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Violador romántico II

Violador romántico II

La ciudad estaba muy sola, la sombra de la noche dominaba todo los alrededores, solo se escuchaba el alarido de una alarma al parecer de una patrulla.

Sin embargo, este alarido no era importante para mí y continué mi camino.

Momentos después, y a lo lejos vi como una figura de mujer cruzaba la esquina.

Me llamó mucho la atención ese hecho, por lo que aceleré mi automóvil y me dirigí al lugar, pero al llegar allí, nuevamente vi la figura atravesar la otra esquina.

Aceleré mi vehículo mucho más asta llegar a la esquina, donde esta vez si me encontré con la mujer.

Era muy joven tendría como 17 a 18 años aproximadamente, vestía una bata extendida azul claro y sin detalles, de pelo negro y largo, temblaba un poco.

Me detuve con mi vehículo al frente de ella, y se me acercó pidiéndome ayuda:

Ayúdeme señor que me están persiguiendo…

¿Quién te persigue?

Ande señor lléveme

Bueno sube…

Dicho esto, subió al vehículo, tras sentarse tiró la puerta, como en un intento de que nadie más pudiera entrar y muy nerviosa me rogó:

Arranque señor arranque

Ya dentro pude sentir su aliento a alcohol lo que dejaba muy claro que estaba tomando y que eso podría significar una buena oportunidad para mí

Esta bien, pero quien te sigue

Después le cuento, después le cuento

Aceleré mi vehículo y me desaparecí del lugar, solo para darme cuenta más adelante que la patrulla que anteriormente había escuchado la perseguía a ella, pero nunca me dijo la razón.

Me pidió que la dejara en su casa pero yo le dije que porqué no dábamos unas vueltas primero y tomábamos algo antes, ella aceptó.

Aproveché que tenía una cavita con hielo en el asiento trasero, sobras de una celebración anterior.

Compré las cervezas y le di una, mientras hablábamos y yo conducía sin rumbo definido y casi por las afueras de la ciudad, luego le di otra y otra asta que ella me dijo:

¿Bueno y tu no vas a tomar?

¡Claro que sí! Mas adelante

La brisa, las vueltas del vehículo y la eterna música suave, empiezan a provocar en ella un cabeceo y sus ojos se empiezan a cerrar, el vehículo cae en un bache y ella reacciona y disimula una conversación que no sosteníamos, pues yo tenía ya rato sin decir una palabra.

Le ofrecí otra cervecita, ella la tomó y me confesó:

Yo como que no quiero más ya estoy muy mareada

Pero si todavía hay más, no me dirás que no te gustan las cervezas gratis

Si pero es que ahora…

¡Nada!, ¿Quieres o no?

Bueno esta bien

Sorbito a sorbito se la fue tomando, asta que terminó y le ofrecí otra

Pero y tú no tomas yo sola me he tomado casi toda la cerveza

¿Y eso no te gusta?, prácticamente eran solo para ti

Sí, bueno…

No dije nada, pero ella siguió balbuceando palabras ya sin sentido y los ojos se le cerraban con mayor regularidad que antes.

Asta que finalmente, quedó frita. El sueño la dominó, ya no había vuelta atrás.

Di otras vueltas, solo para estar seguro que dormía, luego me dirigí a un paraje muy solitario, buscando la soledad de la noche.

Me detuve más no apagué mi vehículo. Para usarlo como excusa en caso de que despertara, pero no lo izo.

Di la vuelta y me dirigí a su puerta, muy lentamente la abrí, y con la calma mas grande que se puedan imaginar, recliné poco a poco la butaca hasta dejarlo como una cama. Ya en esta posición ella se reacomodó inconscientemente y yo di la vuelta para apagar mi vehículo.

Al retornar a su lado, quise contemplarla en su sueño gracias a la luz de la luna.

Me acerqué mucho más, asta sentir su aliento muy cerca de mi cara, sentía como mi miembro tomaba fuerzas y tamaño, e instintamente, mi lengua comenzó a explorar el rostro de aquella joven mientras ésta continuaba durmiendo.

Me acerque a sus labios entreabiertos, me detuve en ellos para saborearlos mejor, su dulce néctar me embargaba completamente asta que introduje mi lengua por entre su húmeda boca que entre sueños ya comenzaba a formar parte del húmedo beso que le estaba robando.

Mis manos presa de la excitación comenzaban a explorar su pecho, su barriga y su bajo vientre.

Me separe de sus labios para ver más.

Lentamente le remangué el vestido asta tener sus pantaleta a la vista eran blancas y ya humedecidas de la excitación, introduje un dedo a cada lado de la pantaleta para bajarla, pero me lo impidió su trasero.

Pero la cosa no quedó allí tome una tijeritas de bolsillo y corté los lados de la pantaleta quedando en liberta aquel sexo que gritaba: cojéeme soy tuya para lo que quieras.

Acto seguido, tomé su pierna derecha y la abrí, me acerque a su sexo asta sentir su aroma y posar en él mi inquieta lengua.

Sentía que mi sexo iba a explotar si no hacia algo, pero continúe despacio lentamente saboree aquel sexo que se humedecía cada vez más al paso de mi lengua, mis manos por su parte acariciaban sus caderas y vientre, mientras la joven entre sueños gemía y su respiración se aceleraba cada vez más.

Luego, mi lengua recto por su barriga, pase por su ombligo, mi lengua exploró su alrededor y se introdujo en él, mientras mis manos continuaban explorando todo su cuerpo.

Era un cuerpo divino.

Me separé un poco, solo para desamarrarle los sujetadores en la parte superior del vestido, para poder liberar también sus tetas que sin sujetador me apuntaban como señalando a su liberador, estaban divinos y como un imán atraía mi boca que desesperadamente se pego a ellos con delicia.

Mis manos presa por completo de excitación ya exploraba magullaba y frotaba, no sabia que hacia con ellas, solo sé que en un momento, mi sexo ya estaba afuera y dirigido al de ella.

Le coloqué la punta de mi sexo en el suyo, en su entrada, muy lentamente y mirando su rostro dormido y excitado lo fui introduciendo asta meterselo todo y comenzar el inconfundible vaivén que reproduce el ritmo del sabor a sexo divino, ya en plena faena y presa también de la excitación, ella despierta

P ppero que estas haciendo?

Nada que a ti no te guste

Pero…

Ya, ya déjame terminar

No, no haaaaaaaa si si hhhhhhhhhhhhh

Te gusta ¿verdad?

Si, bastante…

Al terminar, nos acomodamos y salimos del lugar, le pregunté donde la dejaba y al llegar al sitio, se bajo de mi vehículo, me dijo que esperara asta que ella entrara y me dio mucha tentación de risa al ver que ella notó que tenía la pantaleta puesta pero su parte inferior estaba rota.

Fin

Continúa la serie << Violador romántico I

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