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Polvo de estrellas II

Aquí mando la continuación de la experiencia que tuve en el piso de estudiantes de la Playa de Gandía que tenían unas amigas y digo tenían porque con el fin del curso se han tenido que marchar a sus casas y hasta el próximo octubre no creo que las vuelva a ver.

Como recordarás, después de follar como locos Sara, Eva y yo, habíamos ido al cuarto de baño para limpiarnos el sudor y los jugos que teníamos por todo el cuerpo.

Primero me pusieron debajo de la ducha y abrieron el grifo, el agua empezó a manar y caer sobre mí, al tiempo que sus manos recorrían mi cuerpo, Sara se ocupaba de mi pecho, mientras que Eva lo hacía de mi espalda, de vez en cuando me daban besos y pequeños mordiscos por todo el cuerpo. 

Después cogieron el gel de baño y me enjabonaron todo, de arriba abajo dejándome bien espumadito y suave, Sara se entretuvo en enjabonarme perfectamente la polla y los huevos que ante el delicado masaje y la visión de los dos cuerpos desnudos se puso más tiesa que un mástil dando pequeños saltitos como si dijese que quería perforar los mimosos chochitos de aquellas dos hermosas estudiantes que tanto se aplicaban en la asignatura del placer.

Al ver la reacción de mi polla me enjuagaron el jabón y se agacharon las dos empezando una mamada en dúo que cada vez que la recuerdo me empiezan a doler los cojones, mientras una se metía la punta en la boca, la otra lamía la caña y le daba lengüetazos a los huevos, momento que la que tenía la punta en la boca aprovechaba para meterse un trozo mayor y follarme con su boca, apretando sus labios alrededor de mi miembro, subiendo y bajando su cabeza acelerando el ritmo para después hacerlo más lentamente hasta que se la sacaba de la boca para que la otra tomase el relevo.

Yo mientras tanto sobaba las tetas de ambas entreteniéndome en pellizcar y estirarles los pezones, de tanto en tanto le metía dos dedos a la que no tenía mi polla metida en la boca y ella los chupaba y lamía como si fuesen mi polla.

Cuando ya no pude más cogí a Sara y la puse bajo la ducha y con la colaboración de Eva le enjabonamos todo el cuerpo, yo me encargué de la parte delantera, mientras Eva lo hacía de la trasera. Primero le estuve limpiando la cara, besándole en los párpados, la nariz, las orejas y lamiéndole los labios, sin llegar a besarla, quería excitarla sin darle la oportunidad de desahogarse, luego bajé las manos por su cuello, poniendo espuma por su torso hasta llegar a sus pechos, entre su dureza y el tacto suave y resbaloso del jabón la sensación era tremendamente excitante, de repente la mano de Eva cogió mi polla y empezó a pelármela suavemente, aprovechando que el jabón hacía mi polla más resbalosa, su mano la recorría desde la punta hasta la base en una caricia tremenda. 

Yo había puesto una mano en el chochito de Sara y apartando la pelambrera acariciaba su inflamado clítoris mientras con la otra le acariciaba la cara, los labios, la nuca y la abrazaba a mí. Acercando mi boca a su oído le susurré que si le apetecía que le afeitase los pelos de conejito, a lo que tras pensárselo unos segundos me dijo que sí. Se lo contamos a Eva y le pareció magnífico, diciendo que ella también se apuntaba si yo lo hacía, así que nos acabamos de duchar y preparamos la espuma de afeitar y las maquinillas que ellas usan para depilarse.

Primero, con unas tijeras recortamos los pelos del chochito de Sara y después se lo embadurnamos hasta casi el ombligo, era como un pastel de nata con la rosada guinda de clítoris en el centro, estaba para comérselo, y empezamos el trabajo, pasando la cuchilla por la delicada zona, tras la cuchilla aparecía la fina y rosada piel que se escondía debajo de aquella densa mata de pelo negro. Una vez afeitado todo el chochito, Eva y yo le limpiamos los restos de jabón que quedaban y una vez limpio empezamos a lamerle el recién descubierto chumino, tenía un sabor especial, tal vez por el jabón, pero estaba delicioso, de modo que decidimos que mientras yo le afeitaba el conejo a Eva, ésta le estaría comiendo el chocho a Sara, así que mientras yo estaba ejerciendo de barbero, Eva se estaba pegando un atracón de coño y no debía hacerlo nada mal a juzgar por los gemidos y gritos que lanzaba Sara.

Una vez listas las dos hembras me tocó el turno a mí, mientras una me sostenía la polla entre sus labios y me ponía su conejito a la altura de la boca para que fuese dándole besitos y lengüetazos, la otra me recortaba los rizos de mi pelambrera y luego me enjabonaba. 

Una vez enjabonadito y a punto para el afeitado, se cambiaron las tareas, poniéndome ahora Eva su chochito en la boca y mi pene en la suya mientras la cuchilla recorría mi pubis y me hacía unas agradables cosquillas, como yo soy así de malo, me ensalivé dos dedos de la mano derecha y sin avisar se los clavé a Eva en su recién estrenado culito, ella como acto de venganza me apretó la polla con los dientes hasta que le saqué los dedos, pero para mi sorpresa, soltando la pinza que ejercía sobre mi pobre pene, me dijo que no los sacase, pero que la avisase antes de volver a hacer algo así.

Cuando ya estábamos los tres afeitados volvió a empezar la orgía en la habitación de Sara que era una habitación de matrimonio con una cama inmensa, formamos un anillo sobre la cama en el que yo le comía el coño a Sara y ésta se lo comía a Eva que a la vez se tragaba mi polla y me lamía el culo metiendo dos dedos en su interior, imagino que como venganza por lo que le había hecho antes. 

Luego nos intercambiamos hasta que Eva se levantó y dijo que volvía en un segundo y vaya si volvió. Sara y yo estábamos en un magnífico 69, ella estaba tendida sobre la cama y yo estaba a cuatro patas sobre ella, de espaldas a la puerta de la habitación, cuando sin previo aviso noté como me agarraban por la melena, al tiempo que algo duro y resbaloso apretaba mi expuesto ano, entrando un buen trozo dentro de mi mientras oía como Eva decía que ahora estábamos a la paz, me giré y la vi aferrada con una mano a mi cabello y otra a mis caderas con la polla de plástico atada por un extremo a su cintura y embutida más de media en mi pobre y recién estrenado culo, mientras tanto Sara se reía, se levantó de la cama y salió de la habitación mientras Eva ahora me follaba el culo, con un mano me cogió la polla y empezó a pajearme y con la otra me pellizcaba los pezones y de tanto en tanto me daba palmadas en las nalgas.

Al momento entró Sara y se vino directamente hacia mí, yo no podía dar crédito a lo que veía, llevaba otro pene de látex atado a la cintura y agarrándome por la cabeza me dijo que se lo chupase, yo me quedé parado un instante hasta que un bofetón me devolvió a la realidad al tiempo que la punta del pene de plástico se metía entre mis labios, empecé a chupar aquello intentando imitar lo que Eva e Imna habían hecho antes con mi polla, mientras, lo que sentía en mi culo se unía al placer que recibía de la pelada que me estaba haciendo Eva formando como una nube que me envolvía en una agradable sensación. Sara siguió follándome la boca, pero soltó mi cabeza para atrapar las tetas de Eva al tiempo que se fundían las dos en un apasionado morreo. Yo me sentía como un cochinillo atravesado asándose en el fuego del placer que me proporcionaban aquellas pollas entrando y saliendo de mí y las manos de aquellas dos hembras que al convertirse en macho habían hecho de mí su fiel doncella. 

Cuando creí que ya había visto todo lo que se podía ver en una sesión de sexo desenfrenado, apareció Anna por la puerta de la habitación llamando a Sara y Eva putas, cerdas, cabronas y todo lo que se le ocurrió, al tiempo que se desnudaba para dejar ver su peludo chochamen y sus grandísimas tetas, si las de Sara eran grandes, las de Anna eran como balones, de repente se quedó muda y al momento explotó preguntando que qué coño se habían hecho en el coño, empujó a Sara sobre la cama y se puso a chuparle el pene de plástico ensalivándolo bien, luego se puso saliva en la mano y se la frotó por el culo para subirse de espaldas sobre Sara y clavarse de un solo golpe la polla artificial en el culo y empezar a frotarse el chocho con la mano izquierda. 

Cogió del pelo a Eva, obligándola a sacarme el pollón del culo para que se lo metiese a ella en pleno chumino, aquello era increíble, Anna era la que habitualmente hacía el papel que yo estaba ejerciendo con aquellas dos fieras. Yo estaba sorprendido y no sabía cómo reaccionar, pero eso no fue mucho problema ya que Anna me atrapó con sus manos y tiró de mi hasta situar mi polla en su boca y vaya boca, antes de que me diese cuenta todos los 18 centímetros de mi polla habían desaparecido por completo entre sus fauces de devoradora y sus manos apretaban mis cojones hasta el punto de hacerme sentir un dolor intenso que subía por mi estómago mezclado con el placer que me daba con su lengua maestra y labios prensiles, de vez en cuando paraba y me cogía la polla para meterla a la fuerza en la boca de Sara quien no le hacía ningún asco.

Ante esa situación se me ocurrió la idea de hacer el bocadillo más completo, así que me levanté y me puse detrás de Eva, que seguía dándole embestidas al coño de Anna, la cogí por las caderas para detener su vaivén y poniendo un poco de saliva en la punta de mi capullo se la enchufe de un golpe en su chochazo haciendo que le metiese entera toda la polla de plástico a Anna en el coño y que le saliese un poco de la polla que Sara le metía por el culo. Aquello era demencial, cualquier movimiento de ellas o mío lo notábamos los demás, funcionábamos como un amplificador de sensaciones. 

Al rato de estar así Sara se salió del culo de Anna y como pudo salió de debajo de nosotros tres para, poniéndose detrás de mí, metérmela por el culo y quedarse quieta, yo no lo sabía, pero se estaba quitando el arnés con la polla metida en mi culo, luego empezó a meter y sacar aquella gran polla de plástico y la sorpresa vino cuando, haciendo equilibrios, acercó su conejo afeitado a mi boca mientras con una mano se sostenía, con la otra me castigaba el ano, yo ya no podía más así que sacando mi polla del conejito de Eva lancé mi leche sobre su espalda, entonces Sara le dio un fuerte apretón a los huevos de la polla de plástico que lanzó un chorro de líquido dentro de mi ano, Eva también hizo lo mismo con su polla corriéndose en el coño de Anna al tiempo que ésta empezaba a correrse chillando como una loca y haciendo de detonador de la corrida de Eva e Sara que frotando sus coños explotaron para unirse con nosotros en la cima del placer.

Fue la tarde más fantástica que he pasado nunca, follando sin parar, dando y recibiendo placer y otras cosas. Es una pena que se haya acabado el curso y que esto haya pasado justo al final, estoy esperando que sea octubre como un loco.

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