Estaba un poco gordita, aunque conservaba un buen cuerpo. Se quitó el sostén y la bragas. Ante mi aparecieron dos pechos no muy grandes, algo caídos por la edad, con unos pezones enormes y oscuros. Su coño era peludisimo.
Tuve la intención de separarlos pero extrañamente aquello me excitó aun más, no se si debido a los pollazos que le estaba metiendo mi padre o por los pechos de mi madre enrojecidos por los arañazos o porque aun estaba cachondo del polvo que estaba echando con ella antes de que él nos interrumpiera.