Capítulo 1
Casi sin tiempo de tragar, la cuerda de los pies comenzó a tensarse, elevándola de suelo poco a poco e incrementado el dolor en muñecas y hombros, para terminar colgada a poco mas de un metro del suelo, completamente abierta y expuesta, indefensa del todo, lista para lo que fuese que le tuviesen preparado. Noto que una mano le tocaba el culo, y algo salía de él. Se había olvidado por completo del dildo que llevaba dentro desde hacía tiempo. Unos hábiles dedos palparon el dilatado esfínter.
*Creo que ya está lista para El Ruso, jefa, dijo el hombre.
*De todos modos, lubrícala un poco, no quiero que la destroce demasiado, dijo la mujer, ese animal puede partirla en dos, jaja
Silvia tembló con las palabras, mientras atisbo a ver una enorme silueta que se acercaba desde las sombras.
Era un hombre de más de 2 metros de altura, puro músculo, rapado, completamente desnudo y depilado. Aun en reposo, Silvia vio la polla mas grande que jamás había visto, ni siquiera en películas o revistas. Y no estaba empalmado aun!
No por favor!!!, grito, no, me va a partir en dos, por favor no le dejen!
Calla zorra! Dijo la mujer, y un puñetazo del hombre en la barriga, siguió a la orden, dejando a Silvia sin aliento.
El Ruso se acercó con el enorme falo en la mano, acariciándolo, mirando a su víctima. Se puso frente a su culo, y puso la polla sobre su vientre, que casi llegaba a sus tetas. Las cogió y manoseo un buen rato, mientras se frotaba sobre ella, y alcanzó una buena erección. Aquel falo era monstruoso. La mujer miraba sonriente el rostro de miedo de Silvia.
El hombre tomo su polla, y acerco su glande a los labios de Silvia, lo frotó un rato e introdujo brevemente la punta, varias veces.
Si me folla quizás pueda soportarlo, pensó.
La muy puta se está mojando, si en el fondo le gusta jajajaja vociferó el ruso.
De repente, introdujo un poco más dentro, y cuando Silvia creyó que iba a recibir una follada tremenda, la saco y taladro con su enorme y enrojecido glande, su culo. El esfínter se abrió al máximo para albergar semejante miembro. Silvia soltó un grito de dolor, acentuado por la sorpresa del repentino cambio de agujero. El hombre siguió empujando y empujando, para enterrar casi la totalidad de su polla dentro. Comenzó a sacar y meter, con bastante rudeza, sin hacer caso a los llantos y súplicas de su víctima, que ya, vencida, se dejaba hacer, suplicando para sus adentros que se corriera ya o la matara. El dolor era insoportable. Como su cabeza quedaba descolgada hacia atrás, sin darse cuenta, el gordo que la había azotado, muy excitado por la escena, le metió su sudorosa y maloliente polla en la boca, hasta la garganta, y comenzó a follarle la boca, con rudeza, provocándole arcadas y mucha saliva, que solo hacían permitir al gordo, enterrarla cada vez más dentro, gracias a los envites que el ruso propinaba desde atrás, hasta que aferrado fuertemente a sus tetas, se corrió directamente en su garganta, de manera abundante. Descanso un momento allí, para luego sacarla y limpiar sus restos en la cara y pelo.
Para su sorpresa, el gigante seguía bombeando a un ritmo alto, y no se corría, a pesar de la estrechez de su culo. Silvia se estremeció al darse cuenta, que estaba comenzando a excitarse, de tal manera, que podía llegar a tener un orgasmo. Intento reprimirse, pero la lujuria se apoderaba de ella, y casi sin darse cuenta, empezó a gemir con las embestidas que estaba recibiendo. De hecho el dolor se empezaba a tornar placer, y su culo parecía adaptarse al monstruoso falo que la invadía. Presa de la excitación, cerró los ojos y se dejo llevar, su cuerpo se tenso, arqueo la espalda y empezó a jadear con fuerza, corriéndose como jamás en su vida había hecho. Era tal la cantidad de fluidos que expulsó que pensó que se había meado. El ruso viéndola tener el orgasmo, aceleró el ritmo y empezó a gritar y gruñir, hasta correrse dentro de su culo. Silvia sintió una gran cantidad de tibio y espeso semen dentro de ella. El ruso sacó la polla y fue directo a su boca. Silvia vio de cerca el monstruo que le había invadido el culo. Era enorme, apenas le cabía el glande en la boca, y no imaginaba cómo había podido estar dentro de su pequeño trasero. Se afanó tanto en chuparla, que provocó que el hombre se corriera de nuevo en su boca.
Unos destellos, le hicieron adivinar que le estaban fotografiando el culo.
*Madre mía, coge un bote de cerveza ahí dentro, jajajaja escuchó decir a alguien.
*Por fin hemos podido probar la nueva droga, y parece que los resultados son excelentes, dijo la mujer, darle una dosis cada 12 horas, ordenó. Limpiarla cuando terminéis y recordar que su coño es intocable, con el resto, hacer lo que queráis.
Poco a poco la polea de los pies fue aflojando hasta dejarle tocar el suelo. Abundante semen caía de su culo, aun totalmente abierto, al igual que por las comisuras de los labios. Además de su coño manaba aun líquido, arrollando por sus piernas hasta el suelo. Estaba rota y exhausta.
Le aflojaron también los brazos hasta dejarla totalmente en el suelo, la desataron y la llevaron al centro de la habitación. Sobre un pequeño desagüe, la manguera volvió a limpiarla, provocando esta vez, que se hiciera pis encima, por el frío del agua, y su casi nulo poder sobre sus esfínteres.
Limpia y vaciada, la llevaron a otra habitación. Vio un potro de madera, similar a los usados en la edad media, la pusieron sobre el, posada sobre su vientre. A un lado colgaba su cabeza y sus brazos y al otro sus piernas. Estas fueron separadas y atadas a ambos lados del potro, al igual que sus brazos, por la parte delantera. Hicieron una pequeña coleta con su corto pelo y la ataron a una argolla del techo, de la cual bajaba una cuerda, haciéndole mantener la cabeza levantada frente a una pared, completamente forrada de espejo, lo que la permitía verse por completo. Además en la parte trasera había otro, por lo cual tenía perspectiva suya casi por completo. Se horrorizo al ver lo rojo y dilatado que aun lucia su culo, y a pesar de ello casi no le dolía.
Una puerta se abrió a un lado y entraron una decena de hombres, detrás del gordo del traje gris.
Veo que el ruso ya abrió camino, jajaja dijo observando y metiendo varios dedos en su culo.
Bien, entonces lo que viene ahora, igual hasta te gusta.
Y mientras decía esto, vio a todos que se empezaban a desnudar.
Uno a uno fueron pasando sus pollas por la boca de Silvia, a la que agarraban por el pelo y obligaban a chupar hasta conseguir empalmarlos a todos, tras lo cual se dirigían a follarse su culo, el cual poco a poco se iba cerrando para acoger los miembros que ahora entraban en el, mucho más pequeños que la monstruosa polla que la había follado hasta la extenuación. Pensar en ella, hizo que volviera a mojarse y excitarse, y sus jadeos hacían que los hombres se excitaran aún mas, mientras vitoreaban y se reían de ella, alternando sus pollas entre boca y culo.
*Pero que zorra es la letrada.
*Mira como goza la muy puta.
*Pero si se va a correr! Jaja
Gritaban y se reían entre ellos. Las primeras descargas no tardaron en llegar, una en su culo, y a la vez otra en la boca, que estaba siendo follada como si fuera un coño o un culo, agarrada por el pelo y metiéndosela hasta la garganta. El gordo del traje la estaba enculando en ese momento, y se corrió dentro abundantemente, mientras lo hacía, solo tuvo que tocar un poco el clítoris de Silvia para arrancarle otro orgasmo brutal. El segundo en su cautiverio, y el segundo squirt de toda su vida. No sabía que le estaba pasando a su cuerpo, pero estaba siendo brutalmente violada y torturada, y su cuerpo estaba disfrutando!
*Miren la zorra, como se corre! Sera puta!! Exclamó el gordo con fuertes carcajadas.
Poco a poco los de mas se fueron corriendo y alguno, incluso repitió, hasta que por fin, quedo sola. En aquella postura, se quedo profundamente dormida.
Un pinchazo en el brazo, la despertó. El cuarto olía fatal, una mezcla de semen, sudor, fluidos, incluso orín, pues alguno antes de irse, recordaba que le había meado en la cara. Ella misma, se lo había vuelto a hacer encima. Los espejos devolvían una grotesca imagen de ella. La elegante y altiva fiscal, era un trozo de carne, atado a un potro, con la cara, pelo y piernas llenas de semen reseco, meada y sin fuerzas, rota por dentro y por fuera, a merced de unos bárbaros que la usaban como un objeto, y encima su cuerpo se ponía a 100 con ese sufrimiento. Que habían hecho con ella? Que le había pasado? Recordó las palabras de la mujer cuando la estaba follando el ruso, “la nueva droga parece que funciona”. Eso le recordó que le acababan de pinchar el brazo.
*Que me habéis puesto? Balbuceó.
*Algo que te convertirá en una verdadera puta, jajaja dijo la mujer.
*Adecentarla, darle de comer y subirla, ordenó.
Tras darle la papilla dulzona, la lavaron con la manguera de nuevo por dentro y fuera, haciéndola vaciar de nuevo sus tripas, y recogerle de nuevo el pelo en una coleta, le pusieron una cadena al cuello, y completamente desnuda y maniatada a la espalda, la condujeron al exterior de la sala.
Varios hombres que se encontraron, se echaban mano al paquete a su paso y le decían:
*Letrada, esta noche le llevó de nuevo mi caso, jajajaja
Silvia, con aquellos comentarios, notaba que empezaba a excitarse!
En la habitación que entraron, esperaba la mujer y el gordo del traje, totalmente desnudos.
La llevaron a un lado, desataron sus manos de la espalda y las ataron a una cruz de madera, de frente a ellos. La mujer se acerco y palpo sus tetas, apresando los pezones fuertemente con los dedos, haciéndoles erguirse duros. Los apresó con las conocidas pinzas, que ato a unas cuerdas y paso por una argolla del techo, tirando de sus tetas dolorosamente hacia arriba.
Acercó una mano a su vagina, y comprobó que esta empezaba a mojarse.
*El efecto es rápido, dijo sonriendo.
Le acaricio el clítoris suavemente y comenzó a introducir un dedo en el cada vez, más húmedo coño de Silvia. Esta jadeaba y se contoneaba viciosamente, como respuesta a las sensaciones que desde su entrepierna llegaban a cada poro de su cuerpo. La mujer siguió masturbándola hasta hacerla correrse entre gritos de placer.
*Bien, ahora veremos si con dolor, también funciona.
Y nada mas apartarse, el hombre, soltó un latigazo en las piernas de Silvia, que la hizo estremecer.
Era un látigo de 9 colas de cuero, de diversos largos y diámetros. Aplicando minuciosamente cada latigazo, alguna cola, siempre alcanzaba la vulva o los labios, y Silvia se sentía tremendamente excitada, a pesar del dolor de los golpes. La mujer trajo un consolador de tamaño considerable, que terminaba en una barra, se lo metió sin ningún esfuerzo y lo ajusto al suelo, dejando a la fiscal empalada. De nuevo sufriendo los latigazos, Silvia comenzó a moverse, haciendo que el falo de goma entrara y saliera de ella, lo que la llevo al éxtasis entre dolor y placer, con los ojos en blanco, presa de una lascivia inmensa comenzó a gritar.
*AGGH Me corro, me corro, mas fuerte, dame mas fuerte me corro!!!!!!!!!!!
Y se vino en un nuevo Squirt ante la atenta mirada del gordo y la mujer, que complacidos observaban el espectáculo que la fiscal les brindaba
*Fantástico, dijo él. Esta droga nos va a hacer de oro.
Silvia no sabía con exactitud el tiempo que llevaba cautiva. Los días pasaban con constantes torturas y dolor, al que ya se había acostumbrado, y las noches era sodomizada por todo aquel que le apeteciera, las veces que quisiera. Lo que más le extrañaba, es que su vagina, salvo algún consolador o algún dedo, jamás la habían tocado. Las drogas que le suministraban le hacían excitarse al límite, incluso con las torturas más extremas, conseguía tener orgasmos, y eso, que físicamente, estaba agotada. Apenas dormía, y solo le daban aquella viscosa y dulce papilla, 2 veces al día, y agua. Debía haber perdido más de 5 kg. Una de las sesiones de tortura, había sido anillada en pezones y clítoris, con unas argollas fijas de generoso diámetro, que ahora usaban para fijar las pinzas de las descargas eléctricas, o para colgarle pesos. A veces pasaban días sin lavarla, y acumulaba restos de semen, sudor y orina, de varias sesiones. Estaba rota completamente, incluso se había ofrecido en varias ocasiones a hacer lo posible por desencarcelar a don Mateo, el capo, pero nadie le hacía caso.
Este día, parecía especial. La llevaron a un cuarto de baño, donde la lavaron muy bien, incluso el agua no estaba fría, le repasaron la depilación, y desenredaron el pelo. Pudo verse en un espejo, se veía delgada, moratones y marcas de latigazos por todo el cuerpo, incluso alguna cicatriz en las tetas ,de haberle apagado varias veces cigarrillos en ellas. Lo peor de todo, era que el roce continuo de los aros, en los pezones y el clítoris, la tenían excitada casi permanentemente. Este último se reflejaba rojo e hinchado, palpitante, como nunca jamás lo había sentido. Le pusieron la cadena al cuello, pasaron otra más fina uniendo los tres aros, sujeta al cuello también. Un plug, que fue introducido en su ano, terminaba en una fina cola, que le hacía parecer un animal. La mordaza, esta vez, tenía un dildo que le llenaba la boca, y la dosis que le inyectaban, parecía mayor que otras veces. Al momento, se sintió nublada, como en una nube, y la excitación fue en aumento. La condujeron tirando de la cadena, por primera vez, a un ascensor que los llevo a la tercera planta.
El solo hecho de caminar, la ponía a tope, con el bamboleo de sus tetas, y el roce del anillo en el clítoris. Por su cara resbalaba ya bastante saliva, y por el interior de las piernas caía abundante flujo.
En el cuarto, vio 5 siluetas al fondo, que no alcanzo a distinguir. Al a cercarse, vio con horror que era Don Mateo, el capo, Julián, el fiscal jefe, la hija de Don Mateo, El gordo y el Ruso.
Hola zorra, te alegras de verme? Dijo Don Mateo.
Silvia bajo la mirada, estaba atónita.
Don Mateo sonrió mientras se acercaba.
Te han tratado bien?, veo que si, jaja. Te sorprende verme? Tu jefe, Julián, ha hecho todo lo posible por sacarme, al saber que tu serias parte del premio. Has de saber, que tu carrera ha terminado. Circulan varios videos y cientos de fotos de lo puta que eres, se te van a rifar todos los que has encerrado, te auguro un futuro muy “ocupado”, jajaja. Pero primero, serás mía hasta que me canse. Prepararla! Ordenó.
La llevaron al fondo de la habitación, donde el conocido potro había sido colocado.
Una vez atada a él, Julián ya desnudo se acercó a su cara, le quitó la mordaza tiró de su cabeza jalando por la coleta hacia atrás, y sin mediar palabra le introdujo su polla en la boca, hasta el fondo. Estaba bastante empalmado ya y tenía un miembro bastante considerable. Empezó a follarle la boca muy despacio y profundo. Silvia reprimía las arcadas, salivando muchísimo, lo que lubricaba mas la polla que cada vez llegaba más profundo en su garganta.
Don Mario, miraba la escena mientras se desnudaba, ayudado por su hija, que también desnuda, luciendo un escultural cuerpo, se arrodillo a los pies de su padre, para chupar su polla y ponerla completamente tiesa. Se situaron tras Silvia, que sintió como alguien se abría paso en su vagina de golpe, hasta el fondo. Don Mario comenzó a follarla con dureza y rabia, sacándola casi entera para volver a metérsela de un solo golpe, pero Silvia cada vez más excitada, gemía y movía el culo, pidiendo más, mientras se afanaba en chupar la polla de su jefe golosamente. A don Mario no le complacía que estuviese disfrutando, por lo que saco la polla de ella y se puso un condón que untó con una crema de un bote que le alcanzó su hija. Está a su vez, conectó unas pinzas en los aretes de los pezones, para comenzar el suplicio eléctrico una vez más.
Estas descargas dolían de veras, además, Patricia, mojo los pechos de Silvia con aceite para que la corriente pasase con más facilidad. Sentía de nuevo la follada en su coño, pero una sensación de ardor empezó a invadirla desde las entrañas. La crema que se había puesto Don Mario, escocía como el mismo infierno, y unas lágrimas brotaron de sus ojos. Patricia, saco el dildo de su culo, para untarlo también de la crema y volvérselo a meter. El ardor era insoportable. La crema a base de extracto de Gengibre, era super irritante. Por primera vez en tiempo, el dolor y el ardor podían con el deseo y lujuria que le provocaba la droga.
Pónselo en los pezones también, ordenó don Mario.
Patricia obedeció inmediatamente. La mezcla de corriente, con el ardor provocado, era insufrible. Las descargas aumentaban por momentos de intensidad.
Julián, comenzó a jadear, y metió la polla en la boca hasta que los testículos le impedían casi respira, derramando una abundante carga de semen en el fondo de su garganta. Siguió allí un rato, que a Silvia se le antojo interminable. Pensaba que se iba a ahogar. Cuando por fin se retiro, tomo una gran bocanada de aire, pero el puesto de Julián lo ocupó Don Mateo, ya desprovisto del condón, que también se corrió abundantemente en la boca de Silvia.
El escozor empezaba a ser soportable y nuevas sensaciones de placer inundaron el cuerpo de Silvia. Patricia saco el dildo anal y se lo metió en lavagina. En dos o tres movimientos Silvia se corrió como una loca, resoplando y jadeando.
Veo que tenías razón, Patricia, la droga es mejor de lo que pensábamos, dijo Don Mario Ponme a tono otra vez hija, que me la voy a volver a follar.
Patricia obedeció de inmediato, postrándose de rodillas ante su padre, y tomando suavemente su pene con las manos, lo introdujo golosamente en la boca, comenzando a chuparlo y lamerlo con dedicación. El falo del hombre, enseguida se puso duro y venoso de nuevo. Los dos meses de prisión sin follar y la buena dosis de Viagra y coca que se había tomado, hacían su efecto. Patricia colocó una correa de cuero en la base del pene de su padre, cuando lo tuvo totalmente erecto, impidiendo que la sangre acumulada en el, volviese para atrás. Esto conseguiría tenerlo totalmente tieso, incluso después de que se volviese a correr.
Se lo introdujo con fuerza a Silvia en la boca y se la estuvo follando un rato. Cuando se sintió satisfecho, la soltó bruscamente y se dirigió a su trasero diciendo:
Quien sabe, zorra, igual te preño hoy y me das un bastardo, jaja.
La sola idea de quedarse embarazada de ese monstruo, la aterró.
De un súbito golpe, la polla de Don Mario irrumpió en el culo de Silvia, arrancándole un pequeño grito de dolor. El viejo estaba bien armado, y sabia usar su aparato, pensó.
La enculó con violencia un rato, para luego alternar con su coño las embestidas. Esta vez estuvo follandole mas de 20 minutos sin parar. Silvia estaba completamente empapada y excitada, jadeante, lujuriosa.
Te esta gustando eh puta? Dijo Don Mario.
Silvia presa de su estado exclamó:
SIIII!!! Follame así, duro, haz que me corra!!
Las palabras que salieron de su boca, resonaron en su cerebro. Cómo podía estar tan entregada a su captor?
Entre gruñidos el viejo empezó a correrse dentro del coño de Silvia, que al sentir la caliente descarga en su interior se corrió también salvajemente. Don Mario sacó la polla de su coño, y volvió a follarle el culo, un buen rato, para volver a correrse de nuevo en su boca y cara, dejándosela toda impregnada de semen. Se la restregó por ella y acabo de limpiársela en el pelo. Su hija hizo el resto con la boca para dejarla completamente lista para otro ataque, y aun bastante empalmado.
El Ruso, el gordo y Julián, volvieron a escena. La polla del ruso era aún mayor de lo que recordaba, la miro con los ojos abiertos como platos. Había crecido más de 8 cm de largo, y el diámetro era considerablemente mayor. Lo que Silvia no sabía, es que le estaban inyectando desde hacia tiempo unos esteroides de diseño, que hacían crecer absolutamente todos los músculos, y muy especialmente la polla.
Se acerco para metérsela en la boca, y no le cogía. Silvia temía que le desencajara la mandíbula, y si al final entraba, corría el riesgo de ahogarse con ella. Aun así, el gigante consiguió meterle un buen trozo dentro de la boca, y empezó a moverse en ella. Julián y el gordo alternaron coño y culo para follarsela por turnos. Habían acordado que el ruso fuera el último por motivos obvios.
Don Mateo arrodillo a Patricia frente a la escena del potro, y comenzó a follarla a 4 patas ,muy despacio, con ternura, disfrutando cada envite, y disfrutando viendo como era corrompida la zorra que le había metido entre rejas. Julián se corrió en el culo de Silvia y el gordo lo hizo en su coño, ya a disposición de todos desde el uso de Don Mateo.
Cuando terminaron, el Ruso se dirigió a la parte trasera del potro. Empezó a meter poco a poco la polla en el coño de Silvia, abriéndolo al límite. No era capaz de meterla entera, pero aun así siguió forzando con rudeza. Silvia se sentía desgarrar por dentro. Consiguió meter un buen pedazo de carne y empezó a bombear con ritmo creciente. Silvia intentaba excitarse para lubricarse pero no lo conseguía, el Ruso la estaba destrozando.
Basta, me duele, por favor gritó entre lágrimas para deleite de los espectadores.
El ruso, la saco, para dirigirla a su culo.
NO; NO; NO!!!! Me vas a romper!! Gritó.
Pero las súplicas y lágrimas de Silvia solo conseguían excitar mas al ruso, que entre los ánimos de los demás, empezó a taladrarle el culo.
Acomodo los más de 30 cm de polla dentro del recto de Silvia, que lloraba balbuceaba, medio rota del dolor. Cuando el ruso retiró mas de la mitad de su miembro, salió cubierto de restos de semen de los anteriores visitantes y bastante sangre de Silvia. La estaba desgarrando por dentro. Escupió sobre su polla y volvió a meterla hasta el fondo, con menos esfuerzo.
Vamos, rompela, gritó Don Mateo mientras se corría de nuevo, esta vez dentro de su hija.
El ruso comenzó un violento vaivén en el culo de Silvia, que prácticamente yacía sin conocimiento en el potro.
Que no se desmaye, ponerle otra dosis, gritó el gordo. Julián tomo una jeringa de una mesa, y se la inyectó en un brazo. Al minuto, Silvia empezó a jadear, y gritar de dolor, pero se estaba humedeciendo y excitando, aunque el dolor no se iba. El ruso terminó de follarla después de 15 interminables minutos, corriéndose como un animal en el culo de Silvia. Saco la polla llena de sangre y se la metió en la boca para que se la limpiase. Silvia yacía exhausta y se dejaba manipular sin ninguna voluntad. La llevaron a un camastro y la ataron en cruz en el. Don Mateo, se acercó con un hierro al rojo, que enfrió sobre uno de los pechos de Silvia, arrancándole un sonoro grito de dolor que resonó en toda la habitación. Inmediatamente, Patricia, hizo lo mismo con otro hierro en su cadera derecha.
Acabas de ser marcada con mi sello, todo aquel que te vea, sabrá que me perteneces. Mientras Don Mario decía esto, Patricia sentó su depilado sexo en la cara de Silvia, que instintivamente, abrió la boca y saco la lengua para lamer el clítoris de la rubia. Esta aferró con fuerza su cabeza, hundiendo la cara de Silvia en su coño, que se afanaba en lamer y chupar. La joven tardó poco en correrse, dejando restos del semen de su padre y sus propios fluidos en el rostro de Silvia.
Bueno putilla, esta noche satisfarás de nuevo a todo aquel de mi banda que lo desee. Si mañana sigues viva, espero que sí, te dejarán en la cárcel de hombres de Poggioreale, donde tu querido Julián ha conseguido reunir a casi todos aquellos que has encerrado. Les daré suficiente droga para que te inyecten, y seas tu misma la que les pidas más, hasta que te maten, o quizá, si tienes suerte se aburran de ti. Llevárosla, sentenció Don Mateo.
La arrastraron hasta el cuarto de abajo, donde más de 20 hombres, esperaban su trofeo. Antes de que la mitad ya se la hubieran follado por todos sus agujeros, perdió la consciencia.