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Mi dulce niña

Nos desnudamos, y yo empece ha acariciarme los muslos, suavemente, a acariciarme entre los pechos, ella, estaba sentada con las piernas abiertas, justo delante de mi, repitiendo lo que yo hacia, y esa visión, me excitaba por momentos.

Mi mejor amigo y mi esposa

Cuando él empezaba a sentir las primeras vibraciones del orgasmo, ella se la quitó de la boca ante la mirada de desesperación de Juan Carlos que ya se ilusionaba con acabarle nuevamente dentro. Se acercó despaciosamente a su oído y le susurró que la cogiera por el culo, girando su cuerpo para recibirlo.