¿Cómo fui tan tonta?
Quiero contarles lo que me paso.
Por confiada e ingenua, creo yo.
Conocí a un chavo por internet, en uno de tantos chats que frecuentaba.
Platicamos un rato y me cayo bien, era agradable, super divertido y me decía cosas que me hacían sentir bien.
Yo estaba pasando por la típica etapa de que nadie me quería en mi casa, y necesitaba unas palabras de aliento.
El se porto muy lindo conmigo, me envía cartas muy bellas y tiernas; y una vez me envió flores a mi casa. Todo esto fue antes de conocernos frente a frente, así que imagínense lo emocionada que estaba.
Cada día esperaba con ansias su correo, leer sus palabras, escribirle mis anécdotas, en fin… Creo que me enamore de un fantasma.
Un día, después de varias semanas de platicar por estos medios, me dijo que quería conocerme, que nos viéramos en algún lugar para ir y tomar un café o quizá cenar.
No cabía en mi de gozo. Estaba feliz, contenta, radiante, solo contaba las horas para que se diera la cita. Me arregle lo mejor que pude, con mi mejor vestido y mis mejores zapatos.
Nunca me había esmerado tanto en maquillarme, con excepción quizá de mis quince.
Cuando nos encontramos, a las afueras de una estación del metro, me sorprendí.
No era tan apuesto como me lo había imaginado, pero no era feo. Sin embargo, supe que era el por que de inmediato reconocí su alegría y su forma tan cariñosa de platicarme.
Subimos a su carro, en medio de la platica, y me dijo que llevaría a un lugar muy especial. Recuerdo que me dijo que esa seria una noche que nunca olvidaría.
Mientras platicábamos, salimos de la ciudad. Yo no me di cuenta si no hasta que observe que ya no había nada mas que la carretera a nuestro alrededor como símbolo de civilización. Le pregunte, algo asustada, que a donde iríamos.
El se me quedo mirando un momento y me dijo: «ya lo veras». Estaciono el carro en uno de los libramientos, y de alguna parte saco una pistola y me dijo directo: «Si te resistes, te mato.»
No podía creerlo. No sabia como reaccionar. Mi mente se negaba a que eso estuviera pasando.
Me ordeno que saliera del vehículo, no me quedo mas que obedecerle.
El se bajo también, me miro de arriba a abajo. De forma lujuriosa, supe en ese momento lo que me iba a pasar.
Empecé a llorar, a pedirle que no me hiciera nada, que olvidáramos todo y que regresáramos. Que yo lo quería de verdad…
Pero el no me escucho, se acerco a mi y me dio un fuerte bofetón, que me tumbo sobre el capo de su carro. Se acerco a mi, sentí su pene presionando mis nalgas, me jalo del cabello y me obligo a levantarme.
Me puso su pistola a un lado de mi boca y me ordeno que la chupara. Yo no podía ver, me lo impedían las lagrimas.
Mientras tenia su pistola en mi boca, sentía como su mano izquierda recorría mi cuerpo, mis piernas primero, mis nalgas después y al final mis pechos, apretándolos y estrujándolos, como si quisiera ordeñarlos.
Me dio la vuelta con brusquedad, y se apoyo contra mi.
Sentí nuevamente su verga contra mi concha. Sus manos me apretaban con fuerza el culo, levantándome la falda hasta dejarla casi a la altura de la cintura.
Me monto sobre el capo de su carro.
Me soltó un momento y me acaricio ligeramente la barbilla… Para después darme un golpe en el estomago que me dejo sin aire, casi me caigo, si no me detiene el.
Con una mano me arranco las medias, en medio mi forcejeo me hizo a un lado mi braga, dejando la entrada a mi concha libre. Me dio otro golpe, y otro mas hasta que quede tendida sobre su carro, llorando y suplicándole que no lo hiciera…
Nadie escucho el alarido que solté cuando sentí su miembro dentro de mi. Seca y cerrada como estaba me produjo un dolor inmenso.
No tuvo miramientos, entro de un solo golpe, sentí su palo como un fierro ardiente en mis entrañas.
Y luego le martirio de sentir entrar y salir, raspándome con cada embestida. Nunca imagine que la penetración pudiera lastimar tanto. Mi llanto era abierto, y mis gritos pidiendo ayuda y rogándole que se detuviera no cesaban.
Se detuvo por un instante, muy breve, pero volvió a iniciar su ritmo, con mayor frenesí.
Supe que estaba cercano a descargar su leche dentro de mi, por lo que sacando fuerzas hice lo imposible por que no lo hiciera.
Lo rasguñe, intente patearlo, me intente zafar, sacarme su pene, me revolvía como loca, atenazada y ensartada por ese monstruo.
De nada me sirvió, note como su rostro cambiaba de color y como se tensaba todo su cuerpo, al mismo tiempo que sentía un liquido muy caliente que invadía mis entrañas.
Quede rendida, exhausta de tanta lucha inútil. Además, ya todo había acabado, no tenia caso que luchara mas.
cuan equivocada estaba!! Sorpresivamente, me jalo de mi cabello y me tumbo al suelo, grite por el golpe y el susto.
Creí que me iba a matar en ese momento. Le rogué que no me matara, que no le diría a nadie lo que había pasado, que tuviera piedad.
Me abrace a sus pies, temblando de miedo. El me tiro nuevamente del cabello, obligándome a quedar mi cabeza frente a su flácido pene.
Comprendí lo que quería. Y ya no me resistí.
Tome entre mis manos ese pedazo de carne que tanto daño me había hecho, y empecé a lamerlo y a introducirlo en mi boca, poco a poco al principio, en cantidades mayores después.
Sentía arcadas, pero temí que si vomitara me pegara un tiro.
El comenzó a moverse con mas fuerza, apretando mi cabeza contra su vientre, violándome por la boca ahora.
No me dejo retirarme cuando termino por segunda ocasión. Quede con el semen escurriendo por los labios, y me trague un poco.
Me soltó, se acerco a su coche y tomo un pañuelo, me lo alcanzo para que me limpiera el semen de la cara y las lagrimas.
Hincada como estaba, ya sin llorar, vi como paso a un lado de mi.
Creí que me iba a abandonar, en medio de la nada. Intente levantarme cuando sentí que me levantaba completamente la falda y me arrancaba en definitiva mis bragas. Supe lo que vendría después, pero aun así mi grito fue desgarrador cuando me ensarto por el culo y se quedo un momento sin moverse, dejando que mi ano se ajustara a su verga.
Sentía que estaba sangrando. Casi le agradecí que fuera gentil en esta otra violación. Volvió a bombear, pero a no tan fuerte.
Quizá estaría cansado, quizá se apiado de mi. Sus embestidas no fueron tan firmes ahora, pero aun así me lastimaron horriblemente.
Nunca me habían enculado antes. Únicamente me habían acariciado por fuera del ano.
Duro poco, termino muy pronto. Sentí que me lleno los intestinos con su esperma. Se salió y se vistió rápido.
Me ordeno que me acomodara la falda y que me arreglara la blusa y el maquillaje. Al parecer tenia prisa por irnos (seria casado?) me indico que me subiera al coche, que no tuviera miedo, que no me iba a matar.
En el regreso, me decía que la había pasado muy bien conmigo, que había sido una noche estupenda y que ojala nos pudiéramos ver de nuevo.
No podía creerlo!
Hablaba como si nada hubiera pasado! hablaba como si en vez de haberme violado en medio de la nada, hubiéramos pasado una noche de amor! Sentí ganas de gritar, de patearlo y de golpearlo. Llore de rabia e impotencia.
Al llegar a la ciudad, se detuvo en una calle aledaña a una avenida principal, estaba sola (eran cerca de las 2 de la mañana). Ahí me bajo del auto. me metió varios billete de 200 pesos en el sostén, y me dijo que me enviaría un taxi para que me dejara en mi casa. Y así fue, al rato llego un taxi y me subí en el. Fui llorando todo el camino…
Todavía, cuando me acuerdo, me dan ganas de llorar y de gritar… No les dije a mis papas, ni a nadie mas, pues me siento como una tonta. Como pude caer en sus manos? Y lo peor de todo, es que yo realmente lo amaba…