Paula se irá de vacaciones con Mariana y Ana, para reencontrar su amistad luego de lo sucedido.

Ana pasó a buscar a Paula en su camioneta, en un día de febrero. Para tomarse el finde semana largo en la costa para disfrutar de la playa.

Ana al llegar a casa de Paula tuvo que esperar que esta se despidiera de Gonzalo. Ana solo lo saludó por la ventana, sin querer establecer ninguna relación con este.

Gonzalo – bueno se portan bien eh – le decía en la vereda de su domicilio abrazado a ella

Paula – claro amor, no te preocupes –

Gonzalo – porque Ani no bajó a saludar –

Paula solo se dedicó a mirarlo, “ya entiendo” dijo el con una sonrisa malévola.

Ana – dale Pau, vamos. Que todavía hay que ir por mariana – apuro su amiga dentro de su camioneta

Paula – perdón, ahí ya estoy – le dijo cuándo se acercó a la ventana del acompañante. Y le dio otro beso a Gonzalo para luego subirse al vehículo de su amiga.

Se colocan el cinturón empezaron a ir en dirección al trabajo de Mariana, para luego pasar por la casa de ella a buscar su pertenecía y disfrutar de sus vacaciones. Pero al estar a una cuadran, Paula la llamó para que esté lista pero el teléfono no contestaba.

No es que le hubiera pasado algo o se hubiese olvidado. Es que simplemente no pudo terminar con un asunto laboral (bueno más que asusto era una aventura sexual con su compañero de trabajo, esto según sus pensamientos la haría relajar para el viaje)

Ana – y no contesta che –

Paula – No, a ver una vez más –

Mariana – aaaa si – finalmente contestó

Paula – mariana estas bien? –

Mariana – si estoy aaa terminando un informe ooohh espérenme abajo – y corto

Paula y Ana se miraron con complicidad adivinando lo que estaba sucediendo mientras estacionaban en el parking de la empresa donde prestaba las horas de trabajo de su amiga.

Mariana – dale papito que me tengo que ir – mientras en boca abajo de su escritorio con su camisa desprendida y su pollera hasta los tobillos.

Su compañero un tal Martín de 38 alto, morocho y corpulento con su torso desnudo y su pantalón desprendido la embestía penetrándola de manera incesante.

Martin – aaaahh toma aaaahh sabes las ganas que te tenía no? –

Mariana – si oooohhh me estoy dando cuenta – de pronto se sintió un plaf plaf plaf en las nalgas de mariana

Martin besaba su cuello y oreja a la vez que la despojaba de su camisa y desprendía su corpiño, dejando refleja en el cristal del escritorio sus grandes y hermosas tetas que a la vez era masajeadas y apretadas por el.

Mariana – ohh ¡Oooh,.. Síiiii… ¡Oooh!,.. Síiiii… ¡Oooh!,.. Síiii” –

Plaf plaf plaf los cachetes de sus nalgas sobre los muslos de su compañero, él le empujo la cabeza para que esta quede sobre el escritorio, su excitación y placer eran incontrolable. Hasta mariana levanto la `pierna derecha colocándola en el mismo

Mariana – oooooohhh oooooooooooooooohhhh uuuuuubbbbb aaaahhh siiiii dale papito dale –

Martin – oooooogggg tomaaaaaaa – plaf plaf plaf eran más rápidos y pegados al cuerpo piel a piel

Se despegan solo por momento en el cual ella (ya completamente desnuda) ahora se sienta en la silla de oficina abriendo sus piernas, donde él las toma por ambos lados abriéndola las más dejándolas en “V” (desnudo totalmente con miembros de 25 cm) la lleva hacia el mismo para volver a penetrarla y seguir dándole ritmo a su placer, nuevamente esa oficina inundadas de gemidos y placer (es obvio que ya no había casi nadie en el edificio)

Mariana – uuufff aaaaaaaoooooh si si si ooooohhhhggg –

Él apoya sus manos en apoya brazos y la pierna izquierda en el hombro plaf plaf plaf mmmmuuuacjk muack muack golpes producto de la penetración y besos producto de la excitación de un momento a otro los besos de Martin iban hacia sus tetas

Mariana – aaaaahhh aaaaaaaaaayyy jajajaj – Martin se pasó en morder su pezón

Martin – esas tetas ooojhhh son terribles ooojjjjhhh – sus labios entre ellos hasta se mordían al volver a besarse

Mientras Ana y Paula esperaba se percataron de algo: justo al mirar por los ventanales pudieron ver como el cuerpo de mariana se pegaba en los cristales

Ana – no, que zarpados. Mira si alguien se da cuenta –

Paula – mariana es una… – Ana la queda mirando esperando que termina

Paula – insaciable …. y media puta también jajjajaja –

Ana – jajjajaja media jjajaj –

Paula – bueno es nuestra amiga –

Mariana – aahahahah ahahahahah si dale más dale aaaahhhh – mientras volvía a agarrarle con fuerzas las tetas inclinada con su cara en el cristal

Luego de un rato ella se arrodillo y Martin comenzó a masturbarse sobre ella mientras mariana esperaba expectante.

Martin – aaaaaaahhhh aooooooo hh – y comenzaba a pajearse con más fuerza

Mariana – dale putito dame leche –

Martin – aaaaaaaaaaaooooohhhhh – y comenzó a salir un par de chorros blanco sobre las tetas de mariana

Luego de unos 10 minutos mariana se suben al vehículo de sus amigas en la parte de atrás

Mariana – bueno vamos – las tres rieron y marcharon a su destino. Luego de pasar por su casa, el camino continuo.

Viajaron toda la noche y entre charla para que viaje no se haga pesado, Paula converso de que las cosas van más o menos con Gonzalo. Solamente se lo contaba a Mariana ya que ella era la que conducía ahora.

Ana se dispuso a dormir un poco en el asciendo de atrás, mariana le decía que quizás con lo que paso a Gonzalo se le diera por ser infiel.

Mariana – y date cuenta que cuando él nos propuso coger para perdonarte de lo de pantera, lo hizo sin culpa, ósea lo pensó de una –

Paula – si la verdad que sí, pero bueno yo cuando tuve la oportunidad de coger con pantera, lo hice –

Mariana – bueno si, pero fue diferente vos nunca hubiese hecho algo así por el hecho de que no sos así. Pero lo curiosidad te mato –

Paula – jajajajajajj que decís –

Mariana – te pinto coger y lo hiciste, no tenes que tener culpa, él no la tuvo, cuando se acostó con nosotras –

Paula – si, pero estoy perseguida, es más se me engaña no me importa –

Mariana – entonces? –

Paula – no quería, pero por la carne fui débil –

Mariana – no quisiste hacer algo distinto y era la situación ideal. Sentir la adrenalina de hacer algo prohibido. Te excitaste y paso –

Paula – puede ser –

Mariana – mira no se Ana. ¿Pero por mí ya fue, además nunca volví ni volvería a buscar a Gonzalo, para la duda tuya es si Gonzalo sigue estando con alguna de nosotras? – de una manera muy seria

Paula – no nada que ver, aunque lo pensé pero no puedo pensar de ustedes pero con lo que paso –

Mariana – bien dicho ya paso – le toma la mano – no dudes de tus amigas fue una anécdota tómalo como eso –

Paula – si igual para sacarme la duda puse una cámara espía – haciendo una sonrisa

Mariana – que jajjajajaj??? – no lo podía creer

Paula – si lo hice –

mariana siguió conduciendo mientras movía la cabeza de un lado al otro como negando y no pudiendo creer lo que escuchaba

Llegaron a su destino, al amanecer. Era un cuadro mágico sacado de un sueño. La suave brisa marina, canto de las olas y la suave luz del sol emergiendo en el horizonte crean un ambiente de paz y serenidad que difícilmente se puede igualar. Con el vehículo estacionado en frente a la playa, las chicas decidieron darse un chapuzón dándose una propia bienvenida.

¿En una playa desierta como esta, para que tomarse el tiempo en ponerse bikini? Fue lo que se preguntaron las chicas y así mismo se respondieron que era mejor no esperar.

Mariana corriendo por la arena, se comenzó a sacar las sandalias si dejar de bajar el ritmo para luego detenerse en la orilla del mar donde sus pies comenzaban a mojarse para sacarse la remera y tirar hacia un costado para luego desabrocharse su pollera deslizándose hasta sus pies como también su corpiño que deslizaron sobre sus brazos luego de desabrocharlo.

A todo esto, Paula reía y filmaba el acontecimiento sentada desde el capo de la camioneta de su amiga Ana.

Ya en tanga solamente y con sus tetas al aire mariana disfrutaba del agua, Ana tomo la decisión de seguir a mariana y fue hacia medio de la playa. Comenzó a sacarse el enterito corto desabrochándose la parte de las mangas inclinándose hacia delante y bajándoselo de a poquito ya que era muy cedido al cuerpo revelando su hermoso orto entangado en negro que era una obra de arte de ahí las zapatillas como a la vez la remera, corpiño con sus tetas liberada para juntarse en mar con su amiga a la cual saltaban y disfrutaban como las olas frías golpeaban sus cuerpos

Mariana – dale veni ortiva – le gritaba a paula

Ana – dale que el agua esta hermosa –

Paula – bueno – así que se acercó con unas toallas para luego hacer una montañita con las ropas de sus amigas.

Se sacó las sandalias y la tira de su vestido rosa floreado corriendo las tiras de sus hombros a un lado bajándola de forma sensual como si fuera un striptease. A lo cual sus amigas también jugaban tocándose a tal modo que a Ana se les escapo darlo un pico (un beso corto) a Mariana.

Ya en tetas paula se juntó a sus amigas. se sumergían en el mar, riendo y jugando entre las olas. Sus cuerpos desnudos brillaban a la luz, jugaban y se divertían como niñas, niñas atrevidas

Luego se pusieron a tomar un poco de sol, hasta que Ana recordó que era mejor ponerse bronceador.

Paula – dale voy a buscarlo – y tapándose con una toalla se dirigía hacia la camioneta que al abrir la puerta la toalla cayo, sin importarle se inclinó a buscar en su bolso el bronceador dejando su cola en pompa (tardo en encontrarlo). Al darse vuelta vio que sus amigas a la lejanía estaban acompañadas por 2 muchachos.

Se tapó sus tetas con las manos para luego cubrirse con la toalla e ir nuevamente con ellas pudo distinguir a los sujetos: uno era un sujeto calvo musculoso caucásico con un bañador rosa y sin remera, delgado pero fibroso con ojos celestes.

El otro era un morocho de descendencia africana con pelo largo hasta la cintura musculoso con bañador blanco

Mariana – mira pau tenemos admiradores – refiriéndose a los chicos al llegar Paula con ellos, sus tetas estaban descubiertas aun excepto las de Ana ellas si la tenía tapadas

Ana – mirones diría yo –

Ciro – no, nada que ver. Solo caminábamos con rafa y justo las vimos. Pero no queremos incomodar – dijo el pelado

Paula – y los admiradores tienen nombres – la escena era la playa ya media mañana con un sol radiante Mariana con las tetas al aire y Ana recostadas tapada. Paula parada y un costado los chicos

Ciro – sí, mi nombre es Ciro. Un placer – dijo estrechando la mano, lo cual fue respondido por las chicas

Mariana – y vos negro, tu nombre? –

Rafael – y del ustedes? Rubia – con sarcasmo dijo el moreno

Mariana – tenes la lengua larga parece –

Rafael – y otra cosa también – guiñando el ojo derecho

Ciro – mi amigo se llama Rafael – dijo colocándose sobre su amigo

Ana – bueno yo soy Ana, sos un poquito desubicada rafa – directamente al el

Ciro – un gusto ana –

Mariana – yo soy mariana y mi amiga es paula – señalándola

Ciro – encantados –

Mariana – me imagino que encantados con lo que vieron –

Rafael – bueno si se ponen en bolas en la playa no crea que nadie las puede ver –

Mariana – a ver ponete en bolas vos, asi estamos a mano –

Ana – mariana!!! – dijo regañándola

Rafael – bueno si eso queres – tomándose los costados del bañador, disponiéndose a bajárselo

Paula – ella está bromeando, no es cierto Marian? – mirándola directamente

Ciro – claro el también –

Rafael – tal cual, ya que estamos, quieren que la ayudemos en algo – mirando el pote del bronceador

Paula – si te referís a pasarnos el bronceador, desde ya te dijo que no; podemos hacerlo solas – con una sonrisa pícara-

Rafael – pero mira mis manos, se un segundo te bronceo toda – mostrando sus gigantescas manos aludiendo de ellas

mariana – suena interesante, pero pasamos, bombones –

Ciro – bueno que no llamen así, ya nos damos por ganados, buenos no las molestamos más chicas. gracias –

Rafael- bueno, pero podemos refrescarnos o hacer algo? –

Ana- no, está bien pueden seguir su camino-

Rafael- bueno ustedes se lo pierden- ahora aludiendo sus músculos

Ciro – bueno nos vemos después –

Al retirarse las chicas hicieron comentarios sobre ellos, como los músculos, Ana noto que podían tener buenos miembros, etc.

A paula le pareció interesante Ciro, y a sus amigas el negro rafa como lo apodaron.

El aire salado parecía impregnado de una energía vibrante, y el oleaje susurraba secretos entre las olas. Las tres amigas habían decidido que era el momento ideal para broncearse, así que sacaron un frasco de bronceador que relucía bajo la luz solar. Mariana, con una sonrisa traviesa, tomó la iniciativa. “Chicas, ¡es hora de broncearse!” dijo mientras untaba una generosa cantidad de crema en su piel dorada. La sensación de los dedos deslizándose suavemente sobre su abdomen le causaba un escalofrío placentero. Sin pensarlo dos veces, le pasó el frasco a Paula.

—Ahora te toca a vos —dijo Mariana, mientras Paula sonreía pícara, dándose cuenta de lo que estaba a punto de suceder. Se giró, dejando al descubierto su espalda suave y bronceada, y sintió los dedos de Mariana aplicando el bronceador. Cada toque era una mezcla de cuidado y sensualidad, haciendo que su piel ardiera no solo por el sol, sino por la energía que las rodeaba. Ana, viendo el juego que se desarrollaba, se acercó y propuso: “Dejemos que todas nos ayudemos”. Con esas palabras, la atmósfera cambió. El frasco de bronceador se convirtió en un objeto de deseo compartido. Ana empezó a aplicar el bronceador en los hombros de Paula, mientras Mariana giraba para ofrecer su espalda. Sus manos se deslizaban suavemente, dejando una estela brillante en su piel. Las risas y miradas cómplices llenaban el aire; cada roce era un juego de seducción involuntario

Continuará….