Madre sugerente
Llegamos y se largó un aguacero importante con truenos y relámpagos. El departamento estaba templado, mi MADRE había dejado la calefacción prendida. Me recosté en el sofá-cama y ella se retiró al cuarto. En un momento salió; estaba con los tres botones inferiores de la falda desabrochados, igual que los dos superiores de la camisa, se le podía ver el corpiño con encaje blanco perfectamente.