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La historia jamás contada

La historia jamás contada

-.Apúrate, apúrate que el abuelo ya compro todo para la parrilla!!! Coño apúrate!!!! Que papa se iba directamente del trabajo…

-. Bueno ya voy, ya voy, tu sabes bien Carlos, que no me gustan mucho esas reuniones de hombres con el mismo apellido, tu sabes que me fastidio allí, en esas reuniones donde todos los hombres de la familia se reúnen para contar las mismas anécdotas año tras año. Donde cada tío se pone a contar sus hazañas durante sus tiempos mozos. Realmente no me gustan esas reuniones.

-.Pero bueno, si solo es una vez cada tres meses! Y siempre te ríes de las anécdotas del tío Emnanuel. Es más, la abuela también lo hace con las tías y las muchachas por su lado.

-. Si, Carlos pero aun así no me gusta. No estoy de animo

-. Bueno apúrate, apúrate, Coño apúrate.

Una vez montado en el carro de Carlos, mirando por la ventana hacia la calle totalmente distraído, no entendía las palabras de mi hermano, tenia tanta preocupación en mi que todo al alrededor no era bien percibido.

Distraído y sin animo, llego a la casa del abuelo.

Hola, bendiciones y dios te bendiga, se escuchaban cada vez que llegaban uno a uno los hijos y nietos del abuelo.

Ya a las 7:00 pm estaban reunidos 18 hombres con el mismo tipo de sangre, el mismo apellido, aunque de caracteres diferentes.

Primero estaba el abuelo, hombre apacible, de buen carácter, generoso, honesto y recto de carácter.

Ojos verdes y cara de rasgos fuertes y nobles.

Luego estaban Emnanuel el primer hijo del abuelo, el chistoso, ocurrente y medio loco, el alma de la fiestas.

Luego estaba Carlos, serio, meticuloso y recto igual que el abuelo.

Le seguía Fernando enrique, hombre recio, peleón gerente de una empresa que la ha sacado a flote gracias a su temperamento fuerte.

Ricardo, genio de la música, toca mas de 16 instrumentos.

No sabe bailar pero puede acompañar tanto a una orquesta de salsa como a una filarmónica.

Luego el hijo mas pequeño del abuelo Beltran Tomas, matemático, con muy poco que contar de el.

Es el hijo que siempre pasa desapercibido, pero lo único que tiene excelente es su esposa.

Ella fue Miss Venezuela 2030.

Siempre me pregunto que vio ella al tío Beltran, no lo sé pero tienen mas de 8 años de casado y feliz matrimonio.

Luego en lo que corresponde a los sobrino están: (por orden de edad) Luis y Luis Raul (hijos del Tio Emanuel. Carlitos y Alejandro hijos de Carlos. Pedro Luis, Antonio, Ricardo Hijos de Fernando Enrique (faltaban Jesús Enrique y Armando). Ricardito Hijo del tío Ricardo. Beltrancito y Tomas elias hijos de Beltran Tomas. 18 personas del mismo tipo de sangre.

Eran las 8:15 pm y el tío Enmanuel se prestaba a pedir silencio a todos para contar una de sus anécdotas.

Yo estaba sentado en uno de los sillones con los audífonos puestos escuchando música.

Carlos con una cerveza en la mano le hacia señales para que prestaran atención a la anécdota del tío Enmanuel, sin embargo yo opinaba que mejor era escuchar a música.

El abuelo estaba en la parrillera del patio, asando costillas, chorizos españoles, pollo y chichurrias que le gustan al tío Beltran tomas. Nadie mas come de esas chinchurrias.

Luego ya a las 10:00 pm, todos los 18 hombres (incluyendo a Jesus enrique y armando que venían de su juego de bowlin), estaban sentados en una improvisada mesa larga. Todos comían con un gusto, algunos tomaban cerveza, otros vino y pocos refresco.

El abuelo tomando su vino portugués.

Yo mi cerveza light. Sin embargo, aun no estoy a gusto.

Carlos como siempre haciéndome señales para que colocara una sonrisa en la cara pero no puedo estoy muy contrariado.

El abuelo me tiene el ojo encima, me ha preguntado dos veces que me sucede, aun que el sabe que no me la llevo muy bien con el. Parrilla pasa de una lado al otro.

El tío Beltran tomas ya ha tumbado dos refrescos en la mesa y una guasacaca, pero ya todo lo esperaban, el es muy lento y medio torpe.

Será así con su esposa la Miss? Bueno no me lo imagino.

Los temas de la velada fueron, chistes, economía, deportes, fútbol, mujeres etc. de todo se comentaba en la mesa, tíos rodeados de sobrinos, hermanos con hermanos conversando.

Mientras tanto el abuelo solo apreciaba a todos, los veía conversar, veía a sus hijos y nietos charlar.

Era un sueño para el abuelo ver a toda su prole en una misma mesa, todos sanos, rebeldes pero sanos, peleones pero honestos. Era un crisol de personalidades, fisonomías y carisma. Era un sueño hecho realidad.

Yo presentía que el abuelo me veía constantemente, podía notar que estaba preocupado por mi, pues mi cara expresaba intranquilidad. Ya a las 11:30 luego de unos cuantos cigarros y Frangelicos, el abuelo se para de su sillón y se dirigió al estudio.

Tranca la puerta y luego de unos diez minutos abre la puerta y llama al tío enmanuel. Le susurra algo al oído, todos estamos atentos, pero solo vimos al abuelo meterse en su estudio.

El tio Enmanuel pide silencio, y dice que el abuelo quiere hablar con carlitos, tomas elias y con migo. Todo queda en silencio, algunos tíos se miran y se sonríen. Yo sigo los pasos de tomas Elías y juntos pasamos la puerta de entrada al despacho.

El abuelo, serio como siempre, esta sentado en su escritorio e indica donde se debe sentar cada uno. Las conversaciones son muy diversas. Siempre el abuelo escuchando y sus nietos hablando para luego darle alguna recomendación sobre los problemas que tienen cada uno.

A Carlos le indica que le dará un préstamo de 8 millones para reforzar la empresa de gráficos que tiene.

A Tomas Elías, le indico que llamaría a un amigo en el Seniat para agilizar la salida del puerto de un container de mercancía, que esta paralizado en el puerto desde hace mas de 4 meses.

Las conversaciones con mis primos no duraron mas de 20 minutos cada uno.

Al termino del tiempo tanto Carlitos como Tomas Elías, se retiraron con una mueca de alegría en la cara. El ultimo (Tomas Elías) me dice, bueno te toca a ti!!. Le respondo con un cordial “gracias cabeza de huevo jajajaj” y el abuelo se ríe a escondidas…

Quedo solo con el gran viejo del clan. Nos miramos por unos minutos, todo en silencio.

Yo miraba el humo de su puro elevarse y él sin expresión alguna en el rostro me miraba profundamente, como tratando de entender que tenia por dentro.

Me levanto y le digo que voy a buscar cualquier disco, para colocarlo en el equipo que esta en el despacho. Con una señal me indica que ok.

Salgo del despacho y todos me miran. Pude apreciar como mi papa saludaba y felicitaba a Carlitos por la respuesta que el abuelo le dio sobre su problema con la empresa.

Mas allá brindaban Tomas Elías con mi tío al solucionar lo del container. Sin decir palabra, sin mirar a nadie, sin expresión alguna, causando expectativas a todos me dirijo al equipo de la sala, saco el CD de Puccini y por la misma vía, dejando un silencio sepulcral entro nuevamente al despacho del abuelo.

Al trancar la puerta busco al abuelo en el escritorio, pero no estaba. Miro alrededor del despacho y no lo veo.

De pronto suena la puerta del archivo y sale el abuelo con lo que parece un álbum de fotos.

Con el puro en la boca, en la mano derecha un vaso de vino portugués y en la izquierda el álbum de fotos, el abuelo se sienta en su sillón y mirándome otra vez fijo a los ojos, me dice. ¿Como se llama ella?. ¿ como se llama ella?.

Con un dejo de asombre le digo ¿quien? No se de que hablas abuelo ¿quién? ¿no te entiendo?.

Se levanta de su silla, se dirige al carro de los licores y llenando su vaso, sin mirarme dice -¿ como se llama la muchacha que te tiene así?. Mi asombro es total, es definitivo, tiemblo un poco, me sudan las manos, trago con dificultad al sospechar que el abuelo me estaba leyendo la mente. ¿qué mujer abuelo no entiendo un coño?.

Se voltea y me mira, esta ves hay una expresión de tranquilidad, de saber que no esta equivocado, respirando pausadamente, se sienta y me dice. Mira nieto, yo se que no te gusta mucho mi compañía – cosa que de inmediato niego -. Yo se que es verdad nieto, que no nos la llevamos bien y te acepto así como eres. Pero lo que si me duele es verte tan desajustado, tan fuera de si y conozco esa mirada, mirada que una vez yo tuve.

¿ Como sabes eso de la mirada? ¿no pude ser una mirada de preocupación por los estudios, por el trabajo en la fiscalía, de fatiga, de preocupación por mi próximo informe? Tu no sabes abuelo lo que a mi me pasa, no creo que comprendas nada y esto lo digo sin intención a ofenderte.

Me recuesto del asiento, le pido un poco de vino y me ofrece un vaso nuevo señalándome que me sirva de su botella de vino (esto es poco usual, el abuelo no le da de beber a nadie sus botellas de vino portugués)

Mientras me sirvo, el abuelo toma un nuevo puro y me ofrece uno, lo cual rechazo. – anda esta bien, toma un puro, de estos, señalándome los de la izquierda del cajón, son suaves y acompañan bien ese vino mágico portugués que estas bebiendo. –Gracias abuelo, me honras. Pero aun no entiendo tu pregunta.

Prueba el puro, me dice, huélelo, ve como se eleva el humo, bebe un poco de vino, saboréalo, intenta mantenerlo al final de la lengua allí podrás apreciar su real sabor.

Mientras hago esto, el abuelo me dice –Quiero contarte una historia, una historia jamas contada, una historia que tendrás que olvidar antes de que des un paso después de esta puerta.

Una historia callada por muchos años, tantos que posiblemente se escape algún detalle. Una historia que nadie de esta familia puede saber.

Una historia que jamas fue contada ¿ Me entiendes nieto?. – Si abuelo, pero considero que no es necesario!!! – Nuevamente me pide que fume el puro y beba un poco mas del vino portugués.

El abuelo dice – es una historia de amor, de amor a primera vista de verdad, de ese tipo de amor que es tan fugaz que marca tu corazón, tu mente y tu alma. Un tipo de atracción que nunca te explicaras el por que -.

Interrumpiéndolo le digo, pero abuelo es un poco cursi esta vaina, realmente yo no tengo problemas de mujeres, de verdad que no!!!. Me mira fijamente y me invita a probar por tercera vez el puro y el vino portugués. En ese justo momento, todo se tranquiliza, escucho al abuelo y cada palabra que dice se empieza de dibujar en mi mente.

El abuelo me cuenta que – hace mas de 60 años, tal ves un poco mas, antes de estar de novio con tu abuela, era la época de los 90, comienzo del 2000.

Una década muy tranquila, de paz y hermandad.

Bueno trabajaba en la alcaldía del municipio y adquirí una vivienda en una urbanización cercana a la parte colonial de Guarenas, estaba estudiando un posgrado en la universidad central antes que la cerraran durante el gobierno de Mary Pili Hernández.

Yo trabajaba estudiaba y bueno, todo estaba normal hasta que… – hasta que ¿qué? Abuelo que paso? Digo yo soltando el humo del puro por la boca.

Bueno, un día en la oficina llego una dama. Una mujer preciosa, si no mal recuerdo. Tenia un pantalón negro unas botas y una blusa negra con cuello tortuga y mangas largas.

El cabello precioso, negro, fuerte. Los ojos oscuros, las cejas negras toda una belleza. Su nombre no lo recuerdo.

Al sentarse en la silla, y al verla, quede atónito, no por su belleza, sino por el temple ; porque ella emanaba una seguridad de mujer, un porte que pocas mujeres en el mundo tiene. No llegue a sospechar que por esa mujer tan exquisita yo perdería mi cabeza y por poco el corazón.

No fue a mi oficina, a poner alguna denuncia o a solicitar alguna colaboración, solo quería conocerme!!!. Me había visto una sola vez y quería conocerme, le encantaron mis ojos y la sencillez de mi carisma. Nuca me dijo donde me vio por primera vez. Casi no habló, solo quería saber como era yo.

– uff – abuelo esta bien me lo creí, digo yo sonriendo-. Bueno –continua él- la mujer se sentó tan segura de si, tan confiada de si misma, que me quede perplejo, sin pronunciar palabra.

Luego se levanto y me dio la mano, dijo su nombre, el cual no recuerdo aun, y se marcho de la oficina. Aunque no lo creas ella solo entro para verme y conocerme, luego se fue. – ¿y eso es todo abuelo? Que historia tan rara abuelo?- No Nieto, espera deja continuar.

Pasaron como tres meses, y cuando ese suceso casi estaba por borrarse de mi mente, cierto día me enviaron un sobre (que raro no un fue un e-mail) para invitarme a almorzar en un lujoso restaurante del centro de Caracas, ¿sabes el que esta en la parte colonial?.

El sobre no tenía nombre, solo era una invitación, indicaba el restaurant y la hora, nada mas.

Yo sin mas que pensar, tome el carro, me fui de la oficina y llegue al restaurante. Eran las 12:21 pm, me senté en la mesa que estaba reservada a mi nombre y me dieron un vino portugués sin yo solicitarlo. ¿de cómo se enteraron que me gustaba el vino portugués? no lo se, nieto, pero me sirvieron un porto muy bueno.

Me colocaron un plato azul decorado a mano con natillas y unas minúsculas arepas como “pasapalo” o entremés. Tome de la copa dos veces y ¿adivina que?… repentinamente se sentó la misma mujer que hacia tres meses se había presentado en la oficina. Me atragante con el vino y se me nubló la vista.

Nieto, recuerdo que me sentí desconcertado. No se como, pero ella me había adivinado que me gustaba el vino. ¿Como sabia la marca y el estilo?, no lo se.

Estaba vestida con una falda amplia pero ceñida a la cintura, una blusa blanca transparente elegante, el cabello aunque corto, estaba recogido. Los labios rojos, los ojos con poca pintura, la tez blanca al igual que sus hombros y pecho.

Pecho que mostraba minúsculas pecas. Una mirada de tranquilidad se hallaba en sus ojos pero con cierta picardía.

Una tranquilidad que rayaba a la arrogancia. Se notaba segura de si misma, invulnerable.

Nos miramos por mas de 5 minutos sin pronunciar palabra alguna. No era una mirada de desafío ni mucho menos de pasión, era una mirada entre dos personas que al parecer tenían años conociéndose y se reencontraban nuevamente.

De pronto, dijo – hola, ¿cómo estas? –aun sorprendido le digo – bien ¿y usted?-, algo que respondió, bueno tomando esta linda oportunidad para conocerte, para conocer mas de ti … . ¿Sabes? Me resulta muy difícil cuadrar este almuerzo contigo, tu secretaria esta siempre muy suspicaz. Sonreímos y conversamos un poco mas.

El mesonero me sirvió un poco de vino y a ella le dio un Amaretto o una bebida dulce parecida.

Recuerdo que su boca acariciaba el borde de la copa sensualmente y sin intención me miraba fijamente.

Realmente tiene una mirada atractiva y una sonrisa única. Además, mientras conversaba, la mitad de las ideas que expresaba, lo hacia con los gestos de su pequeña boca, miles de muecas. Que boca más loca de verdad se mueve a mil por horas.

Almorzamos, comida criolla 100 %, pabellón, asado negro y torta de leche de burra (aun recuerdo el menú). La conversación fue fantástica, sobre las comiquitas que habían en la década de los 70.

Sobre los gustos de los hombres y mujeres en general, sobre la vida pero menos sobre nosotros. –Abuelo no hablaron de ustedes? No le preguntaste nada sobre ella? Por que?. – Acuérdate nieto que cuando una mujer no habla de si misma mucho, mejor es que no le preguntes nada.

Conversa sobre la vida pero no sobre su vida. Esas mujeres son muy reservadas y es mejor que se queden así.

El tiempo paso rápido, conversábamos mas con la vista que con las palabras.

No había intención alguna en la mirada, solo nos decíamos expresábamos el gusto de estar juntos. Ese día caminamos un poco por la parte colonial de Caracas y luego de un rato la llevé a su vehículo, con un beso sencillo en la mejilla, se despidió.

Poco después, como a las tres semanas, me invito a almorzar nuevamente, como en las dos anteriores oportunidades.

Estaba bellísima, tenia unos pies hermosos, un talón suave, los dedos bien definidos, sin venas marcadas, blancos como nieve pura y virgen. Sus pies eran maravillosos, lindos como ella.

Disculpa abuelo, pero ¿ella era blanca?. Pregunte asombrado. –Si nieto, era blanca con muchas pecas, algo extraordinario.

Aunque todos ustedes saben que a mi me gustan las mujeres de color oscuro, ella “mi copo de nieve” era y fue la única mujer blanca en mi vida. Era una mezcla de blanca nieve, con el color negro en sus cejas y en su cabello. Su pecho estaba bañado de dulce pecas, pecas locas.

Su pecho cuando la hacia sonrojar se ponía rojo como una fresa. Sus pecas era alegres como su boca.

Perfecta que hasta la confundí con una modelo de una marca de ropa intima de aquellos años que se llamaba ovejita.

Su cabello, nieto mío, era lacio, corto pero fuerte, negro como azabache, como ámbar negro. Su piel, aunque no la había tocado se percibía como una superficie tersa, blanca con delicados bellos, que te puedo decir ella era realmente perfecta, toda ella era perfecta. (que locura).

Justamente cuando almorzábamos y ella empezaba a contarme cosas de su no muy lejana niñez, se acerco una mujer algo madura a la mesa y la saludo. La intrusa dijo su nombre, pero no le recuerdo, realmente no lo recuerdo.

La dama, me miro fijamente y luego de una forma inquisidora le pregunto a ella, ¿ como están los niños y tu esposo? ¿ esta es un almuerzo de negocios no es cierto?. “Si” con suma tranquilidad respondió ella.

Te presento a… procedí rápidamente a interrumpirla y dije “Claro bella dama, quiere usted acompañarnos…” a lo que la señora respondió, no gracias caballero solo me despido y viéndola a ella dijo “amor me saludas a tu esposo y a los niños ok “. Luego del incidente o la interrupción.

Me quede mirando el plato, la mesa, el mantel, la pared, todo menos la bella cara que tenia al frente. Me sentía incomodo con lo sucedido con la mujer, con su forma inquisidora de hablar. Ella sin más, me tomo de la barbilla, subió mi rostro al nivel del suyo y dijo – corazón, no bajes la mirada, así no puedo ver tu bellos ojos que me enloquecen -. Después sonriéndome con la seguridad que siempre notaba en ella comento – no te preocupes, todo esta bien, no te preocupes -.

Lo único que me quedo decir fue – “- ok confío en ti –”.

Ese día tampoco hablamos de ella, más el resto de la tarde hablamos hasta el cansancio de mi, de política, de la metafísica y la vida después de la vida. En fin expusimos nuestros puntos en común acuerdo y desacuerdo. De lo que había sido hasta ese día de mi vida. Fue una velada espléndida realmente, pues pude sentir que todo lo que hablaba era captado enteramente por ella.

En ese momento mi abuelo se queda pensativo y suelta una profunda bocanada de humo, toma un poco mas de vino y lo noto transportado a ese día.

Luego para continuar me dice. – Ella nunca me daba algún numero telefónico, pero siempre me llamaba a una hora exacta, siempre me llamaba cuando estaba totalmente desocupado y podíamos hablar hasta mas de 1 hora por teléfono.

Pero otros días se molestaba cuando llamaba y no la podía atender. Se notaba que en eso tenia mal genio. Le gustaba ser el centro de todo y mujeres así hay muy pocas y cuando consigues una, querido nieto, no puedes dejarla ir.

Salimos unas 6 o siete veces mas, hasta una cena romántica tuvimos. Trabajaba en el área de seguridad en una compañía y era la gerente de mercadeo o ventas (eso no lo recuerdo).

Nunca me dio el teléfono de su oficina, lo que me molesto mucho pero ella tranquilizaba todo diciendo – tranquilo yo aprovecho las oportunidades, solo debes esperar un poco -. Pero bueno abuelo ¿ella te tenia como un amante? No te diste cuenta?.

Escucha nieto, cuando una estas impactado por una mujer espectacular, mejor es no pensar sino dejarse llevar.

Cuando ella me citaba a cualquier sitio, estaba allí media hora antes.

Llegaba temprano a nuestros encuentros con tal de verla llegar y poder apreciar como caminaba hacia mi.

Realmente espero que comprendas que mi “copo de nieve” era una mujer espectacular. Sin par, ni comparación “única” fuera de cualquier parámetro que yo tuviera establecido.

Un día, me llevo en su carro hasta un paraje, lo que llamábamos nosotros un “mirador”. -Un ¿que?, pregunte rápidamente -, un Mirador era una zona donde aparcabas tu vehículo y disfrutabas de la vista del paisaje y de la persona que te acompaña. Esa noche estaba totalmente nervioso.

Ella posiblemente lo estaba pero no lo expresaba. Recuerdo que había una bolsa de escombros al frente del carro y el paisaje no era tan maravillosos como se podía esperar.

Luego de un rato y unas cervezas light, y mucha conversación agradable, le dije que si la podía besar?

–Coño abuelo luego de cómo 15 citas no le habías dado un beso?- Bueno abuelo tu como que eras medio “pan frio” para esa época ¿no?. JAJAJAJA. No nieto, respetuoso, solo moría por verla, por apreciarla, por estar a su lado, era encantador escucharla, ver como su inquieta boca se movía para decir las cosas, era feliz al tenerla a mi lado. Sobre el beso me respondió que si!, y así lentamente nos acercamos y nos besamos.

Fue mágico, no sabia si lo estaba haciendo bien, pero no importaba solo me deje llevar.

Al acercarme sentí su aroma, aroma de mujer, aroma de princesa, de diosa.

Un aroma que solo se puede apreciar si estas a menos de 5 cm de la piel.

Es una trampa en la que caen solo los afortunados.

Su piel, la de la cara, estaba fría, tersa, limpia y especial.

Mas que besarla solo la sentía. Sentía sus labios sobre los míos. Su ternura al besar era inmensa.

Nuestros labios no se besaron, solo se acariciaron.

Creo o mas bien recuerdo, que no había besado así antes, con tantas ansias y con tanto detalle. No había besado a nadie sintiendo cada rasgo de sus labios.

Llego un momento que al besarla abrí mis ojos para verla tan cerca y me lleve una impresión al ver que ella tenia tiempo mirándome, era una mirada tan romántica que solo me quedo sentirla y cerrar nuevamente mis ojos.

La abrase, sin necesidad de ser un abrazo erótico, sensual o carnal.

Para eso habría tiempo, solo esta primera oportunidad tenia la necesidad imperiosa de sentir su aroma, su piel su calor.

Nos abrazamos, nos dejamos sentir, fue espectacular para mi. me sentía como de 15 años, ansioso, egoísta pues quería que ella fuera solo mía.

Nos miramos por lago rato, estaba sumamente nervioso, miraba hacia adelante del vehículo pues me daba pena verla…

Luego de un rato de tiernos besos, de volar y volar, le dije “mi señorita cometa”, es mejor que nos marchemos. Sin decir palabra alguna, encendió el carro, le di un beso mas y nos retiramos del lugar.

Sin embargo aproveche de colocar mi mano sobre su muslo derecho. Mi mano en su muslo era la forma de sentir que era de ella, de decirle que era suyo, era la forma de indicarle que era feliz.

Llego un momento en que ya no la mire, pues estaba en un trance, en una nube volando.

Tal ves nieto, no compendió que significaba esa mano en su pierna, tal ves pensó que era solo un gesto, pero era mas que eso, era una forma de conectarme a ella y decirle “soy feliz”.

Ambos nos servimos una copa más de vino, encendimos un nuevo puro y vi como mi abuelo dibujaba la escena con el humo de su puro.

Se le notaba una cara feliz por recordar todo eso.

El abuelo seguía contando…Pasaron mas de 2 meses sin verla, solo recibía una llamada de ella una o dos veces a la semana.

Me estaba muriendo, me estaba desesperando.

Tenia una ansiedad en el pecho por el simple hecho de no saber nada de ella.

Sus llamadas distantes también, eran cortas y algunas secas.

Pensé que se debía a lo del mirador.

No sabia que pensar, solo sabia que me hacia una gran falta.

Luego de una semana desde su ultima llamada (dos meses sin verla), me dijo que estaba muy confundida pero que deseaba verme.

Nos citamos en restaurante de un hermoso hotel que estaba al final de la ya arruinada calle de las mercedes.

Cenamos pero casi no hablamos, solo nos mirábamos, ambos pensábamos bien cada palabra antes de decirla, no queríamos incomodar al otro. Solo nos mirábamos.

Repentinamente me dijo – ¿sabes? Me has hecho mucha falta, he estado pensando mucho en ti. No te olvido ni por un segundo pero estoy confundida y no quiero herir a nadie…

Las palabras me golpearon pero no me hirieron. Notaba un dejo de tristeza en ella, sentía un malestar en ella, la sentía un poco abatida. No era mi copo de nieve en ese momento, lo que si sentía yo era como mi copo se estaba derritiendo y yo no podía hacer nada.

Luego de la cena, me dijo – “bebe” no puedo verte mas. estas causando un daño profundo en mi. No supe controlarte y te metiste muy dentro de mi. Discúlpame pero no puedo con todo esto.

Por segunda vez baje mi cara y por segunda vez volvió a tocar mi barbilla y a levantarla.

Dijo – recuerda que no puedo ver mis bellos ojos verdes, si no me ves a mi cara. Sonríe que te quiero como no tienes idea. Yo también soy tuya pero no es nuestro momento.

– Solo me quedo verla a los ojos, verla y escucharla nieto – Al cabo de unos minutos, se levanto de la mesa y se despidió con un tierno beso en la mejilla aconmpañada de una caricia.

La vi marcharse sin voltear, la vi tan hermosa como todas nuestra anteriores citas.

Vi su cabello negro que lo llevaba suelto y un poco mas largo.

Vi como su vestido ceñido se alejaba de mi, vi sus sandalias moverse mas y mas lejos de la mesa, y su típico hilo dental casi ya no lo podía divisar. no dijo adiós, no dijo nada y tampoco yo quería escucharlo.. Solo la vi marcharse.

– Pero abuelo como es posible que dejaras ir a una mujer única, tu no dices que no la puedes dejar ir?. – Si mi querido nieto, pero si ella se tiene que ir, no puedes atarla a ti, solo se quedara si ella quiere , recuerda solo si ella quiere…

Ambos suspiramos, mi abuelo tenia un liquido en sus ojos que nuca antes había visto, no era lagrimas, sino unos ojos llenos de felicidad y nostalgia y el corazón se me puso chiquito.

Luego de tomar un poco mas de vino portugués y de apreciar en el humo del puro de mi abuelo, la escena donde el copo de nieve se apartaba de la mesa poco a poco se desvanecía.

Mi abuelo tomo aire y dijo mirándome a los ojos. – Sabes, luego de terminar la copa de vino portugués que ella me pidió, un mesonero se acerco a la mesa y dejo un sobre cerrado en la mesa.

No tenia ganas de abrir el sobre pues pense que el mesonero se había equivocado. Sin embargo al pasar 25 minutos, pude leer el mensaje que decía… ” te espero en 10 minutos en la habitación 285–B.

No tardes por favor, si no subes también te comprenderé. Tuya hoy y siempre… . firma tu copo de nieve”.

Me levante de la mesa corriendo, ya habían pasado mas de 28 minutos desde que el mesonero había colocado el sobre en la mesa. Corrí al ascensor, apreté tres botones equivocados, mi respiración estaba acelerada.

Al llegar al piso 2, pensaba en mi torpeza por no abrir el sobre antes, pensaba que ella ya se habría marchado, pensaba que ella había entendido que no deseaba verla mas.

Corría, corría por el largo pasillo, maldecía los minutos y a mi torpeza.

Al llegar a la habitación abrí la puerta y no había nadie en la habitación. Todo estaba en su sitio. No había presencia humana en ella. Ya se había marchado.

Y me preguntaba ¿como encontrarla? ¿Cómo, si no se donde? Gritaba, gritaba mucho!!!.

Me senté en el borde de la cama, estaba abatido, cansado y furioso conmigo mismos. Había dejado la puerta abierta, y solo me senté con mi cabeza tomada por las sienes pensando en mil cosas. Nuevamente baje mi cabeza.

Pasaron posiblemente unos 15 minutos y tocaron la puerta, la cual ya estaba abierta.

Al levantar la vista… allí estaba mi copo de nieve en la puerta con su vestido ceñido, con un pequeño bolso en la mano.

Y Sonriendo dice.. “bebe la habitación 285-B es la siguiente no esta, esta es la 284-C. Jajaja” te equivocaste de habitación!!!!.

Bebe pensé que no me querías ver mas pues no subiste tras la entrega del mensaje, pensé que te habías marchado del restaurante.

Ya me marchaba pero al pasar por puerta te veo sentado como un tonto en la cama de la habitación equivocada jajajaji.

Tengo diez minutos viéndote y no levantas tu hermosa cara. No ves tonto te equivocaste de habitación!!!.

No me digas que pensaste que me había marchado tontico, gafito mío? Esto se cuenta y no se cree. Jajajaja.

Sirviéndome mas vino, pude ver como la sonrisa de mi abuelo crecía.

Me miraba fijamente y sus ojos estallaban de alegría al recordar la escena. De verdad que copo de nieve, esa mujer única debió ser muy especial para el abuelo.

Continua contando – me levante y la abrase, con un dolor fuerte en el pecho le dije, corazón aun estas aquí!!! jajajaj no se que decir. Jajajaa y una lagrima de alegría corrió por mi mejilla. La bese y con mi pie cerré la puerta de la habitación.

No podía dejarla de mirar, sus ojos me gritaban que ¡¡¡si!!!! Soy tuya.

Dentro de un beso eterno la lleve a la cama, acomode una pequeña almohada en su cuello y me detuve a contemplarla por mas de 3 minutos.

No hacia falta palabras solo nuestra miradas dijeron todo.

En el hilo musical se escuchaba Turandot de Puccini- y desde ese día tengo grabada esa opera en todos los medios posible (cassette, cd, en vivo, vinil).

Después de vernos las cara, baje mi mirada, pero esta ves no le molesto, pues lo hice para buscar su cintura, su vientre y sus senos.

Le cerré los ojos con mis dedos y con la misma mano, acaricie su cuello.

Respirandola constantemente me acerque a su boca y con pequeños besos se la humedecí. Poco a poco mordí sus labios y tiernamente introduje mi lengua en su boca lo cual acogí con todo gusto.

Bese posteriormente sus orejas y su cuello y sentía como poco a poco la respiración de ambos se sincronizaba.

Ella no habría los ojos, solo se limitaba a sentir como mi boca la recorría. Desabotone poco a poco la parte superior de su vestido, deje que sus pecas vieran la luz tenue del cuarto. Puccini aun sonaba.

Lentamente de su boca salía su rosada lengua para dejar húmedos sus labios. Esto era señal que deseaba otro beso.

Cuando llegue al botón que permitió ver por completo sus senos, note que su respiración se había entrecortado, leves gemidos salían de su boca y aproveché esto para soltar su sostén y acariciar su seno derecho con mi mano.

Su pezón estaba totalmente erguido deseando mas caricias de mis dedos.

Era espectacular tenerla. Luego libere ambos senos de su sostén para que mis ojos los pudieran contemplar.

Su vientre blanco se podía notar con mayor facilidad. Mi boca olvido la suya, solo se dedico a besar y chupar cada pezón.

A sentir el tibio de su estomago y los movimientos rápidos de su vientre, el corazón casi me explota y la sangre corría a chorros por mis venas.

Me saque rápidamente la camisa y deje mi dorso al aire, lo que ella con rapidez sintió con sus dedos.

Pasaba su mano en mi espalda y con la otra peinaba mi cabello con fiereza al sentir como le besaba el vientre.

Luego me tumbo sobre mi espalda y sentada sobre mi, vi como su bella cara la tapaba un pequeño mechón de cabello. Al igual que yo, ella cerro mis ojos para que sintiera cada beso de su boca por todo mi pecho, por mi cuello, mis orejas y mi cansada boca.

En sudor se hizo presente en mi, cada poro rápidamente soltó una dosis sutil de sudor el cual ella sintió tanto con sus manos como con su boca.

Despacio mientras sentía sus movimientos de cadera sombre mi, para estimularse, levante la parte inferior de su vestido y acaricie largo rato sus glúteos, apreciando y estirando de ves en cuando su pequeño hilo dental blanco.

Poco a poco se acomodo para que su vagina se encontrara, con la ropa de por medio, con mi miembro.

Los movimientos eran rítmicos, su cintura un tornado y mi sangre estaba a punto de estallar.

La tumbe en la cama y con suma rapidez le quite el vestido.

Deje al descubierto una espléndida figura, una figura que no demostraba haber tener dos hijos, un vientre perfecto, un ombligo soñado, una piel realmente brillante y tersa, unas cadera alineada, unos muslos delicados pero fuertes y un hilo dental que poco escondía su bien delineado bello púbico negro.

Lentamente le sople dentro de las piernas y la reacción de los muslos fue erizarse, abriéndose cual flor prohibida. Me levante de la cama para retirar mis arrugados pantalones para luego caer encantado sobre su vientre.

La despoje del hilo dental y pude notar como estaba totalmente húmedos sus labios y su clítoris.

Con los cuales jugué por largo rato con mis dedos y mi lengua. Total satisfacción se podía apreciar en su cara, una sonrisa picara y mil gestos se notaban en su boca. Los ojos se abrían totalmente y cuando se cerraban lo hacían con tal fuerza para poder sentir toda la pasión.

Me exigió que me subiera mas en la cama, para luego perder su cara dentro de mis muslos.

Al mismo tiempo coloco su vagina en mi cara y realizamos un rico 69. Podía sentir como yo entraba en su boca, como su lengua jugaba con mi pene, lo mordía, lo lamía y lo apretaba con sus labios.

Parecía una loquita, estaba feliz, disfrutando de mi.

Yo mientras, aproveche para lamerla sin parar, bajaba desde su clítoris hasta su ano, el cual apretaba por las cosquillas.

Movía mis caderas para poder apreciar su rostro, sus ojos cerrados, su pequeño hilo de sudor en la frente que se mezclaba con los cabellos de su pollina.

Mis manos bajaban y subían por su espalda, sintiendo como contorsionaban sus caderas al ritmo de mi cuerpo.

Luego de unos 10 minutos, luego de besos, caricias, abrazos y locuras, me retire de su cuerpo, la coloque sobre su espalda y sin dejarnos de ver, la penetre con lentos movimientos de cintura.

Podía sentir y ver como sus piernas se habrían de par en par, como su caderas rápidamente bajaron para acoplarse a mi abdomen y como sin mayor contratiempo mi cuerpo estaba sobre el de ella.

Me arqueaba para besar sus pechos, con mi mano derecha tenia apretado su cabello y con la pasión tiraba de el haciendo que su cuello se estiraba para poderla besar.

Luego de un rato de ricos movimientos, voltee su cuerpo y la coloque boca abajo. Bese su espalda, su cintura, tanto con mis labios como con mi lengua.

Podía sentir los pequeños vellos negros, delgaditos y divinos que hacían una carrera desde su cuello hasta la cintura baja.

Entre con mi boca y mis dientes, entre sus glúteos. Realmente estaba enloquecido de todo lo que estaba haciendo y mas aun cuando al verla a la cara tenia una leve sonrisa de satisfacción.

La tome por la cintura levante sus cadera para dejar al descubierto su flor.

Yo sorprendido de lo que escuchaba, tome casi de inmediato todo un vaso de vino, respire dos veces el humo del puro y veía la seriedad de mi abuelo al contar su historia. No estaba excitado, solo entendía la pasión que un hombre puede tener por una mujer.

El abuelo soltó una gran bocanada de humo lo que me permitió continuar viendo la escena. – Ya sudaba mucho, podía ver como su mano derecha se posaba sobre mi glúteo para hacer mayor presión en la penetración.

En algunos momentos se levantaba sobre sus brazos, para luego caer con su pecho sobre la cama. En ese momento ella se separo de mi y viéndome con una cara retadora, me “obligo” a postrarme sobre mi espalda, luego como tigresa, se lanzo sobre mi y con su mano, me ayudo a penetrarla.

Deje que ella mi hiciera el amor, con sus movimientos, con su pasión, con su piel húmeda, con sus cabellos alborotados con sus labios siempre húmedos, con su pezones rígidos, con su cintura loca… fue espectacular. Yo con mis manos acariciaba sus nalgas y esto la llevo rápidamente a un orgasmo intenso, lo que me llevo a llegar junto con ella.

Del cansancio cayo sobre mi.

Realmente no se si por cansancio o por intensidad, pero nuestras respiraciones estaban totalmente aceleradas aunque nuestros cuerpos no se movían.

Tal fue la explosión de nuestro clímax que estábamos totalmente abatidos, sin tocarnos, sin movernos y sin reaccionar.

Luego de unos pocos minutos, cargando su peso, la acosté de lado en la cama.

El hilo de sudor en su espalda era un poco mas intenso y se podía apreciar el pequeño rocío de sudor en sus nalgas y sus brazos.

Yo por mi parte estaba totalmente bañado en sudor, gruesas gotas de rodaban por mi frente, espalda y muslos.

En ese momento pude apreciar lo hermoso de su cuerpo. Pude apreciarla dentro de la tranquilidad que produce hacer bien el amor…, bajo la tranquilidad del infinito, bajo la tranquilidad de mi propia serenidad.

Mis ojos recorrían su cuerpo, desde sus cabellos alborotados, hasta la tersura de sus talones. Desde sus lunares y pecas en la espalda , hasta la línea blanca del traje de baño en su “derrier”.

Me coloque de lado, puse mi cabeza sobre mi brazo derecho y aprecie su bella cara, su sonrisa placida, su ojos adormitados para luego caer yo en un profundo sueño.

Solo recuerdo que coloque mi mano sobre su hombro y le di un beso en la mejilla. Ella no respondió pues del cansancio también dormida quedo.

Mi abuelo tomo un sorbo de vino, de la tercera botella mágica que consumimos.

El humo de su puro esta vez no tenia la rapidez de la escena de él con su copo de nieve en la cama, sino que tenia la tranquilidad de la bruma del mar.

Luego se levanto de su sillón, camino hacia la ventada que colinda con el equipo de sonido, donde Janos nagy (tenor) cantaba el Nesssun dorma. en Turandot.

Su mirada se volvía a perder, su cabeza bajo hacia un lugar perdido cercano a sus pies… suspiro y dijo – Nieto, después al levantarme, ella ya no estaba… no estaba el copo de nieve. No estaba la ternura hecha piel, no estaba mis peca ni mis lunares… se había marchado.

-No me despertó, no se despidió, solo me dejo un pañuelo, un pañuelo de seda azul con un toque de su aroma y su perfume, eso fue todo lo que quedo de ella… nada mas.

Me levante y me aproxime a él, brindé con su copa y le digo – ¿nunca abuelo, nunca mas la vistes? ¿La dejaste ir?. A lo que respondió – no nieto no la deje ir, solo se marcho.

Me dejo lo mejor de ella, es decir todo, pero no podía estar a mi lado…

Solo se marcho.

Mi abuelo tenia la mirada perdida, como recapitulando todo lo que contó. Luego se volteo hacia mi y me pregunto ¿ como se llama ella? ¿ como se llama la mujer que te tiene así nieto?. Le dije el nombre…

No hubo necesidad de explicar por lo que yo estaba pasando, no hubo necesidad alguna. Solo mi abuelo me miro y entendí lo que tenia que hacer… “amarla mientras este a mi lado, solo amarla y apreciar todo su esencia para nunca olvidarla, aunque se marche de mi lado”.

Porque , tal ves ya lo sepa mi abuelo, yo nunca la dejare ir, solo se ira si ella lo desea.

Me sentí mas aliviado, toda la presión se desapareció, veía a mi abuelo totalmente diferente, al apreciar que tras de sus ojos verdes su rostro fuerte y su temple, existía un hombre capaz de amar con tal intensidad a una mujer que nunca la olvido y fue capaz de amar con tal intensidad a mi abuela que aun mantiene ese sentimiento a flor de piel.

Luego de un largo silencio, me dispongo a retirarme de despacho del abuelo. Debieron haber pasado mas de tres horas de conversación.

Me imagino que mis tíos y mis primos estarán rascados o se fueron…. Camino hacia la puerta del despacho y mi abuelo me dice… hey nieto … apaga bien el puro, bebe la ultima gota del vino y voltea la copa sobre el escritorio, luego te podrás ir….

Riendo realizo los pasos y tras darle un fuerte abrazo y hasta un beso, abro la puerta y salgo a la sala.

Carlos se me acerca y me dice, pero bueno eso fue todo, tanta parsimonia para nada? -Como que para nada, si tarde casi tres horas allí adentro con el abuelo – .

Carlos me responde – tres horas guevon si no han pasado ni 7 minutos!!! ¿para que le llevaste el disco al abuelo? ¿ no le pediste nada? ¿Para que coño quería conversar contigo de ultimo?… no entiendo nada? Hablame vale…!!!

7 minutos… !!!! pense un momento, me quede en silencio y pense… de verdad que fue todo mágico. El vino si es mágico…

Al pensar esto, la puerta del despacho se abrió el abuelo salió con su copa y mis tíos se le acercaron para conversar, se lo llevaron a jugar domino y de verdad solo pasaron 7 minutos, pero para ellos, porque para mi abuelo y para mi fueron mas de 3 horas de un agradable cuento que jamas contó.

Luego de conversar con mis primos, el abuelo me llama y me dice. nieto sírveme un poco mas de vino, el que te gusto. Todos quedaron en silencio, admirados porque el abuelo me había ofrecido de su vino portugués, al que nunca a nadie había ofrecido ni si quiera a su hijo predilecto Enmanuel.

Fui al despacho, tome la botella le serví al tope de la copa del abuelo, y al retirarme vi el álbum con que el abuelo salió del archivo cuando quede a solas con el.

Al abrirlo todas las paginas estaban sin fotos excepto una, donde una linda mujer, hermosa mujer, de tés blanca, cabello negro numerosas pecas en su pecho, que tenia unas palabras escrita… que decía.

“Eternamente tuya y por siempre te amará… firma… “tu copo de nieve, tu hechicera y tu señorita cometa…”.

El abuelo entro repentinamente, tranco la puerta y preguntó ¿ donde esta mi vino? Al levantar mi cabeza, luego de estar viendo la foto, le digo abuelo ¿quien ese esta mujer tan hermosa…? él al acercarse al escritorio me pregunta ¿que mujer nieto?

Esta, la de la fot…!!!! para mi asombro, la foto ya no estaba en la pagina, todo el álbum estaba, esta vez, en blanco… a lo que mi abuelo respondió… “nadie, no era nadie, solo un eterno recuerdo…”

A partir de ese momento juro que no recuerdo que converse con mi abuelo en el despacho… absolutamente nada.

Cuándo le pregunto, solo me dice ¿ no recuerdas, hablamos de la vida?

Y luego simplemente se sonríe…

¿Qué te ha parecido el relato?


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