Lolly
Lolly desearía que estuviera en tus manos, o en tu boca, o entre tus tetas, o bien insertado en tu coño
Relatos eróticos
Lolly desearía que estuviera en tus manos, o en tu boca, o entre tus tetas, o bien insertado en tu coño
Cierto que en las duchas algunos chicos se mofaban y habían comenzado a llamarme “El manguera”
Hoy es un día muy importante en mi vida, hoy aquí expreso el amor mas grande que yo haya sentido en vida.
Mi vecino mirón después de ratonearse con mi cola resultó ser un macho bárbaro.
Dos compañeros de trabajo se desean sin atreverse a dar el primer paso, después de darlo uno de ellos, el sexo está asegurado.
Era un hermoso San Bernardo, con un gracioso porte, le dije hola Tobi, le acaricie la cabeza y creo que me tomó cariño inmediatamente
La verga del artista estaba ahí incólume, como un grueso pincel pronto a dibujar nuevos orgasmos en mi conchita…
Enrojecido y temblándome las piernas, miré hacia él, clavando mis ojos en la tremenda tranca que tenía el tío aquel.
Te veo salir de la ducha y extiendo mi mano con tu trago, lo recibes guiñándome un ojo atrevido, prometiente y perverso.
Continúa la iniciación filial con mi mamá, esta vez, va la segunda vez.
Primera experiencia sexual de una apasionada pareja de jóvenes mientras ven la televisión en el sofá.
Cabía por completo en mi boca y la succioné con fuerza, poco a poco fue creciendo dentro de mí hasta llenarme por completo
Desde muy pequeña su pasión ha sido mamar vergas y después de casada lo sigue siendo.
Mi mujer siempre había sido muy recatada, pero salió la puta que llevaba dentro para convertirse en la mas caliente de las zorras.
Después de mostrarle la dominación, su preciosa novia le viene con algunas sorpresitas en el closet.
Con mis hermanas siempre compartí la misma cama, un día miré a Verónica como a toda una mujer.
Mi empleada no había quedado completamente satisfecha desde que la encule, ella quería que la enculara todos los días.
Lo sentí entrar y se fue directamente a cepillarse los dientes, yo fingía detrás del vidrio borroso de enjabonar mis tetas y muslos
No me quedo otra opción que permanecer en cuatro patas sintiendo su nudo, su esperma y disfrutando los orgasmos
Mustafá me había visto, y vio como dudaba en si entrar o no, así que, sin quitarme la vista de encima, llevó su mano a su entrepierna