Capítulo 2

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Al día siguiente de lo sucedido con aquel hombre subí al bus con la esperanza de encontrarlo otra vez para volver a repetir lo del día anterior, pero por suerte o por desgracia ya nunca lo volví a ver, supongo que le habían arreglado su coche y no necesitaba usar el bus para ir a trabajar.

Es algo que siempre voy a recordar porque fue un punto y aparte en mi vida, a partir de ese momento fui consciente de lo placentero que era practicar sexo y de lo poco que me importaría volver a repetirlo siempre que se diese la ocasión.

La ocasión tenía nombre, Lucas, mi novio. Él nunca supo lo que había hecho a sus espaldas y aún por encima en el mismo lugar donde horas antes estuvimos a punto de follar por primera vez. Habían pasado ya varios días desde aquello y aún no había surgido la ocasión de vernos otra vez, obviamente yo no se lo iba a pedir porque el que tiene que mostrar interés en nuestra relación es él.

Y así lo hizo, el plan era ir al cine a ver la nueva de super héroes, claramente aún no conocía mis gustos, pero yo le acepté por no hacerme la dura. Me gustaría deciros que allí hicimos de todo, pero no fue el caso, no era el lugar adecuado, había demasiada gente en esa sesión, mi yo de ahora en cambio quien sabe lo que hubiera hecho.

Al salir del cine tenía un plan para ir a un sitio más proclive a que ocurran cosas, mi idea fue dejarle caer que no entendía nada de la nueva lección de matemáticas que estaban dando en clase, por suerte él se ofreció a darme clases particulares en su casa, mi astuto plan había surtido efecto.

Por fin era viernes y la semana llegaba a su fin, pero ese día en vez de irme como de costumbre a mi casa al terminar las clases me fui a la de Luqui. Él vivía en un departamento en la propia ciudad no muy lejos del instituto con sus padres y sus dos hermanos. Cuando llegamos por suerte no había nadie en su casa por lo que sería más fácil llevar a cabo mi plan.

Vamos al salón allí la mesa es más grande y estaremos más cómodos con los libros.- me dijo según entramos.

Ah bueno y no podemos ir mejor a tu cuarto y estudiamos en la cama, estoy agotada de estar sentada todo el día.

Si claro.- su mirada se iluminó. – ¿Te puedo ofrecer algo de beber?

Un vaso de agua estaría genial, gracias cielo.

En lo que él venía con mi agua yo me fui a su cuarto a ponerme cómoda, me quité los zapatos, lancé la mochila a una esquina y me tiré en la cama boca abajo. Por la forma en la que me había lanzado había quedado al descubierto la mitad de mi culo por lo menos, pero decidí quedarme así para ver como reaccionaba.

-Aquí tie… – su frase inacabada delató que en efecto se había dado cuenta. – nes Lauri.

Ay disculpa, me provocó lanzarme a la cama, estoy agotada. -Me volteé a recibir mi aguita.

Bueno, ¿por dónde empezamos?- dijo sacando sus libros de la mochila y sentándose en la cama a mi lado.

Por el principio estaría bien, estoy totalmente perdida.- le dije

Mientras él intentaba explicarme cómo se resolvían las ecuaciones diferenciales yo le lanzaba miraditas y le daba alguna que otra caricia en el brazo. El pobre o era bien tímido o cortito, claramente él no iba a dar el primer paso así que una vez más yo tendría que llevar la iniciativa.

Mis caricias cambiaron su brazo por su pierna, en tanto él seguía ofuscado en hacerme entender cómo despejar la incógnita yo no le prestaba la más mínima atención, mi cabeza solo se imaginaba que habría debajo de ese pantalón, y más concretamente en la zona en la que inconscientemente había puesto la mano, de forma instantánea se quedó callado

Ahora déjame explicarte yo. – le dije con la mirada encendida

Le bajé la bragueta y se la saqué. De aquellas no era una experta en dimensiones pero lo que allí me encontré no me desagradó. Por supuesto ya sabía que no iba a ser como la de mi primer amante por lo que no iba con expectativas muy altas. Empecé a meneársela aunque aquello ya estaba bien duro desde que se la saqué, estaba bien deseosa de probarla así que me bajé de la cama y me puse de rodillas.

Nunca había hecho una mamada pero conocía como funcionaba la mecánica, me la metí en la boca y al momento me gustó esa sensación ahí supe porque a tantas de mis amigas les gustaba hacérselo a sus novios. La cara de Luqui estaba desencajada claramente no se lo esperaba y debería estar a punto de venirse. En esas estábamos cuando escuchamos abrirse la puerta de casa.

-Luqui ya estoy en casa!- se escuchó al mismo tiempo que se cerraba la puerta.

Mierdaa es mi madre.

Rápidamente me incorporé mientras me limpiaba las babas que tenía resbalando por el mentón y me senté en la cama, en tanto Luqui se subió el pantalón como pudo y puso las manos en su regazo ocultando su erección.

-¿Estás aquí?… Ah hola no sabía que estabas acompañado. Tu debes de ser Laura de quien tanto me habla.

-Sii encantada de conocerle señora Natalia.

-Se me olvidó decirte que venía mami. Le dije de venir para explicarle la nueva lección de mates que Laurita no entendió

-Ah entiendo, pues os dejo a lo vuestro yo me voy a duchar.

En cuanto se fue yo intenté seguir en dónde lo habíamos dejado pero fue imposible, Luqui se negaba porque estaba muerto de miedo de que nos pillase. Como vi que no iba a conseguir nada al poco tiempo me inventé una excusa y me fui de allí en dirección a la parada de bus para regresar a mi casa. Me había quedado sin follar y más caliente aún de lo que ya estaba. Por lo menos era fin de semana.

Me pasé casi todo el sábado haciendo las tareas de casa para así tener libre el domingo para poder descansar y pasar tiempo con mi papá. A la noche había quedado con mis amigas para salir de fiesta como cada fin de semana, a eso de las diez me comencé a arreglar, me puse un vestido verde, una tanga negra y unos zapatos de medio tacón, como era un vestido sin tirantes decidí ir sin sujetador.

La hermana de una de mis amigas sería la encargada, como de costumbre, de llevarnos hasta el centro de la ciudad.

Nos fuimos al local de moda, estaba a reventar como de costumbre pero como somos un grupo de chicas nos dejaron entrar sin problema ninguno. Allí empezamos a tomar y a bailar los éxitos de reggaetón que sonaban de aquellas.

Iba por la tercera copa cuando sentí que había llegado a mi límite de alcohol así que decidí dejar de beber, mis amigas en cambio no saben cual es su límite y una de ellas acabó en el baño vomitando mientras la otra la acompañaba.

Yo en cambio decidí quedarme en la pista a solas, ahora era una presa fácil para los depredadores ya que no tenía un grupo que me protegiera.

Empecé a sentir la atención de los chicos allí presentes, me sentía observada, yo seguí bailando como si nada, pero no tardó mucho uno en acercarse a intentar algo conmigo, el pobre balbuceaba y no le entendí nada así que no le presté atención y terminó por alejarse.

El siguiente en cambio usó otra táctica, decidió acercarse por detrás y ponerse a bailar, al ver que le seguía el rollo comenzó a tomar confianza y decidió poner sus manos en mis caderas para llevar el ritmo de la música.

-Te mueves muy bien, ¿lo sabías?- me dijo chillándome al oído para poder -escucharle entre tanto barullo.

Sii alguna vez me lo habían dicho.- le respondí.

-Llevo rato viendo como bailas, te confirmo que lo que te han dicho es la verdad.

-¿Ah sí? Bueno es saberlo entonces jaja.

Seguimos bailando mientras sus movimientos se hacían cada vez más osados. Decidí llevármelo a otra zona de la pista por si regresaban mis amigas no me encontrasen con él.

La música seguía sin descanso y sus manos comenzaron a explorar en mi culo, debí pararlo en ese momento pero no podía, quería saber hasta dónde era capaz de llegar. Él al ver que no me oponía ante sus avances empezó a manosear mi culo ya de forma descarada mientras me atraía hacia él.

Fue ahí cuando me metió boca, llegados a ese momento yo ya estaba totalmente entregada y me dejé llevar, nuestras lenguas se cruzaban sin descanso al mismo tiempo que sus manos no dejaban de amasar mi culo. Hacía ya rato que sentía su erección en contacto con mi vientre y eso era otro de los motivos por los que me dejé llevar.

Tocaba cambio de canción y resultó ser para una apropiada para el perreo, por lo que decidí darme la vuelta y dejar mi trasero cara a cara con su entrepierna. Empecé a mover mi culo arriba y abajo buscando el roce continuó con su entrepierna. Estaba demasiado cachonda, de hecho hacía casi una semana que vivía en un estado contínuo de calentura. Así que quise hacérselo saber a mi pareja de baile.

-Estoy muy caliente. -le dije girando la cara.

-Pues ya te puedes imaginar como me tienes a mi también.- me dijo mientras subía y bajaba sus manos por mis piernas.

Si algo me podía imaginar por el bulto que siento en mi culo.

Es que tienes un pedazo de culo que me está poniendo malo.

Me agarró de la mano y me sacó de la pista en dirección a los baños, los que nos vieron entrar juntos se podían imaginar lo que iba a pasar allí dentro. Yo cerré el pestillo y cuando me giré empezamos a comernos con pasión. Sus manos no dejaban un resquicio de mi cuerpo sin explorar.

Me bajó el vestido dejando mis pequeños pechos al aire mientras yo le tiraba del pantalón hacia abajo, mientras él me chupaba las tetas yo empecé a sobarle su dura polla ya fuera de la jaula. La tenía dura y mojada estaba en su punto para hacerse camino dentro de mí. Me di la vuelta y puse mi culo en pompa, él por su parte me bajó el tanga hasta las rodillas y me metió toda su polla sin ninguna contemplación, comenzando un frenético movimiento de mete y saca. Estaba fuera de mí gritaba como una posesa en aquel momento, de puro placer.

-Aaaah que ricooo, sigueee asiii me estás matandooo.

-Uff eres toda una perrita eh, mmm.

Mientras me estaba follando me sujetaba por los pechos a los que pellizcaba de vez en cuando, no tardé mucho en correrme. Él por su parte aguantó un par de minutos más sacándola justo a tiempo para correrse en mi culo, sentía su leche bajando por mis piernas, me subí el tanga, me arreglé el vestido y le dí un último morreo antes de salir sin despedirme.

En la pista me esperaban mis amigas y yo hice como si nada acabase de pasar.

-Tíaas por fin os encuentro donde os habíais metido.- les dije.

-Dónde te habías metido tú o más bien a quien jajaja.

-¿Qué dices? No sé de qué hablas

-Te hemos visto entrar al baño con ese chico de allí, de hecho media disco os ha visto entrar.

-Bueno lo confieso soy culpable, pero de esto que no se enteré nadie eh

-Tranquila somos una tumba, tu novio no se va a enterar de nada jaja

Ese encuentro había calmado un poco mi enorme calentura. Por lo que mi vida podía continuar con normalidad una semana más.

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