Hola este es mi primer relato y espero que les guste.
Todo sucedió hace como un año más o menos.
Yo vivo en una ciudad como otra cualquiera en un edificio de 15 plantas. Yo vivo en el tercero y la verdad que con pocos vecinos tratamos.
Soy un chico de 1.75 de alto peso 70 kilos osea que soy delgado. Pero lo que más les gusta de mi a las mujeres son mis ojos color miel.
Mi vecina Esther (la coprotagonista de esta historia) mide 1.65 pesará alrededor de 50 kg.
Tiene un pelo hasta la cintura, unos pechos pequeños pero firmes y un culo muy bien puesto.
Ella tiene 45 años y yo 24. Es viuda desde hace siete y que yo sepa nunca ha tenido novio después de la muerte de su esposo.
Mi madre y ella son muy amigas desde siempre y mi padre era amigo de ella también hasta que mi padre murió hace ahora tres años.
Un día a mi mama se le olvidó comprar leche y me pidió dado lo tarde que era que subiera donde Esther y le pidiera un litro que al día siguiente se lo compraría.
A si lo hice. Le tocó el timbre y sale en albornoz. Un albornoz blanco muy bonito ( no era sexy pero era bonito).
Me invitó a pasar y me dijo que me acomodara que enseguida me traía la leche. Yo solo llevaba unos pantalones deportivos y el torso lo tenía desnudo.
Me fijé que al venir no me quitaba ojo de mi pecho velludo. yo empecé a ponerme pinocho y me apresure a disimular. Pero ella se echó a reír y me dijo que no me preocupara que había confianza y me dio un beso en la mejilla mientras me tendía el litro de leche.
Antes de que saliera por la puerta me pregunto si podía echarle una mano a instalar el Pc que acababa de comprar ya que lo necesitaba para el trabajo. Yo asentí y le dije, no una sino las dos manos.
Me salio del alma la verdad pero atravesé la puerta a la carrera mientras trataba de pensar en la forma de bajar la calentura.
Entre en casa y deje la leche en el salon, me despedi de mama y le dije que volvería enseguida. Ella asintió y me marche.
Al tocar el timbre me abrió la puerta pero ahora solo llevaba la ropa interior. Lo cual hizo que el paquete volviera a crecer de forma considerable (no es muy grande pero funciona. Mide 16 cms). Me ruboricé y mientras cerraba la puerta Esther me echo mano al aparato. Me dio un profundo beso que casi me deja sin aliento. Me indicó que la siguiera a su recamara y allí me comenzo a besar el cuello mientras masajeaba mi pija que ya estaba en todo su esplendor. Me quitó el pantalón y con los dientes me quitó el slip. Comenzó a lamer el tronco de mi verga como si de un helado se tratara y lo tragó todo hasta el fondo. Dios estaba gozando lo que nunca. Estuvo mamandomelo cerca de cinco minutos y cuando le dije que me venía aceleró como si su vida dependiera de ello. Se tragó toda mi leche y me beso en los labios pasandome parte de mi semen al principio me resultó agrio pero en el fondo no sabía del todo mal. Era el momento de devolverle el favor. Comencé a lamer sus pechos mientras mis dedos juegan con su clítoris por debajo del tanga. Me agache y le quité ese mini tanga que tanto me estaba excitando. Le taladre su conchita y ella se retorcia de placer. Cuando se vino todo su liquido entro de lleno en mi boca. Ummm eso si que sabia rico.
La coloque a 4 y le lamí el culo. Ella se sobresaltó y me dijo:
– Chiquillo que vas a hacer que ese agujerito es virgen.-
-Si quieres no sigo- Le respondí mientras le metia un dedo por la cueva.
Empezó a gritar un poco por dolor y otro por placer. Seguía con el tema y ella no decia nada solo se dejaba llevar por el placer. En cuestión de un momento estaba lubricado a tope entre mi saliva y sus jugos vaginales que yo mezclaba. Cuando lo note suficientemente húmedo le advertí:
– Esto te puede doler un poco peor si quieres paro ahora mismo-
Ella giró la cabeza y me dijo presa de la lujuria:
– Vamos cabrón rompemé el culo hasta que sangre-
De un golpe le metí la mitad de mi verga ella pego un respingo y comenzó a sollozar. Yo queria para porque no me gustaba hacerla sufrir pero ella protestó según se iba acostumbrando y me pedia mas asi que aseste otro directo y le entro todo.
Comencé con el mete saca a un ritmo lento y lo fuí subiendo mientras ella gemía como loca. Cuando iba a cambiar de postura me dice:
-No pares ahora perro que me vengoooooo- y asi fué su corrida encharcó el suelo y por el placer que sentía y lo que acababa de presencia me vine yo también inundando su culito recien desvirgado. Así nos quedamos dormidos en pleno suelo. Al despertar me despedí con un beso y me marché. Unos días después nos encontramos de nuevo y esta vez con una sorpresa pero eso es otra experiencia que les contare en otro momento.
Espero que les haya gustado. Si alguien (en especial las chicas) quiere enviarme un email pueden hacerlo. Los respondere lo antes posible. Gracias.