La ninfómana

Cuando tenía como dos años y medio de haber enviudado, intenté conocer a alguien para rehacer mi vida, la idea era encontrar a alguien con quien vivir, una pareja para el resto de mis días.

Así comencé a buscar conocer a alguien por las redes sociales, primero platiqué con una señora de una ciudad cercana, ella de 50 años yo tenía en ese entonces 55, pero noté que ella no estaba completamente sola, tenía a alguien y desistí, entonces me propuse conocer a alguien de mi ciudad, y así fue como comencé a platicar con Karina de 45 años, mensajeamos unos días y la invité a comer para conocernos, un jueves por la tarde nos pusimos de acuerdo y pasé por ella a un punto cerca de su casa, fuimos a un restaurante de mariscos, ella era de bajita de estatura, llenita, de piel blanca, ese día llevaba puesto jeans de mezclilla y una blusa, lucia bien.

Mientras esperábamos a que nos sirvieran platicamos de nosotros, ella vivía sola en su casa, trabajaba en fábrica y yo vivía en mi casa con mis dos hijos, solteros aún. Le dije de mi deseo de tener una relación seria, formal, que nos diera para vivir el resto de nuestras vidas de buena manera, me dijo que ella también lo deseaba, que estaba sola y sin compromiso, así que todo iba bien.

Terminamos de comer y me dispuse a regresarla a su casa, subimos a mi carro y cuando estábamos cerca me dijo como llegar a su casa, me estacione frente a su casa y le dije si volveríamos a salir a lo que me contestó que sí, como que no deseaba que me retirara, pero tampoco se atrevió a decirme que entrara a su casa.

El día siguiente mensajeamos, era viernes y continuamos conociéndonos por mensajes, el sábado igual, yo tenía planes para invitarla a salir el domingo, pero ella el sábado me dijo que el domingo por la mañana iba a ir un albañil a su casa a hacer algunos arreglos, me dijo que no quería estar a solas, que no le daba confianza, entonces le propuse ir a almorzar con ella y acompañarla un rato para que el albañil viera que no estaba sola y así quedamos.

El domingo por la mañana compré barbacoa y tortillas y fui a su casa, llegué como a las nueve de la mañana y ya estaba esperándome, vió que llevé la barbacoa y me dijo que si la comíamos así o si quería que la guisara con chile, tomate y cebolla, le dije que si, que guisada me gustaba mucho, la guisó y preparó un café muy rico, almorzamos y el albañil no llegaba, nos sentamos en el sofá a platicar mientras llegaba pero nunca llegó, le tomé una mano y le dije que si con lo que ya habíamos platicado y convivido, aceptaba ser mi novia a lo que ella respondió que si, nos comenzamos a besar en la boca, ella respondió de forma deliciosa, mis manos la recorrían por sobre la ropa y me excité demasiado, tomo su mano y la pongo sobre el bulto que se había formado bajo mi pantalón y le digo: _Mira como me tienes, ella acaricia y aprieta mi dureza por encima del pantalón y me dice: _ Vamos a arriba? Nos levantamos del sofá y subimos las escaleras hasta su recámara, prendió el aire acondicionado y comenzamos a besarnos y acariciarnos de pie, le saque la blusa y besé su cuello, sus hombros, sus senos por encima del sostén, desabroché su pantalón y la bajé hasta las rodillas, ella se sentó al borde de la cama, levanto los pies, le quité los tenis y termine de sacarle el pantalón de sus pies. Estando ella sentada me juntó hacia ella y beso me bulto sobre mi pantalón, lo desabrochó y lo bajó hasta mis rodillas, acarició mi miembro duro sobre mi boxer diciendo que se veía riquísimo así de duro, bajó mi bóxer y comenzó a besar y mamar de forma tan deliciosa mi pene, así estuvo un rato mientras yo acariciaba su pelo y su espalda, sabes riquísimo decía, mientras yo desabrochaba su sostén y lo retiraba dejando libres sus senos, la recosté en la cama y besé su cuerpo, sus senos, su abdomen, sus caderas y piernas, besé su entrepierna por encima de sus bragas y luego se las bajé hasta sacarlas completamente, también me desnudé y ella quiso mamarla otra vez así que me puse de pie junto a la cama donde estaba recostada, mientras acariciaba su concha ya mojada hasta que me dijo: _Cogeme, me subí a la cama, abrí sus piernas y me acomodé para metérsela y comenzar a moverme rico dentro de ella, gemía delicioso, sentí como se venía y me besaba con mucha pasión, terminé y estuvimos abrazados y rato, me cambié y me despedí para regresar a casa, la verdad no estaba en mis planes cogerla ese día pero así se dieron las cosas.

Por la tarde platicamos y me dijo que fuera a su casa, que deseaba hacerlo otra vez, fui y repetimos la escena, ahora en otras posiciones, pude acomodarla en cuatro y nalguearla rico, me dijo que cuando me fuera a venir le dijera porque quería que se los diera en la boca, fue excitante verla saborear y tragarse todo el semen.

Así fue como comencé esa relación, iba a su casa por las tardes después de que ella salía del trabajo, lo hacíamos cuatro o hasta cinco veces por semana, me di cuenta que le encantaba mamarla y tragarse el semen.

En esos días inició una conversación que me alertó.

_Dijo: Siempre que uno ya quiere hacer las cosas bien, sale algo.

_Le digo: Qué pasó?

_Dice: _Una persona que está casada y fui su amante cerca de diez años, regresó y me dice que si quiero deja a su familia y me da todo su salario, yo le digo que no, que no quiero problemas con sus hijos…

_Ah, le digo yo: Y ya no tienes nada que ver con él.

_ Me dice: Si, eso ya se terminó hace tiempo, yo lo que deseo es algo bien, alguien libre con quién pueda vivir a diario.

Continuamos nuestra relación, pero comenzaron a ocurrir situaciones que me pusieron en alerta.

Un lunes me llama y me dice que saliendo del trabajo va a ir al otro lado, que cuando venga de regreso me avisa por si quiero ir a su casa, le digo: _Ok. _Más tarde, como unas tres horas después me habla y me dice ya voy en camino para la casa y voy a su casa, acaba de llegar pero no veo nada que gata traído del otro lado.

Esa misma situación se repitió el jueves, y luego el domingo me dijo, que al día siguiente igual, saliendo del trabajo iría al otro lado, pero no veía yo que trajera nada y le manifesté mi duda, a lo que ella me dijo, que no, que eran figuraciones mías.

Una de esas ocasiones que discutimos me juró que Elia no tenía a nadie más, me rogó que no la dejara y terminamos haciéndolo, cuando se recuesta boca abajo en la cama le beso la espalda, le baso las nalgas y se las abro, veo que tiene el ano irritado, casi abierto y pienso que el otro le da por el culo por eso no puede dejarlo.

Ese día le dí una cogida como nunca, pues habíamos discutido y comencé a deducir porque seguido se acostaba boca abajo enseñándome las nalgas, yo besaba su espalda, besaba su rico trasero, la ponía en cuatro y la penetraba de perrito, pero quizá ella lo que deseaba era sexo anal.

Uno de esos días me puse condón e intenté metérsela por atrás y no puso resistencia, sintió que batallaba y me sugirió meterla primero en su vagina para que se mojara, por primera vez le di por atrás y vaya que se veía que le gustaba, gemía como nunca la había oído, deduje que si era demasiado experta, me convencí de que tenía a alguien más o quizá otros con quiénes lo hacía, así que decidí alejarme de ella, era una ninfómana y sabía que era difícil que se saliera de ese roll en que había caído, llegó el día en que la sorprendí con otro y ya no tuvo más que aceptar que le gustaba la variedad, me aleje y quedó solo como una experiencia de haber convivido con una ninfómana que nunca podría ser buena para formar el hogar que yo deseaba volver a tener.