Capítulo 6

-”Normalmente no se puede tomar fotos o video de lo que sucede aquí dentro, me dijo mi marido, pero uno de los anfitriones me ánimo a hacerlo siendo nuestra primera vez en éstas reuniones como una excepción“.

-“Llegando a la casa te envío a tu teléfono todo este material, seguro querrás compartir algo con tu gente del trabajo”

Adoraba a mi marido!, mi cómplice, mi socio, mi complemento en este nuevo mundo que estábamos iniciando juntos.

Regresamos a sentarnos a dónde originalmente estábamos, la reunión era ya una gran orgía, todos estaban teniendo sexo con alguien ya y apretando la mano de mi marido le dije:

Me encantó estar aquí, me siento muy a gusto y me gustaría venir seguido.

De inmediato me contestó:

-”Ya me di cuenta que estás hecha para este ambiente, y de hecho ya nos dieron una membresía de cortesía por un año, renovable cuántas veces lo deseemos”

Lo abracé feliz, y estando disfrutando de la vista de las demás parejas cogiendo, descansando un poco para interactuar de nuevo escuché a alguien que llegó a mi lado decir:

-“Hola Mariela”

Me quedé helada, no esperaba encontrar a nadie conocido en la reunión y volteé de inmediato a ver quién era.

Hola, respondí sonriendo tratando de recordar esa cara sonriente que me admiraba desnuda.

¡Claro!, ¡era Fernando! Un compañero de entrenamiento de cuando entré a trabajar en la compañía en la que laboro hoy día.

Me puse de pié rápidamente y lo saludé efusivamente, éramos buenos amigos y nos llevamos muy bien en esa época.

Volteé a presentarle a mi marido y mientras sostenía mis manos emocionado me dijo:

-”Pues es una verdadera sorpresa encontrarlos aquí”

Hasta ese momento caí en cuenta que estaba totalmente desnuda salvo por mis zapatillas y ellos vestidos!

Riendo animadamente con él, le sonreí cachondamente y dije:

Apuesto que nunca te imaginaste verme así y menos encontrarme en una reunión de estás!

-”Pues, honestamente, dijo mi querido amigo, imaginarte, ya lo había hecho varias veces cuando te conocí, pero como en ese entonces estabas por casarte pues ni el intento hice, pero pues la verdad, me gustabas o mejor dicho, me has gustado siempre, tus piernas me gustan mucho”

Dijo Fernando devorándome con la mirada, sus ojos iban de mis tetas a la raja velluda y de regreso…

Y te masturbabas pensando en mí?, le pregunté genuinamente curiosa (ofreciéndole mis caderas)

-”la verdad sí, desde la primera vez que nos conocimos como empleados en entrenamiento te me antojaste mucho”

-”Me excitan tus piernas, pero como lo primero que me platicaste era que estabas muy emocionada por tu boda, pues hasta ahí quedó.”

Ah, pero no te diste cuenta que contigo era con el que más me llevaba?, si hubieras hecho alguna insinuación a lo mejor te hubiera dado oportunidad!

Dije sonriendo hacia mi amigo; noté entonces que traía una erección visible ya debajo de su pantalón y le dije:

Y qué?, ¿con quién vienes? ¿Con tu novia?

Fernando río naturalmente y contestó:

-”no, mi novia es muy tranquila para estas cosas, muchas veces vengo yo solo a quitarme el estrés del trabajo, pero hoy traje a una amiga del trabajo que me pidió la trajera”

Ah sí?, quién es? Le pregunté muy curiosa.

-”Pues no se si la conozcas, trabaja en el área de finanzas en la tienda de Polanco, pero la acaban de promover y el lunes empieza a trabajar también en el corporativo ahí con uds”

-”Es ella!, dijo Fernando señalando a una chica joven, delgada que estaba en la parte opuesta a la estancia donde estábamos nosotros y estaba cabalgando a un hombre de edad media salvajemente, se notaba que era caliente también.

Con unas tetas que me dejaron boquiabierta: eran un poco más grandes de lo normal, pero lo que me dejó impresionada o más bien excitada eran las areolas enormes que tenían.

se veían super cachondas de esa manera!

Era de tez más clara a mi y por eso resaltaban más aún sus areolas oscuras sobre la blancura de su piel.

-”Se llama Cecilia y tiene la fama de ser tremenda en las oficinas de Polanco, está casada también, pero me pidió la trajera a ella sola hoy”

Justo cuando terminó de decir eso Fernando, Cecilia volteó hacia nosotros y nuestras miradas se encontraron.

Sentí su mirada penetrarme y asentarse en mi inconsciente, nuestros ojos no se separaron aún cuando ella lo sintió venirse junto con ella y aumentó los movimientos de sus caderas.

Ya habría tiempo para conocerla en la oficina, por el momento, regresando a dónde me quedé con mi amigo, lo tomé de la mano y lo senté junto a mi marido, me puse de rodillas frente a él y le bajé los pantalones.

Una vergota grande salto frente a mi rostro.

Wow!, exclamé complacida, que delicia tienes ahí Fer, de haber sabido…

De inmediato me lancé a chuparlo mientras masturbaba a mi marido también, dándole un guiño, vi como sacaba mi teléfono y tomaba fotos de eso.

En eso estábamos cuando llegó Cecilia, traía la vagina -que tenía depilada-, escurriendo de semen de la venida que acababa de recibir de el hombre con el que acaba de intimar y Fer nos la presentó.

-”hola”, dijo animadamente mientras se ponía de rodillas frente a mi marido.

Empezó a mamarle a mi esposo quien feliz recibió la boca de Cecilia para ser entonces la primera vez entonces en que interactuabamos con otra pareja juntos.

Me apliqué para darle a mi amigo una mamada que pudiera recordar sintiéndose halagada por lo que me había confesado hacía un momento.

Pude ver de reojo que Cecilia era muy buena también mamando, mi esposo la estaba disfrutando como nunca y al pararme para dejarme penetrar por esa verga deliciosa de mi amigo, la imagen que pude apreciar me calentó más:

Me exito mucho estar cogiendo de nuevo con otro hombre este ves a la vista de todos, un grupo de invitados se acercaron a vernos más de cerca.

Giré la cabeza hacia mi marido y lo vi a punto de venirse tomando a Cecy de la cabeza.

Al bajar la vista, nuestras miradas se encontraron de nuevo, este vez para no separarse ya.

Sentí una atracción hacia ella que no había sentido antes por otra mujer, me gustó que fuera como yo, y también su cuerpo, especialmente sus tetas, me encantaron.

Ví claramente como mi esposo se venía gimiendo de placer en la boca de Cecy, ella lo recibió todo, pero no quitaba la vista de mis ojos.

Una conexión difícil de explicar se estableció al recibir ella el semen de mi marido en su boca mientras nuestras miradas acariciaban el alma de la otra.

Ya sé que suena raro esto que escribo, pero ese era el sentimiento de intimidad que sentí con ella.

Cecy se paró rápidamente y se sentó en la verga de mi esposo que seguía caliente, seguro también le gustaron las tetas de Cecy y ella me tomó del antebrazo para acercarse a mí y darme un beso francés.

Cuando recibí sus labios sentí como compartía conmigo el semen de la venida de mi esposo.

Eso fue lo más íntimo que viví esa noche!, no sé cómo explicarlo, pero Cecy y yo hicimos click en lo más íntimo.

Lejos estaba de imaginar que sería ella mi primer amante fija mujer, solo sabía que tenía que volverla a ver en esos momentos que estábamos compartiendo nuestra intimidad.

Terminamos de coger y nos sentamos juntas con los hombres a los lados y empezamos a platicar como si fuéramos mejores amigas de años.

Cuando Fer mencionó que yo estaba en el corporativo donde Cecy se presentaría a partir del lunes, les ojos y la cara de Cecy se iluminaron llenos de felicidad.

¡Te voy a presentar a todo el mundo ahí en la oficina!

Le dije a Cecilia feliz de saber que nos encontraríamos el lunes en el trabajo.

…Y si quieres, el fin de semana te invitamos a la casa!, le dije emocionada, ella aceptó de inmediato y dijo:

Puedo llevar a mi marido?, creo que nos vamos a llevar muy bien los cuatro.

Por supuesto Cecy, llévalo y sirve que nos conocemos los cuatro, como dos parejas swingers, dije contenta de saber que había hecho una nueva amiga del trabajo.

Creí que la noche había terminado en lo que se refería a encuentros íntimos, pero Cecy tenía otros planes:

Le dio un beso francés muy cachondo a mi esposo y le dijo:

-”Ven, quiero que documentes a Mariela cogiendo conmigo y a nuestro amigo Fer.”

Antes de que mi marido contestara, Cecy se levantó dándonos la mano a Fer y a mi para irnos de nuevo al cuarto oscuro.

Un grupo de gente se apresuró a acomodarse en la ventana del cuarto contiguo para vernos en acción.

Nos sentamos en la cama y empezamos a besar alternativamente a Fer, en un momento dado, Cecy se fue acostando en medio de los dos y Fernando y yo empezamos a acariciarle el cuerpo.

Los ojos de Cecilia no se separaban de los míos y por primera vez en mucho tiempo, me puse nerviosa.

Me fuí acostando sobre ella y Fernando entendió que tendríamos Cecy y yo una sesión lésbica y se acomodó junto a nosotras para disfrutar en primera fila.

Cecy alzó sus manos hacia mi cara y la acercó hacia la suya, ufff…nos dimos el beso francés más intenso de la noche!

Cecy me abrazo como si fuera su mujer y yo hice lo mismo, nuestros cuerpos se fusionaron en uno y sentí sus tetas deliciosamente calientes contra mis pezones de niña apretarse con lujuria.

No resistí mucho antes de bajar besando su cara, su cuello hasta llegar a sus tetas deliciosas.

Me quedé un momento admirando esas areolas enormes y los pezones erectos que coronaban esos senos que se volverían mi adicción en poco tiempo.

-”Te gustan?”, mi marido está loco por ellas.

Me preguntó Cecy casi suspirando.

Me fascinan! Respondí feliz de estar ahí con ella, estaba consciente de que estábamos totalmente desnudas a la vista de las demás parejas y eso me excitaba mucho.

Me sentí plena, entendí que estar con otros hombres o mujeres además de mi esposo me ponía muy caliente y dispuesta.

Me acababan de meter dos vergas al mismo tiempo por la vagina, y Fer me acababa de meter su pitote también, ¡era el orgasmo total!

Pero ahora me sentía más conectada íntimamente con Cecy, “solo una mujer sabe lo que siente otra mujer”, solía decir una amiga de la universidad y hoy entendí por fin a qué se refería.

Bajé mis labios y besé primero casi con reverencia las tetas de Cecy, cuando llegué al pezón y lo rodeé con mis labios y lo acaricié con la lengua, Cecy reaccionó de inmediato tomando mi cabeza y apretandolas contra ella.

Estábamos realmente calientes, seguí mamando sus tetas un buen rato mientras ella me acariciaba las nalgas y el cuerpo en general, me volvió a besar dándonos la lengua mientras girábamos y se ponía ella sobre mí.

Vi a mi esposo muy concentrado sin perder detalle de nosotras tomado fotos y cuando Cecy empezó a mamarme las tetas gemi intensamente acariciando su nuca.

Después de unos momentos deliciosos, Cecy levantó un momento su rostro y dijo:

Tu y yo vamos a tener muchas cosas que hacer íntimamente y como cómplices también…

Me encantó su propuesta y sonriendo le dije, sí aceptas como cómplice a una mujer muy caliente y leal, ¡ya somos íntimas Cecy!

Sonriendo ella en aceptación a la situación, se empezó a voltear para hacer un 69.

Me pidió estar debajo y acomodandonos así de inmediato puse muy manos en sus nalgas y recibí su vagina depilada, olía a sexo, a semen de los hombres con los que había estado ya esa noche, entre ellos mi marido.

Al abrirle los labios vaginales para empezar a meterle mi lengua, una gran cantidad de semen se derramó desde su intimidad.

Cecilia sintió lo que estaba haciéndole y empujó desde adentro de su vagina lo que podía para que saliera el semen y pudiera recibirlo en mi boca.

Ésta era una nueva experiencia para mí, pero me estaba gustando mucho, después de darme ese placer de recibir sus fluidos íntimos, bajó su cara hacia mi velluda vagina y me sostuvo con las dos manos en mis nalgas.

Escuché como aspiró profundo un par de veces el olor de mi raja y de inmediato se pegó a mi vagina metiéndole la lengua cómo nadie lo había hecho antes.

Ni mi marido, que era buenísimo dándome orgasmos con su lengua en mi raja me había hecho sentir algo igual.

Obviamente, entendí que Cecilia tenía mucha experiencia con mujeres y me sentí feliz de tenerla entre mis piernas dándome ese placer delicioso.

Dos orgasmos después, nos empezamos a dar oral mutuamente como compitiendo haber quien le daba más placer a la otra.

Un buen rato después de complacernos mutuamente, nos enderezamos y nos abrazamos como si fuéramos una pareja formal.

Me gustó mucho la experiencia y por primera vez sentí celos con otra mujer.

La quería para mí solamente,

Y en ese momento recordé a mi asistente en el trabajo y la idea de que ellas tuvieran algo íntimo me disgustó.

-”Qué pasó nena?”

Me preguntó Cecilia que parecía capaz de leerme el pensamiento ya.

La vi con deseo y coraje porque sabía qué a pesar de lo que acabamos de vivir, no era solamente mía, ambas estábamos casadas y teníamos una vida aparte.

Estás celosa!? Gritó Cecy feliz de verme en ese estado toda emocionada.

Se acercó de nuevo a darme un beso francés intenso y me abrazó de nuevo.

Después, sin dejar de abrazarnos me dijo: tú y yo tenemos algo diferente, ¿lo sientes también?

Quiero estar mucho tiempo contigo haciendo miles de locuras, te pediría aquí mismo que te cases conmigo, pero hay un detalle:

Riendo ambas dijimos al unísono: ¡nuestros maridos!

Jajajaja.

Creo que era sincera, ya el tiempo nos iba a ir acercando cada vez más hasta estar completamente enamoradas de la otra, pero esa es otra historia…

Continuará.