El exhibicionista I

Desde que era joven me ha fascinado desnudarme y exhibirme delante de alguna persona, algunas veces a la empleada de turno o las chicas que pasaban frente de la ventana de mi cuarto sin cortina, a la novia de turno, amigas, amigos, etc.

Aún después de casado proseguí con esta actividad. Hace ya algunos años que tenemos una empleada se trata de una mujer madura de unos 45 a 50 años, bien presentada con unos senos grandes y un cuerpo que sin ser el mejor es bastante aceptable, su nombre es María.

Recuerdo cuando ella se cambiaba de ropa en el cuarto trasero de la casa y yo la miraba furtivamente sí que ella se percatara. Inicie mis exhibiciones con tacto con el fin de comprobar cuál sería su reacción, primero me paseaba en interiores de un cuarto a otro rápidamente con el fin de que ella me mirara solo por unos instantes, así poco a poco ella se fue acostumbrando a mi presencia, luego fabrique yo mismo con material de las medias veladas de mi mujer unos interiores más pequeños donde mi verga quedaba más forrada y en transparencia con una simple tirita por la parte de atrás, cuando eso no existían las tanguitas brasileñas de hoy en día, con la misma estrategia la fui acostumbrando poco a poco, luego fui más atrevido; primero me masajeaba mi pene hasta que estuviera bien duro luego me ponía las tanguitas las cuales obviamente quedaban pequeñas para los 20 cm de miembro y con cualquier excusa me detenía en frente de ella a conversar por unos minutos luego daba vuelta para que ella pudiera verme completamente y me retiraba a mi cuarto, así seguimos durante algún tiempo cada 8 días después de que mi mujer salía a su clase de cerámica de 2 horas. La verdad ella no mostraba mucho interés pero tampoco lo rechazaba, fabrique toda clase de ropa interior alguna trasparente del material de las medias de mi mujer otra muy pequeña hasta llegar un día cuando me desnude totalmente, un día después de ducharme y con mi pene erecto salió cubierto con la toalla levemente ajustada la cual cayo cuando cruzaba frente a ella, camine como si nada por unos cortos instantes, ella no dijo nada así que volví a salir y con un tema de conversación cualquiera cambié opiniones frente a ella, la verdad fue muy excitante esta situación la cual empecé a repetir con frecuencia incluso con mi pene previamente erecto salía a conversar con ella un rato mientras con una de mis manos lo acariciaba para sostener la erección.

Esta actividad se convirtió en rutina supongo que no le disgusta mucho ya que cada sábado ella sabía que le esperaba. Alguna vez le pregunte si le molestaba y ella me respondió que estaba en mi casa y podía hacer lo que quisiera eso sí que no la fuera a irrespetar. Como me encantaba también exhibirme en otros lugares (historia que después les contare) le consultaba a ella como se me veía alguna prenda que fabricaba o un short de mi mujer, etc.

Algún día María llegó con un dolor de espalda muy fuerte, le sugerí un masaje con un equipo manual que tengo, ella accedió con gusto y se recostó en mi cama, yo desnudo como de costumbre me dispuse a masajear su espalda mientras ella estaba boca abajo, sin camisa y con el brasiere suelto, mi excitación fue instantánea mi verga tomo su gran tamaño y empecé a tocarle la espalda con ella al vaivén del masaje, estuvo incluso muy cerca de su cara frente a sus ojos, luego como retribución le pedí un masaje para mi primero en la espalda y piernas y luego por delante, era imposible para ella no ver mi pene muy erecto sin embargo ella me aplicaba el masaje y no decía nada, luego me quede ahí mismo y me masturbaba hasta que toda mi leche salía y caía encima de mí, desde donde estaba ella podía ver perfectamente lo que yo hacía.

A esta actividad rutinaria de cada semana le fui sumando algunas variantes todo con el fin de evitar que María mi público se cansara de ver lo mismo siempre, ya estábamos viviendo en el nuevo apartamento ubicado en un quinto piso el cual por su ubicación no contaba con vecinos al frente y atrás de manera que podía andar tranquilamente por todo el apartamento teniendo las cortinas y el balcón totalmente abiertos, esto me daba un sentido de libertad máximo y me impulsaba a hacer cosas nuevas.

Esta vez se me ocurrió utilizar algunas prendas de mi mujer así que cuando María estaba en la cocina me acomode unas tangas brasileñas negras y un brasiere del mismo color el cual rellené con espuma para formar bien los senos luego me coloque unos zapatos de tacón y me pasee por el apartamento hasta la cocina, mi excitación era máxima y podía notarse mi miembro en la tanga, tome una fruta y le pregunté a María como me veía ella si le gustaba, note su sorpresa al verme y ser preguntada pero luego me dijo que me diera vuelta para verme y me dijo le parecía muy extraño ver a un hombre así pero que se veía bien.

Luego de esto me dedique a realizarle todo un desfile utilizando todo lo que tenia disponible de prendas de mi mujer, fue un gran día el cual rematamos con una minifalda muy corta que me coloque pero esta vez sin tangas de manera que la parte inferior de la falda apenas tapara mi pene parcialmente erecto, con una camiseta corta y el brasiere inflado me pasee frente a ella, dando vueltas sobre mí mismo de manera que la minifalda subiera un poco y dejara ver mi verga ya muy erecta después de todo ese día no se la había mostrado toda, la miro y se sonrojo un poco lo cual aproveche para lentamente irme despojando de cada prenda hasta que por ultimo solo quede con la minifalda me la desabroche y muy lentamente la deslice hasta quedar totalmente desnudo luego tome mi mano la empape de saliva y lubrique mi miembro, comencé con movimientos lentos a recorrerla toda y fui aumentando la velocidad lentamente hasta llegar a un ritmo rápido y parejo me le acerque un poco y continúe masturbándome hasta que por fin salió un chorro de líquido el cual llego hasta ella y toco parte de su falda el resto me lo eché encima llego hasta mi cara y pecho fue la verdad una cantidad impresionante de semen la que salió, quede exhausto después de esto, ambos nos retiramos y me di un buen baño con agua caliente.

En otra ocasión después de llegar María cuando desayunábamos ella me comentó que había tenido un sueño muy terrible le pregunte como había sido y me contó que soñó que un día estaba yo como de costumbre desnudo en la casa acostado en mi cama viendo una película porno ella en ese momento estaba limpiando mi habitación y de reojo también miraba algo de la película, luego yo empecé a masturbarme ella no pudo más que seguirme con los ojos hasta cuando salió ese líquido espeso como lo llama ella y mojo mi cuerpo, la cama y el piso cerca de ella, en ese mismo instante sintió que se abría la puerta del apartamento y entraba mi mujer, imagínese el susto decía ella cuando la doña nos encontró a usted desnudo untado de semen, a mi junto a la cama y una película morbo en la tv, afortunadamente en ese instante desperté de la pesadilla y pude comprobar que no era cierto, reímos un rato con el sueño y simulamos como seria aquello en la vida real, luego ella me dijo que por favor tuviéramos cuidado de que esta situación no se fuera a dar, a lo cual yo le dije que siempre tomaba precauciones y por eso nunca nos había sucedido.

Como ya estaba un poco cansado del mismo público busqué otra mujer a la cual enseñarle mi habito, Patricia es una chica la cual atiende una tienda de artículos para los aficionados a los acuarios, recientemente había recibido un acuario como regalo de un primo que viajaría y me eligió para que siguiera con sus peces, como no tenía mucha experiencia en el tema estuve visitando mucho a Patricia, nos volvimos amigos y aprovechaba la salida de mi mujer aquel día para ir a conversar con Patricia durante un rato, como era temprano acostumbraba colocarme una camiseta con pantaloneta y tenis y visitarla, cuando considere que ya teníamos alguna confianza comencé a no utilizar ropa interior debajo de la pantaloneta, esto no era evidente para nadie, pero cuando la luz del sol entraba por detrás de mí en el local de Patricia podía entonces apreciarse a contra luz que no tenia ropa interior, yo de manera distraída hacia esto abriendo un poco las piernas conversaba con ella y observaba como disimuladamente bajaba la mirada la clavaba en mi pantaloneta se sonrojaba y volvía a mirarme a la cara, todo era como involuntario, nos despedíamos y hasta el otro sábado, con el tiempo me fui volviendo más atrevido, una vez me coloque una pantaloneta de mi mujer era de algodón pequeña muy corta, pero no me quedaba totalmente ajustada al cuerpo, al colocármela sin ropa interior mi pene al colgar quedaba tapado pero apenas cubierto por unos pocos milímetros, antes de salir consulte a María como me quedaba, ella me dijo que era muy pequeña para mí a lo que le dije que de eso se trataba que luego hablábamos que salía para el acuario, para evitar accidentes en el camino con personas conocidas me baje la camiseta un poco y oriente mi pene hacia arriba con esto pase desapercibido en la calle, al llegar al acuario subí la camiseta y deje colgar mi pene, salude a Patricia como de costumbre y converse un rato con ella, puede observar como ella de manera distraída bajo la mirada, no se encontró lo de antes pero dejo su mirada unos instantes más como examinando que pasaba.

Yo pretendiendo hacer un estiramiento me estire hacia arriba quedando apoyado en la punta de los pies, este movimiento muy rápido basto para que mi pene se asomara un poco y fuera visto por Patricia, su reacción fue inmediata aparto la vista y se sonrojo muchísimo no sabía que decir yo como si no me diera cuenta proseguí como si nada, mi pene se ocultó nuevamente pero empecé a excitarme y mi verga a crecer de seguir así se saldría toda, me moví un poco y baje la pantaloneta unos centímetros con esto mi verga quedo asomada unos 10cm, camine mirando ejemplares y pude observar en el reflejo de los vidrios como Patricia miraba fijamente mi trasero como queriendo que diera la vuelta, luego lentamente me gire y observe otros ejemplares era inevitable ver mi pene, de reojo pude ver como ella le dedico por lo menos 1 minuto, luego entro un cliente y ella rápidamente se adelantó a atenderlo mientras yo ocultaba mi pene, me hice en la parte del fondo del acuario mientras bajaba mi erección, ya era tarde me despedí de Patricia y me fui a mi casa, como de costumbre termine masturbándome con María.

Pero mis encuentros con Patricia no terminaron ahí, luego les cuento que más hice con ella.