Nunca creí que me ocurriese

Supongo que la primera pregunta lógica es porque lo cuento. La verdad es que llevo un montón de tiempo callándomelo, por lo complicado de la situación y creo que aquí podré estar más tranquila, sin crear ningún problema.

Hace ya cinco años me fui a estudiar a una ciudad andaluza y como tenia una beca estuve en una residencia los primeros años, pero el año pasado me cambie a un piso de esos que alquilan habitaciones.

Las chicas eran de lo más variopintas.

Había una que se pasaba el día enclaustrada, otra a punto de casarse y otra mas normalita, Ana, que fue con la que mejor me lleve desde el principio.

Cuando al cabo de unas semanas su novio vino al piso, me encantaría contaros que me quede prendada de el, pero la verdad es que lo único que paso es que me pareció un tío interesante y soñador como yo, y con el cual me entendería bien.

Así paso mucho tiempo y la verdad es que parecía complicado que pasase algo, si muchas frases con doble sentido, muchos roces, pero yo pensaba que eran imaginaciones mías que él lo haría de forma involuntaria.

Durante más de un año fuimos cogiendo confianza hasta que una noche nos quedamos mi novio, Pablo, Ana y su novio, Luis.

Mi novio trabaja así que enseguida se fue a acostar, pero nosotros tres nos quedamos estudiando en el salón.

A las tres de la madrugada hicimos un descanso y Ana, que ya había dicho que estaba muy cansada se fue también a la cama. Nos quedamos una hora estudiando y de repente le veo mirándome fijamente.

Sin decirme nada, sonríe y me coge la mano. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y me quede sin saber que decir.

Él me dijo que no era tonto, que se había dado cuenta de todo y que al menos quería que supiese que él ya lo sabia. Me acerque para besarle y me aparto. Simplemente movió la cabeza negativamente y siguió estudiando.

Sabia que había hecho el ridículo, había traicionado a mi amiga, me había descubierto delante de el, y todo mientras mi novio dormía en la habitación contigua. Recogí, me levante y sin decir nada me metí en la habitación. Pablo dormía como si nada.

Me desnude, unas gotitas de colonia y me acerque a mi novio. Le quite la sabana que le cubría y comencé a hacerle una mamada antológica, como si aquella polla no fuese suya.

Cerré los ojos y me imagine chupando cada trozo de piel de Luis, y eso me hacia que me mojase, que me consumiese de deseo, mientras mordía aquel nabo que podía ser de cualquier otro, que solo sabia que no era el del novio de mi amiga pero eso no me importaba ahora.

Su sorpresa debió ser considerable, después de varias horas durmiendo, encontrarme tan llena de deseo y vacía de sentimientos.

Le deje, tumbado y con los ojos entreabiertos, mientras me ponía encima de él, de un solo golpe, sin dificultad.

Grite todo cuanto pude, follando como una perra en celo, sin miedo a que nadie me escuchase, deseando que Luis sufriese por no ser él quien estuviese allí.

Pablo me seguía el ritmo, intentando cada vez mas coger unas riendas que yo no le dejaría tomar.

Fóllame como tu sabes, amor mío, que eres el mejor amante del mundo. Su polla se hinchaba y sus ojos se abrían.

Cada vez mas despierto. Nunca le había dejado follarme por detrás pero esa noche me acerque a su oído y le susurre: Dame por el culo, como si fuese una puta. Hazme tanto daño como seas capaz. En un par de minutos se había corrido. Mientras tanto yo le notaba a mis espaldas y al no verle, pensaba todavía mas en Luis, y eso me hacia feliz.

Había gritado tanto como fui capaz e hice que mi novio gritase mas que yo, y pensé que ahí se acabaría mi noche y mi estúpida venganza. Pablo se durmió enseguida y yo fui al baño a lavarme.

Al salir, yo llevaba solo el albornoz y él estaba apoyado en el dintel de la puerta del salón.

Le vi con cara de satisfacción, pensando que le había hecho sufrir. Su sonrisa delataba que no. Sígueme, y no hagas ruido, me dijo.

Muy despacio abrió la puerta de Montse, la que estaba todo el día enclaustrada y yo pasé completamente desconcertada.

Me apoye sobre el armario y seguí alucinando.

Se desnudó –su cuerpo no era el de un atleta y una pequeña barriguilla empezaba a asomar, pero juro que no me importaba- y retiro su sabana hacia atrás.

Aquel cuerpo enclaustrado y mojigato que nunca había imaginado tenia unas proporciones admirables. Montse era pequeñita pero su cuerpo era perfecto, quizás no tenia mucho culo, pero es solo por ponerle un pero. Sus tetas eran estupendas, no tan grandes como las mías pero sí más proporcionadas.

La muy puta de Sandra no paraba de gemir, fue lo primero que le dijo, ¡me estaba dando una envidia!. Yo alucinando en la oscuridad. Le quitó las braguitas que llevaba y comenzó a acariciarla.

Tampoco tardo demasiado en ponerse a tono. Era evidente que le estaba esperando. Hablaban bajito, supongo que por miedo a despertar a alguien.

Tengo una sorpresa para ti le dijo mientras la besaba. No he venido solo.

Montse quiso encender la luz y él le detuvo. Por favor, los dos estamos acostumbrados a jugar y este es tan solo uno mas de mis juegos.

Yo tan solo podía percibir la silueta y de una forma confusa a pesar de que no estaba a mas de un metro de distancia.

He traído una amiga que se esta desnudando a tu lado. Estaba tan sorprendida que no dude en hacerle caso.

Yo que me sentía traidora por no serle fiel a mi novio, por fallarle a mi amiga, ahora me acostaría con mi compañera mojigata, la de ropas flojas y misógina, y con el novio de Ana. Yo alucinaba.

Por los movimientos de Montse, también ella estaba nerviosa.

El me cogió y me atrajo con fuerza. A los pies de la cama comenzó a besarme, a mordisquearme, y a oler cada unos de mis poros, yo apenas gemía, como casi siempre que disfruto.

Toque por primera vez su polla y soñé que tocaba el cielo.

¡Cuánto lo había deseado!. Comencé a pajearle sin miedo, sintiendo que ahora ya no había marcha atrás. Dos dedos suyos penetraron en mi coño, ya limpio del semen de mi novio y empapado de mis jugos. Introdujo un dedo mas y comenzó a mover la mano muy suavemente.

Noté en mi espalda los labios de Montse, que se movía al ritmo que marcaba la otra mano de Luis.

Sintiendo un impulso inexplicable, me gire y busque sus labios. La dulzura de su boca no era comparable a la de un tío.

Sentí la necesidad de tocar aquellas tetas que hasta ahora había ignorado mientras ella rodeaba con sus brazos mi cuerpo.

Cogió mis senos desde abajo, como si quisiese ser un soporte para ellos, y se entretuvo elevándolos y dejando que se deslizasen entre sus manos.

Luis me tumbo en la cama y acerco su polla hasta mi boca. Yo notaba como su miembro resbalaba por mi pecho, que Montse apretaba y mientras su polla pasaba por entre mis tetas para terminar en mi boca que la recibía con ansias.

Me incorpore ligeramente para poder comer mejor aquel manjar, mientras notaba la boca de mi compañera rozando alternativamente mis labios y su polla. ¡Joder, como estaba disfrutando!.

Cuando ya pensé que por fin follaríamos se decidió a penetrar a Montse y mientras yo les besaba alternativamente.

Siempre había soñado con aquello.

Mi lengua mezclaba aquellas tres salivas prohibidas, mientras mis dedos entraban y salían de un coño que notaba ardiente y deseoso de aquella polla.

Empujé sin demasiada fuerza a los dos y una vez que él estaba tumbado me puse encima, dispuesta a cabalgarle, disfrutando cada una de sus embestidas como si fuese la ultima.

Cuando noté que estaba a punto de correrse, mi boca busco su polla, al igual que la de Montse que seguía masturbándose a nuestro lado y toda su leche se mezclaba entre nuestras lenguas mientras nos besábamos.

Ella se acercó a mi oído, Sandra, ya me imaginaba que follabas de maravilla.

Luis nos beso y se metió él la habitación de Ana, mientras nosotras nos duchábamos.

A la mañana siguiente, Pablo estaba eufórico por aquel polvo tan fantástico que había echado, Ana tranquila, como cualquier día mientras Luis acariciaba su pelo, y Montse apareció de nuevo con ropas flojas, apenas dijo nada, cogió unas galletas y se marcho.

Nunca mas volvió a pasar nada, ni siquiera entre Montse y yo, pero el recuerdo de aquella noche aun me sirve de inspiración para masturbarme en muchas ocasiones.