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Una trampa para mi suegra

Una trampa para mi suegra

“Como sin querer, lleve a mi suegra, si que se diese cuenta, a conocer un mundo que no sabia que existía”.

Mi suegra es una mujer madura, de 58 años, felizmente casada, con tres hijas, también casadas y cuatro nietos. Lleva una vida normal, mas bien anticuada y vive dentro de los valores que le inculcaron sus padres y que la sociedad le dictamina.

Físicamente es normal, se cuida, aunque se nota que los años hacen mella en su cuerpo.

Mi suegro, hombre serio y que no le gusta salirse de las pautas establecidas, cortando cualquier síntoma de alusiones al sexo en lo que ve o vive.

Ella, tiene a su madre, de unos 86 años, viviendo en una residencia de ancianos en Madrid, con problemas físicos que no le permiten desplazarse en trayectos largos.

Estábamos de vacaciones en un pueblecito de la playa, cerca de Valencia, a unos 300 km de Madrid, bien comunicados por autopista, con lo que cualquier desplazamiento no llevaba mas de tres horas a nuestra ciudad de origen.

Estando, como digo en la playa, me surge, por temas de trabajo un viaje a Madrid, y ella, aprovechando que en principio era un viaje de ida y vuelta en el mismo día, decide venir conmigo, y así poder visitar a su madre, que hacia 20 días que no veía.

El viaje de ida a Madrid, fue muy tranquilo, yo no soy una persona habladora, pero a ella le encanta charla, por lo que todo el viaje estuvo hablando y contando diferentes temas, algunos muy banales.

Al llegar a Madrid, la deje en la residencia de su madre, quedando con ella para regresar a la playa al cabo de las 4 horas.

A mí, se me complicó el trabajo, con lo que la hora de regreso a la playa, y después de madrugar para ir hacia Madrid, se hizo tarde.

La llamé y le propuse ir a dormir a mi casa (eran las 22:00). A eso de la 22:30 la pasé a buscar a la residencia.

Ella estaba cansada de estar todo el día “aguantando” a su madre. Una vez los dos en el coche, le propuse ir a cenar a un restaurante, a lo cual amablemente accedió.

Al llegar al restaurante, a las afueras de Madrid, cerca de donde vivo, tuvimos que esperar, ya que estaba lleno. Nos tomamos un par de cervezas en la barra y pasamos a cenar.

Pedimos vino, y por la cantidad de gente que había, no dio tiempo a pedir una segunda botella entre plato y plato.

Durante la cena, me fije que en la mesa de al lado, había cuatro hombres, de unos 50 anos, bastante animados.

Quizás por el vino tomado en la cena, mi suegra, de manera natural, en un brindis que los cuatro tipos hacían, levanto la copa e hizo el gesto de brindar con ellos, los cuatro, acogieron el brindis y lo agradecieron.

Cuando estábamos tomando los cafés, el camarero se acerco y nos comento que la mesa donde estaban los cuatro tipos, no invitaba a una copa de licor.

Los dos pedimos un Güisqui y les agradecimos la invitación. En eso, uno de ellos se levanta de su mesa, se acerca y nos invita a que compartamos la sobremesa con ellos.

Yo esperé la reacción de mi suegra y ella accedió. La verdad es que durante la sobremesa, la conversación fue muy divertida, dando tiempo a una segunda copa, y a una tercera.

Los tipos me comentaros, que venían a Madrid por negocios, que se les había hecho tarde, y que pensaban continuar su viaje después de la cena.

Yo viendo el estado de alcohol que llevaban, les indique que lo mejor que podían hacer es pasar la noche en un hotel de Madrid y continuar el viaje al día siguiente.

No parecían hacer mucho caso, y entonces intervino mi suegra insistiendo en lo mismo, que buscaran hotel.

Salimos todos juntos del restaurante, y nos pidieron que les dijésemos donde podían tomar una copa antes de irse a dormir.

Entonces, y dado que estábamos a lado de casa, y que tenían un hotel cerca, dada la amabilidad que habían tenido con nosotros, y por el comportamiento exquisito, les invité a casa a tomar esa copa.

Una vez en casa, Berni, mi perro pastor alemán, nos recibió muy contento. Nos sentamos en el salón y tomamos no una, sino varias copas, al cabo de 1 hora, yo veía a mi suegra muy alegre y bastante bebida, al igual que yo.

Estaba muy divertida y la reunión fue muy amena. Una de las veces que me levante a por mas hielo a la cocina, uno de los tipos, Pedro, me siguió.

Estando solos, empezó a indagar sobre mi relación con mi suegra, intentado adivinar si teníamos sexo. Yo le comente que no y que nunca se me había ocurrido.

Entonces me propuso que si les dejaba intentar calentar el ambiente de la reunión.

Yo les comente que dado el carácter de mi suegra y que yo estaba allí, era bastante complicado, por lo que me propuso que dijese que me iba a dormir y así no cohibiría a mi suegra.

No sabía que responder, así que lo deje en el aire y me fui al salón. Una vez allí, viendo el estado tan animado de mi suegra, que le apetecían mas copas y, que comenzaron a meter cuñas de sexo en las conversaciones, de las cuales mi suegra participaba y se reía, tome la decisión: me levante, disculpándome e indicando que estaba bastante bebido y muy cansado.

Ellos, que están sobre aviso, hicieron intención de finalizar la reunión e irse, a lo cual mi suegra indicó que esperaran a tomarse la copa.

Así lo hicimos, yo me marche del salón y ellos se quedaron charlando y riendo.

Mandé a Berni (mi perro) a una habitación y lo encerré. Pero no me fui a dormir, me quede en el hall, desde donde ellos, por la oscuridad no me podían ver, pero a los que yo con claridad escuchaba y veía y les grababa en vídeo.

La conversación que tenían subió de tono, a lo cual mi suegra no ponía reparos. Al rato, y con nuevas copas (a las cuales mi suegra, que no bebe mucho, se apuntaba) propusieron realizar algún juego.

Le dijeron a mi suegra que fuera ella la que lo elegía, y dijo que a la carta pasada (juego en el cual, se reparte una carta a cada jugador, y si es baja, la puede cambiar con el compañero de la derecha. Pierde el que se quede con la carta mas baja).

Los cuatro tipos (Pedro, Juan, Pablo y Luis) le propusieron que el que perdiese, tenia que hacer una prueba o perder una prenda, lo que el resto dijese, eso sí, le dijeron a mi suegra, dado que era la única mujer, que podía parar el juego cuando indicara.

Mi suegra a este juego suele tener mucha suerte y pocas veces pierde, por lo que acepto, y más sabiendo que ella podía poner fin.

Yo desde la oscuridad, podía ver lo que ocurría, como podía ver como los cuatro tipos hacían trampas si que mi suegra lo viese.

Los primeros en perder fueron Pedro y Juan, que se quitaron un zapato. La siguiente fue mi suegra, y la pusieron una prueba, bailar durante un minuto para todos encima de la mesa.

Ella, dado el nivel de alcohol que llevaba, no se acobardo y bailo. Lo cuatro tipos, la piropeaban mientras ella bailaba.

Siguieron jugando y comenzaron a perder los cuatro tipos prendas, mientras que a mi suegra la ponían pruebas, quedándose los cuatro con camisa y calzones.

A partir de ese momento, mi suegra, comenzó a perder prendas, primero los zapatos, cinturón y falda.

En ese punto, y viendo que podía seguir perdiendo, intentó pararlo, los cuatro tipos la instaron a que una más, y así continuaron, perdiendo Pablo, Luis, Juan y Pedro la camisa, quedándose con los calzones.

A esto, se guiñaron un ojo y fue Pedro el que perdió de nuevo, teniendo que quitarse el calzón. Cuando se lo quito, a mi suegra se le salían los ojos.

Creo que nunca había visto a ningún otro hombre desnudo en vivo que no fuese su marido. Continuaron jugando y perdió Juan, que se quito el calzón de manera erótica y bailando, a lo cual todos, incluida mi suegra aplaudieron.

La siguiente perdió mi suegra, solo le quedaba la ropa interior y la blusa. Quiso terminar el juego, pero ya que había perdido, tubo que decidir.

Se quito la blusa. La verdad es que aunque tenia una edad madura, su cuerpo no se conservaba mal, pudiendo ver desde donde estaba, que tenía unos senos voluptuosos, que casi no se adivinaban por la forma de vestir que tenia.

En la siguiente, perdió de nuevo Pedro y los demás le incitaron a bailar encima de la mesa. Mi suegra no quitaba ojo del pene de Pedro, y de cómo este se movía por la forma de bailar de Pedro.

La siguiente perdió mi suegra, y la dejaron elegir entre prueba o prenda.

Ella eligió prueba, pensando que sería algo simple, pero lo que pensaron entre todos es que debía de tocarle el pene a Pedro hasta que este se pusiese erecto. Pedro se puso de pie delante de mi suegra y esta, que parecía que en un principio se echaba atrás, cogió con suavidad el pene de Pedro y lo comenzó a acariciar.

Por las copas que llevaba Pedro, el pene tardo un rato en tomar erección, pero mi suegra seguía masajeándolo como si de un nuevo juguete se tratara.

En ello, los demás increparon para que parase, y como volviendo a la realidad, paro.

Siguieron el juego y volvió a perder mi suegra, esta vez no la dejaron elegir y tuvo que quitarse una prenda. Se quito el sujetador. De repente, sus pechos se quedaron al aire, enormes y algo caídos, lo que provoco la erección de los cuatro tipos y la mía.

En la siguiente partida, perdió Juan, y dado que estaba desnudo, tenia que hacer una prueba. Tenia que chuparle los pezones a mi suegra.

Esta se quedo paralizada, pero cuando Juan se acerco y comenzó a lamer, se estremeció y cerro los ojos. Estaba claro que le encantaba. Durante más de un minuto, Juan jugueteo con sus pezones, y cuando termino, estos parecían mísiles a punto de lanzarse.

En la siguiente, volvió a perder mi suegra, y tuvo que quitarse las bragas, cuando se las estaba bajando, se veía como estaban húmedas de la excitación que tenía.

Como tenían previsto, en las siguientes partidas perdieron Pedro y Luis, quedándose completamente desnudos todos.

La siguiente en perder fue mi suegra, y como no había prendas que perder, la pusieron una prueba. Debía de chupársela a Juan.

Se la veía retraída, como si nunca lo hubiese hecho, al principio lo hacia con cuidado, como si fuese algo que podía romper, pero por las indicaciones de Juan, lo fue haciendo de manera mas brutal, incluso atragantándose varias veces.

Siguió hasta que Juan se corrió dentro de su boca, y al sentir el semen, se aparto como un resorte, a lo que Juan protesto. Se notaba que era un sabor nuevo para ella.

Se ponían a jugar de nuevo, cuando Pedro se levanto y, acariciando los pechos de mi suegra, comenzó a besarla. La levanto entre sus brazos y la coloco encima de la mesa. Los demás miraban, y Pedro, fue besándola poco a poco, bajando por su cuello, pechos, ombligo hasta que llego a su vagina.

La primera vez que le puso su lengua, ella suspiro y los ojos se le pusieron en blanco. Era la primera vez que alguien la chupaba su intimidad.

Pedro al ver esto, chupaba con mas ímpetu y mi suegra se retorcía como si le quisieran sacar todo el placer de una sola vez.

No tardo mucho en tener un orgasmo, por como gritaba y se retorcía, parecía que era la primera vez en su vida que llegaba a el, o tal vez lo era. En eso, los demás empezaron a chuparle las tetas, a besarla, a magrearla.

Ella buscaba los penes de ellos con las manos, el de Juan que tenía mas cerca, lo succionó de manera desesperada. En ese momento, Pedro, la penetraba lentamente, hasta que de un empujón, le metió toda.

Ella se movía frenéticamente, y con la boca llena, pedía más.

Juan, que la tenia en su boca, se empezó a correr, pero esta vez, ella no lo rechazo y trago todo lo que Juan le echaba. Con la boca liberada pedía a Pedro que empujara con más fuerza. Luis introducía un dedo en su ano y ella no lo rechazaba.

La cambiaron de postura, Luis se puso en la mesa tumbado, ella encima, colocando el pene de Luis dentro de su vagina. Pedro, lentamente le introdujo su pene por el ano. ¡Que gritos pegaba!. Se confundían, no sabia si eran de dolor o placer.

Estaba siendo penetrada por dos hombres a la vez, al tiempo que a Pablo se la chupaba. En un descuido, a Pedro se le salió de su ano, y en el intento de penetrarla de nuevo, se la introdujo por la vagina. Estaba soportando dos penes por el mismo agujero. Parecía una chica de 15 años en la forma de moverse. Se debió de correr por lo menos 10 veces.

Los cuatro tipos, se corrieron un par de veces dentro de ella. Cuando la dejaron sola y se sentaron, ella les miraba pidiendo mas, les gritaba y reclamaba para que continuasen.

Pablo se levanto, fue hacia ella, la tumbo y empezó a meterle los dedos, uno, dos, tres, hasta que todos estaban dentro, de repente, ella gritaba de forma salvaje, se estaba corriendo otra vez.

En ese momento vi que la mano entera de pedro había desaparecido dentro de su vagina. Por lo menos tuvo tres orgasmos más.

Quedo medio muerta encima de la mesa, exhausta. Los cuatro tipos se vistieron y se despidieron de ella. Pedro, antes de irse, le introdujo un botellín de cerveza en su vagina, creo que no se dio cuenta.

Me subí a dormir. Al día siguiente, cuando baje, estaba en la cama. La desperté para decirle que me iba a la oficina y le pregunte que como fue la noche. No contesto.

Le deje la cinta de video en la mesa de la cocina.

Continuará…

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