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Lili II

Estaba lloviendo. Era madrugada y estaba lloviendo. Lo sabía por el rumor que hacían los coches al levantar cortinas de agua del asfalto. Por la luz mortecina de la calle que penetraba por la ventana. Estaba enmedio de ese estado semiinconsciente, entre la vela y el sueño, en el qual una no sabe a ciencia cierta si está soñando o no. La imagen de su cabeza acotada no cejaba de torturarme, sin saber si lo que había vivido unos días antes era real o no.

Lili I

Me tumbo boca abajo obedientemente. La chica se acerca, cubriéndose púdicamente con una toalla blanca. Noto un líquido un poco frío y viscoso que se derrama en mi espalda. Las manos de la chica empiezan a recorrer mis hombros y la parte alta de la espalda.

Vivir la vida II

Como cualquier hombre ante su primer sujetador tuvo sus problemas para poder desabrocharlo. Recordaba claramente como se desataba un sujetador por los juegos inocentes que practicaba con su madre en su tierna infancia, pero los nervios le traicionaban.

Vivir la vida I

Por el tono de su voz, lasciva y promiscua, ella parecía más una actriz porno o una puta que alguien que estuviese verdaderamente disfrutando. Parecía claro que ella fingía, ya que sino no podría articular palabra y sólo emitiría leves y espaciados gemidos.

Mi historia I: Mi primera vez

Este amigo tenía una hermana que se llamada Loli (aunque en el instituto todos mis amigos la llamábamos Gustava, por motivos obvios) que era una morenita preciosa, no tenía unas tetas tremendas, ni nada que la hiciera sobresalir de las demás, pero en conjunto era muy atractiva, con una naricita respingona que me volvía loco, además de ser muy simpática.

Laurita II

El hombre, haciendo gala de su fuerza, la tomó en vilo y, apoyándola contra la pared, reanudó las embestidas. Nuria, con las piernas cruzadas en el culo de aquel desconocido, notaba la fuerza de las penetraciones y cómo chocaban contra ella los huevos. Los gemidos de Nuria eran eclipsados por los aullidos que soltaba la otra chica al alcanzar el orgasmo. No tardó mucho más Nuria en correrse con aquel gorila.

El cuadro del apocalipsis fue testigo de un amor apasionado mientras en la calle rugía la tormenta

Pero no todo lo investigado, conocido derivó en placeres encontrados, aunque sí quedó para siempre una imagen, una voz sonora, unos ojos que brillaban vivos, expresivos, gritando: ¡ basta ya!. Letras de canciones - con temas críticos- la fábrica, el trabajo, la rueda dejó de ser madera hace tiempo para no cesar de girar. Palabras y más palabras, frases entrecortadas, nerviosas, impregnaron nuestro recuerdo, sólo eso que no es mucho y nada más".

Vendas negras II

Cuando por fin lo alcanzó, ella ya se encontraba vestida sólo con la minúscula tanga roja que llevaba. Rodrigo decidió apartarla, besándola, comenzó a bajar lentamente por el cuerpo de ella. Besaba cada poro de su piel y se detuvo al estar frente a la entrepierna.

Una noche, un sueño

Traté de moverme, de apartarme, esa fue mi primera reacción pero sus manos me lo impidieron, me agarró fuerte los brazos y sus suaves labios recorrieron mi cuello. La idea de irme se había borrado de mi mente, dejé que fuese él quien moviese mi cuerpo a su antojo.