Quise prolongar aquella cogida un buen rato, pero no pude contener durante mucho tiempo el orgasmo y sentí la leche correr, como un río, dentro de su culo mientras ella continuó unos segundos más retorciéndose de placer y dolor.
Cuando me la saco ocurrió algo q me sorprendió, el otro chico se acercó a ella, me la cogió y me la descapulló de una manera un poco brusca, al principio me dolió un poco pero me gusto y siguió al mismo tiempo que con la otra mano le tocaba las tetas a mi novia.
Recuerdo perfectamente la primera vez que la vi, era un miércoles lluvioso y frío, yo trabajaba como cada mañana en el despacho y Marta, mi secretaria, me comunicó que había una mujer en la sala de espera que deseaba hablar conmigo. Le dije a Marta que me diera cinco minutos y que luego la hiciera pasar.
Cuando mi esposo me dijo que su sobrina Sandra, de 17 años, vendría a pasar una temporada con nosotros, me puse muy contenta, ya que me encontraba bastante sola en la casa a la que recientemente nos habíamos mudado, pues todavía no había hecho amistades en el nuevo barrio.
Al cabo de un minuto de estar así mi exploté en un orgasmo increíble dónde sentía que mis líquidos vitales se escapaban de mi cuerpo dando mi garganta un grito incontrolado e inteligible de placer.
Tomaste tu sostén para ponértelo, pero yo te dije que no, y quitándotelo me miraste sorprendida y me dijiste que como ibas a bajar así nada más, y ayudándote a ordenar tu blusa y abotonarla, te dije que así te quería, me diste un beso y me complaciste, y nos fuimos a desayunar.
Hace un año cuando lo empecé estaba ilusionado con él, pero ahora después de muchos desengaños, y visto que la cosa no es como me la pintaron en un principio, las mañanas son terribles y las ganas de seguir durmiendo se apoderan de mi cada día.
Ella esperaba que la suspendieran pero tal fue la sorpresa cuando su profesor le da unas pequeñas palmaditas bien dadas en sus nalgas, para que aprenda que no se debe copiar lo que le produce muchísimo placer.
Los asientos de los vagones están dispuestos en grupos de cuatro, enfrentados dos a dos con un pasillo estrecho entre cada grupo, son cómodos y acogedores. Me senté en uno de ellos, solo. La verdad es que solo había dos personas mas en el vagón, en el grupo contiguo una chica a la que veía solo de espaldas, y al otro extremo un hombre negro de proporciones gigantescas leyendo el periódico.
Cuando fue a llegar el chico, mi novia se salió cogió su polla le quitó el condón y me pidió q acercase mi cara a su polla, mi estado de excitación era tal que no me hubiese negado ante nada, con lo cual accedí y ella al masturbarle se corrió cayendo su semen en mi cara y parte de mi boca, haciendo mi novia que me lo tragara, lo cual me excitó también mucho y no me desagradó el sabor.
El placer era indescriptible. No era capaz de pensar en nada, únicamente en las sensaciones que sentía: la polla de Bianca dentro de mi culo, deslizándose muy adentro, sus caderas y su vello púbico golpeando rítmicamente mis nalgas, el roce de sus durísimos pezones, su cabeza apoyada en mi espalda y sus manos pellizcando mis tetillas. Me despertó un gemido y unas palabras confusas en inglés. Supe que se había corrido dentro de mi.
El traslado a la capital nos cambió y surgió el maravilloso momento de hacer el amor con mi madre y mis dos hermanas.
Madre e hijo son sorprendidos en plena faena por la empleada de la casa, que también participa de la orgía.
Al ver esta imagen de ella, mi pene se erecto nuevamente, sin mediar palabra empecé a besar sus nalgas y la oquedad que hacían estas al unirse a su espalda, empecé a lamerle el culo, que sabor tenía, era delicioso, ella levantaba lentamente sus nalgas para ofrecerme una posición mas cómoda.
El doctor me dijo que tenía que hacer algo para salir de ese pozo porque después sería demasiado tarde y que mi marido no se merecía tener al lado a una mujer como yo, tan trabajadora, hermosa y sensual. Parecía que me estaba seduciendo y valorándome como mujer como hacía rato no lo hacían.
No soy una puta callejera, tengo mi lugar en un conocido hotel madrileño donde paran ejecutivos en sus viajes de negocio, el puesto me cuesta un poco de dinero y alguna que otra mamada al jefe de seguridad del hotel y el director del mismo para que me dejen trabajar sin tener problemas, pero así es la vida para ganar dinero hay que invertir.
Comencé a masajearle los pechos como imaginaba, eran grandes, pero yo quería sentir su piel y le insinué que se quitase la camisa, se la quitó y puede ver aquellos espléndidos pechos, grandes, la piel tersa y sus pezones grandes y duros de un color moreno. Quería y necesitaba probarlos y sin mediar palabra me acerqué a ellos lentamente y fui saboreándolos uno a uno y su olor era dulce y cálido, pasaba mi lengua por el exterior y haciendo un recorrido con mi saliva
Total, un conjunto de infarto, una chica risueña y muy jovial por añadidura muy amiga de mi madre y el objetivo final de mis pajas, la muy zorra siempre se metía conmigo y si podía pasaba su mano sobre mi paquete riéndose y diciéndome que sabía que en ese lugar existía una especie de tesoro que algún día ella tendría que descubrir, cuando Elvira me hacía eso la paja la tenía que hacer de inmediato o estallaba.
Sin exageración, sin intención alguna ella iba derramando sensualidad con cada paso. Lo que la hacia aún más atractiva no era la inocencia de su hermoso rostro, o los cautivantes ojazos color miel, ni esos labios carnosos; sino que se podía ver por la espontaneidad de su mirada, su bella sonrisa y amigable conversación que no sabía remotamente lo atractiva que era.
Con fruición, con deleite, con toda la pasión que era capaz de sentir y con toda mi experiencia concentrada en ese acto, comencé a basar ese coñito, primero por los lados recorriendo con mi lengua sus frágiles pliegues y tratando de abrir esa delicada caverna con mi lengua que progresivamente y como un niño busca la teta materna, buscaba su precioso botón hasta encontrarlo allí, expuesto, palpitante, rosado y delicado, para iniciar tal ves la mejor faena que recuerde en lo que a succionar, morder, deleitar y saborear un clítoris había hecho en mi vida.