El día que conocí a Gina vestía un jean super apretado que acentuaba su cola y una camisa escotada que sugería más de lo que mostraba, desde ese primer día meterme en su cama se volvió para mí casi una obsesión.
Después de tomar yohambina no puede controlar su excitación junto a tres hombres y su pareja, que la usan anal y vaginalmente.
A veces cuando todo es color de rosa hay que tener cuidado con las espinas, y a veces para ganar hay que sacrificarse.
En un futuro surrealista, el sueño de muchas zoofílicas como yo es una realidad...