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Sailor Moon: Un futuro diferente I

La puerta de adelante se abrió y de ella se apeo una mujer portando un elegante uniforme de chofer que le daba un cierto aire militar, pero lo que realmente sorprendió a Serena fue el hecho de que su piel era negra, hasta ese momento solo había visto gente de color en los noticieros y en la películas, las facciones de su rostro era algo toscas, sus labios gruesos y sus ojos verdes como los de una pantera tenían algo amenazante.

La comadre

Estábamos en el club, los cuatro con otras parejas amigas, y Jorge mi compadre tenía que regresar temprano porque debía atender a un cliente del exterior, así que nos pidió a mi mujer y a mí que lleváramos de regreso a Roxana.

Familia o goce

El sábado a la tarde, la costumbre era ir de compras al Shopping, hacia una semana que no mantenían relaciones, ella le propuso, dejar a Esteban con la abuela e ir a revolcarse a Córdoba Capital, eso hicieron, ella estaba tensa , pero dejo que el avanzara, no fue un gran polvo, pero tampoco pudo decir que no sintió nada.

La historia jamás contada

Me sentí mas aliviado, toda la presión se desapareció, veía a mi abuelo totalmente diferente, al apreciar que tras de sus ojos verdes su rostro fuerte y su temple, existía un hombre capaz de amar con tal intensidad a una mujer que nunca la olvido y fue capaz de amar con tal intensidad a mi abuela que aun mantiene ese sentimiento a flor de piel.

La mujer del paralítico

Hice que su bata cayera en el suelo pasando mis manos sobre sus hombros, hasta que solo se quedo vestida con una braguita blanca, bajé mi cabeza hasta sus senos y ella echo su cabeza hacia atrás mientras chupaba como un lactante con una fruición que dejaban escapar gemidos de su boca.

Real y a distancias

De esa manera podíamos vernos perfectamente a nosotros mismos y a la otra pareja que había cambiado ligeramente su postura: podíamos ver el bamboleo de los pechos de ella ante las embestidas de su pareja, los gritos de ambos seguían llegando claramente por los altavoces y mi mujer empezó a moverse.

Secuestro y seducción

Al salir de aquel trance en los espejos, como cuando se entra al laberinto de éstos en una feria y encuentras la salida, me encontré nuevamente contemplando aquella casona por entre aquel tamizado verde de hierbas cuando un amigo me saluda a gritos y me vuelvo a él.