Hola, hoy quiero contar la primera experiencia sexual que tuve con un animal, específicamente un perro…

En primer lugar, voy a contar un poco acerca de mí.

Me llamo Micaela, soy de Argentina, soy morena, mido un metro ochenta, soy bastante alta, lo sé. Mi cuerpo es de lo más normal, pero soy bastante nalgona y también bastante caliente; siempre me gustó el sexo, tanto que siempre me he masturbado por lo menos 2 cada día, claro, cuando no tengo pareja.

..

Bien, paso a contar algo de mi vida. Se da el caso de que por mis malas decisiones no me a ido tan bien como yo quisiera.

A los 16 años quedé embarazada y a los 17 ya era madre. Si bien el papá de mi hijo se hizo cargo de él económicamente hablando, para mí fue un golpe duro, porque tener un hijo me privó de muchas cosas; ya no pude seguir estudiando ni cumplir mis metas y sueños. Los hombres con los que salí nunca me tomaron en serio; solo querían divertirse conmigo, así que yo también hice lo mismo. Sinceramente, solo con el papá de mi hijo me sentí completamente satisfecha en el ámbito sexual y sentimental. Bueno, más bien él me hacía sentir bien en general. Lastimosamente, cuando salí embarazada, mi familia se opuso firmemente a que yo me fuera con él; yo, sinceramente, en ese tiempo tampoco puse mucho de mi parte para seguir con él…

Aunque suene un poco triste mi historia, la verdad, ahora que entiendo mejor las cosas, no me arrepiento de nada, pues así es la vida y pues nada hay que seguir…

Ahora sí, a contar mi primera vez en este mundo zoofílico. (Cabe decir que pasé 3 años aproximadamente sin saber que más gente compartía mis gustos y que la práctica sexual con animales se llamaba «zoofilia»)…

Todo ocurrió en el dos mil veinte en tiempos de pandemia; en ese tiempo recién había quedado soltera. Y con el cierre de los comercios me quitaron el trabajo, algo que me preocupó mucho, ya que tenía un hijo que mantener. Le avisé al papá lo que sucedía, así que me dijo que si yo estaba dispuesta, él podía llevarse a nuestro hijo para que yo me preocupara solo por mí. Lo pensé bastante; al final me decidí a acceder. Le pregunté a mi hijo si él estaba de acuerdo en irse con su padre por un tiempo.

Cabe mencionar que para ese entonces mi hijo ya tenía 8 años. Él me dijo que si a mí no me molestaba, a él le encantaría estar un tiempo con su papá… Llegó el día, el papá de mi hijo llegó por él. Yo le expliqué que esperaba que ojalá esta situación fuera solo por un tiempo. Él me dijo que no había ningún problema y que también contara con él por si necesitaba ayuda con cualquier cosa…

Bueno los primeros días todo normal nada extraordinario pasaba la misma rutina despertar caliente, masturbarme ,levantarme a bañar luego a holgazanear y por la noche antes de dormir otra vez masturbación y así pasé un par de días; no me preocupaba por mis alimentos ya que él gobierno ejecutó un plan para repartir una canasta básica por familia y también yo colaboraba con la alcaldía a repartir dichas canastas ya que un amigo mio y que también es mi vecino trabajaba en la logística para repartir los víveres. así que siempre que se hiban a empacar las canastas el me decía que le ayudará y me pagaban ese día. también le ayudaba en otras cosas relacionadas con la prevención de contagios y asi, con lo que me pagaban lograba mantenerme: lo único que si me estaba desesperando eran las ganas de coger, despertaba en la madrugada con la vagina empapada, me masturbaba intensamente pero nomas no se me quitaban las ganas.

un día ya amanecido casi las 6:am me desperté por un fuerte ruido, era él perro de mi vecino peleando con otro, más bien le estaba partiendo su madre a otro perro, yo me puse ropa e inmediatamente fui a ver que ocurría, pero mi vecino ya estaba ahí intentando que su perro dejará al otro, yo le ayude y el otro perro logró escapar…

El perro de mi amigo es un dóberman pero es muy manso, yo le pregunté porqué había atacado al otro perro, el me dijo que su esposa tiene una perrita una «pug «y estaba en celo y que a pesar de ser pequeña los perros estaban cachondos por los olores qué desprendía la perra. ya por la tarde noche otros perros andaban rondando por ahí cerca, entonces mí veciamigo tomó la decisión, de llevarse la perrita a otro lado ya que eso era lo mejor que podía hacer , llevarse a la perra lejos de ahí. para evitar cualquier pelea entre los perros dado que habían bastantes ya qué vivimos en una zona rural, si bien el terreno donde están nuestras casas tiene una barda pero es sólo al frente por que él terreno está al lado de la calle, así que los perros podían rodear la barda para entrar.

Justo cuando mi amigo y su esposa se estaban yendo, se acercó otro perro y el dóberman, sin pensarlo, lo atacó, pero mi veci-amigo lo detuvo, metió a su perro a la camioneta y le dijo al otro perro: «¡¡¡Chirzo!!!», qué haces acá, ándate a tu casa!!!». Yo morí de la risa y le digo: «¿Por qué le dices chorizo?». Y él se ríe también y me dice: es que este perro es semicallejero y una vez estaba cerca de la cancha, estaba con una perra y cuando terminaron su acto reproductivo, el perro le sacó la verga a la perra y literalmente le llegaba al suelo la pija; todos lo vieron y desde ese día lo bautizaron como «Chorizo» por tremendo chorizo que tiene ja,ja,ja. Yo solo me reí y le dije que tontos son, ¡¡ja,ja,ja!! Antes de irse, mi amigo me pidió que por la noche le diera una ojeada a su casa…

Ya por la noche, tipo las 11, escuché unos ladridos. La verdad, no le di mucha importancia, pero como no me podía dormir, decidí levantarme a ver qué estaba pasando. Salí así como estaba, solo con una camiseta blanca un poco grande que apenas me cubría las nalgas; debajo solo traía puesto un cachetero de encaje y en los pies unos Crocs… Al llegar cerca de la casa pude ver que había dos perros pequeños; andaban olfateando el lugar y

montándose entre ellos, yo les hablé fuerte… Les dije, par de maricones, ¿qué hacen aquí? Váyanse a dormir. Ellos se me quedaron viendo fijamente y uno me ladró. Les hice un chasquido con los dedos y empezaron a mover la cola; me pareció divertido y me agaché y ellos se acercaron muy dócilmente. Como estaba oscuro, no podía distinguir bien a los perros, pero uno de ellos rápidamente me empezó a lamer la cara, muy juguetón. Yo inmediatamente le empecé a hablar de manera tierna. —¿Qué haces acá, bebé? La perra ya no está y vos aquí de calenturiento —le decía mientras lo acariciaba; él se dejaba dócilmente.

De repente siento algo frío en mis nalgas que me hizo dar un pequeño brinco por el susto;era el otro perro que me estaba olfateando el trasero. ¡¡¡Uuyy!!! —¿Qué haces? —le dije mientras él me siguió olfateando. (En mi mente me dije a mí misma: «¿Será que el olor de mi vagina lo atrae?»). Sonaba raro, pero esa idea se plantó en mi mente y me empecé a calentar.

¿¿Sería posible que los perros pudiesen confundir el olor de mi concha con el olor de una perra en celo?? De repente, un lengüetazo sobre mi calzón me trajo de nuevo a la realidad; la piel se me erizó ¡¡¡UFF!!! Qué rica lengua, pensé al sentir que el perro me lamía las nalgas y, de pronto, el otro me lame justo sobre la vulva que se estaba poniendo a punto de caramelo y empezaba a chorrear.

No podía creer lo que me estaba pasando. ¡¿¿Estos dos perros me quieren coger, pensé!!?

No sé porqué pero creo que fue la falta de sexo más que todo lo que me llevó a hacer una tontería: me metí un dedo en la vagina y se lo di de probar a uno de los perros, el muy complacido me lo lamió enseguida, ¡¡¡wow!!! Pensé que esto va en serio; hice lo mismo, pero esta vez se lo di de probar al otro e inmediatamente hizo lo mismo que el anterior. Abrí mis piernas para que sintieran más mi olor; inmediatamente se acercaron, pero al querer olfatearme los dos al mismo tiempo, se empezaron a gruñir entre ambos. Inmediatamente los regañé con autoridad y se calmaron. (¡¡¡Uff!!! Eso me puso más caliente aún; ¿sentía que hasta por mis piernas escurría mi lubricación y hasta el ano me palpitaba?)

Ya con la calentura a mil decidí seguir el juego, pero no lo haría ahí; estaba muy cerca de la casa de mi vecino. Si bien no había nadie, no me sentía segura ahí, tampoco los llevaría a mi casa porque si no luego no habría manera de sacarlos de ahí… Así que me dirigí hacia el monte. A unos 100 metros de la casa había una especie de zacatal muy grande, pero recordaba que hace poco habían talado unos árboles ahí para hacer madera y justo ahí había quedado un claro donde podría seguir el juego con mis amigos perrunos.

Mientras caminaba, los perros no dejaban de saltar e intentar jugar conmigo, y yo sentía mi corazón latir a mil por hora, seguramente por la excitación. Las piernas las sentía débiles, me temblaban, llegando al lugar, busqué un trozo de madera para sentarme. Una vez sentada, abrí mis piernas y los perros inmediatamente se abalanzaron a lamerme mi vulva. Los dos me lamían por encima de mi ropa interior; para ese entonces mi calzón estaba empapado entre la baba de los perros y mis jugos. Las lamidas se sentían super ricas ¡¡¡ hay JUEPUTA QUE RICO!!! Decía en mi mente: «No soporte más», y me quité mi cachetero para que me lamieran directamente la concha.

Anhelaba sentir esas lenguas dentro de mí; pero al hacerlo, los perros empezaron a pelearse (se estaban peleando por mí). Eso me puso más caliente. Rápidamente los regañé y uno de ellos se dio por vencido y se alejó un poco; el ganador inmediatamente se dedicó a hacerme el mejor sexo oral del mundo. [[¡¡¡AAHHH!!!]] papi que rico, este perro parecía endemoniado al momento de lamer, me lamía hasta el ano, la velocidad de esa lengua me estaba matando placer, de vez en cuando el perro se detenía y se lamía su capuchón…

hasta ese momento me había dado cuenta que sólo había pensado en mi misma, y al parecer el perro también necesitaba estimulación, inmediatamente busqué su funda con una mano mientras con la otra le acariciaba el lomo, el se dejó encontré su funda y sentí dentro un delgado y pequeño pene, se sentía duro pero bastante pequeño le hice una especie de paja y el inmediatamente empezó a hacer movimientos coitales, eso a mi me prendió aún mas lo dejé y el siguió lamiendo mis hoyitos, volví a buscar su funda pero está vez hice que la paja durará más tiempo, ahí pude descubrir que su pija crecía rápidamente, me detuve al sentir unos chorritos de líquido en las manos pero está vez al soltarlo ya no buscó seguir lamiendo si no qué me agarro fuerte una pierna y me empezó a bombear eso entré qué me dio risa me calentó muchísimo también.

No lo podía creer yo estaba deseando verga y este perro al parecer me la quería dar, me soltó la pierna y se lamió su verga, mi pierna quedó muy mojada por sus líquidos, así como estaba de caliente se me ocurrió seguir jugando con el, pero el al parecer ya no quería seguir lamiendo el malparido perro me la quería meter, se me agarraba de dónde podía y me culeaba por todos lados, en una de esas me hecho hacía atrás quedando yo e posición de misionero con mi culo sobre el pedazo de madera y mi espalda sobre el suelo, el perro se me abalanzó agarrándome por las caderas y el quedó enmedio de mis piernas, empezó a moverse buscando metérmela yo me calenté al máximo no me importó nada solo me quede quieta a ver si me la metía pero no le atinaba, creo que la posición era incomoda, yo me quedé asi el me dió un par de lamidas y se me volvió a montar está vez me agarro mejor y por primera vez me la metió ¡¡¡ahhh!!! Papi, gemí; me habrá penetrado unos 3 ó 4 segundos, pero la pude sentir. Si bien se sentía delgadita y cortita, su temperatura, su lubricación y la velocidad a la que la metía y la sacaba compensaban la falta de tamaño.

Al bajarse, inmediatamente me regaló un par de lamidas más y, de un salto, me agarró nuevamente y me empezó a tantear, pero esta vez solo me piqueteaba muy cerca del culo, si bien estaba muy deseosa de ser penetrada parecía que sería imposible…

Entonces se me ocurrió hacer juntar un poco de aserrín para acostarme sobre él, para quedarle más a su altura. Hice un montón y me acosté sobre él; inmediatamente, mi amante de turno se me trepó y, de tanto intentarlo, me la metió toda hasta el fondo. ¡¡¡Haaayy!!! Grité del placer. Yo tenía las piernas bien abiertas y levantadas eso permitió que el perro tuviera mejor agarre que las otras veces. En esta ocasión sentía hasta cómo sus huevos chocaban con los labios de mi concha, escuchaba los jadeos del perro y los sonidos provocados por la culeada que me estaba dando; estaba en lo mejor cuando se detuvo y se bajó, sacándomela de un tirón…

Como esta vez duró más cogiendome, su verga estaba más grande y me dejó un pequeño dolor en la entrada de mi vulva.

Si bien mi vagina está siendo complacida era solo por momentos por que él perro parecía que solo podía coger así, en pequeños lapsos. me sentía un poco frustrada hasta que el otro perro se acercó y estaba vez no pelearon el otro perro me dió unas ricas lamidas pero nada más, esté otro solo me agarraba la pierna..

fue entonces que se me ocurrió ponerme en 4 patas como un hembra de su especie, está vez me quité la camiseta para quedar totalmente desnuda puse mis Crocs bajo mis rodillas para no lastimarme, separé lo las que pude mis piernas sentí que mis nalgas se abrían de par en par, pare bien el culo y agaché mis hombros. uno de los perros inmediatamente me comenzó a lamer, en está posición las lamidas se sentían mas rico, supongo que sería porqué asi estaba mas expuesta , estuvieron alternándose hasta que uno decidió montarme y me empezó a bombear pero asi en esa pose me acertó a las primeras!!!oohhh¡¡¡ exclamé al sentir que me introdujo su caliente y mojado pene, esa sensación tan rica de sentir esa verga entrando y saliendo de mi vagina me encantó de una forma inexplicable, aunque era pequeño pero como ya dije la velocidad era lo que lo hacía muy rico, lastimosamente la penetración duraba apenas segundos , luego el otro se me montó también pero éste me la metió en el culo yo me asusté mucho y me quité rápidamente, aunque la sensación me gustó no les daría mi culo a éstos perros, me quedé asi en cuatro patas dejando que los perros me culearan, pero mi frustración aún seguía presente ya que por mas que lo intentaban solo me la metían un par de segundos y se salían, yo agaché mas mi culo para quedarles más bajita y asi uno de ellos si me agarro bien y me la enterró todita, por primera vez sentí qué éste si me iba hacer correrme, sentía su verga entrando y saliendo, la penetración producía un sonido cómo un chapoteo muy húmedo y podía sentir su falo ensancharse dentro de mí mientras las embestidas no paraban en un momento el bombeo se hizo mas corto pero mas fuerte, sentía su leche caliente dentro de mí estaba llegando al clímax, junto con mi marido de turno (¡¡¡aahhh!!! Papi, ¡¡asíii!! ¡Cojeme, métemela toda, hazme tu puta! ¡¡¡Dame tu rica leche, le decía !!! Ufff!!!…

Cuando un ruido me sacó de mi trance, empecé a escuchar como que alguien se acercaba y el otro perro empezó a gruñir y a ladrar inmediatamente.

Yo me asusté mucho pensé que alguien me iba a descubrir , muchas cosas pasaron por mi mente, como explicaría lo que estaba haciendo, pero mi preocupación fue interrumpida por un gruñido muy fuerte y otro perro salió del monte y atacó al que me estaba cogiendo. El perro que me tenía enganchada, al sentirse atacado dejo de cogerme y al intentar defenderse me sacó su verga de un tirón que está vez si me hizo doler, yo me quedé ahí tirada algo adolorida y confundida porqué no entendía lo que estaba pasando, me sentía confundida entré el éxtasis y el susto estuve aturdía unos segundos hasta que entre en si fue ahí que vi un nuevo perro qué era el qué atacó a los 2 qué estaban conmigo. Esté perro era más grande y siguió atacando a los otros hasta que éstos se retiraron un poco, yo me quede expectante a ver que hacía el perro recién llegado, aunque estaba oscuro podía notar que este perro era bastante mas grande, la silueta se me hizo familiar, lo mire fijamente y le dije ¡¡¡CHORIZO!!! El perro soltó un pequeño chillido y se me acercó. (Este perro mide unos 60 centímetros a la cruz; es hijo de una perra de raza «galgo» y un mestizo de dogo argentino. Chorizo se me acercó alegre; yo le acaricié el lomo y él se me restregaba por todo el cuerpo parecía que me conocía de siempre. Yo pensé: «¿Será que también sintió mi olor a hembra?».

En eso se me ocurrió darle a probar mis jugos vaginales a ver como reaccionaba, el los probó de mi mano e inmediatamente buscó el lugar de donde provenían, al encontrarse con mi concha toda empapada se detuvo y dió un par de resoplidos lentos luego me empezó a lambérmela muy lento y rico este tenía la lengua mas larga y mas fuerte, aunque era mas lento que los otros sus lamidas se sentían mucho mejor, así lo dejé hasta que se me ocurrió hacer el mismo procedimiento que había hecho con el primero, así deslice mi mano hasta su funda y le empecé a pajearlo él empezó a culearme la mano, a diferencia del anterior éste lo hizo con mas fuerza y velocidad tanto que casi me bota y eso que solo era mi mano la que culeaba , ¡¡¡ufff!!! Eso me puso a mil; empecé a imaginar cómo se sentiría eso dentro de mí. Si con el pequeño se sentía bien, con este sería mejor…

Me puse en cuatro dándole mi colita y le dije ven papi cógete a esta hembra que hoy voy a ser tú perrita en celo. Estoy deseando tu verga dentro de mí…

el inmediatamente se acercó olfateandome en esa nueva posición y me empezó a lamer , al perecer le encantó mi ano por que no dejaba de pasar su lengua por encima de mi esfínter, yo me sentía en el cielo sentía su lengua rugosa casi entrando en mi calenturiento ano, el siguió asi pero nomas no me montaba le hice la paja pero nada solo culeaba al aire, entonces como pude me lo monte yo misma algo que me costó mucho ya que este perro pesaba mucho, una vez logre montarmelo el entendió de lo que se trataba, y comenzó a moverse pero me agarro muy fuerte de la cintura que me clavo las uñas y me hizo doler mucho, me lo quite como pude y le dije ¿ que pasa nene ? ¡Cálmate se paciente que pronto me vas a meter la verga!.

Él solo intentaba encontrarme el culo para seguir lamiendo. Me puse nuevamente mi camiseta para que no me rasguñara y me puse en cuatro, ofreciéndole mi culo otra vez. Al parecer, ya había entendido, porque inmediatamente se me montó y se empezó a acomodar, agarrándome fuertemente. Como era un animal muy grande, casi me sujetó por las costillas .

Sentía tan rico se Agarré, el calor de su cuerpo, su fuerza hasta su olora perrosucio. ¡¡¡Ufff!!! Me tenía loquita de deseo. Una vez me tenía bien pescada, me empezó a tantear buscandome él hoyo ; sentía unos chorros calientes lubricar tanto mi ano como mi concha que parar ése momento estaba abierta y escurriendo

. Por mi mente se cruzó que tal vez me la podía meter en el culo, pero no me importó en ese momento; solo quería sentir una verga dentro de mí para sacarme toda la calentura que tenía acumulada. Así estuvo, pasando la puntita de su pija entre mis nalgas; yo estaba rogándole que me la metiera, deseaba perdidamente sentir su pene dentro de mí…

En un movimiento me la metió poquito; yo suspiré: ¡¡oohh!! ¡¡¡ufff!! Luego me la volvió a mandar, pero esta vez sí la metió toda hasta el fondo; la sentía deslizarse dentro de mí. Estaba supercaliente, era delgada, pero se sentía bastante larga. La penetración duró nuevamente 3 ó 4 segundos, pero para mí fue una eternidad de placer. El perro se alocó tanto que se cayó a un costado mío, sacándome su pija; yo, sollozando, le dije: «No me hagas esto, papi, por favor, métemela»…

Él se lamía su miembro mientras yo le suplicaba: «Ya, jueputa, ¡¡¡métemela yaah!!!». Cógeme, métesela a esta hembra, dame verga meteme tu pijota. el maldito parecía encantarle qué yo le suplicara ya que se quedó inmóvil, parecía que gozaba torturandome, haciendo que le suplicara por una cojida. está vez apoyé bien mis manos para mantenerme firme él me dió un par de lamidas y se me trepó , está vez le costó menos y a la primera me la metió toda de una sola estocada que la sentí hasta adentro me apretó muy fuerte y estaba vez si la sentía en todo su esplendor entrando y saliendo de mi complacida vagina.

nunca había sentido una penetración tan fuerte y rápida, la culeada era tan fuerte que mis nalgas sonaban como si estuviera aplaudiendo, mis tetas bamboleaban de un lado a otro y yo no paraba de gemir el perro me estaba dando la culeada de mi vida , escuchaba sus jadeos al lado de mi cara, sentía su olor a perro, se escuchaba él chapoteo qué hacía su verga al meterse en mi dilatada concha, ¡¡¡aasii!! Papi Cojeme, partime, métemela toda, préñame le decía, no soporte más y me empecé a correr del gusto, mordía mis labios, hacia fuerza para poder mantenerme en 4 aguantando las embestidas de mi macho el placer era tanto que por un momento sentí que me iba a mear del placer. fue en ese momento que mi cuerpo sucumbio me fui de cara hacia el suelo, pero mantuve el culo levantado puse mi cara sobre mis manos mientras sentía que chorro tras chorro salían de mi uretra por primera vez en mi vida estaba experimentado un orgasmo tan fuerte qué me llevó a la eyaculación, solté un par de chorritos, a cada chorro por mi cuerpo recorría un corrientazo que me llevaba al cielo, sentía las paredes de mi conchita quemándose por la verga caliente de mi macho, sentí como su pija empezó a crecer dentro de mí, sentía sus eyaculaciones , su leche me quemaba el útero me estaba expandiendo la vagina a mas no poder ,nunca en mi vida me había sentido así de repleta, disparé unos 5 chorros más qué casi me hacen desmallarme del placer, el perro se detuvo para ese entonces tenía sus patas delanteras sobre mi espalda, clavándome las uñas yo me empecé a relajar y asimilar lo que estaba ocurriendo el perro hizo un movimiento como para bajarse, intentó girarse pero solo lo hizo a medias, bajo sus patas delanteras de mi espalda se giró un poco dejando una de sus piernas encima de mis nalgas y la otra en el suelo, podía sentir su verga creciendo aún más dentro de mí vagina, empecé a sentir que su punta estaba entrando en el cuello de mi útero, para mi era una sensación nueva se sentía fabuloso, de repente pude sentir que su pija pulsaba dentro de mí y con cada pulsación un chorro de semen perruno intentaba fecundarme, así me quedé gozando hasta que el bajo la pata que tenia sobre mis nalgas quedando totalmente pegada a el , recordaba haber visto perros apareandose y ver que se quedaban culo con culo, pero jamás me imagine qué sería posible que se pudiera hacer inter-especie. Al quedarme enganchada a el empecé a sentir bastante dolor pero era un dolor electrizante porqué estaba al límite entre pacer y dejar de disfrutarlo , el perro se movía y yo sentía que me estiraba mi concha a más no poder así estuve gozando su sabrosa verga quizás unos 10 minutos.

hasta que el empezó a jalar, yo le decía, quieto, quédate quieto por favor , porqué me hacía doler , pero no hubo nada que hacer de un fuerte jalón me la saco sonó un ¡¡¡PLOOP!!! Acompañado con una abundante cantidad de semen que sentí que escurría por mis piernas hasta llegar al suelo y de mi boca salió un pequeño grito de dolor , dolor que fue inmediatamente calmado por la lengua de mi macho, las lamidas parecieron ser el bálsamo qué necesitaba mi adolorida vulva el me lamió hasta dejarme seca, en ese momento decidí devolver el favor a mi nuevo marido le sobe el lomo con una mano mientras con la otra le agarré la pija vaya sorpresa ¡¡aah cabrón!! Dije que pijota, con razón te dicen «Chorizo». Le palpe la pija, calculé unos 25 centímetros de largo y unos 8 de gruesa y en la base un nudo del tamaño de una pelota de béisbol. Jueputa, qué vergota, le dije; al parecer no le gustaba que se la tocara, pero se la agarré de atrás de la bola y suavemente se la empecé a mamar la puntita, se sentía puntiaguda , luego se la quise chupar toda ¡¡Ufff!! Apenas me cabía en la boca; chupé suavemente todo lo que pude, luego con mi lengua se la recorría toda. Su sabor era bastante salado y tenía un olor como metálico y cuando le chupaba la punta, me lanzaba chorros de semen; este era bastante líquido y su sabor bastante dulzón. Así estuve hasta que se le bajó la erección. Me levanté, me acomodé mi camiseta; mi calzón ni lo encontré. Así, con las piernas todas temblorosas, empecé a caminar hacia mi casa. Me sentí sucia, complacida; me ardía un poquito la cancha, las piernas me temblaban y la brisa fresca de la media noche me erizaba toda mi piel, pero me sentía supercomplacida y feliz porque había encontrado un nuevo amante que me había tener un orgasmo como nadie lo había hecho jamás.

Saludos y espero poder contar más de mis experiencias con otros perros, ya que ese fue mi inicio en este rico mundo…