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El maletero VI

Las jornadas seguían igual, mi vida actual me encandilaba, y no podía existir otra forma de vida que me llenara más; mi ocupación principal, mi razón de existir era servir a aquella criatura tan maravillosa, ponerme a sus pies y volcar toda mi capacidad de trabajo, de sacrificio y de sumisión en aras de su capricho y su deseo.

El holandés

Se sienta a la mesa mientras mi esposa le prepara algo de comer y yo me afano en abrir la botella de vino que siempre está preparada para él. Después de comer ambos deshacen la bolsa de viaje y me encanta ver a Silvana hacerle la cama (o decirle que como la última vez sólo estuvo una noche, no le ha cambiado las sábanas) y tomar con cariño su ropa para ordenarla en los cajones de la cómoda.

El Padre Peter

Ella estaba recostada y las demás chicas a su alrededor, Cristina se quejaba que tenía una punzada en su costado izquierdo y cada vez le dolía más, entre todas llegamos a la conclusión que había que avisar, pero si alguna iba nos delataríamos que de noche nos encontrábamos, y Cristina no podía ni moverse, las chicas dijeron que yo era la que tenía que ir ya que mi habitación estaba al lado de la de Cristina entonces yo diría que la escuché quejarse.

Primera experiencia lésbica

Fue bajando, por mi cuerpo lamiendo mis tetas y mis pezones, a la vez que sé los metía en la boca y los succionaba o mordisqueaba. Yo estaba paralizada, recibiendo un inmenso placer, el más rico que jamás ningún hombre me había hecho llegar.

Obsesión I

Sin ánimo de crear en ustedes sensación de envidia, les diré que en veintisiete años de vida sexual activa, he mantenido relaciones con aproximadamente doscientas mujeres, si han oído bien: doscientas mujeres, a unos les parecerán muchas y a otros pocas, a mí simplemente me parece una cifra más que suficiente para poder decir de mí que tengo una gran experiencia en lo relativo al sexo.

Zeks II

¿Acaso pensaba que se quedaría a vivir conmigo o que? Igual estaba confundido, como yo. Pero no me lo creí. Él no estaba confuso, Santi era mayor que yo y yo ni siquiera tenía los 18. ¿Porqué tendría que quedarse conmigo?

Intercambio

Obsesionados mis padres con la idea de que yo aprendiese a relacionarme; a abrirme a la gente habían quedado con unos amigos de Brasil en enviarme a un familiar, un chaval, para que pasase el mes de Agosto conmigo. Mis padres se iban a la playa de vacaciones y yo me quedaba estudiando por haber suspendido los exámenes.

El final de la partida I

Apuré la copa de vino y me dirigí a la habitación del fondo. En ella, Jaime tenía su refugio particular: estanterías repletas de libros, discos y videos, muchos de estos últimos realizados por él. En esa habitación, Jaime pasaba horas y horas. Leyendo, escuchando música, componiéndola, grabándola, viendo películas, realizando las suyas propias.

El juego II

Al rato de estar hablando Miguel dirigiéndose a mí, me pidió que con ayuda de María, podríamos poner el biombo que había en el salón comedor el cual separababa la habitación en dos partes, como digo podríamos subirlo a la habitación donde teníamos que dormir ya que no deseaba que Roberto tuviera que ver como yo tenía que ayudarle en todo; desnudarlo, ponerle el pijama, meterlo en la cama y por la mañana a la inversa.