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La perra de Zesar

La perra de Zesar

El otro día viendo las carantoñas que una amigo hacía a su perra le pregunté:

¿Cuánto quieres a Nelea?

Mucho.

¿Más que a tu novia?

Después de esta pregunta el me empezó a contestar las ventajas que tenía Nelea respecto a su novia.

En primer lugar Nelea era mucho menos exigente que Laura, mientras que Nelea se mostraba harto agradecida con un simple paseo a Laura la tenía que llevar al cine, de compras aguantar alas amigas,… para después (eso no me lo especificó.

Además Nelea no tenía madre, bueno tenerla la tenía por huevos pero al menos estaba emancipada.

Mientras tanto Laura aún vivía con su madre y quien no tiene historias con los padres de la novia.

¿Qué qué haces con ese pichacorta?, que te dediques a estudiar.

Bueno no mencionemos cuando a los padres se les chafa una cena y están a las once en casa.

¿Pero qué haces a las once en la cama?.

¿Cómo así no te has puesto el camisón?, que si te cambias de bragas.

Y mientras tanto mi querido amigo Zesar con un calentón de la hostia debajo de la cama.

Menos mal que la tiene pequeña porque sino imagínate el espectáculo de tener la cama inclinada, ya sabes cuál es el cateto que falta.

Me siguió enumerando ventajas.

Llegó a la de sexo en grupo. Todos tenemos fantasías de llevarnos a las gemelas Bernaola o las chicas de friends a la vez (después de babear durante unos minutos seguiré escribiendo).

Lo que os decía mucha fantasía pero a ver quien encuentra dos chicas dispuestas a satisfacer tu tortuosa mente.

Pues Zesar lo tenía más fácil con Nelea.

Para empezar siempre había algún perro dispuesto, por ejemplo el perro A-paleto (le llamaron así por el apellido del dueño, a mí no me cuentes) siempre estaba dispuesto a montárselo con la perra de Zesar como os podéis imaginar él no le hacía ninguna gracia.

En el fondo es algo celoso.

De momento no había tenido ninguna relación de sexo en grupo, de hecho sólo se lo había montado con Laura… y con Nelea.

Ahí es cuando exclamé,- ¡Pero te has tirado a tu perra!.

El caso es que no se la había tirado sólo quería reírse de mí. Todos sabíamos que la tenía enseñada para que con un poco de caramelo se la chupara y por lo que contaba debía de hacerlo de puta madre.

Cuando alguna vez ibas a su casa y tardaba más en bajar, no dejes que te chupe el perro, te lo aconsejo.

Para tener satisfecha a una mujer en la cama es igual que a una perra. No vas a conseguir que llegue al orgasmo pero tu quieres pensar que sí. Por eso después de follarte a tu novia la preguntas:

¿Te ha gustado?.

Bueno podías haber esperado un poco, haberme tocado más,….

Menos mal que antes de que ella abriera la boca tu ya te habías dormido.

Al día siguiente recordarás como te dijo todo lo que disfrutó.

Respecto a que los animales (hembras) no tienen orgasmos, es una cosa de cultura popular, creo que es de Iriarte la fábula del granjero y la granja.

Os la cuento sin rima.

Estaba el granjero con la granjera en la cama.

La granjera estaba leyendo una de esas novelas eróticas con las que engañan a las mujeres y las ponen cachondas (gran invento).

En esto que se pone melosa y le dice bajándose el camisón.

Sabes que la mujer es la única hembra que puede tener orgasmos.

El granjero la mira perturbado.

Se pone a pensar, al cabo de unos segundos se levanta y se dirige al corral.

La mujer le mira extrañada (Iriarte no lo cuenta pero cuando se fue el granjero la mujer se empezó a masturbar).

Empieza a oír alboroto en el gallinero ve como una a una se encienden todas las luces de la granja. Al cabo de un rato vuelve el granjero y le dice.

Con las gallinas y las conejas estoy seguro, pero tal y como grita la cerda es imposible saberlo.

No puedes dejar que nadie te toque ni la moto ni la novia, porque te la joden.

Pero qué más da que te cojan a la perra.

Además otra ventaja es el precio y no hablo sólo de las de pago.

Si te quieres tirar a una dama de la aristocracia tienes que buscar a una Sara Montiel o a una Duquesa de Alba, mientras que por mil euros ya tienes una perra de raza que te aseguran el pedigrí.

Luego como te gustaría que se pusiera tu novia es como va tu perra.

No pelees nunca más para quitar sujetadores ella las lleva siempre al aire.

Para qué gastarte un montón de dinero en ropa sexy para tu novia y en restaurantes caros, a tu perro con un buen hueso y una ración de polla ya la tienes contenta.

Además tu perra no controlará cuando llegas a casa.

No te dirá que has bebido demasiado.

No le dolerá la cabeza cuando a ti te duele la polla.

Es más fácil cambiar de perra que de mujer. La perra no se quedará con más de la mitad de tus cosas.

Se tiró así más de una hora enumerando miles de ventajas y al final me convenció.

En cuanto acabe de escribir esto me voy a comprar una perra con clase para ir donde Brad Pitt a convencerle que sale ganando si me la cambia por Jennifer.

¿Qué te ha parecido el relato?