Cada deseo tiene un origen… El mío comenzó el día en que descubrí lo prohibido... Desde entonces entendí que mi placer viviría en las sombras… Recuerdo que mi primer acercamiento al dulce placer fue una tarde de fin de semana. En mi casa vivía mi tía, una mujer madura
Soy Samantha como saben soy de Tampico mis historias son 100% un poco de lo que he estado viviendo ahora como mujer tengo ahora 19 años han pasado muchas cosas después de mi último relato. en vez de decirle a mi mama que me independizaría decidí decirle la verdad que era una chica trans.
María se levantó se acercó a mi mesa y se sentó en ella. Me miró fijamente y acercó su cara a la mía, besándome. Está vez yo correspondí, abrí mi boca y enzarcé mi lengua con la suya. María llevó su mano a mi pecho y gimió. Me lo acarició con mucha suavidad pasando la yema de su dedo
Como saben soy Samantha, asi me puso mi novio madurito y compañero de la ofi. soy de Tampico saben que el tiene 60 y yo 18 y ya hemos vivido unas aventuras juntos, pues ya llevamos 3 meses de novios y les contaré la noche que me quede a dormir con él, pues ya saben que es viudo.
Conocí a Lucía en una fiesta. Al principio no sabía que era trans, pero su deseo y su polla me acabaron volviendo loco. Empezó con un beso… y terminó con ella follándome como nadie lo había hecho. Descubrí un placer nuevo, intenso… y ahora solo pienso en repetir
Mi novia se fue el finde y su ex apareció sin avisar. Lo que empezó con miradas y provocaciones acabó en un polvo inesperado. Clara, tan guapa como atrevida… y con sorpresa entre las piernas, me hizo vivir una noche que no voy a olvidar fácilmente
Martina nos cogió a los dos. Nos hizo acostar uno encima del otro boca abajo con nuestras colitas a su disposición. Nos fue cogiendo alternativamente. Era hermoso sentir el cuerpo de mi amigo mientras íbamos recibiendo en la cola la pija de Martina
Nos besamos como si nos conociéramos de toda la vida y nos sentamos a comer. La velada fue muy divertida, pues parecía que fuésemos dos amigos que llevaban mucho tiempo juntos y salían a comer.
Miré hacia atrás y contemplé una escena gloriosa: el cuerpo moreno y delicado de Bianca, bañado en sudor, se arqueaba hacia atrás, de forma que proyectaba hacia adelante aquel rabo fogoso, que yo notaba desaparecer rítmicamente entre mis glúteos.