pagarnos la cuenta, pero sin que mi amiga supiera, sin embargo Jorge ya no estaba.

Volví a abrir la carpeta, tomé la nota y la tarjeta, llamé al mesero, y salieron Camila y su amiga del restaurante….

Rumbo al trabajo no dejaba de pensar en ese hombre, Jorge, solo sabía su nombre y nada más. Bueno eso y que estaría dos días más en la ciudad, pero no tenía ni su teléfono, Para mi era un completo desconocido y eso me daba demasiado morbo… tenía que saber por que me había invitado, que pasaba por su mente cuando me envió esta nota…

Pasaban las horas y pensaba si debía ir o no al encuentro, pues era peligroso, aunque siempre he tenido ángel que me cuida.

También pasaba por mi cabeza, mi novio, que aunque somos muy abiertos en eso, no se si estaría de acuerdo en que fuera sola y con un completo desconocido, sentía que por lo menos debía decirle donde estaría por su cualquier cosa pudiera pasar, y así lo hice le mande whats app y le conté lo que me había sucedido, me contestó que de acuerdo, que estaría al pendiente y que le marcara si cualquier cosa no me gustaba o me hacía sentir en peligro.

Poco antes de las 4 tome camino al hotel, subí al ascensor y llegué al cuarto… Toqué la puerta, y usé la tarjeta para entrar…

Y ahí estaba el mismo hombre del restaurante, Jorge, viendo hacia la ventana, que tenia una vista espectacular en una habitación hermosa y de súper lujo, se veía toda la ciudad desde donde estaba parada.

Jorge.- Hola, No sabía qué pensar, si vendías o no, pero con todo ese jueguito de las miraditas y sonrisitas en el restaurante, me quise imaginar que si y me prepare para tu llegada…

Camila.- No se porque vine pero me sentí atraída a volverte a ver.

Mientras caminaba poco a poco hacia donde estaba Jorge, hasta que estábamos frente a frente, mirándonos a los ojos. Me tomó de la cintura, sentí que me olió en el cuello y me dijo “me encantas”.

Puse mis manos sobre su cuello y lo besé. Fue un beso muy excitante, por que todo el día estuve queriendo tener encima a ese hombre, prácticamente desde que chocamos ese día en la mañana.

Jorge resultó ser rudo, no obstante su imagen de caballero, me aventó a la cama, se acostó sobre mi y empezó a besarme, fuerte y apasionado, me levantaba las manos y me las sujetaba con fuerza por lo que me costaba moverme y estaba totalmente sometida.

Poco a poco Jorge bajo a mi cosita rica, depilada como siempre, rosita ya húmeda, me levantó el vestido, estiró mi calzoncito y me metió sus deditos. Saco sus dedos mojados y me los metió a la boca, y succioné sus dos dedos llenos de mi néctar.

Me volteó, me quitó el vestido y mi bra, y comenzó a jugar con mis pezones duritos y pequeños lo que hacía que me retorciera de placer, gozaba, me encantaba, un perfecto desconocido me estaba metiendo mano, y además un desconocido muy guapo.

me volteó de nuevo y me dió una nalgada tan fuerte que me estremeció, Jorge se levantó se puso un condón, saco una corbata y me amarró los brazos al borde de la cama. Me hacía sentir tan vulnerable pero eso en lugar de darme miedo, me excitaba. Me clavó su verga durísima en mi cosita rica que estaba tan mojada que dejaba entrar con facilidad la verga de Jorge.

Yo siempre he sido una perrita cogelona y mamadora pero en esta ocasión me tocó recibir placer y no iba a decir que no. Jorge me besaba mientras me penetraba duro y me mordía los pezones. Yo sentía como poco a poco su verga se ponía más y más dura-

Él aceleró el ritmo, me bombeaba más duro cada vez más, hasta que me levantó y me llevó a la regadera, Jorge abrió la regadera y entramos juntos y abrazados fundidos en un beso largo e intenso. Como pude acomodé mis piernas en una banquita de azulejo en la regadera y levanté mi colita, teniendo a Jorge detrás de mí. Jorge metió sus deditos en mi panochita mientras con otro dedito empezó a estimular mi culito.

Muchas ideas pasaron en ese momento por mi cabeza, solamente una vez me han cogido por el culito, y ahorita estaba a punto de dárselo y dejar que me lo penetrara un desconocido, tampoco le había dicho eso a mi novio, es más hasta el momento solo había sentido la verga de Jorge, que se sentía de muy buen tamaño pero ni si quiera se la había visto, mucho menos mamado, no sabía se me dolería, pero con unos deditos en mi panochita y otro explorando y estimulando mi colita, esos pensamientos se disiparon por el placer, la excitación y el morbo… total ya estaba ahí…

Jorge tomó lubricante o algo que se sentía como lubricante y que tenía en la regadera, al parecer Jorge ya tenía todo planeado para ese momento, y me metió su verga condon y lubricante en mi culito. Me hizo gemir y gemir, me estremecía porque sentía que Jorge estaba durísimo, me dolía pero era más el placer que el dolor.

Yo veía en mi mente como se abria mi culito, como me lo estaba rompiendo aquel perfecto desconocido, y como me estaba dando el sexo anal mas delicioso que había experimentado antes. Estaba siendo cogida como todo una perrita cogelona “Analmente”

Jorge aceleró el ritmo, jaló mi cabello y se vino dentro de mi colita, sentía como palpitaba esa verga cada vez que expulsaba esos chorros de leche que de no ser por el condón hubieran inundado mis intestinos.

Me puse de frente al hombre que me había cogido delicioso por la cola, lo besé y salí de la regadera. Jorge terminó de bañarse y al salir del baño noto que me había acostado a dormir, así que me dejó descansar.

Después de un rato se acostó junto a mi y comenzó a tocarme, me acariciaba mis tetitas y me apretaba las nalgas, Se acomodo a mi lado para penetrarme de cucharita mientras yo me hacía la dormida. Sentí su verga entre mis pulsos y me clavo la verga… No sabía si se había puesto condón o no, pero me calentó mucho que se aprovechara de mí mientras dormía, que gemí en cuanto me penetró. Me acomode para hacerle la vaquerita, movía mi cadera hacia adelante y hacia atrás, en círculos, con movimientos rápidos y de repente suaves, me seguí moviendo para adelante y atrás para que esa verga me penetrará mejor, sentí ese calambrito previo a la eyaculada así que me quite y puse mi carita y mi boquita a cm de su verga, para recibir esa descarga de leche, de vida en mi carita y mi boquita.. Por fin vi bien su verga, era de buen tamaño, gruesa con las venitas bien marcadas en su tronco, y unos huevos redondos y de buen tamaño.

Si te gustó esta historia déjame tus comentarios 🙂 y responderé el correo que me mandes a mi mail con preguntas candentes.

Besos coquetos y traviesos

Cami

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