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Ranma: Un pésimo remedio III

Cuando los primeros rayos del sol iluminaron el dojo de la familia Tendo Nabiki se levantó como era su costumbre, los domingos, para ir en busca de una cancha de tenis donde jugar un par de partidos. Con rapidez metió en una gran bolsa su traje, su raqueta y se dispuso a tomar algo de la cocina antes de partir. Esta vez sin embargo, se sorprendió al ver a su hermana Kasumi ya laborando en la cocina.

– Buenos días.- dijo la hermana mayor al verla.

-Buenos días.- Respondió. – ¿Qué haces levantada? Apenas son las 7am-

– Yo… ya no podía dormir.- por un momento ambas se miraron. En verdad aquella mañana algo hacía imposible quedarse en la cama. Una inquietud que las sacudía, que las había hecho levantarse en busca de algo que les permitiera ocupar su mente en cualquier cosa, para no pensar en… sexo.

-Estas sudando Nabiki. ¿Tienes fiebre?- La chica ambiciosa se tocó la frente y noto que la temperatura de su cuerpo era algo elevada, una fina capa de sudor cubría su rostro, pero no se sentía mal. En ese momento descubrió algo que llamo su atención.

-Tú también estas sudando Kasumi.- La hermana mayor se llevó la mano a su frente solo para comprobar que estaba en igualdad de condiciones que Nabiki. Sin darse cuenta Kasumi deslizo su mano por detrás de su cuello, retirando por un instante el largo cabello de sus hombros. Nabiki sintió que su temperatura subía más al ver la capa de sudor se extendía por los hombros desnudos y con seguridad llegaba hasta los grandes pechos de Kasumi.

-Tengo que irme.- Nabiki salió corriendo sin decir nada más. Kasumi la miro alejarse y retorno a sus labores. Poco después escucho los pasos de Akane descendiendo por la escalera, para luego ir directo a la cocina.

-Buenos días Kasumi.- La menor de las hermanas Tendo llevaba puesto su traje de karate y ajustaba la cinta alrededor de su cintura.

-Buenos días Akane. ¿Quieres algo para desayunar?-

– No.- Dijo Akane colocándose una cinta en la frente.- Primero voy a entrenar.- Su cuerpo estaba cubierto de sudor, como si ya hubiera hecho algún ejercicio cuando en verdad acababa de levantarse de la cama.

– Temo que tendrás que esperar.- Akane miro a su hermana casi con fastidió.

– ¿De qué hablas?-

-Papá y tío Genma están entrenando.- Akane quedo sorprendida. ¿Su padre y el señor Saotome levantados tan temprano en Domingo?- Eso lo tengo que ver.- Penso dirigiendose al Dojo.

Al acercarse pudo escuchar los característicos gritos de combate, así como el sonido de algunos golpes, saliendo del Dojo. Casi con timidez se acercó a la puerta y sigilosamente la abrió un poco. En el interior ambos hombres lucían sudorosos y cansados, pero al mismo tiempo poderosos, en sus posiciones de pelea. Ambos lanzaron un feroz grito de pelea y se lanzaron uno contra él otro, con velocidad sorprendente intercambiaron toda una serie de ataques y contra ataques, para luego volver a separarse. Akane estaba impresionada no tanto por el señor Genma, a quien había visto luchar con Ranma muchas veces, sino por su padre, nunca lo había visto luchar de aquel modo, con esa decisión y coraje; con esos movimientos que en nada envidiaban a los de Ranma.

– No está mal Tendo.- Exclamo Genma tomando un descaso.- Para un hombre que dice estar fuera de practica.-

– ¿Acaso creyó que sería presa fácil Saotome?- Respondió Soun relajándose también.- Dije que estaba fuera de forma. No que me hubiera vuelto un inútil. Por cierto ¿cuándo me va a enseñar esos movimientos nuevos de los que me hablo?- Un brillo lleno los ojos de Genma mientras comenzaba a desatar la cinta de su traje.

-Ahora mismo.- Dijo arrojando su camisa a un lado. El sudor resaltaba su torso desnudo, dejando ver que aún tenía un cuerpo digno de un guerrero de combate libre. Genma respiro profundamente, su pecho se hincho y pareció hacerse más grande resaltando su musculatura. – Necesito libertad de movimiento.- dijo mientras adoptaba de nuevo una pose de pelea.

– Entonces yo haré lo mismo.- Con prontitud Soun de despojo también se su ropa dejando al descubierto su amplio tórax, era menos pesado que Genma, pero eso lo hacía ver más joven. Akane los miro ambos como si los viera por primera vez. Le parecía increíble que esos dos fueron los hombres flojos y llorones que ella tan bien conocía. La figura de su padre se agrando ante sus ojos como cuando era una niña pequeña. En cuando al señor Saotome, bueno, sin duda tenía lo necesario para que una mujer tan bella como la señora Nodoka se hubiera enamorado de él en su juventud. Tan embelesada estaba que no percato de presencia de Kasumi hasta que esta estuvo a su lado.

-¿Qué haces Akane?- A aludida volvió el rostro, pálida y asustada como una niña descubierta en una travesura.- ¿Eh?… ¿ah?… ¿yo?….bueno….yo estaba… estaba…-

-¿Espiando a papá y al señor Saotome?-

-Si… digo no… digo… ¡¿por qué me asustas así?!- Kasumi meneo la cabeza y sin decir más llamo a la puerta de Dojo. Su padre abrió, con el torso cubierto, y las miro extrañado.

-¿Qué ocurre hijas?-

-Disculpa papá. Te llaman por teléfono. Dijeron que era urgente.- El señor Tendo miro hacia adentro del Dojo y dijo en voz alta.- ¡Ahora vuelvo Saotome!-

Acto seguido salió hacia la casa seguido por Kasumi. Akane entro al Dojo y miro cuando Genma volvía a colocarse su camisa. Con pasos vacilantes se acercó a él y le hablo casi con temor.

-¿Tío Genma?- El hombre se volvió y sonriendo miro a la más joven de la familia Tendo.- Buenos días Akane.-

Por primera vez la joven sintió un cierto respeto por el señor Saotome. -Los vi entrenando.- Dijo con cierta vergüenza.

-Ha ¿sí?-

-Sí y… bueno… nunca había visto a papá luchar de ese modo. Cuando entrena conmigo se ve más lento y no tan fuerte.-

-Es natural.- Dijo Genma ajustando sus lentes.- Soun no puede pelear igual con su hija que con un hombre.-

-¡ESO NO ES JUSTO! ¡SOY TAN BUEN OPONENTE COMO CUALQUIERA!- Los ojos de Akane se llenaron de indignación, al tiempo que se clavaron en Genma, quien de inmediato busco la forma de rectificar sus palabras.

-Calma Akane. Solo quise decir que después de perder a tú madre Tendo debe tener miedo de que algo las lastime a ustedes. Es por eso no se emplea a fondo cuando entrena contigo.- Akane bajo la mirada y se quedó pensativa. Realmente su padre siempre estaba protegiéndolas y preocupándose por su futuro. Era lógico que no pudiera pensar siquiera en lastimarlas, aunque fuera enseñándoles sus técnicas de combate.

-Entiendo.- Dijo al fin. Genma se cruzó de brazos y adopto una pose de maestro sabio. – Tío Genma ¿podrías practicar conmigo?- Los ojos de Genma se abrieron desmesuradamente, su lengua se trabo, creyó no haber entendido las palabras de la joven.

-¡¿QUÉ?!¡¿PORQUE ME PIDES ESO AKANE?!-

-¡ Porqué si pudiera pelear como usted o como papá Shampoo no me molestaría tanto!- Genma miro a la joven pensativo, no es que le gustara la idea de entrenar a una mujer, cosa que consideraba inútil, sino que buscaba la forma de evitar ofender a Akane con su negativa.

-Está bien Akane.- Su rostro esbozó una gran sonrisa al tiempo que ponía una mano sobre el hombro de la joven. Pero enseguida agrego.- Pero tendrá que ser en otra ocasión pues ahora tu padre y yo vamos a continuar nuestro entrenamiento.- Hacia falta ser poco más que idiota para no entender que aquel era un pretexto. Akane frunció el entrecejo paro antes de que pudiera decir nada la puerta de Dojo se abrió. Ambos volvieron la vista hacia la entrada. La sonrisa de Genma desapareció como por encanto al ver que Kasumi había vuelto sola.

-¿Donde está tu padre Kasumi?-

– Tendrás que disculparlo tío Genma.- Respondió la joven desde la entrada.- Lo llamaron del consejo, un asunto urgente. Dice que mañana te ayudara.- Sin decir más la joven hizo una reverencia y cerró la puerta. Genma estaba a punto de ir detrás de ella, pero Akane se interpuso en su camino, su rostro estaba iluminado por una malévola sonrisa, sus ojos miraron intensos al viejo guerrero.

– Vaya tío Genma parece que si tendrás tiempo para enseñarme. ¿Verdad?- Genma tembló de coraje, ¿porqué diablos había tenido Soun que irse en ese momento?- Dame unos minutos para calentar.- Sin esperar respuesta Akane comenzó a realizar una rigurosa rutina de ejercicios para soltar sus músculos y estar lista para el entrenamiento. Mientras tanto Genma la miraba rabiando su coraje al tiempo que buscaba alguna excusa para liberarse de ese compromiso.

-¡Lista!- Akane se acomodó el traje y se puso en guardia. Pero Genma permanecía inmóvil, como si se hubiera quedado solo. Finalmente se cruzó de brazos. Intrigada, y molesta, Akane le grito.- ¡¿QUÉ PASA TIO?! –

Genma la miro y con voz grave le dijo.- Akane no está bien que yo te enseñe. Eso sería usurpar las funciones de tu padre y yo no puedo ofenderlo de ese modo.- Sin más se dispuso a salir del Dojo, por dentro apenas si podía disimular su satisfacción. – ¡Qué listo soy!-

-¡ERES UN COBARDE!- Genma se detuvo en seco al escuchar esas palabras.

-¿Cómo dijiste Akane?-

-¡DIJE QUE ERES UN COBARDE! ¡LO QUE PASA ES QUE TIENES MIEDO DE QUE YO TE GANE! ¡¿VERDAD?!… ¡DEBERIAS HABER SIDO TU QUIEN CAYERA EN “EL ESTANQUE DE LA CHICA AHOGADA”, SER MUJER TE SENTARÍA BIEN!-

-¡¿QUÉ COSA?!- Indignado Genma apretó los puños con fuerza, su boca se torció en una mueca que dejaba ver sus dientes, como Akane lo previno, el hombre volvió sobre sus pasos y plantándose frente a la joven adopto su pose de pelea.- ¡DE ACUERDO JOVENCITA! ¡PERO NO DIGAS QUE NO TE LO ADVERTI!-

-¡AQUI VOY!- Con esa frase Akane se lanzó a la carga. Su primera embestida fue detenida con cierta facilidad por el señor Saotome, quien esquivo o bloqueó sus golpes con suma eficacia. Luego con un giro digno de un bailarín Genma rodeo a Akane y descargo la palma de su mano justo en sus nalgas.

-¡Aaaaaaayyyyyyyyy!- Grito la joven al sentir semejante ultraje.- ¡Pervertido!-

– No es mi culpa que tu defensa sea tan mal “niña”.- El rostro de Genma estaba iluminado por una sonrisa burlona. Akane se puso furiosa y arremetió con más fuerza. Pero esta vez Genma se agacho y con un suave movimiento, conocido como barrida en artes marciales, la derribo. – Ahora veo porqué Soun no pelea en serio contigo. jajajajajajajaja.- Aquellas burlas no eran simple crueldad o mofa, en realidad Genma sabía que mientras Akane se dejara dominar por sus emociones él podría sacar provecho. Sin embargo era un arma de dos filos, pues si bien la joven se dejaba llevar por sus emociones, la ira hacía crecer la fuerza de sus ataques. Así de un salto se puso de pie y se lanzó de nuevo al ataque, esta vez una verdadera oleada de golpes cayó sobre Genma, este pronto dejo se reír al darse cuenta de que los golpes de Akane empezaron a superar su capacidad de resistencia. Más antes de que pudiera hacer algo para alejarse de su atacante, Akane logro romper su defensa y descargar un fuerte puñetazo en su rostro. El impacto fue tan fuerte que el hombre dio un giro completo y cayó al suelo. Akane sintió que era el momento de lanzarse a fondo y dando un salto se dispuso a rematar a su oponente.

En el suelo Genma sentía hervir su sangre, no le importaba ser golpeado por una mujer siempre que fuera Ranma o Nodoka, pero que una joven imprudente como Akane lo hubiera golpeado era una humillación que no podía soportar. Así con la vista nublada por la cólera se levantó de un salto, esquivando el ataque de Akane, para luego lanzar un fuerte golpe que fue a dar justo en el estómago de la joven. Esta absorbió el impacto y salió volando hacia atrás y cayó de espaldas sobre la tarima del Dojo. Genma se quedó paralizado, sus ojos se abrieron como platos, su quijada se extendió hasta casi tocar el piso, lentamente bajo la mirada y contemplo el puño que había golpeado a Akane; incapaz de creer que formaba parte de su cuerpo.

-¡Aaaaaaaaahhhhhhhhhh…..! ¡¿QUE HICE?!- Temblando como una hoja acerco a la joven que permanecía inmóvil sobre el piso. – ¡AKANE!… ¡CONTESTA AKANE!- Un helado silencio fue la única respuesta. ¿Acaso estaba…. muerta?

Por un segundo su mente se llenó de toda clase de ideas, se vio en la cárcel, condenado a muerte y su verdugo sería nada menos que su esposa. Estaba a punto de darse a la fuga cuando unos leves sonidos lo detuvieron.

-Muuuuu…mummmm.-  Emocionado se inclinó y examino a la joven con cuidado, un profundo suspiro salió de sus labios al comprobar que solo estaba noqueada. Pero casi de inmediato un nuevo temor lo sacudió, pudo ver detrás de si la cabeza gigante de Soun, con su gran lengua de fuera y sus ojos amenazantes.- ¡¿COMO SE ATREVIÓ A  GOLPEAR A MI HIJA SAOTOME?! ¡OLVIDESE DEL COMPROMISO Y LARGASE DE MI CASA AHORA MISMO!- Así él y Ranma tendrían que partir en medio de la nieve, aunque era verano, y afrontar al destino que era regresar a su ciudad natal donde seguro moriría a manos de su esposa. Volviendo a la realidad Genma decidió llevar a Akane a su cuarto y atenderla, cuando recobrara el conocimiento le pediría que no dijera nada a su padre. Así la tomo en sus brazos y salió sigilosamente del Dojo, para su fortuna Kasumi estaba en el patio trasero tendiendo la ropa, dirigiéndose directo al cuarto de Akane.

Velozmente, pero sin ruido, subió las escaleras y llego hasta el cuarto de la joven. Con facilidad abrió la puerta penetrando sigiloso. Con suavidad la deposito en su cama y regresando sobre sus pasos cerró la puerta. No quería que nadie viera a Akane hasta que él se disculpara por haberla golpeado. Luego volvió a su lado. Sin más se sentó a un lado de la cama y espero. Mientras lo hacia sus ojos se fijaron en los bellos rasgos de la menor de las Tendo. En verdad era una chica hermosa, cuando no gritaba o discutía con Ranma. Delicadamente acerco su mano hasta aquel rostro juvenil, acaricio las delicadas mejillas para luego tocar también el cabello azulado, un delicado perfume, tal vez champo para el cabello, se hizo presente mientras sus dedos se enredaban en la cabellera.

Nunca supo en que momento un impulso extraño lo llevo a descender por el delicado cuello, sintiendo el acompasado palpitar de la sangre, hasta llegas a la altura de su pecho. Genma retiró la mano sorprendió de su acción. ¿En qué momento había nacido en él ese deseo funesto? Sus ojos recorrieron la esbelta figura de Akane, a su mente acudieron las visiones de la joven llevando un bañador en la playa, mientras sus manos temblorosas comenzaban a desajustar la cinta del traje de Karate. Con el corazón latiéndole como un potro dentro del pecho abrió los pliegues de la camisola. Al instante aparecieron ante sus ojos los carnosos pechos de Akane, cubiertos por un coqueto sostén adornado con encaje, que subían y bajaban al compás de la respiración. Genma trago grueso mientras contemplaba aquel espectáculo, su polla comenzó a levantarse entre sus piernas. Un escalofrío le recorrió toda la espalda. Pero no era miedo, sino deseo. Una oleada de calor lo invadió cuando sus dedos sujetaron el broche del sostén, colocado al frente, que se abrió con un leve “clip”. Los pechos saltaron libres de su prisión quedando a la vista del hombre viejo. Este ya no pudo contenerse más y descendió sobre ellos como un perro sobre la carne. Sus manos callosas se apoderaron de uno de los pechos mientras su boca se hacía cargo del otro. Al principio solo beso el seno pero luego comenzó a morder el oscuro pezón, incluso tiro de el con cierta fuerza, al tiempo que su mano masajeaba el otro seno. Aquel contacto hizo que el cuerpo de Akane se estremeciera como sacudido por una descarga eléctrica. En consecuencia la joven empezó a recobrar el sentido. Al principio solo dejo escapar algunos gemidos pero conforme pasaron los segundos termino por abrir los ojos.

Akane sintió que su cuerpo estaba siendo objeto de caricias que hasta ese momento no le había permitido a nadie. Alguien besaba sus pechos con fuerza provocándole un delicioso cosquilleo. Unas manos grandes y fuertes apretaban sus tetas y se deslizaban por sus costados. Presa de ira y temor se incorporó sobre la cama y miro a su atacante. ¡Era Genma! ¡El padre de Ranma era quien materialmente estaba devorando sus pechos!

-¡Nooooooo!- Exclamo al tiempo que sujetaba la cabeza de Genma con ambas manos. El hombre reacciono con sorpresa pero no hizo nada por alejarse de ella o por justificar sus actos. La voz de Genma se dejó escuchar entrecortada, rasposa, con un tono que Akane nunca había escuchado.

-Déjame acariciarte Akane… así.- Las manos callosas del hombre apretaron con firmeza los frágiles pechos de la joven.-Mira que hermosas tetas tienes… la piel es tan suave… tan cálida… déjame comérmelas a besos… Oh Akane…- Genma volvió a apoderarse de la punta de uno de los senos para lamerlo y morderlo con frenesí.- ¡Ay que rico!- Exclamo.

Akane guardo silencio, asustada y confundida por la acometida sexual del señor Saotome, en su mente recordó la lucha que habían tenido en el Dojo y su derrota a manos del viejo guerrero. Se dio cuenta de que estaba en su propia habitación y que probablemente estaban solos en la casa. Pero lo que la aterraba realmente era el efecto que las caricias de Genma tenían en ella, cada vez que sus labios presionaban sobre sus pezones una corriente eléctrica le corría por todo el cuerpo, sus pechos estaban duros y su coñito adolescente comenzaba a humedecerse presa de una extraña excitación. Además el hombre ya no le perecía tan viejo o repugnante como siempre, de algún modo el hecho de haberla vencido en un combate la impulsaba a someterse a él. ¿Era eso lo que Shampoo, Ukyo y Kodachi sentían hacia Ranma? ¿Acaso el saberse incapaz de derrotar a un hombre justificaba entregarse a él?

-¡NO TIO… NO… DEJAME!- Exclamo Akane al tiempo que lograba separar a Genma de sus pechos, los ojos del  hombre brillaban como relámpagos a causa de la lujuria que le corría por las venas. Al verse separado de las tetas Genma tomo la cara de Akane entre sus manos y atrayéndola hacia sí el beso, la chica sintió que las fuerzas la abandonaban, era su primer beso, la lengua de Genma se abrió camino dentro de su boca y comenzó a acariciar el interior con la sabiduría de la experiencia. La temperatura del cuarto comenzó a subir rápidamente. Las ansiosas manos de Genma despojaron a Akane de su casaca dejándola semi desnuda, acariciando la tersa piel de la espalda hasta llegar hasta el nacimiento de las nalgas.

Soltando un momento a su presa el viejo guerrero se despojó de su propia casaca, su tórax se mostró orgulloso ante la vista de la joven Tendo. Luego volvió a fijar su atención en los pechos de Akane, mismos que beso y succiono de nuevo esta vez con más ardor que antes provocando sensaciones desconocidas en la joven, que para ese momento se había hundido en un sopor inducido por la mezcla de miedo, confusión y placer que experimentaba. Ya no se resistía a las demandas de su tío. Este la tendió sobre la cama y comenzó a recorrer con sus labios el camino hacía el coño. Sus manos tomaron los pliegues del pantalón y los jalaron dejando al descubierto las bellas piernas de Akane. Ella intento mantenerlas cerradas en un último intento de resistir, pero Genma la sorprendió haciéndola girar, dejándola de espaldas a él.

Akane quedo desconcertada, con curiosidad miro por sobre su hombro y descubrió a su tío despojándose del resto de su ropa, avergonzada quiso volver el rostro pero en ese momento la polla de Genma quedo al descubierto, la joven se quedó como hipnotizada mirando aquella cosa larga, dura, llena de venas. Al quedar totalmente desnudo Genma se tendió junto a Akane. El contacto de su cuerpo varonil, caliente como un tea, hizo estremecer a la chica, al tiempo que sentía como la polla erguida se paseaba por su espalda. Lentamente Genma se tendió sobre la espalda de Akane, mientras restregaba su polla contra la raja que separaba las exquisitas nalgas. Gozando al sentir el calor que emanaba de ellas. Sus manos fueron en pos de los senos juveniles para acariciarlos, mientras sus labios besaban las orejas y el cuello de la chica. El cuerpo de Akane respondía solo a las caricias que recibía. Su respiración se hizo forzada, por la excitación y el peso del hombre sobre ella, los labios de su coño se contraían como una boca viva al tiempo que sus líquidos íntimos escapaban sin control.

Genma recorrió con sus labios toda la espalda de Akane hasta llegar a las nalgas de la chica, entonces deslizo sus brazos hasta la cintura de su amante y tirando de ella la hizo levantar el culo. Como resultado las carnes se abrieron ampliamente dejando el sonrosado ojete a la vista del guerrero.

-¡OH! ¡Querida Akane aún tu ojo del culo es hermoso!- Un rubor intenso coloreo las mejillas de chica ante el halago del hombre. Genma atrajo hacia su cara el culo de Akane y comenzó a besar, besar y besar aquel ojete, lo tiltió con la punta de su lengua.- Aaaaaahhhhhh….Uuuuuummmmm.- Fueron los gemidos que salieron de la chica mientras se estremecía por la caricia. Pero era solo el principio. Genma pego totalmente su boca al culo de Akane y con la lengua se abrió paso en el estrecho conducto, al tiempo que depositaba en él una cantidad industrial de saliva caliente.

-¡Aaaaaaahhhhhhhh!…. ¡Tío Genma!…. ¡Tío!…..- Akane tenía las manos crispadas, apretando las sabanas en un intento por no gritar más fuerte. Con delicadeza Genma la soltó y volvió a tenderse sobre su cuerpo, besando la espalda y el cuello, pero esta vez Akane volvió la cara y ansiosa espero a que sus labios pudieran unirse en un beso, no le importo que la lengua que entraba en su boca fuera la misma que había explorado su ojete hacia un momento. Genma la beso mientras sus manos volvían a tomar posesión de los erectos pechos.

-No temas Akane.- Murmuro en su oído.- Yo no sería capaz de arrebatarte el tesoro que debes entregar solo a mi hijo, los dedos de Genma acariciaron el suave vello del coño, pero sé que posees otro tesoro que Ranma nunca empleara. Dámelo bella flor… mi pequeña Akane.- Mientras hablaba Genma tomo su polla con una mano y la guío hasta la entrada posterior de la chica Tendo. ¡Y empujo! La gran cabeza de la polla se hundió unos centímetros dentro de Akane que así perdía una virginidad que nunca creyó posible.

-¡Ayyyyyy!…..¡aaaayyyyyy!- Se quejo adolorida. Genma la sujeto con firmeza por las caderas mientras gozaba al sentir como su polla se iba resbalando, ayudada por la saliva, penetrando cada vez más en el ojos del culo, el cual se contrajo instintivamente apretando la polla. El viejo guerrero termino de hundir su miembro en aquella carne joven. Entonces se detuvo, deseando gozar al máximo de la dulce opresión que el culo virgen de Akane le brindaba, después de años de abstinencia sexual.

-Aprieta los dientes chiquilla, relájate para que no te lastimes más.- Dijo mientras separaba.

-¡OH!….. ¡Ay!… me duele mucho tío…. ¡Ay!… Me estas desgarrando… Ay… oh Buda….- Con la sabiduría que da la experiencia Genma llevo una de sus manos hasta el coño de la joven y con cuidado hundió un dedo en el hasta llegar al clítoris, para comenzar a frotarlo con deleite. Al mismo tiempo comenzó a moverse, lentamente, iniciando un movimiento de mete y saca que poco a poco fue haciéndose más intenso, hasta que su polla entraba y salía con verdadera furia del estrecho culo. Akane, que al principio se sintió desgarrada, termino por abrirse voluntariamente dejando que la polla la penetrara hasta el fondo. Mientras el roce en su clítoris lograba hacerla reaccionar.

– ¡Ahhhhhh!…¡ohhhhhh!…¡ough!…- Gimió lastimosamente, pero con una leve muestra de placer.

-¡Que culo tan apretado tienes Akane!- Grito Genma presa de excitación.- ¡Eres divina!… ¡Mueve las nalgas niña!… ¡Aprieta con el culo!… ¡Así!… ¡así!… ¡Oh gran Buda como voy a correrme en tu culo!- Akane se mostraba sumisa, dominada totalmente por el extraño fuego que penetraba en ella a través de la polla y se expandía luego por todo su cuerpo. Así accediendo a las demandas de su follador comenzó a mover las nalgas al tiempo que apretaba con su ojete el trozo de carne que la invadía. Para su fortuna Genma logro sincronizar el ritmo de sus embestidas con el frotamiento del clítoris, de modo que ambos aumentaron al mismo tiempo logrando con ello que Akane experimentara una intensa excitación, hasta que ella también se encontró al borde del orgasmo.

– ¡Ohhhhhhh!…. ¡Sigue!….. ¡Sigue tío Genma!…. ¡Que rico me partes el culo!… ¡Dame más por el culooooo!- La misma Akane lanzaba sus caderas contra las del Genma buscando que la tiesa polla penetrara más hondo en sus entrañas. De pronto Genma lanzo un grito y clavo su polla hasta los cojones dentro de Akane, apretó con fiereza las nalgas y comenzó a correrse en un ardiente oleada de semen. Akane sintió que un río de lava se desbordaba dentro de su culo y exploto también en un mar de líquidos que escurrieron hasta las sabanas de su cama.- ¡AAAaaaaaaahhhhhh!- Ambos se convulsionaron y finalmente se desplomaron sobre las sabanas húmedas. La chica tuvo que hacer un último esfuerzo para quitarse al hombre de encima.

Por un momento el silencio reino en la habitación. Finalmente Akane comenzó a llorar muy quedamente. Genma se asustó un poco y acercándose a la chica intento consolarla.

-Todo está bien Akane.-

-¡Bien!- Akane lo miro furiosa.- ¡Acabas de romperme el culo! ¿Y dices que todo está bien?- Genma se sintió extraño de que Akane  lo tuteara.

-Aún eres virgen.- Dijo con firmeza.- Nadie tiene que saber lo que paso aquí hoy.- Ambos se miraron en silencio. Genma extendió los brazos hacia Akane y  esta acepto su protección. Rato después Genma salió sigilosamente de la habitación de Akane. Cuidando que nadie lo viera. Cuando por fin alcanzó la calle casi hecho a correr. -¡En que lío me he metido!- Era la pregunta que martilleaba en su cerebro. No solo se había acostado con una adolescente, casi una niña, le había sido infiel a su esposa, por no mencionar que había desflorando a la prometida de su hijo, aunque fuera por el culo. ¡Dios! Tal vez debiera hacerse el Harakiri de una vez! Sola en casa Akane también era presa del temor. ¿Cómo diablos había permitido que el señor Saotome le hiciera el amor? ¿Qué explicación podría darle a su padre, a sus hermanas y al propio Ranma?

Mientras tanto, en el cuarto de huéspedes, Ranma salía de entre las sabanas. Solo él había permanecido dormido aquel día, perezosamente se estiro y bostezo antes de ponerse de pie. Lentamente salió de su cuarto y bajando las escaleras se dirigió directamente a la cocina. Ahí encontró a Kasumi quien se preparaba un Té.

-Buenos días Ranma.-Dijo la mayor de las chicas Tendo al verlo aparecer, como siempre llevando una camiseta y un holgado pantalón chino.

-Buenos días.- Respondió en medio de un bostezo. – ¿Ya desayunaron los demás?

-Aún no. ¿Quieres que te prepare algo?-

-Si eres tan amable.- Kasumi sonrío y se puso a prepararle un desayuno ligero. Mientras Ranma fue a sentarse en el comedor. Su mirada contemplo por un rato el jardín iluminado por el sol. En ese momento Akane hizo su aparición, llevaba su vestido amarillo, se veía lejana e indiferente.

-Buenos días Akane.- Dijo el chico mecánicamente. La chica le contesto de igual forma y por un momento se quedó mirando a su “prometido”, en su corazón sabía que lo amaba pero su presencia la molestaba en ese momento. Kasumi entro al comedor llevando una pequeña bandeja con comida. Al verla los ojos de Ranma se iluminaron y con ansiedad espero a que llegara a la mesa.

-¡Ummmm! ¡Que rico!- Exclamo mientras comenzaba a devorar, con su bien conocido apetito, el contenido de la bandeja.

-¿Terminaste de entrenar con el tío Genma Akane?- Akane estuvo a punto de irse de espaldas, por nada del mundo hubiera querido que Ranma se enterara de que había estado con su padre esa mañana.- ¿Te pasa algo?- Pregunto Kasumi advirtiendo que su hermana había perdido el color.

-No… Yo…- Akane estaba a punto de romper en llanto.

-¡Ya se perdiste con mi padre!- Exclamó Ranma señalando a Akane. Su cara esta iluminada con una gran sonrisa, llena de burla.- No te preocupes. Es lógico que una chica tan torpe y lenta como tú no pueda pelear a nuestro nivel.-

Akane sintió que sus nervios estallaban. Toda su angustia y frustración se convirtieron en ira, un sentimiento que sabía bien como expresar.

-¡RANMA ERES UN CRETINO!- Con la fuerza de un huracán Akane levanto la mesa del comedor y literalmente aplasto a Ranma como si fuera una mosca. La casa se estremeció hasta sus cimientos a por la fuerza de los impactos. Luego Akane salió de la casa, su sangre aún hervía en sus venas.

En la casa Ranma salió de abajo de la mesa ante la mirada preocupada de Kasumi. -Está loca.- Fue todo lo que pudo decir antes de desmayarse. Poco después Ranma abrió los ojos y reconoció el techo de su habitación. A su lado Kasumi lo cuidaba con su acostumbrada diligencia. -¿Qué paso? dijo mientras se incorporaba.

-Mejor no te levantes. Akane te golpeo muy fuerte.- El chico recordó entonces lo ocurrido y llevándose una mano a la cabeza comprobó el brote de un chichón. Disgustado bajo la mirada y se sorprendió al verse en su cuerpo de chica. Interrogante miro a Kasumi quien le dijo apenada.- Disculpa. Pero como varón no podía traerte a tu cuarto.- Ranma suspiro resignado.

Al rato Kasumi le trajo un poco de agua caliente y se transformó de nuevo en chico. Entonces la hermana mayor se ocupo en “reparan” los estropicios hechos por Akane. Al tiempo que, como siempre, intentaba hablar en su favor con su víctima.

-Tienes que perdonar a Akane. En el fondo es solo una chica solitaria y violenta.-

-Uno de estos días va a matarme.-

-Es tu prometida.-

-Pues francamente me gustaría que tú fueras mi prometida.- Las mejillas de Kasumi se tiñeron de un rubor intenso, mientras Ranma se llevaba una mano a la boca en un vano intento por que no salieran más palabras de sus labios. Un helado silencio cayó sobre ellos.

-Lo siento.- dijo al fin Ranma con la cara baja.- Yo… solo quise decir que eres una mujer muy amable y creó que también eres muy hermosa.- Ranma estuvo tentado a morderse la lengua. ¿Qué rayos le pasaba? ¿De dónde le nacían esas palabras? Kasumi seguía sumida en el silencio. El halago solo había conseguido hacer más fuerte el rubor en sus mejillas. El chico hizo un nuevo intento por disculparse y tomando las manos de la joven entre las suyas la miro intensamente. -Lo siento…- Ranma ya no pudo decir más. Las palabras murieron en su garganta cuando sus ojos contemplaron el bello rostro de Kasumi, sus ojos verdes lo atraparon como la miel a la mosca, sus labios delicados y húmedos lo atrajeron como un imán. Como hipnotizado se fue acercando a ella hasta que sus labios estuvieron a punto de unirse.

-Por favor, no lo hagas.- Comenzó a decir Kasumi al tiempo que sus manos escapaban como palomas de las de Ranma. Asustada la mayor de las Tendo intento ponerse de pie para salir del cuarto, la temperatura subía rápidamente. Pero Ranma el sujeto con fuerza por los hombros obligándola a permanecer junto a él. Su espíritu de pelea lo empujo a tomar la ofensiva y sin pensarlo dos veces se apodero de los labios de Kasumi quien se quedó paralizada por la sorpresa, al principio el contacto fue desagradable, los labios de Ranma presionaban con fuerza contra los suyos haciéndole daño. Mientras su lengua hacia un intento no menos violento por entrar en la boca de la muchacha. Kasumi logro separarse un poco y volver la cabeza para escapar de aquellos labios impulsivos.

– ¡No hagas esto!- Gritó con los ojos llenos de lagrimas.- ¡No es correcto, soy mayor que tú!-

– ¡No me importa!- Dijo indignado.- ¡No me importa si el cielo cae sobre mi cabeza después de haberte amado!- Ranma volvió a besar a Kasumi al tiempo que una de sus manos se apoderaba bruscamente de un seno de la joven, haciendo a un lado el blanco delantal, mientras que, con la otra, la empujaba hasta hacerla tenderse sobre el piso de madera. Luego se levantó con rapidez y, tras despojarse de su camiseta, se tendió sobre ella. Al instante Kasumi pudo sentir la dureza de su erección apoyada contra su cuerpo, a pesar de la ropa que los separaba. Con una mano Ranma tiro con fuerza del escote de su vestido haciéndolo bajar más allá de los pechos, después arrancó el sostén que lo cubría dejándolos desnudos y a la vista. Mientras con la otra mano jalaba la larga falda del vestido dejando expuestas las hermosas piernas de la joven.

Cuando los dedos de Ranma tocaron entre los muslos de Kasumi esta se estremeció, su coño estaba húmedo. Con un movimiento rápido atrapó la cabeza de Ranma entre sus manos y lo obligo a mirarla directo a los ojos.

– Por favor… sé, más suave…- Por un momento Ranma se quedó inmóvil, avergonzado de actuar con violencia contra la joven, comprendió que Kasumi ya no se resistiría a sus demandas. Con un movimiento de cabeza accedió a su petición. Sus bocas volvieron a unirse, pero esta vez suavemente, sus labios apenas se rezaron, casi temerosos, sus alientos se confundieron por un momento; hasta que Ranma dejo que su boca se uniera nuevamente a la de ella. En esta ocasión Kasumi separó sus labios dejando que la lengua de Ranma entrara en su boca y respondiendo con la suya. El tiempo pareció detenerse mientras ellos dejaban que sus lenguas se entrelazaran, que sus labios se unieran hasta casi fue doloroso. Cuando al fin se separaron Ranma se apartó de la joven y con sumo cuidado el despojo totalmente de sus ropas. El corazón del joven guerrero salto dentro de su pecho al contemplar el divino espectáculo de ese cuerpo desnudo, los grandes senos eran como montañas gemelas, la cintura breve y las amplias caderas. Las manos de Ranma volvieron a deslizarse por el cuerpo de Kasumi, ya no presionando, como antes, sino acariciando y descubriendo. Todos los instintos de Ranma le indicaron que debía dejar ni un milímetro de la lustrosa piel de Kasumi sin besar y lamer, así que recostándose de nuevo junto a ella la envolvió con sus brazos oprimiéndola contra su cuerpo. Su boca comenzó un recorrido por el delgado cuello, por sus hombros para finalmente bajar hasta los grandes pechos que lo esperaban. Cuando cerró los labios sobre uno de los pezones se dio cuenta de que su amante se estremecía, de que el pecho se ponía duro como la roca al tiempo que su dueña atraía más al guerrero contra sí.

Kasumi sintió que su cuerpo se acalambraba con cada caricia que Ranma hacia sobre sus pechos, por un momento la imagen de Akane apareció en su mente junto con la conciencia de que lo que hacía estaba mal. Por el fuego que la abrazaba sus entrañas se hizo más intenso, así que cerró los ojos con fuerza, aferrándose al placer que el joven Saotome le brindaba. Por su parte Ranma también experimento un momento de duda, recordando los momentos en que Akane se mostraba tierna e incluso desvalida, como le gustaba la chica en esos momentos, pero la textura de aquellos pechos, su calor y sabor, terminaron por borrar cualquier cosa que no fuera ese momento.

Ansioso por continuar Ranma abandono los senos, aunque siguió apretándolos con ambas manos, y comenzó a bajar por el abdomen plano de Kasumi donde se detuvo un momento en el hueco del ombligo, deseaba sentir el sabor de cada parte de aquella hermosura. El contacto hizo que la joven saltara, se sentía tan extraño y a la vez tan bien que la lengua de Ranma penetrara en ella, mientras las manos del joven guerrero oprimían sus pechos. El recorrido continúo llevando a Ranma hasta la maraña de vello verdoso donde empezó a lamer y chupar hasta llegar a la verdadera entrada del coño.

– ¡Aaaaaaahhhhhhhhh!- Kasumi lanzó un grito al tiempo que sus manos sujetaron la cabeza del joven entre sus piernas, no para que parara sino para hundir aquella lengua en ella profundamente por primera vez. Ranma creía haber encontrado el máximo placer. Ni siquiera la comida de los dioses podía tener un sabor tan delicioso como el de Kasumi. Lamió ávidamente sus jugos y sintió como las caderas de la joven comenzaban a moverse rítmicamente contra su cara.

-¡Aaaaahhhhhh!…despacio… por favor… oh si… así….dame más…. más… …… ¡R-Ranma…! ¡Ranma….! ¡Raaaannnnnmmmmmaaaaa!- La respiración de Kasumi se hacía más fuerte a cada momento, el muchacho comprendió que ella estaba cerca del éxtasis, entonces redoblo sus esfuerzos, con delicadeza huso los dientes sobre el clítoris, que recién había encontrado. Los gritos de Kasumi se volvieron cada vez más fuerte y de pronto, tras arquear frenéticamente el cuerpo, Kasumi se corrió en la boca de Ranma.

-¡AAAAAAAHHHHHHH!…. ¡QUE RICO ME HACES CORRER!…¡OOOHHH!- Luego la joven quedo inerte sobre el piso, desmadejada como una marioneta sin hilos. -Basta Ranma.- murmuró suplicante. – Basta… Por favor.-

Pero si la pasión parecía ceder en Kasumi, no ocurría lo mismo con Ranma. Este sentía que su polla, dura como el acero, enviaba una corriente de fuego a través de su vientre. Y solo había un lugar donde aliviar aquel ardor, justo entre las piernas de Kasumi, con rapidez se despojó de sus pantalones dejando su virilidad a libre de su encierro. Kasumi miro ruborosa aquella pieza de carne, sin duda de buen tamaño y grosor, palpitante como una serpiente. Por un instante se resistió de nuevo, cerrando las piernas a aquel invasor, pero Ranma ignoro su intento. Suavemente, pero con firmeza, le separo poco a poco los muslos y lentamente llevo su polla hasta la entrada del coño húmedo.

Lentamente Ranma acomodo la cabeza de su miembro entre los abultados labios del coño, que de inmediato se cerraron sobre el chipote como una boca sin dientes. El calor y la suavidad de aquel espacio aliviaron de inmediato el ardor del muchacho.

-¡No, Ranma, nooooo!- Kasumi intento apartarlo de ella, con la cara roja de vergüenza y contraída en una mueca indescifrable. Ranma la miro maliciosos y saco su polla del coño para luego volver a introducirla, varias veces repitió la operación, y cada vez rozando cada vez más profundo. Poco a poco el dolor y la vergüenza fueron desapareciendo del rostro de Kasumi para transformarse en un destello de placer que ilumino sus hermosos ojos. Ranma se inclinó hacia adelante, apoyándose en los codos. Con delicadeza tomo uno de los pezones de Kasumi entre sus dientes y comenzó a mordisquearlo, sin hacer daño, más bien degustando su sabor. Luego lo soltó y tomando el otro lo chupo con la tenacidad de un recién nacido. Así pasaba de una a otro mientras con su polla acariciaba cada vez más profundo el coño de su amante. Esta se estremecía presa de una lujuria que la recorría de pies a cabezas.

-¡Si!… ¡Sí!- Jadeó la chica.- ¡Aaaaahhhhh!…¡Métemela!…¡Métemela!…- Fuera de sí Kasumi abrió las piernas del todo, como un bailarina de valet, para luego doblar las rodillas y apresar así las caderas de Ranma. Sus brazos también rodearon el torso de su cabalgador, sus uñas se clavaron en la carne de su espalda, urguiendolo a entrar totalmente en ella de una vez. Ranma entendió el mensaje y colocando sus manos en los hombros de su montura, para tener un punto de apoyo, y lanzó una furiosa estocada. ¡Que dicha experimento el muchacho al sentir como su polla se abría camino en aquella delicada funda! – ¡Ooooohhhh!- Gimió Kasumi sintiendo que algo partía en dos su hermoso cuerpo. Por su parte Ranma sentía el calor del coño de la joven, gozando al máximo la sensación. Así se aferró a las caderas de Kasumi y comenzó a meter y sacar su polla cada vez con más fuerza y rapidez. Ella respondió removiendo sus caderas contra las del chico hasta que ambos se acompasaron.

Pronto el placer se multiplico, Kasumi sentía que la polla de Ranma era ahora parte de su ser y él, al mismo tiempo, sentía que las paredes del coño lo sujetaban, como si ambos fueran una sola cosa y al mismo tiempo intentaran separarse.

-¡Aaagggggghhhh!… ¡Qué rico!… ¡Oooohhhhh!… ¡no pares Ranma!… ¡NO PARES! ¡TE LO RUEGO!- Decía la joven mientras apretaba más el cuerpo de joven guerrero contra el suyo, sus uñas abrían delgados surcos en la piel de la espalda hasta que la sangre broto.

-¡SI!… ¡SI!… ¡AQUI VENGO KASUMI!…. ¡AAAAAGGGGG!… ¡ME CORRROOO!- Incapaz de soportar más Ranma clavo su polla hasta los cojones y comenzó a eyacular con tal violencia que Kasumi sintió la fuerza de aquella oleada chocar contra el fondo de su ser. De tal modo que ella también se corrió en un estallido que la hizo estremecer.  Por un momento todo pareció terminar, sus cuerpos quedaron inmóviles, pero la juventud de Ranma hizo posible que su miembro se mantuviera erguido y en pocos instantes reinicio sus embestidas.

Mientras tanto ojos maliciosos los vigilaban, observando sus movimientos con una mezcla de ira y deseo. El intruso había hecho un pequeño agujero en el papel de arroz que forraba una de las paredes para mirar sin ser descubierto. Al final se retiró calladamente sin que ninguno de los amantes se percatara de su presencia.

Era cerca del mediodía cuando Nabiki regreso a casa. Exhausta después de haber jugado tenis por varias horas. Ahora se sentía más tranquila o mejor dicho demasiado cansada para sentir algo. Al llegar le sorprendió no percibir en el aíre el aroma de algún platillo haciéndose en la cocina. Intrigada se dirigió a las habitaciones y miro a su hermana mayor que venía bajando las escaleras.

-¿Aún no está la comida Kasumi?- La hermana mayor la miro extrañada y temerosa, luego se apresuró a entrar en la cocina.

-Lo siento. Tome una siesta y se me paso el tiempo.- Nabiki la miro suspicaz, su sexto sentido le indicaba que algo raro estaba pasando. ¿Pero qué?

CONTINUARA…

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