Una sesión de gimnasia se trasforma en una buena sesión de sexo

Yo no me considero homosexual, de hecho tenía novia desde hacía 3 años cuando sucedió este hecho. 

Ya desde la adolescencia me había atraído un amigo mío y más concretamente su polla. 

Aprovechaba cualquier oportunidad para intentar vérsela y a mí también me gustaba exhibirme para que él me la viera. 

Yo estoy operado de fimosis, por lo que siempre la tengo descapullada. Esto a veces nos llevó a tener conversaciones sobre nuestras pollas, lo que a mí excitaba muchísimo. Pero él tenía un miembro excepcional. 

Un día hablando de tamaños, me dijo que le medía 19 centímetros. Yo le conteste que la mía 14, que no está mal. Pero él me dijo que para tenerla descapullada era poco, pero bueno. 

Cuando el cumplió 18 años tenía novia, yo tampoco tarde en empezar con una chica, y así nos fuimos distanciando un poco. 

Quedábamos de vez en cuando pero no era lo mismo. Cuando yo tenía 22 años, me le encontré un día de fiesta. Estuvimos hablando de que tal nos iba la vida y esas cosas. 

Él lo había dejado con su novia después de 4 años. Después de un rato decidimos quedar un día para jugar un frontón. El miércoles llegamos al frontón, nos metimos en nuestro vestuario. 

El hecho de volver a ver como se cambiaba me produjo una gran excitación y me trajo a la cabeza viejos recuerdos. Y cuando se quitó el slip para ponerse un pantalón de neopreno de esos adelgazantes volví a contemplar ese precioso miembro que seguía igual que como lo recordaba. Teníamos cogida la pista para una hora. Pero él a los 35 minutos le dio un tirón en los cuádriceps, o eso pensaba yo en esos momentos. 

Fuimos a nuestro vestuario. Una vez allí yo me empecé a desnudar para ir a la ducha. Como hacía años, yo primero me desnudaba completamente y luego sin prisa buscaba la toalla y el champú y así podía lucirme un poco. Él también se había desnudado y se empezó a frotar un poco la pierna por donde presumiblemente le dolía. Yo me estaba empezando a calentar por lo que me metí en la ducha y la di que saliera un poco fría para calmarme un poco. Salí y empecé a secarme fuera, poco a poco acariciándome, perdón secándome casi enfrente de él. 

Creo que por una vez le estaba empezando a excitar yo a él. La ducha no tenía cortina ni nada, y al verle como se enjabonaba y frotaba su cuerpo me hizo empalmar. Por lo que enrolle la toalla. Cuando salió de la ducha se secó y yo mientras le observaba como se secaba su cuerpo y su enorme polla. Sin vestirse, puso la toalla sobre el banco y me pidió que le diera un pequeño masaje en la zona dañada con una crema que traía para los tirones. 

Era una crema muy grasienta que resbalaba bien por la piel. Yo cogí y empecé a frotarle su pierna. Enseguida me volví a empalmar al verle tumbado boca abajo completamente desnudo y con ese culo que tantas veces había querido tocar. Así que no lo pude evitar y comencé a subir con la mano y a frotarle también el glúteo. 

De vez en cuando se me escapaba un poco la mano y algún dedo rozaba y se metía por la línea del culo. Hasta que en una de esas veces, le debí producir algo placer ya que dio un pequeño gemido. Así yo me quite la toalla y la tire al suelo de forma que él pudiera verla caer, y así saber que yo me había desnudado. Mientras le frotaba con una mano con la otra me estaba, masturbando. 

A estas alturas ya me da igual lo que pensara de mí. Era una oportunidad única y no lo podía dejar pasar. La excitación provoco que no tardara ni un minuto en correrme cayendo todo mi semen sobre su cuerpo. Él se había dado cuenta. Y se levantó y vi como él estaba completamente empalmado. – ¿Qué has hecho pájaro? 

– Correrme sobre tu cuerpo. 

Y ahora ven que tú te vas a correr en mi boca Así él se acercó y comencé a tragarme esos 19 cm. En mi boca. Había deseado hacer esto durante mucho tiempo. Me la metía, la volvía sacar y se la lamía entera como un caramelo, me metía sus huevos, chupaba y lamía su puntita, los líquidos que iba emanando, la lamía una y otra vez y le comía sus huevos, subía hasta su ombligo lamiendo todos los pelos que había a su alrededor. El no paraba de gemir. Se la seguí chupando y a la vez empecé a jugar con los dedos por su culo. Introduciendo uno poco a poco a la vez que le lamía su precioso capullo. 

No tardo en correrse dentro de mi boca a la vez que yo ya le metía dos dedos por el culo, me trague todo su semen y lamí también lo que le quedaba por la polla, me levante y le bese pasándole así algo de su semen a su boca lo que le gusto. 

Yo estaba como una moto y él tenía ya el culo un poco abierto por lo que le dije que se pusiera en cuatro patas. Me agarre la polla y la fui a cercando a su preciosa cueva. Le iba penetrando poco a poco pero parecía que le dolía mucho, así que me la saque me escupí bien la mano y me frote con esa mano la polla lo que la hacía que penetrara mejor. 

Ahora casi no hubo problemas y pronto el dolor inicial se le transformo en un gran placer. A la vez que yo le penetraba él se estaba, masturbando. Estaba disfrutando mucho, era un polvo maravilloso. Él se corrió antes que yo, mientras se corría el apretó el culo lo me hizo disfrutar más y correrme en su interior enseguida expulsando todo mi esperma en su interior. Después estábamos exhaustos y nos tumbamos en el suelo hablando sobre lo que había pasado, hasta que decidió que lo mejor era ir a su casa porque se encontraba solo y teníamos toda la tarde para los dos. 

Me agarro y me dio un beso en la boca. Ya en su casa estaba deseando ser penetrado por su preciosa y grandiosa polla. Su beso fue bajando. Empezó a comerme y lamerme una oreja lo que me estaba poniendo como una moto. Mientras él lamía mi oreja yo le iba desatando el pantalón para empezar a sacar su polla, enseguida comencé a masturbarle. Pero pronto me corto porque él empezó a bajar y a desabrocharme la camisa para seguir lamiendo mi pecho. Se detuvo en mis pezones lamiéndoles como si a una mujer se lo estuviera haciendo. Mientras llegaba a mi ombligo empezó a desatarme el pantalón y a bajarme el calzoncillo. 

Mí polla salió grande y gorda y él ya se la dirigía hacia su boca. Pero antes de empezar a chupármela, se dedicó a lamerla y meterse mis huevos en la boca. Las pequeñas gotas de líquido preseminal que salía las cogió con un dedo e hizo que empezara a lamerlo. Me estaba chupando mis propios fluidos. Pero pronto se bajó otra vez y ahora ya si empezó a chupármela, primero empezó suavemente, pero al oír mis primeros gemidos acelero los movimientos a la vez que con su mano empezaba a pasarla cerca de mi culo, y a introducir un dedo. Al introducir ese dedo, me hizo sentir en el cielo y le hice saber que pronto me iba a venir. 

Al decirle esto me cogió por el culo y me apretó hacia él. Así me vine en su boca. No se podía tragar todo y le caían estos alrededor de la boca. Al levantarse nos besamos y yo lamía los pequeños restos que quedaban alrededor de su boca. Ya había dilatado algo mi culo y después de ponerme a cuatro patas me metió de nuevo 2 dedos para luego coger su minga y empezar a metérmela poco a poco, con cuidado, para intentar hacerme el menor daño posible. Una vez que mi culo ya se había adaptado a su miembro él empezó a acelerar los movimientos y ya notaba como sus huevos chocaban contra mis glúteos y eso me volvía loco y provoco de nuevo otra erección en mí. Siempre había deseado tener esa polla dentro de mí y ahora por fin la estaba teniendo y me volvía loco. 

Él aceleró más los movimientos y gemía cada vez más, no iba a tardar en correrse y empezó a venirse dentro de mí y yo apreté mis glúteos para hacerle sentir mejor todavía. 

Ahora yo quería penetrarle a él, se tumbó en el suelo y levanto sus piernas, después de lamerme un dedo se lo metí, luego acerque mi lengua para empezar a lamerle el culo, ya le estaba metiendo dos dedos y mi polla estaba con unas ganas tremendas así que no me demore más y sin pensar en el daño que le iba a hacer se la introduje de repente. 

Pero una vez que su culo se adaptó, el ya gemía de placer al igual que yo. Al ver como mis huevos chocaban contra su cuerpo mi excite más aun y me corrí dentro de su interior. 

Después de ducharme y de besarnos me fui. 

Ahora cuando quiero engañar a mi novia no recurro a una mujer y él tampoco.