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Mi sobrina Antonella

Me fui a mi dormitorio y corrí las cortinas, quería estar en penumbras y relajarme, el torbellino en mi cabeza me turbaba, estaba siendo atraída por mi sobrina y eso no podía ser, debo controlar mis impulsos, pero mi calentura era tanta que agarré mi dildo que había dejado bajo la almohada y encendiéndolo rápidamente lo empecé a refregar por la hendedura mojada de mi almejita, muy luego estaba con mis piernas abiertas y metiéndome mi juguetito hasta el fondo y lanzando chillidos de placer cuando mi orgasmo me hizo convulsionar y girarme a uno y otro lado, mis ojos estaban cerrados y la imagen del chocho de mi sobrina me daba vuelta bajo mis parpados, cuando los abrí, Antonella estaba atónita en las sombras de mí habitación ante mí.