Mi amante

El poco movimiento en las calles, incrementado por las vacaciones de invierno , era a mi percepción un efecto de la crisis que envuelve al país, quizás por ello que no saque el auto para ir al centro cercano, a depositar en el banco en forma obligatoria al no poder cobrar los valores, desde la noche anterior estaba pensando como sería mi futuro, en todos los sentidos principalmente económicamente y sexualmente.

La sonrisa del cajero me hizo pensar que sabia como era la relación con el firmante.

Mis años ya indicaban que era grandecita, libre de hacer lo que quisiera, pero tengo que reconocer que me puso molesta eso de saber que ese dinero era de mi amante.

Tengo 28 años, mi cuerpo trabajado en el gimnasio y varios trotes sexuales, se que hace exclamar a los pocos machos que quedan, que gusto como mujer, siendo receptora de múltiples voces llenas de malas intenciones contenidas y algunas que llegan a lo ridículo.

No siempre fue así, hace ocho años, era una mujer llena de prejuicios, limites en mi actuar, un novio que me dejaba con ganas de algo más, con el cual me case a los 22, la imposibilidad de tener hijos por mi parte, la insatisfacción de los coitos con mi esposo, el gimnasio, mi lectura en internet de relatos que me incitaban a la aventura, de fotos que al mirarlas me invitaban a ser protagonista, el análisis de mi vida, limitada al estudio y ese cuerpo enhiesto sobre mi.

El pasaba siempre en su auto enorme, saludando parcamente, mi marido se iba al trabajo muy temprano a las seis de la mañana volviendo a las siete de la tarde de lunes a viernes, mis fantasías fogueadas con mis visitas a la pornografía, cada día me llevaban más cerca de caer en el pecado, en el sexo caliente que en mis venas sentía fluir.

No se como se entero, seguro que mi andar sensual estudiado, mis prendas incitadoras (totalmente buscadas) lo motivaron , su voz sonaba ronca, la invitación recibida a una hora inusual (las ocho de la mañana), la recibí como un error, una serie de versos de seducción salió de su boca, yo tenía ganas, el me indico en el lugar de mi caminata donde estaría con su auto, nerviosa llegué a la hora indicada, manotee la manija y subí, enrollando mi cuerpo en el piso recién lo miré, ambos sabíamos adonde íbamos, tomo la autopista hizo unos kilómetros y me pidió que me sentara indicando con su palma el asiento , comprendí que estábamos en la ruta, sus palabras me tranquilizaron, lo que había hecho fue instintivo, al ver mi juventud sabiendo que era casada, muy suavemente me dijo como ponerme para que no me reconocieran sentada, (los pelos sobre la cara y el mentón en el pecho).

El hotel en una ciudad vecina, era un viejo conocido de él, puesto que entro a la cochera y me encamino a una habitación , abriendo con una llave de su bolsillo sin ningún contacto con gente alguno.

Estaba nerviosa, no lo pude evitar, el no sabía , (era mi primer amante, mi primera infidelidad real,) me dio un beso, el cual me introdujo en su carne, lo desvestí al mismo tiempo que lo hacia conmigo, su erecto falo era enorme, la ducha nos sirvió para que nos uniésemos sin sexo, nunca había mamado, me extraño las ganas de hacerlo, pero me contuve, secando nuestros cuerpos mutuamente, en la cama, su juego con sus dedos lubricados me incitaban, arrimo a mi cueva esa hermosura y penetro, un entre y saca continuo nos hizo acabar a los dos simultáneamente, la piedra estaba disparada, me entregué a su juego, una vez recostado tome con mis labios su barra de carne, haciendo que estuviera erecta nuevamente, me puse en cuclillas sobre ella hasta que entro toda en mi cuerpo, ese momento y sentirla en mi canal vaginal cuando me echaba para atrás, no me dejaron dudas, estaba en lo cierto, gozaba, me gustaba, no era un auto, era un macho como el soñado y yo era una mujer y actuaba como mis fantasías que hacía meses me lo indicaban.

Volvimos a un lugar distinto me baje en un santiamén estaba caminando, pero ya era, lo que había soñado y me sentía dentro del sexo verdadero, ese que duelo y enamora, que dentro te somete y al pasar minutos lo extrañas.

El tiempo fue pasando, siempre espere su llamado para jugar esas horas con él, fue hace un año que cambiaron un poco las cosas.

Mi marido fue despedido del trabajo, la indemnización la invirtió en un negocio en el cual el socio lo estafó, en una salida tuve que contarle la situación, necesitaba hacerlo, no se inmuto y me dio un cheque al portador, ese día lo mamé, sentí que se lo debía, al tragar su semen, puedo decir que me puso a mil, hacer algo que me encanto, mi amante me mantenía pero le encantaba como le pagaba.

Una mañana de febrero, asistí al primer escándalo de mi marido, sabía que algún día se daría cuenta, pero como muchas veces! lo inevitable igual molesta! nuestra cuenta en el banco tenía plata, ¿De donde es?, cansada de tanta falsedad, se lo dije, que estábamos mantenidos por mi amante.

Siguió despotricando , no lo escuche, ya había quedado en salir, prepare un acto de sexo, digno de una geisha , fue la primera vez que lo escuche en decir que le encanto.

Al llegar a casa, mi marido me invito a charlar, todo estaba dicho, va a vivir conmigo hasta que consiga trabajo, ahora se como incide la crisis en nuestras vidas, las putas se prostituyen, los maridos cornudos lo son conscientemente.

Ya no me importa la sonrisa del cajero, gozo y gracias a eso sobrevivo.