Mis recuerdos de Elisa

Mi nombre es Sabrina, soy de Puerto Rico y tengo 17 años.

Quiero contarles sobre alguien muy importante en mi vida y de quien guardo unos recuerdos maravillosos.

No recuerdo exactamente cuando fue la primera vez que me masturbé, lo único que sé es que todo empezó cuando tenia aproximadamente 5 ó 6 años.

En mi colegio había un grupo de chicas mayores con las que me pasaba todo el recreo. Ellas se encariñaron mucho conmigo y me tenían como su mascota.

Me compraban dulces, me peinaban, jugaban conmigo, bueno… un sin fin de cosas.

Todo pasaba normal hasta que un día una de las chicas, llamada Elisa me dijo que tenía un juego especial para mí. Tomada de la mano me llevo al baño y como no había nadie, entró conmigo a uno de los cubículos. Se sentó en la taza del inodoro y yo me senté en sus piernas.

Me tenía cargada como un bebé.

Me dijo que ese iba a ser nuestro juego secreto y no podía decírselo a nadie. Subió la falda de mi uniforme hasta mi cintura y metió sus dedos en mi chochita.

Empezó a moverlos sobre mi pequeño clítoris y a recorrer toda mi rajita sin penetrarme con sus dedos.

«Desde ahora tu serás mi nena» me dijo.

Me ordenó que abriera los botones de su uniforme y sus dos tetas quedaron a mi vista. Elisa me dijo que como yo era su bebé, me iba a dar la leche.

Con una mano pegó mi cabeza a sus tetas y me dijo que le empezara a chupar sus pezones. A mí me encantaban sus pezones grandes y rosados.

Elisa, mientras tanto, seguía tocándome y metía su otra mano dentro de sus panties y repetía en su coño lo que me hacía a mi.

Mientras mi lengua y mis dientes no dejaban sus pezones, sus dedos se taladraban el clítoris y con grandes espasmos se corría. Yo no sé si para ese entonces yo me corría o no, pero sentía unos ricos estremecimientos y luego me sentía muy bien.

Después de ese día, la mayor parte de nuestros recreos la pasábamos en el baño. Unas veces solamente se masturbaba ella, sin tocarme. Se conformaba con que la mirara y de vez en cuando le chupara las tetas.

Creo que de ella copié la adicción de meterme cosas por mi chochita y por mi culo. La vi meterse desde sus dedos hasta pepinos, consoladores, zanahorias, botellas de refresco… lo que consiguiera.

A mi me encanta meterme cosas en mis agujeritos, no muy grandes porque soy muy estrechita, pero si cosas como zanahorias pequeñas, tubos de crema de ojos , el mango del cepillo de dientes para metérmelo por el culo y cosas así.

A Elisa fue a la primera persona que vi metiéndose tres dedos por el culo… creo que hasta ahora es la única… Como gozaba la condenada…. Otras veces, me dejaba de pie mientras ella se sentaba en el suelo y abría mi chochita para meterme su lengua y moverla sin descanso mientras ella se castigaba su clítoris con sus dedos.

Le encantaba mi sabor.

Muchas cosas maravillosas pasaron en ese baño durante ese año, pero lamentablemente Elisa estaba en su ultimo curso de secundaria. Ese año hizo su graduación y nunca mas volví a verla.

Recuerdo que lloré el día en que se despidió de mi.

Recuerdo que sus ultimas palabras fueron: «Bebé, esto que te enseñé lo puedes hacer todas las noches sola en tu camita, pero eso si, no dejes que nadie más te toque hasta que seas grande.

Disfruta tu sola por ahora.» Fue el mejor consejo que pudo darme. Desde ese entonces… me masturbo todas las noches…