Era cuarto y quinto año del colegio secundario. Aquellos años felices…je. Un odioso e insoportable sujeto… era mi peor enemigo.

No trabajaba yo de modelo pero hacía de vez en cuando- sobre todo en las vacaciones de invierno- algunas fotos publicitarias. Y también, de tanto en tanto, iba a algún desfile. Eso le pareció motivo bastante para tomarme de diversión.

-Rubio carilindo… Trolo…

Tanto insistió que, con el correr de las semanas, se sumaron secuaces. Le festejaban los chistes y las burlas con carcajaditas de aprobación y ellos también me burlaban. Según ellos, además, yo tenía un culo levantado como el de las mujeres y el de los trolos. Me patoteaban todo el tiempo.

Había en la existencia de este odioso sujeto una distracción que lo olvidaba de sus ganas de molestar continuas. Aunque parezca poco creíble en alguien así, el tío estaba enamoradísimo de su novia, una tal Agustina. Y para colmo del ridículo les preguntaba a sus amigos si ellos creían que ella lo seguía queriendo. Tal vez lo había, en cambio, dejado de querer… ¡qué problema! una vez lo escuché decir:

-…. Ella es tan frágil….necesita protección… que alguien la ayude….

Estaba enamoradísimo y sólo ella lo distraía de su actividad preferida: molestar al resto.

Nos molestaba a mí («el rubio puto»), a Jorge (el mejor alumno) y a Martín pero sobre todo me molestaba a mí.

-Defiéndete si no sos trolo…. Sos tan alto y… ¿No te defiendes?… ¿Tenés miedo de pelearnos y que te rompa esa cara bonita?…Ohhhh…

Le divertía que yo tenga los músculos marcados (por las pesas) y sea alto y, aun así, no aceptare pelear con él. Decía que era un rubiecito maricón y todos los amigos se lo festejaban.

Cómo lo odiaba. Enganchando un almohadón contra el palo de la cama pegaba piñas con toda mi fuerza para después pegarle a él al día siguiente. Pero, al momento en que el me torturaba y todos se reían, sencillamente no era capaz de animarme.

Todas las mañanas, al sonar el despertador, no quería ir a la escuela del miedo que tenía de las cosas que ellos me podrían hacer. Y de lo tonto e impotente que me sentía al no animarme a defenderme. Cómo lo odiaba. Pero la suerte se puso de mi parte.

Mi hermana es profesora de matemática y ocurrió la casualidad que Agustina, la novia de mi enemigo, tomó clases con ella. La novia de él iba al quincho de la parte de atrás de mi casa donde mi hermana le daba clases. Algunas veces ella venía más temprano.

Yo hacía mis artes para excitarla. Me vestía con ropas ajustadas para que se tersara la tela y se notaran mis músculos. Y con cualquier excusa la toqueteaba.

-¿Tenés el compás?

Le decía por ejemplo y con la excusa le acariciaba suavemente la espalda.

Algunas veces venía a buscarla a la casa mi enemigo. Me recluía entonces en mi habitación para que no me viera. Si él se enteraba que era una hermana mía quien le daba las clases particulares a su novia… con lo celoso que era, al día siguiente, en el colegio, me iba a atormentar muchísimo. Enfrente al quincho había una pileta y yo me bañaba y nadaba. Como sé que caliento a las mujeres aprovechaba tener el torso desnudo para pasearme delante de ella. Iba por el jardín hasta donde estaba y me secaba cerca suyo para que me viera acariciándome la espalda lentamente y los músculos de los brazos. Me gusta ser lindo y saber que las tías se calientan conmigo. Una vez, en la pileta, me excité solo y cuando salí del agua estaba con mi polla dura y se levantaba todo el traje de baño.

-¿No querés un licuado?

Le dije un día recién salido de la pileta. Con el terso aún al descubierto y el pelo mojado. Usé el pretexto para acariciarla. Fingí tropezarme y, así, le hice sentir todos los músculos de mi cuerpo sobre su cuerpito frágil. Pasaron algunos segundos y no me levanté. Era ese día o nunca. Justo ese día mi hermana no iba a venir.

Ella no hacía nada, le gustaba el contacto. Era ese día o nunca. Hice que sienta la polla del carilindo puto. Y la sintió apoyada contra las piernas de ella. Mi polla estaba ya durísima y levantaba todo el traje de baño rozándose contra la tela de la blusa que ella llevaba. Quería que mi carne se imponga…la abracé para apoyarle mejor mi polla contra sus piernas…. un poco más me decía, es ahora o nunca…y le empecé a acariciar por la espalda… con las dos piernas atrapé sus piernas presionándolas…. le mordí el cuello… ella se quiso soltar pero yo hice mucha fuerza con mis brazos… le acaricie desde el cuello hasta los hombros y desde los hombros al cuello con las manos…vamos, esta caliente vamos, ahora, vamos… que sea mía… le metí la mano abajo del pantalón ….con la otra mano le acariciaba la espalda….mis dos piernas la sujetaban con fuerza como garras…le rozaban las rodillas de ella… la mano iba y volvía desde su cuello hasta toda su espalda…..apretaba los músculos de mi cuerpo contra la piel frágil del de ella….y me gustaba la diferencia de tamaño… la abrazaba y la envolvía toda con mi cuerpo fuerte….que sea mía…cada centímetro de mi cuerpo intentaba calentarla…. como una gran trampa….mi mano abajo del pantalón de ella buscó su chucha…le rozaba con la pierna las piernas de ella… mi dedo índice junto al anular frotaron circulares, en movimientos lentos pero fuertes…le metí el dedo en el culo… que sea mía. ..la agarré con los dos brazos para bajarla suavemente de la silla hacia la alfombra….ella se torció para atrás y le saqué el pantalón tirándolo hacia abajo… …le acariciaba lentamente los hombros con la mano libre y también las tetas que estaban duras… y la cabeza…. y el cuello y de vuelta las tetas… y su chucha ya estaba toda mojada….ah….estás caliente, hembrita….te voy a coger toda…le mordí el cuello suavemente…. le acaricié los pezones de las tetas…le abrí las dos piernas con las dos manos para cogerla… me acomodé corriendo la mesa y la silla lejos… mis piernas la sujetaron… le froté nerviosamente la chucha con mis dos manos… estaba sin afeitar y por eso mis dedos sentían el raspor de su púber… ahora que estaba sacando mi mástil del traje de baño tenía que calentarla más… la estaba por penetrar… le tocaba la chucha con ansias…de la chucha caía un hilito de líquido… ahora mi pene estaba al aire… todo duro… y mis dos piernas la sujetaban… y mi dedo índice le tocaba el culo y la palma de la mano se apretaba contra los pelos de su chucha… ella con la cabeza caída hacia atrás me miraba de reojo… y entonces llego lo mejor… la penetré… ella emitió un gritito de dolor… jadeó… después cuando empezamos a bombear levantó la cabeza y puso cara de «no entiendo lo que me pasa» y con un jadeo muy agudo y cortito hacia «ahhh»… y ponía cara de «¡no entiendo cómo esto pudo suceder!» y «ahhh» y «ahhh» con su jadeo tan agudo y tan cortito…. sé que lo hago mejor que nadie…. sé que lo disfruta…lo disfrutas hembrita… ah… sí… eso me excita más….y mientras tanto le chupaba los hombros recorriéndoselo con la lengua y de ahí bajaba a las tetas….y de ahí seguía por los brazos …. ella se quedaba quieta y el que se movía para atrás y para adelante era yo con las manos apoyadas contra la alfombra…. placer…placer…lo que yo quería…. tardo… no me salta… tardo… y te voy a hacer gritar hembrita….. ah… tardo… tardo… y vas a gritar guachita… nadie te va a coger como yo…. le acariciaba los pezones… se los lamía…. me gustaba sentir mi pija adentro de ella…. adentro de su carne… frotándola…qué lindo soy…cómo me la estoy cogiendo…qué lindos son mis músculos…qué lindo cómo conseguí lo que yo buscaba….la abracé con violencia para que me sienta….ahh… cómo te estoy cogiendo… me gustaba el calor de su chucha…mira cómo te toco…. mira la pija que tenes adentro y que te coge… sentí esta pija… sentí esta pija… sentí esta pija…ella ya gemía con un tono más alto y la cabeza para atrás…. hembrita… te voy a romper toda de placer… a mí me estaba saltando pero me contuve… y me contuve con toda la furia y el odio para que después nadie la haga sentir como yo… y sólo reclame su cuerpo mi pija…. sólo mi pija… empezó a gritar y tenía la cabeza para atrás… y ya la respiración entrecortada… su grito era muy contenido y muy agudo….hacete adicta a mi cuerpo….rómpete de placer….grita más…sí…sí…sí….ah….ah…ah…. que tu chucha sólo pida mi cuerpo….necesítame….qué lindo soy….qué bien cojo…. sí…..sí…. qué lindo…. soy…ah…ah…ah…

Ella me dijo que nunca más íbamos a hacer eso. Fue un accidente. Debíamos mantener una distancia prudencial. Al escuchar ese discurso agitado y atolondrado le dije: Ya no que no vamos a follar nunca más….Hagámoslo una vez más ahora… para sacarnos las ganas…. y poder después resistir fácil…Se rio y después miró para abajo ruborizada de su propia diversión. Me abalancé sobre ella aprovechando la simpatía, se resistió, pero hice fuerza para vencer su resistencia, y después volvimos a follar.

Por supuesto, esa no fue la última, en los siguientes días acordamos para vernos y cogíamos todas las tardes.

El odioso enemigo, me continuó torturando y atormentando durante las horas de colegio. Pero ya no era lo mismo.

Y mientras él me decía que era un homosexual por las fotos publicitarias y los desfiles, yo, para mis adentros, le replicaba que él era un cornudo por las tardes en el quincho con la novia.