Una entrevista de trabajo se convierte en una estimación de hombría
Cuando comencé en aquella puta empresa no sabía bien dónde entraba pero fue lo mejor que pude encontrar.
Tenía 30 años, un cuerpo bastante cojonudo, el trabajo duro había puesto mis musculos en tension continua si bien una seguida colección de mala suerte, hombres y alcohol me dejó casi en la calle y sin dinero.
De casualidad vi el jodido anuncio se necesitan camioneros y allí me fui.
Vaqueros desgastados, camisa a cuadros casi abierta dejaba ver mi pecho peludo y mi paquete bien abultado.
Cojones 40 grados me hacían sudar como un cabrón pero llegue al almacén.
En la puerta bien aparcados estaban diez camiones Mack impresionantes (quizás lo que más cachondo después de un tío peludo). Aquellas máquinas brillaban al sol y 800cv estaban durmiendo en su interior.
Pregunte por el encargado y me mandaron a una mugrienta oficina. entre sin llamar y aquel jodido capullo me miró de arriba abajo.
Sentado en su silla me pregunto quién cojones era yo, su mandíbula cuadrada se tensó esperando la respuesta.
Me acomode en la silla ajustandome el paquete, trago saliva y hable:
-Denver, y vengo por el empleo, (mis seis años en los marines me habían dejado algo más que músculos la mecánica y llevar una máquina de 20 metros en adelante no tienen secretos para mi). tenia esas referencias y se las entregue.
Levantó la ceja y estudio mis informes mientras yo le estudiaba a él en la oficina tenia aire acondicionado, así que se permitía el lujo de llevar corbata y chaqueta mire y note que no estaba mal, cuello poderoso y atractivo pasaba los cuarenta.
Manos grandes y mirada intensa algo tocho debajo de la chaqueta y con la sombra de barba le hacían por lo menos digno de veinte centímetros.
Y esos estaban en ebullición debajo de mis vaqueros.
Termino de leer y me dijo que los informes no estaban mal pero que necesitaba algo más de mi para darme el puesto.
Pensé este se está ganando una partida de culo en toda regla.
Se acercó hasta la puerta y puso el cartel de reunido, no era el primero que pasaba por allí y aunque tenia ganas de follarmelo el queria follarme a mi.
Yo seguía sentado y me empecé a empalmar.
Bajo su pantalón ancho se adivinaba un buen bulto y se acercó a mí de pie como estaba me dijo:
– demuestra que necesitas el puesto
Y se bajó la cremallera un buen rabo salió apuntando directo a mi boca quizás dieciocho cm y ya un poco babeantes y yo con ganas de fiesta le agarre el culo y lo atraje hacia mí metiéndome ese rabo hasta la garganta. (que cojones soy un maestro en muchas cosas y mamar es una de ellas)
El cabrón tenso el cuerpo mientras le sorbía todo ese rabo empecé a entrarlo y sacarlo a buen ritmo cogiendole bien con una mano el culo y la otra los cojones.
Sí señor allí había material le desabroche el pantalón cayó al suelo lo levante a pulso y lo acerque a la mesa sin dejar de tragarme aquel rabo. resoplando me dijo que parar quería verme en pelotas.
Sonriendo me desabroche el pantalón y deje escapar mi verga, entonces abrió la boca y atrayendo lo amarre al pilón, no se imaginaba lo que le venía le empuje los veinte cm hasta más allá de su garganta me raspaba con los dientes pero trago y supe que estaba perdido, el mete y saca lo dejo sin aire y casi tosiendo pero no paré seguí más suave y el disfrutaba como un cabrón.
Como estaba con sus pantalones bajados me escupí en la mano y busque el agujero de su culo. Si un buen culo peludo y maduro listo para partir trato de protestar pero no le sirvió, dos dedos entraron en su estrecho agujero.
Empezó a moverse intentando protestar pero ya había encendido la mecha.
Apreté más fuerte y le di una palmada fuerte baje su calzoncillo y un peludo trasero saludo mi vista si este era mío, saqué mi rabo de garganta y lo cogí por el cullo de toro que tenia intentó zafarse pero no contaba con mi destreza para inmovilizar al enemigo.
Apreté su cuello y le hice perder el conocimiento. aparte los papeles escritorio y lo empuje. (el ruido de los motores en la nave hizo que nadie oyera el estruendo).
Afloje su corbata y desgarré su camisa unos buenos pectorales con algo de vello enmedio aparecieron la línea peluda bajaba por su abdomen fuerte aunque algo de grasa comenzaba a desdibujar los abdominales y toda la maraña se unía entre su polla y sus huevos.
Escupí en su agujero y en mi verga y la coloque en la entrada de su culo le di una pequeña hostia para despabilarlo y mientras que abría los ojos le tape la boca apreté a fondo y le clave el rabo hasta mis peludas pelotas trato de gritar pero ya estaba dentro le un puñetazo y le obligue a estar quieto las embestidas fueron ahora más duras aquel cabrón se merecía una buena tranca cada vez que intentaba decir algo le daba un revés que le hacía callar y volví a metérsela a fondo dejó de protestar y empecé a ver que se empalmaba de nuevo.
Aquel cabrón había encontrado el gusto y yo decidí llenarle de leche. la corrida le llego al estomago y yo seguí metiendo hasta que se corrió con unos gruñidos de macho vencido aún morcillona la saque de aquel agujero y le hice caer al se la puse en la boca y le obligue a limpiar a fondo ese cabrón no quería pero otra ostia le hizo colaborar.
El cabrón consiguió ponermela dura otra vez, me senté en su sillón y le dije que se desnudara arrancó lo que quedaba de su traje y se acercó le hice sentarse sobre mi polla empezó despacio pero agarrándole de los hombros se la metí hasta el fondo deje que siguiera el solo. Le retorcí los pezones y empecé a darle sonoras palmadas a aquel culazo acostumbrado a mandar después de un rato lo hice sacársela y lo puse a cuatro patas sí señor mi jefe iba a ser montado otra vez a pelo, faack!!!
otra vez hasta los cojones y el cabrón apretaba los dientes pero disfrutaba. Le dije:
-necesita más referencias jefe.
y trato de contestar le dije que solo moviera la cabeza si queria algo mas asintiendo se la saque del culo y se la acerque a su mandíbula la corrida le saltó a la cara y le obligue a chuparla hasta la última gota.
Eres un buen mamon, jefe, así que espero que a partir de ahora sabrás quien manda le di un buen azote en su castigado culo y asintió.
Firmamos el contrato con un buen sueldo y me asignó una buena ruta y como compañero le pedí que me mandara con el tipo cuadrado que había visto al llegar, casi dos metros de músculo embutidos en un sucio mono, abierto hasta casi el rabo esos pectorales peludos se merecían algo de atención.
Así lo hizo y el increíble Montana fue mi compañero aunque eso lo dejo para el siguiente relato.