¿Te ha ocurrido alguna vez que tienes un secreto que te presiona tenazmente, tanto que por momentos sientes que no puedes con él, que te pica por dentro y quieres comunicarlo, pero la persona específica a quien quieres comunicarlo es precisamente aquella a quien menos debes recurrir con este propósito?. Si así es me comprenderás.
Nicolás, tal como estaba previsto, regresó a su casa al cuarto día de haber partido. Fue recibido por Lucía con un suave beso en los labios y encontró en ella placidez y tranquilidad a difería con la ansiedad que el esperaba encontrar en su esposa debido a los días que había estado ausente.
Desde entonces, no hago más que pensar en el momento de llegar a casa y nada más entrar pajearlo, esté donde esté. Así se me va poniendo de dura en el coche o en el metro.
Lucía rinde y entrega el último bastión de su cuerpo a Ringo.
Llegó la mañana de la partida de Nicolás y tras despedirse de ella y de sus padres partió y regresando Lucía al interior de la casa se topó con Ringo que la miro fijamente pero esta vez ella noto en los ojos del perro intenso y particular brillo.
Lucia lo conoció el mismo día en que Nicolás, su novio, la llevó a casa de este para presentarla formalmente, ante los padres de él, como su novia.
Un sudor frío recorría todo mi cuerpo, la puerta estaba entre abierta, no encendí las luces del pasillo, quería ver como se lo estaba montando aquel hijo de puta con mi novia, ja, bueno con lo que había sido mi novia.
Después de que mi perro Jack me follara en mi habitación, durante un buen rato del cual yo goce como la perra que soy.
Eran cerca de las doce del mediodía del sábado cuando llegue, y Nippur estaba en el patio, ladro mucho cuando sintió que alguien entraba a la casa, entonces me acerque a la ventana y comencé a hablarle, a llamarlo por su nombre y se fue tranquilizando.
Yo iba llegando de la escuela, me sentía muy cansada, me senté en el sillón a descansar antes de entrar a mi cuarto, me senté como llegué, toda abierta de piernas y como la falda de mi escuela es muy corta, se me veía todo.
Un experiencia contada por una mujer muy caliente desatentida por su marido.
Relato de zoofilia. Una mujer se inicia en los placeres zoofilicos con el perro que su hermana le dejó encargado.
Este caballito del que les hablaba, es muy cómico, debido a su color blanco con manchas café, pelo muy largo sobre su cuello y una cola frondosa y extensa que lo hacía lucir muy elegante.
Como mi madre trabaja fuera por las tardes y mis hermanos están estudiando en la Universidad y tienen clases toda la tarde, me sorprendió encontrar a alguien en casa, se trataba de mi hermana menor, Danitza, que no había ido al colegio.
Entonces yo me dispuse a bañarme y note que el agua estaba bastante buena y al meterme hasta la cintura note como un calentón y me empecé a empalmar y excitar sin otra razón que la soledad y el agua.
Fue delicioso sentir como mi perro me bombeaba su pene, en mi interior, y ver mis tetas bambolearse por los movimientos de mi amante...
Cerré la puerta y me senté en el sillón, el perro se volvió a acercar y otra vez metió su hocico entre mis piernas, yo las abrí, porque aquello me estaba excitando bastante.
Me tumbé, cogí el tubo de leche condensada, me abrí el coño con la otra mano y me eché una generosa ración. Comenzó a lamer, con más nerviosismo que de costumbre, ansioso.
Marcos es un compañero de trabajo que tiene un perro Rottweiler de dos años, puro, entrenado y todo.
Mariela había enloquecido, tironeaba del perro y lo follaba con todo su cuerpo, Lucky emitía unos ligeros y agudos chillidos sintiendo los músculos de mi esposa que ordeñaban con fuerza su pene, tal y como lo hace conmigo