Disfruté como una enana en el baño de un bar
Entonces Fran y yo nos agarramos de la mano y avanzamos hacia los baños, esperamos que no mirase nadie y entramos juntos al baño de caballeros donde empezamos a besarnos apasionadamente y a acariciarnos como locos, los dos estábamos cegados por la pasión del momento.