Capítulo 4
- Mi sumisa traía regalo I
- Mi sumisa traía regalo II
- Mi sumisa traía regalo III
- Mi sumisa traía regalo IV
-Me alegro, ya hemos llegado a mi casa, pero no tengo la llave de la cochera, voy a aparcar en la parada del bus y me esperas, tardare media hora más o menos.
-Aquí estaré SEÑOR…
Así terminó el capítulo anterior
No tarde nada, prepare una pequeña maleta, con lo imprescindible para pasar la semana, y si todo iba bien, ya tendría tiempo de pasar por mi piso a por más ropa. Cogí mi portátil y todo lo necesario para mi trabajo y en veinte minutos ya estaba en el coche. El tiempo que dedicamos a esto, fue bastante menos y solo eran la una de la tarde.
-Al final vamos a llegar antes de lo previsto.
-Me acaba de llamar mi hermana, SEÑOR, me ha dicho que ya han cambiado la cama, y que como hace buen día se han salido al porche.
– ¿El porche?
-Si SEÑOR, en la parte de atrás, es como la piscina, en invierno lo tienen cerrado y cuando llega el buen tiempo lo abren, así que si hace sol allí se está muy bien.
-Vamos a aprovechar el día.
Tardamos quince minutos en llegar, y cuando nos abrieron la puerta lo primero que vi fue un todo terreno ya antiguo que supuse que era el de Sergi.
Conforme estaba aparcando, apareció Victoria.
– ¿Ya estáis aquí?
Me extraño que me tuteara, pero al levantar la cabeza vi que tras ella estaba Andrea.
-Si, ha sido más rápido de lo que pensaba, tu hermana ha tardado poco, y yo también.
Se echó a un lado para presentarme a Andrea.
-Raúl, esta es Andrea.
Me acerqué a ella y le di la mano y dos besos.
-Encantado Andrea.
-Igualmente Raúl.
Me quede mirándola con descaro, quería que se diera cuenta. Era bajita y regordeta, tenía un culo grande, pero lo que más llamaba la atención eran sus enormes tetas. Llevaba unos leggins negros y una sudadera gris. De cara era muy guapa, un pelo largo y negro recogido en una coleta. Se puso roja, pero no dijo nada, solo agacho la cabeza.
-Vamos dentro, que, aunque hace un día precioso, hace frio.
-Estamos en la parte de atrás, íbamos a tomar algo, cuando mi hermana me ha dicho que no ibais a tardar, y os hemos esperado.
– ¿Qué vamos a comer?
-Andrea se ha ofrecido a prepararnos una paella.
-Eso no me gusta, ella no trabaja hoy.
Lo dije de forma autoritaria, que no pasó inadvertido para Andrea, e hizo ponerse roja a Victoria.
-No me importa Raúl, me gusta cocinar.
-Ya hemos cambiado la cama.
-Olga sube mis cosas a mi dormitorio, que te ayude tu hermana, y las tuyas, como Diego no puede dormir arriba déjalas en el cuarto de tu hermana, y te quedas allí estos días.
Todo lo dije para que sonara como una orden, quería que, sin decirlo, Andrea se diese cuenta quien mandaba.
-Llévame al porche, mientras Olga y Victoria colocan las cosas.
Paso delante y con descaro para que lo notara, me quede mirando su enorme culo.
Pasamos por el salón y me fijé que habían cumplido mis ordenes, la braga y el sujetador de Olga seguían donde dije que estuvieran.
Al salir vi al cornudo sentado en una tumbona, y a mi PERRA en una butaca, esta al verme pego un salto y ante la mirada sonrojada de Andrea, me pego un morreo.
-Perdona que no haya salido, pero me han llamado de una empresa que les llevo las cuentas, y como no son de Andalucía, no sabían que no trabajaba, pero ya está todo aclarado, y ahora que estás aquí, -le costaba tutearme-, si no te importa voy a apagar el móvil.
-Voy dentro a seguir con la comida, ¿quieres que te saque algo de beber?
-No, ahora ira Olga.
Me senté junto a MI PERRA.
– ¿Cómo estas Diego?
Miro a ambos lados…
-Muy bien SEÑOR, en una nube, y ya me ha dicho mi mujer lo que usted ha ordenado, y lo que usted decida será bien aceptado por mí.
-Jajajaja, eso lo daba por hecho cornudo, sé que de todos eres el más sumiso, aunque creo que en la PUTA de tu cuñada te ha salido una competidora, pero me refería a como estabas de la pierna.
-Jajajaja, perdón SEÑOR, de la pierna mejor, con las muletas me manejo bastante bien.
– ¿Y Sergi?
-Ha ido a un chalé de esta urbanización a regar, pero ya está todo hecho.
-Lo se PERRA, me lo ha dicho tu madre.
En eso aparecieron Olga y Victoria, ambas venían con cervezas, una botella de vino y unos platos de embutido.
-Sentaros, pero antes entra a por Andrea y si no tiene que estar en la cocina que se siente aquí con nosotros.
Rápidamente y sin dar opción a Victoria, entró Olga, no tardando en salir.
-Me ha dicho que en quince minutos.
-Háblame de ellos, quiero saber más.
-Poco hay que contar, ninguno tiene familia, ella está conmigo desde los 17 años, venía del colegio de San José, que como sabes es un colegio de niños huérfanos, y él es de Girona y se vino aquí cuando murieron sus padres, como has visto ella es muy servicial, siempre está dispuesta a ayudar, hasta para irse de vacaciones la hemos tenido que obligar, para mí es más familia que empleada, y en todos estos años no hemos tenido ningún problema y con Sergi igual, es muy callado y tímido, hay que arrancarle las palabras a martillazos jajajaja.
En ese momento se calló, porque entro Andrea.
-Ya está todo preparado, solo para echar el arroz, cuando digáis de comer.
-Siéntate con nosotros y tomate algo.
Se sentó, y yo quería tensar la cuerda.
-Quítate la sudadera.
La verdad es que se la veía acalorada y hacia calor, y no le di opciones, se lo ordené, se la quitó sin dudar, roja como un tomate. Se quedo con una camiseta blanca, que, si con la sudadera las tetas se le veían grandes, así eran aún más grandes. Le acerqué una copa y sin preguntarle le serví una copa de vino.
-Uffff, Raúl, no estoy acostumbrada a beber alcohol, se me sube a la cabeza.
-Bebe.
Victoria me miraba con cara de preocupación, pero no decía nada, mientras Andrea cogió la copa y le dio un sorbo.
En eso vi que se abría una pequeña puerta que había frente al porche y aparecía un hombre, grueso y bastante alto, que supuse que era Sergi. Se acercó a nosotros y saludo.
-Sergi, este es Raúl, mi pareja.
No hice intención de levantarme, esperé a que se acercara, me tendió la mano sin levantar la mirada, y lo hizo más flojo que el cornudo.
-Siéntate y toma algo.
Se sentó junto a su mujer, y la miro con cara rara al verla beber vino, que supongo que del nerviosismo, se lo estaba bebiendo más rápido de lo que se debe de beber un vino así.
Hablar no hablaba, pero a la cerveza sí que le tiraba.
– ¿Te ha costado mucho cambiar las camas?
-No, ha sido relativamente fácil, además me han ayudado Mavi y Victoria.
-He visto que esto lo tienes muy bien cuidado, Diego y Victoria, están muy contentos con tu trabajo, eso me gusta.
Hablaba sentenciando, quería que él también se diera cuenta quién iba a ser su jefe a partir de ese día, y para rematar…
-A partir de ahora yo seré el que se hará cargo de todo, así que cuando necesitéis algo, tendréis que hablar conmigo.
Él no dijo nada, pero vi como Andrea miraba con asombro a Victoria, que tampoco sabía dónde meterse, pero el cornudo salió al quite.
-Queremos tener más tiempo para nosotros, y hemos decidido que, a partir de ya, todo lo referente a la casa lo lleven él y Mavi, espero que no os suponga ningún problema.
-No para nada Diego, sabéis que con nosotros no hay problema alguno.
-Lo se Andrea, pero es de mi entera confianza, y lo que él diga será lo que se haga.
Él no hablaba, era alguien apocado, ella era la que llevaba la voz cantante, eso sí, ya iba por la tercera cerveza. Le volví a llenar la copa de vino, y esta vez no dijo nada, solo se le escapo una sonrisa, estaba ruborizada. Estuvimos hablando un poco de su día a día, costaba que hablara, pero de su trabajo sí que le gustaba, así que en un cuarto de hora, ya me había enterado de todo lo que sabía hacer y de todas las casas que llevaba, eso sí, se encargó varias veces de remarcar, que su prioridad era esta casa y que siempre lo hacía constar en las otras casas de las que se encargaba.
-Ya va siendo hora de comer.
-Si, voy dentro a echar el arroz.
-Acompáñala Olga.
-Si me lo permiten no me quedo, tengo que bajar al Leroy, que está abierto, y es cuando hay menos gente, ya comeré algo por allí.
No quería que se quedara, así que le di la razón. Salió sin despedirse de su mujer y eso me hizo ver que algo no iba bien.
-Quedaros aquí, voy a ayudarlas.
Victoria me miro asustada, pero se le veía también excitada, me acerque al oído, lo justo para que lo oyeran el cornudo y MI PERRA…
-No te asustes, que no va a pasar nada que no quiera ella, además de que se te nota la mancha en los leggins PUTA, estas excitada con todo esto.
Era cierto, al no llevar bragas, tenía toda la parte del coño chorreando.
-Si SEÑOR, no lo puedo evitar, pero…
-Sin peros PUTA, o prefieres que lo dejemos aquí.
Al ver con la seriedad que lo dije, a MI PERRA y al cornudo les cambió la cara.
-No SEÑOR, sabe que puede hacer lo que desee, tanto con nosotros como con ellos.
Ni conteste, solo vi la cara de alivio de MI PERRA y una sonrisa en el cornudo. Entre a la cocina, y estaban las dos, Olga con una copa de vino y Andrea liada con el arroz.
– ¿Cómo va el arroz?
-Bien Raúl, en quince minutos estamos comiendo.
-Está bien, quiero que a partir de ahora dejes de tutearme, tú eres la sirvienta, y yo el señor.
Lo dije con firmeza y serio. A Olga le salió una sonrisa, pero Andrea se puso nerviosa y de todos los colores, pero las dos copas de vino y la que tenía en la encimera, ya la tenían achispada, y tartamudeando.
-Perdón SEÑOR, no sabía…
-Pues ya lo sabes.
Me acerque a Olga. Era una isla y estaba frente a Andrea…
-Las manos en la encimera y el culo fuera.
A Andrea se le cayó el cucharon al suelo, y Olga sin decir nada, sin inmutarse, con una cara de PERRA salida se limitó a obedecer.
-Tú sigue con el arroz.
Le subí el vestido y bajándome los pantalones y sin resistencia, porque las bragas habían quedado en su cama, la penetré de golpe.
-Ufffff, estas chorreando, pero que PUTA eres.
-Uffff, siiiii, la más PUTA, pero solo su PUTA, SEÑOR.
-Si consigues que me corra antes de que la sirvienta -esto lo remarque mirándola a los ojos-, termine de preparar el arroz, te premiare.
Andrea estaba de todos los colores, no dejaba de mover el arroz, pero no podía apartar la vista de cómo me estaba follando a la hermana de su jefa, delante de ella.
-Ufffff, ¿me puedo correrrrrrr?, ufffffff, estoy salida, me tiene salida SEÑOR.
-No PUTA, aguanta, uffff, quiero hacerlo a la vez, uffff, sigue, sigue moviendo ese culito uffff.
– ¿Le queda mucho al arroz?
-No SEÑOR.
Pero no dejaba de mirarnos…
– ¿Te gusta lo que ves?, y no mientas, que tus pezones van a atravesar la camiseta.
-Ufffff, es verdad SEÑOR, se ha calentado más que el arrozzzz agggggg, no voy a aguantarrrr
-Me corroooooooo ufffff, cada vez me gusta más tu coño PUTA, agggggg.
Me vacié dentro de Olga, se estaba corriendo y gritando de tal forma que sabíamos que fuera se estaban dando cuenta.
-Límpiame.
Poniéndose de rodillas se metió mi polla en la boca y la dejo limpia.
– ¿Me he ganado el premio SEÑOR?
-Si PUTA, luego te lo daré.
Me subí los pantalones…
-Vámonos que aquí hace calor, ahora vendrá Victoria a ayudarte a poner la mesa.
Salimos los dos juntos y al entrar los tres nos miraban, pero no dijeron nada, la cara de las dos era todo un poema, mientras que la del cornudo era de risa.
-Ve a ayudarla a poner la mesa.
-SEÑOR, entre lo de esta mañana y lo de ahora, tengo el coño pegajoso y si no llega a ser por las medias, tendría las piernas igual.
Lo que quería era saber si Andrea le decía algo a Victoria. A los cinco minutos apareció Victoria con todos los platos y cubiertos, y detrás iba una Andrea aun colorada y excitada, de eso estaba seguro, los pezones se le notaban una barbaridad, y no fui el único que se dio cuenta, porque tanto a MI PERRA, como al cornudo se le escapo una sonrisa al verla. Dejó el arroz en el centro de la mesa.
-Voy a por el cucharon para servir SEÑOR.
Todos menos Olga me miraron.
Cuando entro y sabía que no me iba a oír.
– ¿Te ha dicho algo?
-No.
-Eso me gusta.
Salió y nos sirvió a todos, empezando por mí, eso me gusto más, se sirvió y se sentó frente a mí, y sin decir nada se sirvió otra copa de vino.
-Muy bueno Andrea, de los mejores que he probado.
-Cocina muy bien Raúl.
– ¿Te he preguntado a ti?
Victoria se quedó blanca, pero solo agacho la cabeza.
-No Raúl, perdona.
-Me gusta cocinar.
– ¿Desde cuándo no follas?
Casi se le cae el tenedor de las manos.
-Eso no es de su incumbencia…
-Que te quede clara una cosa, aquí mando yo, y si quiero ahora mismo estas en la calle, así que decide o contestas a todo lo que te pregunte, o ahí está la puerta.
Miró a todos, esperando ayuda, y se dio cuenta que ninguno iba a decir nada.
-Más de quince años.
A todos se nos quedó una cara de bobos.
-Te masturbas por lo menos ¿no?
-Si de tarde en tarde, soy humana.
El vino la tenía desinhibida, pero no podía evitar estar roja como un tomate.
-Por eso te has excitado y sigues excitada con lo que has visto dentro.
Se le cayó la copa de vino, menos mal que le quedaba un poco. Se quedo nuevamente mirando a todos.
-Deja de mirar, ellos lo saben, ¿o es que crees que los gritos que ha dado Olga cuando se ha corrido no los han oído? ¿No le gustas a tu marido?
-No lo sé SEÑOR, y a no ser que tenga a otra que creo que no, no se empalma conmigo.
-Pues yo sí, porque si me he follado a Olga es porque verte esas tetas me tenían empalmado. -Y aún estoy empalmado, desnudados ¡ya!
Todo había vuelto a la normalidad, porque ya estaban más pendientes de lo que iba a hacer que de lo que sintiera ella. Olga fue la primera, se levantó se sacó el vestido y el sujetador, seguida por Victoria y MI PERRA, que tardaron más, y como tampoco llevaban bragas, se quedaron totalmente desnudas y descalzas.
-Desnuda al cornudo.
MI PERRA, rápidamente le saco el chándal y la camiseta, dejándolo solo con un tanga, eso me gustó mucho y con un empalme de muy señor mío, era grande y gruesa. También me fije en el coño depilado de MI PERRA.
-Veo que habéis cumplido bien, te favorece ese tanga cornudo.
-Gracias SEÑOR.
-Por lo que se ve no me has oído Andrea.
– ¿Yo también?
– ¿Eres sorda?
Separo la silla, se quitó las zapatillas, los calcetines, los pantalones y la camiseta, quedándose con unas bragas enormes para aguantar ese culo y un enorme sujetador, todo blanco.
– ¡He dicho todo!, y no te hagas más la remilgada o es que te crees que somos ciegos, esa mancha de tus bragas no creo que sea agua.
Se quito primero el sujetador, dejando libres dos tetas que le llegaban por debajo del ombligo y cuando se quitó las bragas dejo un coño peludo y desarreglado.
-Cuando comamos, mientras nos tomamos el café o una copa, vas a ir con Victoria a que te arregle ese felpudo.
-Seguid comiendo.
Mientras comían me levante de la mesa, la rodee y como era la única que no se había sentado.
La cogí del pelo.
-De rodillas.
Cuando lo hizo, se la metí de golpe en la boca, la cogí del pelo con fuerza y me follé su boca con fuerza, sin importarme sus arcadas, solo de vez en cuando la dejaba respirar.
-Ufffff, Sigueeee, tendrás que aprender, porque a mí me gusta más que me la chupen que tener que follarme yo la boca, ufffff, ya te enseñaran MIS PUTAS.
Durante quince minutos, en los cuales nadie comió, todos estaban pendientes de la follada de boca que le estaba dando a Andrea.
-Aggggggggggggg, me corroooooooooooo.
A la vez que me corría le agarre la cabeza con fuerza para que se lo tuviera que tragar. Sin darle tiempo a respirar, la cogí de la coleta, la levante y la tiré sobre una tumbona que había en el porche.
-Una la boca, otra las tetas y otra el coño, que decida Olga, que se lo debo.
Esta hizo lo que menos me esperaba, se levantó y se tiró a por su coño, mientras Victoria se empleaba en sus tetas y MI PERRA en su boca.
-No paréis hasta que se corra PUTAS.
-Agggggg, ufffffff, cuanto tiempo, ufffffff.
Esto lo decía cada vez que MI PERRA la dejaba de besar.
-Me corroooooooo.
Y agarrando con fuerza a Olga de la cabeza aún se la metió más en su coño. Cuando termino, las cuatro se levantaron. Recoged esto y le limpiáis el coño de pelos a la sirvienta. Me acerque a ella, que aún le costaba respirar.
-Vamos, que esto aún no ha terminado.
La volví a coger del pelo y la llevé al cornudo.
-Chúpasela, luego cuando yo estrene tu coño, lo dejare que te folle.
-Ufff, gracias SEÑOR, me voy a correr con que me roce.
Así fue, fue meter su boca en la polla y se corrió, esta vez sí que no pudo tragárselo, le salió la corrida hasta por la nariz.
-Sigue sirvienta, haz que se corra otra vez.
Me senté en la silla a contemplar el espectáculo, mientras las tres quitaban la mesa, sin quitarle tampoco la vista al cornudo y a Andrea.
-Uffff, SEÑOR, me puedo correr, ufffffff, no me lo creo ufffff.
-Por supuesto cornudo, ella solo esta para servir.
Se volvió a correr en la boca de Andrea, que esta vez sí que se lo trago todo. Se incorporo y se quedó de rodillas esperando a que yo hablase.
-Ponte de pie, recoge toda la ropa y la dejas donde estoy seguro de que has visto las bragas y el sujetador de Olga.
-Si ahora mismo.
Me acerqué y le di un bofetón que hasta a mí me dolió.
-Ahora mismo SEÑOR, que no te lo tenga que repetir, creo que ya sabes quién manda aquí.
-Si SEÑOR.
Se levanto, recogió toda la ropa, no tardando en volver y quedarse delante de mí.
-Muy bien sirvienta, a partir de hoy y mientras yo no te use, solo estarás al servicio del cornudo, pero hasta que no te folle ese culo y ese coño, él no podrá hacerlo.
-Si SEÑOR.
-Gracias SEÑOR.
-Por ahora será así, más adelante ya veremos. Por las noches y mientras no se separe, Olga dormirá contigo, pero no la tocaras sin permiso, pero ella tampoco te podrá tocar, y vosotros solos menos.
-Si SEÑOR, y espero que sean pocos días, ufffff, si por mi fuera lo llamaba ahora mismo.
-No Olga, quiero que se lo digas cara a cara, el viernes o el sábado, o cuando quieras dentro de estos dos meses a contar desde ayer, de hecho, quiero que lo hagas en el dormitorio, porque vamos a poner una cámara para verlo en directo.
-Como usted diga AMO.
-SEÑOR, por ahora solo soy AMO de mi PERRA, que os quede claro, además cuando no este, ella tiene todo el poder para decidir.
-Gracias AMO.
-Gracias SEÑOR, no volveré a equivocarme.
-Llevaros a la sirvienta arriba y le quitáis ese matojo del coño, de paso os ducháis vosotras y os adecentáis para mí. Mientras Olga nos pondrá una copa.
Se fueron las tres, dejándonos solos al cornudo, Olga y a mí.
– ¿Qué desea tomar SEÑOR?
-A mí me pones un gin tonic, y al cornudo lo que desee.
-No soy de beber mucho alcohol, un café solo Olga.
– ¿Puedo tomarme un café SEÑOR?
-Por supuesto.
Una vez que lo sirvió, se sentó a mi lado.
-Al final no va mal el día, me ha dejado intrigado la relación de Sergi y Andrea, y más después de lo que ha dicho, pero he visto que el trato no es de pareja, y creo que no es algo puntual.
-No sé qué decirle, nunca me había fijado, y es cierto que nunca les he visto un gesto cariñoso, aunque se puede achacar a que estaban en el trabajo.
-No vamos a tardar mucho en enterarnos, la verdad que a pesar de mi experiencia todo esto me parece tan surrealista, pero no soy yo el que lo vaya a rechazar, así que vamos a disfrutarlo.
-Espero que este contento SEÑOR, porque para nosotros es cumplir un sueño a pesar de lo precipitado.
-Para mí, SEÑOR, no ha sido un sueño, porque en mi vida había fantaseado con algo así, pero desde que hizo desnudarse a mi sobrina, no he dejado de estar excitada.
-Contento estoy, todo está siendo muy concentrado, ya veremos a partir del miércoles con el día a día.
En ese momento aparecieron las tres, MI PERRA y su madre venían con un conjunto de braga y sujetador negros, eran normales, pero bonitos, unas medias beige y unos zapatos de tacón, aunque los de Victoria eran los mismos, ya que no es de llevar tacón. Mientras Andrea venia totalmente desnuda. Sin decirle nada se puso delante de mí.
– ¿Está a su gusto SEÑOR?
-Jajajaja, supongo que alguna de estas te ha indicado lo que hacer ¿no?
-Si AMO, he sido yo.
-Siéntate frente a mí, sirvienta, vosotras si queréis café o algo ir a ponéroslo, y si la sirvienta quiere algo, traérselo también
-No, gracias SEÑOR.
MI PERRA le dijo a su madre lo que quería, y se sentó también junto a mí.
– ¿Puedo hablar SEÑOR? Mi marido no creo que tarde mucho en venir, y él tiene llave ¿me podría vestir?
-No
Agacho la cabeza y no dijo nada más.
-Quiero que seas sincera, y si veo que me estas mintiendo, dejaras de trabajar aquí. Pero si eres sincera, te dejare elegir, ser una más o volver a tu estatus anterior, pero te haría firmar un contrato de confidencialidad.
– ¿Qué quiere saber?
-Primero la relación que tienes con Sergi, y después, que, aunque estos no se han dado cuenta, cuando Olga se ha tirado a tu coño, has dicho “cuanto tiempo”, así que deduzco que no es la primera vez.
-Con Sergi no hay nada, desde hace quince años, pero desde antes le costaba mucho empalmarse -lo dijo sonrojándose-, creo que no le gustan las mujeres, y ninguno tenemos familia, ni somos muy sociales, pero nos hacemos compañía, aunque a veces creo que si está conmigo es por el trabajo…
-Eso será así, y por lo que he visto, tú llevas la voz cantante.
-Es un apocado SEÑOR, se pliega a todo lo que le digo, será que se ha acostumbrado a que maneje todo, incluso a él.
-Eso lo veremos luego, y ahora la segunda parte.
-Uffff, me creí en un Hospicio…
-Eso ya lo se.
-Es algo escabroso…, al ser gordita y poco social, una monja me usaba para satisfacerse.
-Y te gustaba, porque rechazo no ha sido lo que he visto.
-Al principio no SEÑOR, pero no tenía idea de sexo, y con el tiempo era yo la que la buscaba, y creo que por que no la descubrieran, me busco una casa para irme a servir.
-Vaya con la monja jajajaja, ¿y desde entonces no has tenido relaciones con otras mujeres?
-No SEÑOR, y con Sergi, en todos estos años habremos tenido sexo ocho o nueve veces, hasta que al final decidimos dormir cada uno en una habitación, y…, hasta que Olga no me ha comido el coño, – ruborizándose-, no había vuelto a tener un orgasmo así, solo cuando me masturbaba, y nunca como el de antes, ni con la monja…
-Llama a Sergi y dile que deje lo que esté haciendo y que venga ya, que tengo que hablar con él
– ¿Y si me pregunta de qué quiere usted hablar con él?
-Limítate a decirle lo que te he dicho, simplemente eso, que no es nada malo, que le quiero encargar otro trabajo y es urgente.
Se levanto, y uffff, a pesar de estar gordita estaba muy apetecible, volvió con el móvil en la mano y hablando con él, lo único que le oímos decir…
-Ya te he dicho que no sé lo que es, no preguntes más, y vente ya.
Verme rodeado de cuatro sumisas, las cuatro distintas y un cornudo, me tenía muy satisfecho, quien me iba a decir a mí hace unos días que iba a pasar un puente así, y si no me equivocaba, iba a ampliar la familia en uno más.
-Como no creo que tarde mucho en venir, vestiros, menos el cornudo y la sirvienta.
A esta le cambio la cara.
-Tranquila que no creo que pase nada, y no porque pueda perder el trabajo.
Victoria y MI PERRA, subieron a su dormitorio a vestirse, mientras que Olga solo se tuvo que volver a meter el vestido.
-Siéntate junto al cornudo.
Se sentó donde le indique, iba casi con las lágrimas saltadas, aunque extrañamente su coño se veía brillar. A los cinco minutos, bajaron madre e hija, se habían puesto un vestido de manga corta. Casi al mismo instante sentimos abrir la puerta y entrar el todo terreno.
-Chúpasela, despacio, y tú cornudo procura aguantar, y no se te ocurra ni mirar a tu marido.
Las otras tres estaban expectantes, ya no se veía cara de preocupación en ninguna, al revés tenían una cara de perras salidas…Cuando entro en el porche, paso exactamente lo que esperaba, se quedó mirando al cornudo y a su mujer, pero no dijo nada.
– ¿Qué te gusta más de lo que estás viendo, a tu mujer chupándola, o a la polla de Diego?
No contesto, seguía mirando…
-Te he hecho una pregunta Sergi.
Seguía sin contestar ni moverse.
-Como veo que te has quedado mudo, tienes un minuto para decidir, o coges a tu mujer y te la follas, aquí y ahora, o la apartas y le comes la polla a Diego.
Menos Andrea que seguía con la polla del cornudo en la boca, el resto me miro con cara de asombro. Aun se asombraron más, menos yo que estaba seguro de lo que iba a hacer, cuando dejándose caer de rodillas junto a su mujer, le quito la polla de la boca y se tiró a comérsela con ansia, y no era la primera, pero ya me enteraría luego, ahora solo quería llevar razón en que era maricón.
-Jajajaja, tenía hambre, jajajaja.
Su mujer no dejaba de mirarlo muy asombrada de lo que estaba viendo.
-Córrete en la boca del maricón, cornudo.
-Agggggg, ufffffff que boca tiene ufffff me corroooooooooooo.
-Que no se te escape nada maricón.
La corrida del cornudo había sido abundante, y era que o le gustaba más la boca de un hombre, o el maricón lo había hecho muy bien, eso hizo que se le derramara bastante en las piernas y los huevos del cornudo.
-Veo que no has sido capaz de tragártelo todo, así que limpiadlo con la lengua los dos.
El maricón de Sergi se tiró con más ganas a limpiar la leche que se había derramado, y Andrea cuando vio como la miraba yo, se unió a su marido.
-Olga tráeme un café, y vosotros cuando terminéis de pie junto al cornudo.
-Nos vamos a ir de compras, iba a esperar al miércoles, pero no es cuestión de que la sirvienta este desnuda hasta ese día. Vístete sirvienta, sin bragas, el sujetador sí, porque si no te van a asomar las tetas por debajo de la camiseta y la sudadera, como hoy el Serrallo está abierto, lo dejamos todo hecho. Aquí os quedáis los dos, cornudo aprovecha y úsalo todo lo que quieras, y a la menor pega, que no creo que lo haya, me lo dices a mi vuelta.
Me tome el café y nos fuimos los cinco en el coche de Olga que era el más amplio. No hizo falta que dijera quien se subía a mi lado, todas asumían que iba a ser MI PERRA. No tardamos nada, ya que está a escasos cinco minutos en coche.
-Vamos primero a comprar faldas para todas y algún que otro vestido, luego iremos a comprar lencería a mi gusto, y zapatos, por aquí había una buena zapatería. A la sirvienta, solo le vamos a comprar, si encontramos de su talla, varios vestidos negros, que van a ser su uniforme cuando no este desnuda, claro.
Estuvimos casi dos horas de compras, en alguna de las tiendas, conocían a Victoria, por lo que guardamos las apariencias. Al final todas menos yo iban cargadas de bolsas, la que más compro fue Victoria, además y sin que nadie se lo pidiera pago todas las compras. Eran las ocho de la tarde cuando dije de irnos. Al entrar en la casa, y mientras todas cargaban con las compras, yo iba a ir al porche cuando me lleve la primera sorpresa, se habían metido en el salón, supongo que ya estaba empezando a hacer frio, pero el cornudo estaba sentado en el suelo sobre un cojín y le estaba chupando la polla al maricón. A mí me dio por reír, pero al resto hasta se le cayeron las bolsas al suelo, lo que menos esperaban era eso. Al darse cuenta de que estábamos allí, el cornudo se separó, e iba a hablar, pero me adelante.
-Sigue cornudo y no derrames nada.
No le dio tiempo a metérsela en la boca otra vez, porque el maricón se corrió en su cara.
-Ufffffff.
Solo dijo eso, se separó, se subió los pantalones y se quedó mirándonos, era de pocas palabras en todo, jajajaja.
-Vosotras subid, que mi sirvienta se duche y vestidla, solo con la lencería, Olga quédate y limpiale la cara al cornudo.
-Y tú ¡maricón¡, desnúdate ¡ya!
Olga se fue hacia su cuñado, se puso de rodillas junto a él a lamerle la cara, ojos incluidos. Cuando se desnudó el maricón, le indique que ayudara a Olga, poniéndose de rodillas, momento que aproveche y acercándome a los tres y sin importarme que Olga aun estuviera vestida, me mee en los tres, ninguno hizo intención de retirarse, al revés, los tres cuando sentían como los meaba hasta abrían la boca.
-Ayudad al cornudo a sentarse, tú vete a ducharte y cambiarte, y tú puto maricón de pie en la esquina.
Estaba ya empalmadísimo, no espere a que bajaran, y cuando subí, estaban en la nueva habitación de Victoria, estaban ayudando a Andrea a vestirse. Estaba que ufffff, solo se había puesto las medias, supongo que algún trabajo, al tener unos muslos gordos. Me desnude…
-Dejadla, ¡a cuatro patas sirvienta!
-Una a su coño y la otra al culo.
Victoria sabía quién mandaba, así que, con cierta reticencia, se puso a chuparle el culo, mientas MI PERRA se metía debajo y empezó a chuparle el coño.
-Victoria cómele el coño a la PERRA de tu hija, y tú no dejes de comérselo a la sirvienta.
No sin trabajo y para que MI PERRA pudiera seguir comiéndole el coño le saqué lo que pude el culo y le hinqué la cabeza y sin miramientos se la metí en el coño, un coño apretado, no podía abrir más las piernas. Se le escapo un gemido, a la vez que se corrió, solo con sentir mi polla, sus gemidos se confundían con los de MI PERRA, su madre se lo estaba comiendo muy bien.
-No se te ocurra correrte otra vez sirvienta sin mi permiso, y eso va también por vosotras.
Empecé a entrar y salir fuerte, quería que se confiara, que se relajara, y cuando vi como agarraba las sábanas, aguantando el orgasmo, una de las veces que se la saque, sin miramientos, y hasta haciéndome daño, se le metí de un solo golpe en su culo.
-Aggggggggggggg, ufffffffff, duele, pero ya no aguanto más SEÑOR, ufffffff, ¿me puedo correr?
-Podéis correros las dos.
-Sabía que MI PERRA estaba haciendo verdaderos esfuerzos por no correrse, porque a la vez las dos soltaron un grito de placer corriéndose. Andrea se quedó tan floja que se dejó caer en la cama, saliéndose mi polla de su culo, algo que no me gusto. La cogí del pelo, la arrastre al suelo y le solté una bofetada aún más fuerte que la que le di a mediodía.
-La última vez PUTA, que sea la última vez que te sales de mi polla.
Lloraba, pero me dio igual, volví a cogerla del pelo y se la metí en la boca para que la limpiara. Seguía sin correrme.
-Victoria al suelo y que la sirvienta te coma el coño o lo que quieras hasta que te corras, y que no pare hasta que yo lo diga.
Vi que Olga estaba en la puerta, totalmente desnuda, solo con unas medias transparentes con costura de las que habíamos comprado y unos zapatos camel.
-Entra Olga. -Me tumbe en la cama-, PERRA, te tengo descuidada, métetela, y tú súbete en la cama y pon tu puto coño en mi boca, mientras te morreas con MI PERRA.
Durante unos veinte minutos, solo se oían gemidos y a las muy perras correrse varias veces, hasta que me vacíe en MI PERRA.
-Agggggg, me corroooooooo, como me gusta tu coño PERRA.
Olga por lo menos se había corrido tres veces en mi boca, de las otras no sé, pero poco me importaba.
-Las dos iros abajo, Olga que mi sirvienta se vaya a la esquina con el maricón, tú te sientas junto al cornudo, y esperad, que me voy a mi cuarto a ducharme con las dos SEÑORAS de la casa, esto lo recalque, primero para dejarle claro a Olga que seguía sin ser nada, y después para premiar a Victoria, además que la iba a poner a la par de MI PERRA.
Vi que había acertado, a Victoria le salió una sonrisa de orgullo en la cara, que era para fotografiar. Las dos se fueron abajo, y nosotros tres nos metimos en la ducha, esta vez ninguna de las dos hizo intención de quitarse las medias.
-PERRA de rodillas y esmérate, quiero follarme a tu madre, que se lo ha ganado.
A Victoria la cogí y empecé a comerle la boca con ganas, mientras mi mano se metió en su coño, un coño chorreante y no por el agua, y empecé a pellizcarle el clítoris.
-Ufffff, SEÑOR, me va a hacer correr otras vezzzz.
-Tienes mi permiso para correrte PUTA, y a partir de ya, llámame AMO.
-Me corrooooooooooooooooooooo.
Se tuvo que agarrar a mi para no caerse.
-Ufffffff, MI PERRA, aprende rápido, ufffff, esperaba tardar más en empalmarme.
-Gracias AMO -sacándosela de la boca-.
-Vete a secarte y a vestirte PERRA.
Se fue del baño, dejándome con su madre. La cogí del pelo y le pegue la cara a la pared de la ducha, saco su culo y se la metí de golpe.
-Ufffffff, como me gusta tu coño PUTA, no voy a cansarme de usarlos, ufffffff, porque el de MI PERRA, tampoco se queda atrás.
-Agggggg, gracias AMO, ¿puedo pedirle algo? Por el culo, agggggg, me corroooooooo.
-Jajajaja, te gusto PUTA.
-Siiiiiiii, mucho.
Se la saque del coño, e inclinándola un poco más se la metí de golpe, costo, pero con los jugos y el agua, no le dolió tanto.
-Agggggg, me gusta, ufffff, me corroooooooo otra vezzzz.
Seguí follándomela hasta que vi que ella no aguantaba más, pero yo hacía poco que me había corrido, y aun no estaba a punto. Me salí de su culo, la hice poner de rodillas y me folle su boca, fuerte, la agarre del pelo y sin importarme sus arcadas, no pare hasta que vacíe en su boca.
-Quien te iba a decir que ibas a ser follada por los tres agujeros de PUTA que tienes, jajaja.
Estaba tan agotada que ni contesto, se dejó caer en la ducha sintiendo el agua caer por su cuerpo. Se lo había ganado, no le dije nada, me duché y salí. En la habitación y de rodillas, aprendía rápido, estaba MI PERRA. Se había puesto un conjunto de braga y sujetador de encaje y seda de color lila y negro, unas medias negras transparentes y unos de las zapatos que había comprado de 10 cm. de tacón.
-Sécame.
-Si AMO.
Se levanto y con dulzura, mimo y diría con amor, me seco, besando cada parte de mi cuerpo.
-Ya está PERRA, ¿Dónde está mi ropa?
-En el armario AMO.
-Muy bien, ahora ve y ayuda a tu madre, que está agotada.
Me vestí con un pantalón de deporte y una camiseta y baje al salón, sentándome en el sofá, y viendo que el cornudo y Olga se estaban tomando algo, mientras la sirvienta y el maricón estaban tal y como les ordene.
-Sirvienta tráeme una coca cola.
No sabía andar con tacones, pero no dijo nada. Me trajo la bebida y sin hablar se fue a ocupar su sitio, pero…
-Espera sirvienta, acércate.
Cuando lo hizo, lleve mi mano a su coño, y estaba mojado, muy mojado.
-A tu sitio, solo quería ver que estas disfrutando.
Se puso roja y se volvió a su sitio.
-Vamos a esperar a MI PERRA y a MI PUTA, mientras pide unas pizzas para cenar Olga.
Estaba Olga pidiendo la cena, cuando aparecieron las dos, Victoria se había puesto lo mismo que su hija.
-Acercaos sirvientes.
Los dos se acercaron y se pusieron frente a mí.
-A partir de ahora, tú servirás así, pero con sujetador y bragas, tendrás el vestido a mano por si viene alguien, y tú maricón, porque lo eres, debajo de la ropa siempre llevaras unas de las bragas de tu mujer, de las que tiene en casa, y cuando estés aquí, y no tengas que usar herramientas peligrosas, trabajaras solo con las bragas. Cuando estés en el patio y mientras haga frio podrás ir vestido, pero aquí dentro solo bragas.
Contestaron los dos a la vez.
-Vete a tu sitio sirvienta.
-Aunque no te guste vas a hablarme de tus hazañas como maricón.
-No hay mucho que contar SEÑOR, cuando necesito tener relaciones, me voy a un parque que hay chaperos y ahí me desahogo.
-Eso se ha acabado, a partir de ahora como me entere que mantienes relaciones fuera de mi control, estarás en la calle, y como bien sabes todo lo que ha pasado aquí está grabado.
-Así será SEÑOR.
-Además no creo que te falte, porque al cornudo también le gusta.
– ¿Puedo hablar SEÑOR?
-Si Olga.
-El cornudo esta empalmado jajajaja.
-Jajajaja.
-Sube a por mí bolsa de deporte Olga.
-Esta en el armario tita, es la negra grande.
-Vas a chuparle la polla al cornudo, pero te quiero con el culo en pompa maricón.
Apareció Olga con la bolsa y me la dio, saque un dildo doble con correas.
-A ver como lo hacemos, pero nadie se correrá hasta que yo lo diga, al que lo haga le daré treinta correazos, y Olga puede dar fe como los doy. Como la sirvienta es bajita y no va a poder, ponte tú la correa y metete el dildo, y la sirvienta como pueda entre la silla y el maricón. Sentaros una a cada lado, vamos a ver una peli porno, jajajaja.
-Mientras el maricón de tu marido se la chupa al cornudo, tú se la chuparas a él.
-Empezad.
Cuando estaban en la tarea, le indique con la cabeza a Olga que le tocaba, no hizo falta explicación para saber que tenía que hacer, el único culo disponible era el del maricón, y no sin trabajo se la metió de golpe.
-Ufffffff, este culo está muy follado SEÑOR.
Era algo que ya daba por sentado, además el muy maricón estaba empalmado y acompasaba los pollazos que le daba Olga, con la boca de su mujer. Yo tenía una mano en cada coño, y las iba masturbando. En un momento solo se oían gemidos, menos Andrea que solo chupaba, y yo, que estaba saciado el resto estaban gimiendo y gritando de placer. Veía al cornudo haciendo verdaderos esfuerzos para no correrse…
-Podéis correros.
Nunca había visto tanta compenetración, los cinco a la vez se corrieron, MI PERRA y su madre me dejaron las manos empapadas, que se las lleve a la boca para que las limpiaran. Mientras veía como a la sirvienta se le caía la corrida de su marido por la comisura de la boca. Olga se salió del maricón y se dejó caer en el suelo derrengada de cansancio y placer, mientras el maricón le dejaba al cornudo la polla limpia.
-No quiero el suelo sucio sirvienta, a ti se te ha caído y tú lo limpias.
-Cómele el coño a la sirvienta que se lo ha ganado OLGA.
Arrastrándose se acercó a la sirvienta y llevando su boca al coño, empezó a comérselo, y no le dio tiempo a mucho, porque agarrándole la cabeza y hundiéndosela aún más en su coño, la sirvienta se corrió entre gritos y gemidos, quedándose las dos tiradas en el suelo sin poder moverse.
-Por hoy ya está bien, y que os quede claro algo, vosotros cuatro estáis solo para servirnos a nosotros tres, y ninguno de vosotros puede hacer nada sin permiso nuestro.
Los cuatro a la vez contestaron si SEÑOR.
Falta por relatar lo que pasó la noche anterior entre Olga y el cornudo, y como se separó Olga de su marido, pero eso ya lo dejo a la imaginación de cada uno.
A veces en 72 horas se puede vivir más que en toda una vida…
Soy Amo, me encanta la dominación, sobre todo me gusta tener, someter y humillar a parejas, y a quien se quiera iniciar, o conocer este estilo de vida.
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