Capítulo 2

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Trabajo y placer II

Por la mañana me desperté y Alberto y Laura aun dormían a mi lado, mi cuerpo estaba lleno de leche, sudor y meadas de mis amantes, pero aún sentía todo el placer que me había invadido.

Me levanté y tomé una ducha, salí y solo me puse encima una remera larga quedando desnuda debajo, ya que hacía bastante calor, y fui a la cocina a preparar el desayuno, mientras lo estaba preparando llegó Alberto, esta totalmente desnudo y con una erección tremenda, parecía que la noche le había dejado reponer fuerzas, se acercó a mí y me abrazó por detrás, sentí su tremenda verga contra mis nalgas, él las notó desnudas y comenzó a besar mi cuello, bajó por mi espalda y llegó a mis nalgas, las besaba y las abría para lamer mi culito y llegó hasta mi concha, su lengua se deslizaba por mis labios vaginales que empezaron a mojarse, así casi me llevo al borde del orgasmo, entonces se levantó y apoyando su verga en mí concha, me abrazó fuerte y me la clavó entera de un golpe por la concha, me cogía fuerte y duro, tuve que sostenerme contra la mesada de la cocina aguantando sus embestidas, definitivamente había repuesto fuerzas y me cogía duro, fue corto pero intenso hasta que ambos acabamos juntos, otra vez su leche inundó mi interior con otra acabada abundante.

Entonces terminamos de preparar el desayuno y subimos para unirnos a Laura, al llegar la desperté diciéndole que estaba lista su lechita caliente, entonces me subí sobre ella y poniendo mi concha en su boca la abrí un poco y cayó en su boca parte de la leche que Alberto acababa de echar en mí, ella la tragó con gusto y nos dijo que parecía que habíamos empezado temprano.

Entonces Alberto le dijo que no se pusiera celosa que para ella también había y se acerco poniendo su verga cerca de la boca de Laura que no tardó en metérsela a la boca y chuparla fuerte, la verga de Alberto se volvió a poner bien dura, yo me uní a Laura para comérsela, cuando estuvo en su máximo esplendor, él se montó sobre Laura empezó a cogerla, despacio primero y fuerte después, la cogió por un buen rato mientras yo la besaba y chupaba sus tetas, hasta que ella acabó fuerte y él también ahora inundando con su leche la concha de Laura, saque su verga y se la lamí y chupe hasta dejarla bien limpia.

Luego los tres nos bañamos juntos, pero sin sexo, ya que Alberto nos propuso salir y visitar un lugar cercano, así lo hicimos y pasamos el día fuera, visitando lugares y disfrutando mucho.

Luego Alberto nos dijo que pasaríamos por la casa de un amigo que estaba cerca, llegamos y nos recibió un hombre un poco mayor que Alberto, como de unos 40 años, pero de buen cuerpo, alto y fornido, similar a Alberto, también atractivo y muy agradable, charlamos un poco y Alberto lo invitó a cenar por la noche.

Volvimos a la casa y Alberto nos dijo que debí ir comprar algunas cosas para la cena y preparar todo, así que nos dejó para que nos preparáramos nosotras, charlando con Laura me dijo que el amigo de Alberto, su nombre era Sebastián, le había gustado mucho y estaba muy dispuesta a cogérselo esa noche y así me podía dejar a solas con Alberto, que se notaba que era lo que él quería, le dije que yo no lo había notado, pero ella me aseguro que se notaba como él me miraba muy especialmente y seguro me deseaba tener a solas, la idea a mi no me disgustaba, así que ambas íbamos a tener lo que queríamos.

Y las dos nos vestimos para la ocasión, yo me puse ropa interior de encaje roja, con una minifalda y un top que resaltaba mis enormes pechos, Laura se puso un vestido liviano, también minifalda, y ropa interior negra.

Nos maquillamos bien y bajamos a buscar nuestros machos, que ya estaban esperándonos y que al vernos se quedaron duros de la impresión de ver a dos hembras impresionantes como nosotras listas para cualquier cosa, sobre todo Sebastián que no nos había disfrutado como lo hizo Alberto.

Cenamos y nos divertimos mucho, luego nos sentamos en el living y allí la cosa comenzó a calentarse, hablando de sexo y fantasías, enseguida estábamos los cuatro, Laura con Sebastián y yo con Alberto, abrazados y a los besos, manoseándonos y enroscados uno contra otro y enseguida cada uno se fue a una habitación, al llegar comprobé lo que me había dicho Laura, Alberto me dijo que no podía esperar a tenerme sola para él, entonces lo hice sentar en el borde de la cama y comencé a bailar para él, sensualmente y desnudándome poco a poco.

Él gozaba con el espectáculo, vio como sacaba mi top y como caía mi minifalda dejando ver la ropa interior de encaje roja, él me dijo que era la que más le gustaba y calentaba, así me acerque a él sin sacarme aún la ropa interior, me arrodille y desabroche sus pantalones, saque su verga que ya estaba totalmente parada y dura, la comencé a lamer toda de arriba abajo, hasta sus huevos, la lamía en círculos sobre su cabeza roja e hinchada, la fui chupando poco a poco, cada vez mas profundo en mi boca, Alberto solo gemía y se dejaba hacer, disfrutaba el placer que le daba mi boca, con toda su verga enterrada en mi boca, me la trague profundo, hasta mi garganta y empecé a chupársela fuerte, la metía y sacaba completa de mi boca, chupándola fuerte y apretada en mi boca, la sentí hincharse, me la clavé entera en mi boca y Alberto no aguantó más, explotó en mi boca, su leche empezó a correr por mi garganta, la fui tragando, eran ríos de leche me costó no ahogarme, pero tragué y tragué todo lo que me daba, estaba caliente, y bebí hasta su ultima gota, lamí toda su verga y la deje bien limpia y brillante.

Entonces Alberto se desnudó por completo y me acostó en la cama, empezó a besarme, mi boca, mi cuello, sacó mis tetas por sobre mi sostén y la chupó con pasión, chupaba mis pezones duros, los mordía suave, yo gemía de placer, siguió bajando con su boca por mi cuerpo, llego a mi tanguita y lamió mi concha por sobre la tanga que ya estaba húmeda de mis jugos, siguió besando y lamiendo mis muslos, volvió sobre mi conchita y ahora hizo a un lado la tanguita y lamió mis labios, mi cuerpo se convulsionó con su lengua, que atrapó mi clítoris y lo excitó al máximo, lo chupaba y metía dos dedos en mi concha, así me llevó al orgasmo, exploté en su cara y bebió toda mi acabada abundante de jugos.

Su verga ya estaba lista de nuevo y yo deseaba mas, así que quitó mi tanga pero me pidió que dejara mi sostén con mis tetas por fuera.

Entonces me monté sobre él y lo cabalgue fuerte, ambos estábamos muy excitados y calientes, cabalgaba duro sobre él clavándome toda en su verga, mis tetas saltaban en cada clavada en su verga, me agaché para que me las comiera y seguí cabalgándolo más rápido y fuerte, acabé de nuevo sobre esa enorme verga que me llenaba de placer, entonces él me dio vuelta y continuo cogiéndome sobre mí, lo hizo fuerte y duro un rato, hasta que a punto de acabar sacó su verga y la puso entre mis tetas, apreté su verga con ellas y lo pajeaba fuerte, sentí como su verga se hinchaba y estalló entre mis tetas, sus chorros de leche alcanzaron mi cara, mi boca, mi cuello, sacudió bien su verga y baño mis tetas con su leche caliente. Volví a chuparlo para limpiar su verga que no tardó en estar dura de nuevo, era impresionante como se recuperaba rápido y estaba listo para coger de nuevo, por supuesto no lo desaproveché.

Ahora se puso acostado detrás de mí, en posición de cucharita, con su verga golpeaba mi conchita mojada, recorría mis labios con su verga y me excitaba, le pedía que me cogiera pero me hacía desearla, finalmente, de un golpe me la clavó entera, grité de placer, sentí como era llenada por esa verga gruesa que empezaba a entrar y salir de mi interior, me cogía rápido, fuerte, mientras me embestía apretaba mis tetas besaba mi cuello y mi espalda, otra vez mi hizo acabar fuerte, y mientras prolongaba mi orgasmo, sacó su verga de mi concha y me la clavó toda por el culo, ahora grité pero mezcla dolor y placer, aunque enseguida todo era placer, mi culo parecía que ya estaba adaptado a esa enorme verga y la recibía sin problema, toda esa verga metida en mi culo me llevaba al limite del placer, entraba y salía entera de mi culito, los dos gritábamos de placer, cogíamos salvamente los dos, él me clavaba fuerte y duro, yo me movía por momentos en círculos sobre su verga y por momentos clavándome mas contra él.

Entonces giré un poco y quedé sobre él de espaldas, con la verga toda clavada en mi culo, comencé a cabalgarlo fuerte y rápido, abría y cerraba mi culito succionando su verga, fue demasiado para Alberto que comenzó a lanzar grandes chorros de leche en mi culo, lo que me hizo acabar otra vez fuerte por mi culo, que se contraía por el orgasmo y exprimió la verga de Alberto hasta la ultima gota, caímos de nuevo rendidos en la cama. Nos abrazamos y besamos con pasión, nuestros cuerpos excitados y convulsionados por el orgasmo, se unieron para descansar juntos, pegados uno al otro.

Desperté mas tarde y me sorprendía al ver a Alberto con una nueva erección, ya no me quedaba mucho tiempo, ya que debíamos irnos porque ese día regresábamos a casa, pero aproveche el ultimo momento y empecé a chupar esa verga dura y se puso aún mas dura y grande en mi boca, la chupaba fuerte, la saqué y me daba vergazos en la cara, Alberto ya se había despertado y disfrutaba mi mamada, yo miraba con mi mejor carita de puta y lo chupaba entero, me comía toda su verga, profundo en mi boca y cuando noté llegar su leche, la saqué de mi boca y la pajeaba frente a mi cara, los primeros chorros se estrellaron contra mi cara, abrí mi boca y recibí algunos que trague, otros golpearon mis mejillas, su enorme verga no paraba de escupir leche, pase su verga por mi cara desparramándola toda, lo miré y contempló mi cara bañada en su leche, chupe su verga le saque hasta la ultima gota, él me tomó y me besó fuerte, compartiendo su leche con nuestras lenguas en mi boca, eso no le importó y demostró lo buen macho y amante que era.

Solo quedó tiempo para bañarnos juntos como despedida, donde la mamada la recibí yo y le entregue un orgasmo mas, me uní a Laura y nos despedimos, en el viaje de regreso nos contamos todo lo que habíamos hecho, ella también lo había disfrutado mucho y pasado muy bien.

Así volvimos con el contrato firmado cumpliendo el trabajo que debíamos realizar y también con todo el placer que habíamos obtenido en una experiencia que no esperábamos pero que nos había dejado muy satisfechas, y deseando poder volver pronto a México y a visitar a Alberto.

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