Cumpleaños
Capítulo I
Aquel día habíamos quedado, como de costumbre, en casa de Fernando porque era su cumpleaños. Iba junto con mi mujer, Susana, en el coche pensando lo aburrido que sería otra fiesta del mismo estilo, unas cervezas, un vídeo de su luna de miel, la cena y unas aburridas copas.
Llegamos los últimos y ya estaban allí el resto de invitados, Juan y su novia, Almu, Julio con su mujer, Charo y claro está, Fernando, el anfitrión, con su mujer Toñi.
Las amigas eran ellas, se conocían de la facultad, y nosotros solo éramos los novios o maridos de las amigas. Yo había conocido ya varios novios de Almu, y este era el más que le estaba durando, sería la edad.
Todo transcurría como había imaginado, hasta que después de cenar se entregaron los regalos y alguien tuvo la idea de regalarle una película porno, vaya novedad.
Pero a Fernando se le ocurrió la idea de poner la película en el vídeo y enchufar la tele.
– Bueno, vamos a ver que me habéis regalado -dijo.
La película empezó y el argumento, por llamarlo de alguna forma, era que un detective privado buscaba al asesino de una rubia impresionante y se follaba a todas las chicas que se cruzaban en su camino.
Al principio todos gastaban bromas y se reían, pero poco a poco la excitación provocaba que los chicos se callaran y cruzaran las piernas para disimular la erección, yo incluido, y que las chicas dejaran de hablar cuando el detective en cuestión enculaba a una morena, parecía que aquella escena era algo «novedoso» para todos y para todas.
La cuestión es que Toñi quiso romper el silencio y hacer una broma, sin saber las consecuencias que conllevaría:
– Vaya pedazo de arma que tiene el detective -dijo Toñi.
– Bueno, no es para tanto -contestó Susana, mujer.
Inmediatamente todas las miradas se clavaron en mi y más específicamente en mi abultada entrepierna que trataba de disimular y comenzaron de nuevo los chistes:
– Vaya Tomas, como lo tenías de callado, aunque en el vestuario no parece gran cosa -Comentó
Juan con el que solía coincidir en la piscina donde hacemos natación.
– Pues Susana estará muy contenta ¿no? -dijo Toñi.
Realmente me fijé en detalle en la película y tampoco era para tanto, efectivamente,debía haber algún error, o yo estaba muy bien armado o el resto no disponía de herramienta adecuada.
Siguieron insistiendo en los comentarios y en los chistes y ya empezaban a ser molestos, Fernando quitó la película y puso música, pero los chicos continuaban con lo mismo, hasta que Almu, la que sin duda había conocido más pollas de todos comentó:
– La verdad es que me gustaría comprobar si es verdad, porque ya sabéis que yo he estado con varios chicos y ninguno tenía semejante polla. ¿Te importaría enseñárnosla?
Nos quedamos todos callados, especialmente yo que no daba crédito a lo que oía. Miré a mi mujer y tomó la palabra.
– Bueno, accedo porque no quiero que penséis que es mentira, pero si él se desnuda y enseña la polla que el resto de los chicos también lo hagan.
El resto de los chicos dieron un bote en su sitio y se les abrieron los ojos como platos.
Fue Toñi la que tomó la palabra:
– Vale, pero solo si es realmente como dices que es, si no es tan grande habéis perdido y os haremos pagar un castigo.
– ¿Castigo? Entonces si esto es una apuesta y gano yo haréis lo que yo quiera, no solo se desnudarán los chicos además el resto también pagará su castigo.
– Vale -contestó Toñi y asintieron en resto de las chicas.
Aquello se había convertido en una apuesta entre las chicas, para ver quien tenía razón o no.
Todo el mundo se calló y se me quedó mirando. Entendí que me tocaba actuar, o lo que es lo mismo, desnudarme delante de todos ellos.
– Vamos, ¿a que esperas? -insistió Toñi.
– ¿Me tengo que desnudar del todo? -pregunté ingenuamente.
– Claro, cariño, no escondas nada – me contestó mi mujer.
El caso es que me quité los zapatos, los calcetines, la camisa… y se empezaron a oír los primeros murmullos y los silbidos entre las chicas.
– Esperar -dijo Toñi- mejor ponemos también la peli y así podemos comparar.
Sin duda Toñi era la más lanzada de todas y la que más ganas tenía de verme desnudo.
Continué quitándome los pantalones e intenté darle un poco más de emoción, solo me quedaban los bóxer y en ese momento me di cuenta que la tenía morcillona, pero no erecta del todo, sería por la situación.
Pero la película hizo el resto, me giré y vi como dos chicas chupaban a dúo la polla del detective, aquello hizo que reaccionara y empecé a notar como se ponía dura como una polla.
Entonces me bajé los bóxer y me quedé desnudo delante de ellos, que se habían puesto juntos en el sofá frente a la tele, mientras yo había quedado entre la tele y ellos.
Hubo un momento de silencio, nadie dijo nada hasta que Almu comentó:
– Bueno, yo he quedado satisfecha, realmente no me imaginaba que tuvieras semejante polla, te doy la enhorabuena Susana.
– Bueno, aún puede crecer un poco más -dijo mi mujer.
– ¿Si? -Contestó Almu- No me lo creo.
Mi mujer parecía controlar la situación a mi costa, claro.
Se levantó y se dirigió a mi.
Me agarró la polla con una mano y bajo la piel que cubría mi capullo parcialmente y le dijo al resto de la sala.
– Creo que ya habéis perdido, así que ahora que se desnuden los chicos -hizo una pausa-y las chicas. Además, si queréis ver como todavía puede crecer un poco más, jugaremos a algo muy divertido.
– Vale contestó Almu.
Mi mujer estaba en su salsa, parecía controlar la situación y no me soltaba la polla ni un momento.
– Venga desnudaros todos -dijo.
Ella se sentó en una silla a observar el espectáculo y yo quedé de pie a su lado, eso si, no me soltaba la polla, parecía ser su posesión.
La primera en desnudarse fue Almu, que ayudó a su pareja Juan a quitarse el resto de la ropa.
Aquello era un auténtico show, no sabia donde mirar, me fijaba en las chicas, la más espectacular con ropa era Almu, sin ninguna duda, pero desnuda estaba aún mejor y destacaba todavía más, su coñito depilado y sus tetas erguidas parecían apuntar hacia el techo desafiando la gravedad.
Mientras Toñi parecía tener una selva entre sus piernas, sin duda no conocía las técnicas de depilación y la verdad es que era asombroso ver semejante mata de pelo.
Por su lado, Charo que llevaba toda la velada callada, como casi siempre, nos descubrió un bonito tatuaje en forma de rosa al lado de su coñito, aunque ella si que se rasuraba el coño aunque sin depilarlo del todo como Almu.
Y los chicos también estaban ya desnudos, y empecé a comprobar el por qué de la situación, mi polla no era enorme, ni mucho menos, pero claro en comparación…
Fernando y Juan la tenían más pequeña y delgada, mientras que Julio tenía una gruesa pero más corta polla.
El caso es que aquello era una variedad de cuerpos desnudos, cada uno con sus características propias.
No obstante, mi mujer es la única que seguía vestida y jugando con todos nosotros a su antojo.
– Ahora quiero -mi mujer seguía controlando la situación- que veáis como hago que la polla de Tomás todavía esté más dura y erecta.
Y sin pensarlo dos veces empezó a hacerme una paja delante de todos, me sentía violento por aquella situación y deseaba decirle a mi mujer que parara pero en ese momento se puso de rodillas delante de mí, se tragó la polla y empezó a mamarmelo delante de todos.
Dada la situación me dejé llevar y que mi mujer hiciera lo que quisiera.
El resto de la gente no hacía nada, estaban de pie desnudos delante de nosotros, los chicos con sus pollas erectas y las chicas mirando el trabajito que Susana me estaban haciendo.
Estuvo unos cinco minutos y cuando yo creía que iba a explotar paró y se la sacó de la boca diciendo a todos:
– ¿A que ahora está más grande? He ganado.
Era cierto, mi mujer me había llegado al límite máximo y estaba a punto de reventar.
– Ahora -siguió mi mujer hablando- vamos a jugar, mejor dicho vais a jugar. Vendarle los ojos a los chicos, atarles las manos a la espalda y ponerlos con la espalda contra esa pared.
Ahora quiero que vosotras se la chupéis una por una a los tres y que ellos os identifiquen, si aciertan a la primera se deben follar a su respectiva mujer delante del resto y si no es así se quedarán desnudos sin poder tocarse.
Almu protestó,
– Susana creo que tu también te deberías desnudar, ¿no? Todos estamos desnudos menos tu.
– Ya, pero yo he ganado.
– Entonces hagamos otra apuesta, si conseguimos que mi marido me reconozca entonces serás tu la que pague un castigo, el que yo quiera.
– Estoy de acuerdo, pero así es muy fácil. Para complicarlo más a vosotras también os vendaremos los ojos y solo les podréis tocar con la boca.
Almu estuvo de acuerdo, al final se había convertido en una competición entre Almu y mi mujer y el resto seguía el juego porque sin duda la situación era muy morbosa.
Las chicas vendaron los ojos a sus respectivas parejas y les ataron las manos contra la espalda.
Después entre Susana y yo vendamos los ojos a las chicas, a mi me tocó hacerlo a Toñi, y esta hizo todo lo posible porque mi polla chocara en varias ocasiones contra su cuerpo, se restregó todo lo que pudo a lo que yo no puse mucha dificultad, es más, cuando la estaba atando el pañuelo a la cabeza con la excusa de que el nudo me salía mal tuve la oportunidad de encajar mi polla entre los cachetes de su culo, cosa que a ella pareció gustarle.
Sin duda la situación se estaba complicando y se podía descontrolar, me daba miedo porque veía que todos se estaban poniendo contra mi mujer por su negativa a desnudarse.
Una vez que estuvieron todos desnudos y con los ojos vendados empezó el juego, Susana agarró a Toñi y la obligó a ponerse de rodillas delante de la polla de Fernando, Toñi se tragó su polla y empezó a chupar sin ninguna pasión, se limitaba a comprobar el tamaño de aquella polla.
Luego la hizo moverse de rodillas hasta la de Julio, que se engulló también y a la cual no dedicó ni dos minutos, por último se tragó la de Juan y con esta se entretuvo más tiempo, dedicándose a darle pequeños mordiscos, sin duda pensaba que esta era la de Fernando.
Mi mujer agarró a Toñi del brazo y la sentó en una silla, cogiendo a Almu y llevándola contra los chicos, la hizo agacharse y la puso en el mismo orden que a Toñi, la primera que se tragó fue la de Fernando, no estuvo no quince segundos saboreándola, luego se tragó la de Julio con la que estuvo menos tiempo aún y por último llegó la de Juan, cuando se tragó esta última pareció adivinar que era la correcta y empezó a chuparla de manera frenética, tanto así que Juan no pudo aguantarse y después de unos minutos se corrió en la cara de Almu, aquello no estaba en los planes, pero mi mujer no se cortó, quitó a Almu de la escena y trajo a Charo.
En esta ocasión cambió el orden, primero la hizo ponerse de rodillas delante de Juan y la hizo chuparle la polla aunque todavía tuviera restos de semen.
Charo no se cortó y se dedicó a limpiar y saborear la polla de Juan, estuvo varios minutos hasta que este volvió a retomar su tamaño. Luego Susana la paso a la polla de Fernando, donde se entretuvo muy poco y al final solo quedaba la de Julio, con la que estuvo jugando un buen rato.
Después de aquel juego quedaba por saber si ellos acertarían, el primero en hablar fue Fernando:
– Ha sido la última -dijo.
Luego habló Julio, quien dijo:
– No Fernando, la última ha sido Charo, seguro.
Y al final lo hizo Juan:
– Almu, hemos ganado seguro, solo tu la sabes chupar así, has sido la segunda.
Almu se rió a carcajadas y se acercó a mi mujer diciéndole:
– Ahora me toca a mi, he ganado.
– No Almu, ahora te tienes que follar a Juan y Julio a Charo, el pobre Fernando solo puede mirar. Cuando acabéis será tu turno.
Fin del capítulo I