De cómo descubrí que mi suegra era maravillosa

Todo comenzó hace tres años, les diré que tengo 33 años y la señora tiene 47 años, ella es una mujer que esta buenísima, es bajita y blanca, tiene unas tetas grandes y un culo enorme, además de que su cintura en estrecha, en fin la señora tiene lo suyo, creo que si la vieran por lo menos se imaginarían muchas cosas con ella, pues es muy sensual.

Ella estuvo viviendo un buen tiempo en mi casa ya que se separo de su esposo por problemas que no me interesan, que señor tan tonto, como fue a dejar un manjar tan delicioso.

La atracción se dio desde hace más años ya que de repente notaba que me miraba muy distinto a los demás, varias veces la descubrí mirando mi entrepierna, pero lo bueno se dio hace tres años.

Ella regreso de trabajar por la tarde, yo había llegado minutos antes, les diré que esa tarde no había nadie en casa, se había ido toda la familia a una fiesta un poco lejos de mi colonia y tardarían por lo menos en regresar cuatro horas más.

Al entra ella a casa nos cruzamos y nos saludamos cordialmente, me gusta ser galante y le dije un piropo, les confieso que no me imaginaba lo que pasaría más tarde. Salí a la tienda y me tarde unos minutos.

Al regresar a casa la encontré con una blusa muy delgada y note que no llevaba sostén, no se si me provocaba, pero se veía riquísima.

Me metí a bañar, mas tarde me confesaría que me espió por una rendija de la puerta del baño, no me di cuenta, al salir me pidió que le ayudara a cambiar un foco, ya que ella no alcanzaba, le dije que si me permitía un momento ya que tengo la costumbre de salir del baño únicamente con la toalla, no me pongo nada, así que se imaginarán como estaba de incomodo por la situación.

Me dijo que no me quitaría mucho tiempo, que no me diera mi importancia, le explique que me tenía que poner los zapatos y me dijo que no me preocupara, que ella se subiría a la silla y pondría el foco, que yo le detuviera la silla por si llegara a resbalar.

Se me había pasado decirles que también llevaba puesta una falda corta y al subirse a la silla, si poder evitarlo vi que no llevaba puesto nada, pero lo mejor de todo fue ver que tenia perfectamente rasurado su coñito, se veía hermoso, limpiecito y rosadito, creo que lo hubieran visto se les hubiera parado hasta el corazón, que espectáculo.

Termino de poner el foco y al bajar me miro hacia mi entrepierna, mi toalla no escondía nada de mi erección, mis 17 cm se notaban en su totalidad, nos miramos, les confieso que no sabia que hacer y creo que ella también pues esperábamos ambos lo mismo, pero no nos atrevíamos a tomar la iniciativa.

Ella se animo y me dijo que si me podía ayudar en algo pues me notaba algo extraño, no conteste pues ella me tomo mi herramienta y la empezó a masajear, les diré que nunca me lo habían hecho con tanta delicadeza, creo que es la experiencia, en seguida me quito la toalla por completo y se inclino a darme la mejor mamada de mi vida, era divino sentir el entra y saca de su boca en mi pene.

No me dejo hacer nada, pues ella tomo toda la iniciativa, cuando ya estaba en mi punto, se quita la falda y me enseña su coñito lindo, se metió los dedos y con la otra mano me masajeaba mi pene, nunca había sentido algo así.

Me senté en el sillón y ella se monto en mí y cabalgaba como una amazona, experta como ella sola, se vino primero que yo, ella seguía montada hasta que me derrame dentro de ella, les confieso que estaba muy necesitada pues lo hicimos durante una hora, pues terminábamos un round y en seguida me daba unas mamadas que mi pene volvía a crecer.

Al terminar me volví a bañar y prometimos hacerlo tan seguido como se diera la oportunidad. Les contare como lo hicimos muchas veces, pero esa es otra historia.