Una ardiente joven de vacaciones con su novio, terminará acostándose con los dos mejores amigos de éste y la mujer de uno de ellos
Que tonta, me había emocionado simplemente viendo a ese tipo, observando como miraba a través de mi minúsculo vestido mis enormes y erguidos pechos, mis caderas, mis piernas bien torneadas y morenas, sintiendo el roce de su cara, angulosa, dura como el acero. Todo pasó en unos segundos, y la idea de que David estuviese allí ya no me disgustaba en absoluto, pero me quité como pude los pájaros de la cabeza y le comenté el plan que teníamos dándole media hora para prepararse.