En el trabajo
Esta historia es real y me ocurrió hace apenas 2 días.
Soy un chico de 22 años y trabajo en mi propio negocio junto con mi socio, que resulta ser un amigo de toda la vida.
Llevamos trabajando juntos casi dos años y nunca me había ocurrido nada parecido.
Por el tipo de trabajo que desarrollamos nos desplazamos a las casas o locales de los clientes y tenemos nuestra «oficina» en el ático de la casa de mi amigo.
Una mañana tuvimos dos avisos al mismo tiempo y cada uno atendimos uno.
Yo termine antes que mi socio y decidí aun así ir a su casa para terminar un trabajo pendiente.
Me abrió la puerta la madre de socio y amigo, es una mujer, viuda desde hace casi 10 años, de unos 50 años aunque no lo se seguro que se conserva muy bien.
A pesar de su cuidado cuerpo, con un culito apretado siempre por unos vaqueros y unas tetas que no se apreciaban muy bien por las blusas anchas que usaba pero que se podían imaginar grandes, nunca me había fijado en ella como una mujer sino como la madre de mi amigo.
Nada mas entrar me dijo que su hijo había llamado diciendo que tardaría un par de horas aun. Yo la dije que lo sabia y que le esperaría terminando algo pendiente.
Ella me dijo que si quería tomar un café con ella antes de seguir trabajando a lo que acepte pues me sentaría muy bien. Ya en la cocina me pidió que la bajara del estante superior un paquete de azúcar.
Me subí a una banqueta que ella me facilito y antes de poder coger el azúcar la silla cedió y aterrice en el suelo con todo el culo.
La madre de mi amigo se reía y yo no sabia si también reír o llorar puesto que me dolía, al darse cuenta de que me había hecho daño ella se acerco y sin mas me dio la vuelta y tocándome el culo me decia que donde me dolía, yo muy inocente se lo señale y antes de que mediera cuenta me había bajado los pantalones y me tocaba la zona dolorida.
Yo estaba perplejo y la dije que ya estaba mejor a lo que ella contestó que no me moviese que quería ver mejor si tenia algo.
Yo temía que se diera cuenta de que tenia una erección por lo que intente subirme el pantalón pero no pude, y lo que conseguí fue que se me bajara mas sin mas remedio de que mi pene quedase a la vista de la madre de mi amigo.
Ella se quedo parada mirando sin decir nada mientras yo aun en el suelo me quede petrificado esperando su reacción para poder irme.
Pero su reacción fue muy distinta de la que yo esperaba pues se agacho y cogió mi pene acariciándolo con mucho cuidado. En ese momento me di cuenta que llevaba mucho tiempo sin probar el sexo.
Me miro a los ojos y sin soltar mi pene me beso en la boca. Yo podía notar su nerviosismo.
Yo me encontraba algo reacio a la situación pero cuando nuestras dos lenguas se encontraron me dio un escalofrió y ya no pude resistirme.
La separe de mi la insinué que me la chupara, ella dudó un poco pero finalmente bajo su cabeza y se la metió en la boca, que dulzura! No tarde en correrme manchándola toda su ropa.
Después de la maravillosa mamada me puse de pie y la levante apoyándola en la encimera de la cocina, la bese en los labios y fui bajando mi boca hasta sus pechos mientras la desabrochaba la blusa.
Ante mi surgieron unos pechos grandes y caídos pero muy apetecibles que se encontraban duros y con unos pezones rosados y erectos.
Mientras le comía las tetas ella gemís y poco a poco la desabrochaba los pantalones cuando estaban ya abajo dirigí mi boca a su concha y apartándola las bragas con mi lengua le pude le pude hacer la comida de coño que jamás he hecho.
Mi lengua se perdía dentro de ella mientras se oían sus gemidos en esto cogí su culo y lo apreté hacia mi provocándole un orgasmo.
Llegado este punto me puse en pie la bese y la pregunte que si quería que siguiésemos adelante ella asintió con la cabeza y me dijo que despacio que hacia mucho que no sentía a ningún hombre dentro.
Y dicho y hecho, coloque la punta de mi pene a la entrada de su cueva y despacio fui empujando mientras en mi cuello sentía la respiración de aquella mujer que estaba disfrutando como si fuese su primera vez.
Una vez dentro de ella empecé a bombear acelerando el ritmo provocándole otro orgasmo que la hizo montarse sobre mi y cabalgar como nadie me lo había hecho que maravilla.
Aquella mujer llevaba mucho tiempo sin acostarse con nadie pero no había perdido la practica.
Al cabo de un rato yo me corrí dentro suyo y fuimos bajando el ritmo de las penetraciones mientras nos besábamos. Yo me senté a fumar un cigarro y ella fue al baño.
Cuando salió entre yo me duche y salí. Estuvimos hablando de que había sido maravilloso y que no se lo contaríamos a nadie.
Ayer no fui a trabajar por lo que no se como están las cosas pero si sucede algo mas se lo contare a ustedes aquí.