Capítulo 6
Venancio el viejo tendero VI
Ya era domingo, y desde el jueves pasado; el día de la orgía en el bar, no había vuelto a ser follado por Venancio, ni por nadie más. Estaba escuchando el partido de fútbol, cuando entraron en el bar la pandilla de chavales del jueves, con los que venía Luca, el jovencito con el que habíamos tenido la orgía, y nos había grabado con el teléfono. Al principio no le había dado mayor importancia a lo de la grabación, pero al día siguiente, después de recapacitar, no estaba muy tranquilo. ¿para que quería aquella grabación? No fuera a ocurrírsele publicarla en las redes. Ya se lo había comentado al Camarero Marcos, y me había dicho que no me preocupara, que solo la quería para uso particular.
Aquello seguía sin terminar de convencer, pero ya no se podía hacer nada, a lo hecho pecho. Le había dicho a Marcos, que cuando se volviera a poner en contacto con Luca, le comentara lo de la grabación; no se le fuera a ocurrir publicar en las redes.
Después de que Marcos sirviera a la pandilla de chavales, Luca vino a saludarme. Hola, soy Luca, ¿te acuerdas de mí? Me dijo.
Sí, le contesté. Ya me he dado cuenta cuando habéis entrado en el bar, que es la pandilla con la que estabas el jueves, y ya reconocí tu voz cuando entrasteis.
Me ha comentado Marcos, que estabas preocupado por la grabación del otro día.
Sí le contesté. Al principio no le di mayor importancia, pero luego… No me gustaría que la fueses a publicar por las redes.
Espera que voy a buscar la copa y te cuento.
Fue por la copa, y volvió con ella en la mano, sentándose a mi lado.
No te molesta que me siente junto a ti, ¿verdad?
Claro que no, le contesté.
La grabación, solo la tengo yo. La tengo para verla y hacerme unas pajas. No tenía pensado publicarla. Además, si lo hiciera, primero os pediría permiso, y antes de publicarla, la editaría y distorsionaría las caras, para que no se pudieran reconocer.
Bueno eso ya me tranquiliza un poco. Pero me gustaría tener una copia. Si puedes me la envías por correo, o si tienes WhatsApp, también me vale.
Me pidió el correo, y el número de teléfono para hacerme una perdida, y lo agregara a los contactos. No sin antes preguntarme como hacía para leer el correo o los chats, de WhatsApp, y como hacíamos los ciegos, si teníamos un teléfono especial, y como usábamos el ordenador.
Le estuve explicando cómo usábamos el ordenador, luego saqué mi iPhone, le expliqué, y después de hacerle una demostración, se lo pasé a él, para que pudiera verlo y usarlo.
Como puedes ver, solo tengo que activar la accesibilidad; en mi caso solo VoiceOver, luego usar los gestos para navegar. Los que ven, para abrir una aplicación, la tocan con un dedo, nosotros, cuando tocamos con el dedo, nos dice el nombre de la aplicación, y fija el foco en ella, luego si la quiero abrir, damos 2 toques con el dedo; es como si llamaras a la puerta para que se abra. Los demás gestos pues es similar, en lugar de usar un solo dedo, usamos 2, 3, o 4 dedos, todo depende del gesto que tengamos que hacer. Por ejemplo, le dije: Si deslizo 3 dedos a la izquierda, avanzo una página o pantalla, si lo hago a la derecha, pues retrocedo; es como pasar hojas a un libro, pero en lugar de usar un dedo, usamos 3.
Si los 3 dedos los deslizo abajo, pues según donde nos encontremos, deslizo un documento arriba o abajo, o si estamos en la pantalla principal, pues activamos el buscador. Si en lugar de 3 dedos deslizamos 2, pues nos lee desde donde se encuentra el cursor, hasta el final, si los deslizamos arriba, pues nos lee todo, pero desde el principio.
Luego si toco la pantalla con 2 dedos, pues para de hablar, si vuelvo a tocar, se reanuda el habla.
También el gesto de los 2 dedos sirve para contestar una llamada, cortar la llamada, poner en pausa una grabación, o reanudarla.
¿Pero esto es igual en todos los teléfonos? Me dijo.
No, es parecido, le contesté. Esto es en los iPhone, en teléfonos con Android, por ejemplo, los gestos son parecidos, pero no son los mismos. El programa de accesibilidad en Android, que usamos se llama Talkback, bueno hay otros, pero ese es el nativo de Google, o sea del sistema operativo Android.
¿Y porque no usan los mismos gestos?
Problemas de las marcas y temas de patentes, le contesté.
Llevábamos ya un buen rato hablando del tema; era algo que a mí me encantaba, y él sentía curiosidad; cuando se acercó uno de los compañeros de Luca, y le preguntó, si se iba a quedar, o se iba marchar con ellos; nosotros nos vamos para casa, le dijo; no, yo me quedo un rato más, mañana cuando me levante, te doy un toque y quedamos.
El amigo se fue junto a los otros, y nosotros seguimos con el tema de los teléfonos e informática.
En un determinado momento, Luca puso una mano sobre mi pierna, y cuando me percaté de ello, ya me estaba sobando la polla y huevos.
¡Joder! Le dije, me vas a poner cachondo, y además aquí nos pueden ver.
Tranquilo, no nos ve nadie. Tengo ganas de follarte, me dijo.
Pues aquí ahora va a ser difícil, le contesté.
Puedes esperar un poco, a ver si viene el viejo Venancio, y vamos a su casa.
Bueno, a ver si no se me hace muy tarde, mañana es lunes, y aunque no tengo que madrugar, tengo cosas que hacer.
Pedimos otras copas, y seguimos con el tema de los teléfonos e informática. Terminó por pasarme el vídeo que había grabado, por WhatsApp, y agregamos nuestros correos electrónicos.
Tengo que ir al servicio le dije, me estoy meando, y no aguanto más. Me levanté, y entré en los servicios. Cuando entré, no había nadie, pero al poco de estar meando, se abrió la puerta, y el que entraba era Luca. Yo también tengo que mear, dijo. Pasó por detrás mía hacia el Wáter, y al pasar me acarició el culo con una mano, luego se arrimó restregándome su paquete, mira cómo estoy de empalmado, me decía echando una mano a mi polla; quiero follarte hoy, estoy que reviento de ganas, me susurró al oído mientras me acariciaba los huevos y se restregaba por mi culo.
Terminé de mear, y Luca seguía acariciándome y mordiendo la oreja. Para que puede entrar alguien, le dije.
Ven, me dijo mientras me empujaba al Wáter, y después de entrar los 2 en el Wáter, cerrar la puerta.
¡Hostia Luca, que nos pueden ver, le dije! Espera que me estoy meando. después de levantar las tapaderas, se escuchaba el sonido de la meada. Mientras tanto yo terminaba de abrocharme el pantalón.
Al terminar de mear, se giró hacia mí, me abrazó fuertemente, se abalanzó sobre mi boca, empezando a morrearme.
Mordía mis labios, saboreaba con su lengua, y como si fuera el fin del mundo, empezó a bajarme los pantalones. Me desabrochó el cinturón, desabotonó el pantalón, y de un tirón, me lo bajó junto al slip, a los tobillos.
¡Me muero de ganas por darte de nuevo por el culo, estoy que reviento!
Le bajé los pantalones y el tanga que traía puesto, y se los llevé hasta los tobillos. Una vez hecho, la polla había quedado a mi altura, así que, sin más demoras, la agarré con mi mano, y la llevé a la boca. Nada más chuparla, me percaté de que terminaba de mear, y todavía la tenía mojada, y con olor y sabor a la meada. Pero bueno, ya la tenía dentro de la boca, así que seguí chupando.
Luca, gemía, jadeaba y empujaba mi cabeza para que metiera más adentro su polla. Chúpala,
Chúpala toda, ¡ooooooohhhhh, que gusto, ummmmm!
Después de saborear y chupar bien aquella joven polla, me puse de pie, dejando que Luca me diera la vuelta, y apoyando las manos sobre la pared, le di el culo para que lo tuviera a su entera disposición.
Colocó su polla en la entrada a mi ano, me sujetó con sus manos por las caderas, y empezó a empujar la polla, hasta que empezó a entrar en mi culo.
¡Uffffff! Ya la había metido. Colocaba sus pies para pegarse más a mí, notaba sus pelos púbicos pegaditos a mi culo, y como suspiraba Luca de placer al meter la polla dentro de mi culo.
Luca, jadeaba y arremetía su polla con todas las ganas, ¡oooooooohhhhhh! Que ganas tenía, tenía ganas de meterte la polla en este culo, ¡ooooooohhhhhh! Nada más llegar y verte, ya se me puso la polla tiesa a más no poder. ¡Hostia que culito más bueno tienes! Y no paraba de culearme, cada vez iba a mayor velocidad, era como un toro envistiendo.
Yo estaba que me caía la baba de tanto gusto que estaba sintiendo. Notaba como la polla de Luca me rozaba la próstata, y metía y sacaba tan rápido su polla en mi culo, que el rocé que me estaba dando, me hacía morder los labios por el gusto que me daba y el placer que me hacía sentir, ¡ooooooohhhhh! Que gusto me estaba dando.
No podía más, si aquello no terminaba pronto, iba terminar con los labios ensangrentados por tanto morderlos. Era la única manera que tenía de aguantar los gemidos, y me los estaba destrozando.
La polla no paraba de gotearme semen y Luca no dejaba de meter y sacar su polla en mi culo, aquello era maravilloso, era como un sueño, ojalá que nunca terminará.
Si alguien llega a entrar en los aseos, se hubiese dado cuenta de lo que estaba pasando, pues el sonido al golpear su pelvis y huevos en mi culo se escuchaba perfectamente. Pero poco nos hubiese importado, ya que, en esos momentos, solo estábamos sumergidos en el placer que estábamos sintiendo. En esos momentos, estábamos en otro mundo.
Luca empezó a clavarme más fuerte los dedos en las caderas, y a jadear más fuerte, hasta que empezó a correrse, ¡aaaaaaahhhhhh! Me corro, ¡aaaaaahhhhh! Me corro, ¡aaaaahhhhhh!
Cuando terminó de eyacular, y haberlo hecho dentro de mi culo, me dio la vuelta, besó mis labios, y me decía, asido maravilloso, tienes un culo que me encanta.
¡Pero tú no te has corrido! Me dijo, al verme subir los pantalones y slip. No, le dije, pero no importa, espero poder hacerlo más tarde.
¿Qué has, quedado con alguien?
No, pero seguramente que Venancio, hoy quiere darme por el culo.
¿Venancio, quien es, el viejo del otro día?
Sí, le contesté.
¡Joder, menudo pollón que se gasta el cabrón del viejo! Me tiene hechizado esa polla que se gasta, tengo ganas de que me vuelva abrir el culo con esa tranca. Se sentía muy rico el otro día cuando me metió esa polla en el culo.
Tenemos que quedar un día para follar, y que me vuelva abrir el culo con esa polla.
Pues no creo que tarde mucho en llegar, y puedes hablar con él, y quedar un día.
Ya nos habíamos vestido, y salíamos de los aseos, volviendo a ocupar la mesa donde estábamos sentados. Nada más sentarnos, entraba por la puerta el viejo Venancio. Nos saludó, y pidió permiso para sentarse en la mesa con nosotros.
El viejo Venancio pidió de beber, y nos invitó a otras copas. Nos sirvieron, estuvimos hablando un buen rato, hasta que salió lo de que Luca, quería volver tener la polla del viejo en su culo.
No hay problema, dijo Venancio, si queréis, cuando terminemos aquí, vamos a mi casa.
Pues por mí, no hay problema, dijo Luca. Como queráis, les contesté, pero vamos a terminar las copas con tranquilidad.
Una vez terminamos de beber, pagamos, salimos y nos fuimos para la casa del viejo Venancio.
Cuando llegamos a la tienda casa del viejo Venancio, iban dar las 12 de la noche. Nos abrió la puerta, y nos llevó para la cocina que había en el fondo. Vamos a tomar unas cervezas primero, para irnos poniendo en situación.
Mientras nos sentábamos en el banco, Venancio fue a la nevera, y sacó 3 botes de cerveza. No hacen falta vasos, verdad, nos dijo mientras nos daba una a cada uno. No le contestamos ambos a la vez.
Abrimos los botes de cerveza, y mientras íbamos bebiendo, Luca y yo, nos empezamos a meter mano; me estaba besando y mordiendo los labios, a la vez que me empezaba a desabrochar el cinturón; como Luca quedaba en el medio de los 2, el viejo Venancio, no se hizo esperar, y empezaba a desvestir a Luca. Primero empezó por sacarle la camiseta que traía, luego mientras yo le mordía los pezones, sacó mi camiseta, luego terminó de bajarme el pantalón y slip, y mientras Venancio, hacía lo mismo con el pantalón de Luca.
Cuando vio el tanga que llevaba, acariciando su culito, me decía, ¡ay princesa, tienes que usar unas tanguitas de estas! ¡Uffffffff! Cómo me ponen estas tanguitas, decía mientras tiraba de ellas para sacárselas.
Luca y yo, ya estábamos en pelota picada, solo faltaba el viejo Venancio, y eso no tardó en suceder. Luca se giró dándome la espalda, y comenzó a sacarle el pantalón a Venancio. Mientras Luca iba desvistiendo a Venancio, yo le iba mordiendo por la espalda a la vez que jugaba con su polla.
Cuando terminó de sacarle la ropa a Venancio, agarró su polla llevándola a la boca. Venancio dio un suspiro, y echó mano a la cabeza de Luca, marcándole el ritmo.
Mientras tanto, yo me encargaba de la polla y huevos de Luca, e ir abriendo con mis dedos su precioso ano.
Llevábamos ya un rato jugando, cuando Venancio dijo que esperáramos un momento, que iba por el lubricante que había comprado, y por un juguetito que había comprado para mí.
Subió a la habitación, y cuando bajó con el lubricante y juguetito, nosotros seguíamos en la misma posición, Luca de rodillas en el banco, y yo metiendo un dedito en su ano, y acariciando su polla y mordiendo sus cachetes y espalda.
Luca ya gemía y jadeaba pidiendo más, ¡ooooohhhhhh! Me gusta, así, así, méteme otro dedo, me pedía.
Venancio me pasó el lubricante, diciéndome, toma úntale un poco de lubricante mientras él me va mamando la polla. Me pasó el lubricante, y dejó en la mesa el juguetito.
Luca se volvió a apoderar de la polla del viejo, chupando y saboreando cómo si fuera un glotón insaciable, mientras yo iba untando su ano con el lubricante, y ahora metiendo 2 y hasta 3 dedos en su culo.
Los gemidos y jadeos de Luca cada vez eran mayores, y ahora pedía que le metiera la polla en el culo. Quiero que me metas la polla, le decía a Venancio, ¡ábreme el culo con esta polla, y destrózamelo!
Venancio sacó la polla de la boca, y le ordenó ponerse de rodillas en el banco, pero dándole el culo a él, y la cara a mí.
Luca se colocó rápidamente y mientras se apoyaba la cara en mi regazo, Venancio, le iba metiendo la polla por el culo.
¡Ufffffff! Suspiraba Luca, y gemía al notar como le entraba toda la polla del viejo Venancio, ¡oooooohhhhhh! Me dio un mordisco en la pierna y gritaba de gusto al notar como lo iba taladrando aquel pollón del viejo, ¡aaaaaahhhhh! ¡aaaaaahhhhh! Gritaba Luca mientras estaba siendo culeado por el viejo Venancio.
Buscó mi polla con su boca, llevándola a la boca, y empezando a chuparla como un desesperado.
Ya llevábamos un buen rato follando en el banco, y los jadeos y gemidos no paraban de oírse cuando Venancio gritaba que se corría, ¡oooooohhhh! Ya, Ya me voy a correr, ¡oooooohhhhh! Me corro, me corro. Y dando unas fuertes culeadas al culito de Luca, descargó su semen en el culo de Luca.
Luca gemía y lloraba de placer, y ahora se apoderaba de mi boca, y mordía los labios, los chupaba, para al final meterme su lengua y dejarme los labios abrasados por el ímpetu de sus mordiscos y chupadas.
Después de recuperar la respiración, nos volvimos a acomodar en el banco, y seguir bebiendo de la cerveza que aún teníamos. Como Luca seguía teniendo un empalme de campeonato, yo después de jugar con su polla, me acurruqué en su regazo, empezando a mamar y lamer su polla y huevos.
Pero Venancio no quería dejarnos que nos enfriáramos, y nos mandó salir del banco, se sentó en la mesa, y agarrando mi cabeza me hizo agachar para que metiera la polla en su boca, y mientras se la iba chupando, Luca me volvía a dar por el culo esa noche.
Tan pronto estuve en posición empecé a chupar la polla de Venancio, mientras Luca iba introduciendo su polla en mi ano, ¡uffffff! Ya me la había metido toda, y empezaba a mover su pelvis a todo ritmo. Plas, plas plas, se escuchaba al pegar la pelvis y huevos de Luca en mi culito, ¡oooooohhhhh! Aquello era maravilloso, ¡oooooohhhhh, ummmmm!
Era más que maravilloso, era una delicia que no quería que se terminara nunca.
Así, princesita, así, chupa mi amor, que luego tu papi te va a dar un regalito.
Luca ya me culeaba como un toro salvaje, y las envestidas presagiaban una eminente eyaculación. Y de repente, empezó a jadear más fuerte, a la vez que explotaba soltando su esperma en mi culito, ¡ooooooohhhhhhh! Me corro, me corro, ¡ooooooohhhh!
Quedó Luca pegado con su vello púbico y huevos a mi culo, sudando y a la vez apoyando su cara en mi espalda, mientras su polla terminaba de soltar el semen que le quedaba.
No puedo más, decía Luca. Ha sido maravilloso, pero estoy agotado.
Poco a poco la polla de Luca fue saliendo de mi culo, pero yo seguía chupando la polla del viejo Venancio.
Toma le dijo Venancio, a Luca, méteselo a mi princesita en el culo, que quiero que disfrute de su regalito mientras me sigue chupando la polla.
Luca agarró aquel juguetito con su mano, y fue introduciendo aquel consolador en mi culito.
Al notar aquello entrar en mi culo, me estremecí y le pregunté que era. Es un consolador especial para el ano, que te va a masajear la próstata, y te va a hacer delirar de gusto, me dijo Venancio.
Me tuvieron con esa tortura por lo menos durante 10 minutos, y mi pobre polla no paraba de chorrear semen.
Cuando se cansaron de verme sufrir y llorar de placer, me sacaron aquel torturador del culo, y Venancio abrazándome para que no cayera al suelo, me subió a la mesa, me puso boca arriba, cogió mis piernas llevándolas a sus hombros, y me fue metiendo su tremenda polla que ya estaba lista para un nuevo combate, en el culo, ¡ooooooohhhhhhh! Volví a gemir, ¡oooooooooohhhhhh! Aquello iba a acabar conmigo. Sino acababa pronto, iba caer desmallado, pero desmallado por estar sintiendo tanto placer.
Luca jugaba con mi polla, luego se apoderó de mis labios hasta dejarlos hinchados y colorados a más no poder, terminando por subirse a aquella mesa, y colocando sus huevos y polla sobre mi cara, se apoderó de mi polla, empezando a chupar, hasta que ambos acabaron conmigo. Yo tenía la polla flácida de Luca en mi boca y chupaba como si fuera un biberón, mientras Luca hizo que me corriera en su boca, y el viejo Venancio, me derramaba su leche en el fondo de mi culito, ¡oooooooohhhhhhh! Princesita, me corro, me corro, ¡oooooooohhhhhh! Eres maravillosa princesita, ¡ooooooohhhhhh! Amorcito mío, me corro, me corro.
Una vez repuestos, y recuperado el aliento, volvimos a beber unas cervezas, terminamos por vestirnos, y marchar cada uno para su casa. Tanto Luca, como yo, llevábamos el culito bien abierto, el culito lleno de semen, y las piernas que aún nos temblaban.
Pero íbamos tremendamente felices.
Luca me acompañó hasta mi portal, allí nos despedimos con un largo beso y saboreando nuestras lenguas, mi mano estrujando su polla, y la suya sobando mi culito.