Mi Sirvienta fea I

Esta es la primera vez que escribo una anécdota personal, no empezare con el típico «… esta es una historia 100% verdadera…» por que le quita la poca veracidad que tienen estos relatos.

Era 17 de Octubre de 1998, en ese entonces yo tenia 15 años, y para serles sinceros nunca ha tenido un cuerpo de playboy pero si un cierto don para hablar y hacer conversación, en fin, mi padre se estaba arreglando para ir a una fiesta a la que fue invitado, los dos sabíamos que era su fiesta de cumpleaños sorpresa y por eso estuvimos de acuerdo en que me quedara en casa pues ya le había dado su regalo.

Al irse mi padre me dejo dinero para una pizza y unos refrescos, la verdad es que no tenía hambre y decidí ahorrarlo para otra ocasión, justo antes de encerrarme a ver la televisión sonó el timbre de la casa, disgustado y empapado por la lluvia que había (pues tuve que cruzar el jardín), me sorprendí al ver que la que toco la puerta era la sirvienta (Sarah), que estaba llorando y además estaba empapada, sin mas preámbulos la metí a la casa y le pregunte que pasaba, ella entre sollozos me dijo (mas bien, murmuró), que había encontrado a su «novio» con otra mujer, la mande al cuarto de visitas para que se cambiara y secara, ella solo asintió con la cabeza y subió las escaleras.

Sarah, es una mujer de 19 años, no es nada bonita, o voluptuosa o algo por el estilo, sus piernas y su nombre puedo asegurarles son lo único que tiene bonito (bueno su rostro lo es también); la verdad es que nunca aspire tener nada con ella en los 6 meses antes que estuvo con nosotros (puedo asegurarles que la primera vez fue producto de la calentura).

En vista de que vi mi soledad destruida, fui a la cocina a prepararme algo de cenar, cuando estaba sacando algunas cosas del «refri» escuche que Sarah me decía:

-Quiéres que te prepare algo de cenar?

-Si, por favor – al voltear a verla descubrí que se puso una camiseta mía, y le quedaba como una minifalda lo cual me produjo una sonrisa

-De que te ríes? – dijo

-No pudiste encontrar una camiseta más chica? Es que esa te queda muy grande… – respondí sarcásticamente, a lo cual ella me respondió con una sonrisa, tomo las cosas y empezó a cocinar.

A los 20 minutos escuche que me llamaba para la cena, por la flojera le grite que si me podía traer la cena al cuarto y me respondió con un «OK», a los 5 minutos llego con la cena, cuando se agacho para apoyar mejor las patas de la bandeja sobre la cama pude observar de reojo que no llevaba brassier, no le tome mucha importancia sin embargo mi «amigo» pensaba diferente, me pregunto que si no necesitaba nada mas, a lo que yo respondí que si me podía traer un refresco, asintió y se fue por el, yo no podía creer que esa muchacha me pudiera dar una erección, cuando regreso Sarah con el refresco, lo dejo sobre la bandeja y se fue al cuarto de visitas, no le di mas importancia y termine de cenar, y como ustedes ya sabrán tenia flojera de regresar los platos, y le grite a Sarah para que viniera por ellos, al ver que no hubo respuesta, me levante (disgustado) y fui al cuarto de visitas, al abrir la puerta (pues no toque la puerta por «descuidado»), descubrí que estaba llorando, sorprendida se voltea y me pide perdón…

-No te disculpes es normal que llores –dije yo, y continuo llorando y la abrasé– No llores, un tipo como él no merece a mujer tan bonita como tu –mentí

-Me crees bonita? –dijo ella, sorprendida creo yo

-Sí –mentí en tono fraternal

-En serio… Algún tiempo estuve enamorado de ti –yo pedía a gritos que alguien me dieran 5 bofetadas para que dejara de mentir- pero ya se me paso la calentura… –respondí para terminar con la farsa, ella solo río

-Gracias –dijo y me dio un beso en la mejilla

Yo sin poder creerlo sentía como tenia otra erección, y solo podía pensar: «Alberto por favor contrólate, que para empezar no esta nada bonita y es la sirvienta», pero a mi «amigo» no le importaba.

Sin saber por que, le tome su barbilla con mis dedos y le di un beso en los labios, ella se sorprendió y dio un respingo yo solo acerté a decir un «lo siento, no quise ser atrevido», «no para nada…» dijo ella, a lo cual yo respondí con otro beso pero mas apasionado, sentí como una lagrima caía sobre nuestros labios, ella solo respiraba con mas fuerza, la pegue mas a mi, sentí como sus pequeños senos se pegaban a mi pecho, me recosté en la cama quedando yo así debajo de ella, mi mano empezó a recorrer sus muslos desnudos, al subir mas mi mano descubrí que tampoco ella tenia nada debajo, empece a masajearle las nalgas, ella solo gemía mientras nos seguíamos besando, mientras tanto mi erección estaba siendo obstaculizada por el vientre de Sarah, ella lo noto, y paso su mano entre nuestros cuerpos hasta introducirla debajo de mis shorts, me toca mi miembro de forma tímida, mientras se incorporaba a un lado mío, me mira con sus ojos de niña y me pregunta que si podía verlo pues nunca había visto uno en persona, eso me sorprendió yo alcance a decir: «Eres virgen?!», «Si» respondió ella, «seguro que quieres hacer esto?» dije yo, y les juro que en ese momento me entraron unas ganas de arrancarme la lengua y darme unos azotes por estúpido, pero para mi sorpresa me dijo «si» acompañado de un beso, me baje los shorts y ella no apartaba los ojos de mi miembro después de esto lo agarro con mas seguridad y lo empezó a masturbar con su mano, déjenme decirles que no es lo mismo ser masturbado que masturbarse, en fin, con su otra mano empezó a pellizcarse su pezón, la acerque con mi mano derecha y la bese y empece a morderle sus pezones que estaban debajo de la camiseta todavía, ella dejo de masturbarme y se quito su camiseta, me sorprendí al verle su vello púbico tan impresionante, la bese en la boca y la recosté sobre la cama empecé a besarle el cuello, luego su pezón izquierdo, seguí bajando hasta llegar a su ombligo ella reprimía sus gemidos, le dije que no lo hiciera por que estabamos solos y además por que estabamos solos, yo seguí besando hasta llegar a su monte de Venus, juguetee con sus vellos, ella ya estaba mojada, lamí su vagina, en eso ella me toma del cabello y me pregunta «que haces?», yo solo le dije que disfrutara, que no pensara, seguí lamiendo hasta que su clítoris empezó a mostrarse lo bese cándidamente, mientras lamía su vagina empapada, apoye mi pulgar en la entrada de su vagina y empujaba despacio ella gemía como loca, pedía mas, le introduje mi dedo índice hasta la mitad eso la volvía loca, «que rico… mmmmm…» decía, luego puse mi dedo índice entre sus labios vaginales, y empezaba a moverlo de arriba para abajo, como si sus labios masturbaran mi dedo, eso le hacia estremecer, no dejaba de apretujar sus senos y de pellizcar sus pezones, «mas… dame mas…» decía, separe sus piernas gentilmente y me coloque en medio de ellas, subí lentamente, restregando mi cuerpo con el suyo hasta que bese su boca, nuestras lenguas juguetearon, gemía mas fuerte con mas locura, al colocar la punta de mi pene en la entrada de su vagina ella me empuja con sus piernas, y como no pude controlar mi penetración, rompí su himen con rudeza, ella grito tan fuerte que casi me destroza los tímpanos, empezó a llorar me pedía que se la sacara, que ya no aguantaba, yo solo la besaba le decía que se tranquilizara que sintiera como mi pene se acoplaba a su vagina, ella no dejaba de llorar hasta que después de 5 minutos de besos y caricias, empece a sacar lentamente mi pene y luego se lo introducía, ella empezó a gemir otra vez, empece a bombearla lentamente, «mas rápido, mas profundo…» repetía ella en mi oído, empece a moverme mas rápido ella enterraba sus uñas en mi espalda, eso me excitaba, la penetraba mas fuerte y profundo, hasta que ella me enterró mas fuerte de lo normal sus uñas, así pude disfrutar su primer orgasmo, «no te detengas, sigue…» me decía, yo seguí durante un tiempo mas hasta que dije que ya me venia, ella me dijo que me viniera dentro de ella que no importaba pues estaba en sus días, no sé por que pero esto me excito mas, me vine dentro de ella, eso la hizo gemir más (después descubriría que fue por que sintió como mi semen salpicaba dentro de ella), terminamos cansados ella no hablo, solo se volteo, yo la abrace pues la experiencia me enseño que después del sexo las mujeres se sienten sucias, bajas y usadas, yo le dije cuanto la deseaba la acaricie, y le dije palabras bellas al oído, a lo cual ella solo dijo «Gracias», y me beso, nos dormimos abrasados.

Al despertarme pude ver como dormía, no sé si fue por la tremenda embestida pero la veía más bonita, al verla desnuda me excite de nuevo, pero esto me duro poco pues escuché a mi padre llegar, al ver mi reloj eran las 3 de la mañana, me levante y me puse mis shorts de nuevo al voltear pude ver como todas las sabanas estaban manchadas de sangre, sonreí, y baje a ver a mi padre:

-Vaya fiestesita, no?

-Futa! No tienes idea! –respondió- ya me voy a dormir te platico luego, Ok?

-Ok –respondí, y regresé al cuarto de visitas

«Creí que ya no regresarías», me dijo ella, me desnude de nuevo y me acosté, nos volvimos a besar, ella se volteó para ver el reloj del buró, cuando hizo esto pude ver sus nalgas, (embriagado por el sexo) las vi más voluminosas que antes, lo cual me impulsó a sobarlas, me miro sonriendo, le devolví la sonrisa, me acerque a ella y puse mi pene entre sus nalgas, me miro asustada, me ordeno que por «ahí» no, le dije que le iba a gustar, al ver que lo pensaba le di un beso apasionado, me levanté fui al baño y regresé con vaselina, «aun no he dicho que si» dijo ella, «pero tampoco que no» sonreí, me unté un poco de vaselina en mi dedo índice y empece a sobarle el ojete lentamente, su esfínter al parecer estaba mas emocionado que yo pues no dejaba de moverse, después de unos minutos para relajarla le introduje el índice, ella expulsó un pequeño grito y aprisionó mi dedo dentro de ella, le dije que se relajara y empecé a besarla mientras masturbaba su ano, después le metí dos dedos, pero por temor a que le doliera más le metí tres dedos, le embarre más vaselina a su ano y otro poco a mi pene, puse las almohadas debajo de sus caderas y empece a penetrarla lentamente por su ano, ella cerro los ojos al instante, «si te pones nerviosa te va a doler» dije, «no lo estarías tu?!» me dijo y reímos, empecé a empujarle mas, hasta que se la introduje toda, ella pegó un grito tan fuerte que temí que «despertara» a mi padre, le sobé las caderas y me incliné para besarla, todo esto sin sacarla para que se acostumbrara a mi pene dentro de ella, después de un rato empecé a bombearla lentamente ella dejó de gritar, para empezar a gemir, «mas, mas, duro, duro, mas, rápido» decía, no le di importancia a que se contradijera y empece a bombearla mas rápido, mis testículos golpeaban su vagina con cada embestida, ella no dejaba de apretujar sus senos, era tanta nuestra calentura que mientras la penetraba por el ano ella se masturbaba, seguimos así hasta que nos venimos juntos, muertos de cansancio nos tumbamos los dos junto a la cama, yo me levanté y me fui al baño a limpiarme, al mover la sabana vi que de su ano (exageradamente dilatado) salían gotas de mi semen, al regresar, Sarah, se estaba masturbando…

-No estas satisfecha?! -pregunté sorprendido

-No quiero perder el ritmo… –dijo sonriendo

-Lo siento, pero yo ya lo perdí –dije señalando mi miembro

-Eso no es problema, haré lo que vi en una película…

Al decir esto se acerco hacia mí gateando, me masturbaba mientras me chupaba el pene, yo me sentía en la gloria, no podía creerlo se me estaba parando, Sarah me jaló y me tumbó en la cama, le dije que se trepara sobre mí, y así lo hizo, le dije que sentara sobre mi pene, me miró sin saber por que el cambio tan repentino, y la verdad es que el penetrar la vagina de la mujer es más delicioso que cualquier cosa, le dije que se introdujera el pene dentro de su vagina, y que ahora ella era la que tenia el control, y así lo hizo, se movía como loca, se dejaba caer, se movía, inclinaba, retorcía, mientras ella disfrutaba yo le apretujaba sus senos, masturbaba su ano y metía mi lengua por su boca, en esta vez ella fue la que se vino primero, pero no paró, seguimos así hasta que nos dieron las 6 de la mañana, terminamos rendidos, y nos dormimos abrasados…

Después mi padre me revelaría que me fue a buscar a mi cuarto para darme un pedazo de pastel de su fiesta y que al descubrir mi «Fiesta» en el de visitas mejor me dejo en paz, desde entonces mi padre y yo nos llevamos mejor, ya no sigo con Sarah pues dejo de trabajar con nosotros, pero los 4 meses que estuvimos culeando juntos no me los quita nadie.