Un encuentro casual en la videoteca, con mi mochila y cincuenta dólares, un sexo rápido y un desenlace a mi favor.
Cuando pase de regreso de la cocina a mi cuarto, Eric se había quitado la camisa dejando a la vista un pecho precioso con unas tetillas paraditas y unos cuantos vellos alrededor de estas. Había puesto su camisa sobre el sofá. Estuve tentado a tirarme encima de el, pero me contuve, no estaba seguro que el sintiera lo mismo por mi.
Su tía es una mujer madura por aquel entonces debería de tener 45 o 46 años casada, vivía en nuestro mismo edificio, no era alta mas bien bajita, algo rellenita, pechos chiquititos aunque no caídos a pesar de haber tenido dos hijos, y lo mejor un culo impresionante, grande como a mi me gustan, es decir era la típica mujer madura que a mi me encantan, y yo soñaba a veces con ella, haciéndome unos pajotes terribles.