relatos eróticos barco

2 relatos

Esclavos en una isla

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El tipo parecía que babeaba de gusto. Se olvido de un pequeño detalle, como estaba ansioso por seguir lamiéndole los senos olvido el vaso al costado de ella, luego los otros le gritaron que la dejara que cuando llegáramos a la isla, sería el momento de actuar y no ahora.

Natalia y el mar

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La acaricié y ella se estremeció y acercando mi pene a su entrepierna comencé a juguetear pasándoselo por sus ingles y la cara interna de sus muslos fuertemente amarrados al poste.