Sumisa mujercita II
Mi hermano Juan había dicho que nos esperaba a que acabáramos de hacer de nuevo el amor.
Fran se había vuelto a correr dentro de mi y se recostó para reponerse del nuevo ejercicio.
Yo permanecía a su lado acariciándole el pecho y aferrado a mi primer amor.
Juan entró de nuevo en la habitación.
Se agacho a recoger mis bragas y me las tiro para que me las pusiera.
Bien hermanita espero que hayas disfrutado.
No pensaba que mi hermanito pudiera tener tan pronto su primera relación y menos que nos hayas tenido engañado tanto tiempo.
– Yo me puse a llorar de nuevo, la situación desde luego se me escapa y no sabia como actuaria mi hermano.
De nuevo mi hermano me paso la mano por la cabeza consolandome.
No pienso decírselo a nadie, este será nuestro secreto.
Tu has decidido convertirte en niña y yo os ayudare a que los dos hagáis realidad vuestro sueño.
Sinceramente la situación me excita tanto como a vosotros.
Yo sabía que un chico tan dulce como tu tenia que ser una chica, que no sabrías comportarte con una mujer porque de hecho lo has sido desde siempre.
A mi no se me escapaba tus miradas furtivas a mi pene.
Tu Fran, ni se te ocurra jugar con mi hermana.
Mientras vuestro amor sea sincero estaré a vuestro lado, que no me entere de nada raro respecto a ti.
No te preocupes Juan yo la quiero.
Me abraze a Juan dándole las gracias.
Juan me pidió que me vistiera, una niña como yo no debía estar en bragas delante de dos hombres.
Salimos a tomar algo antes de llevarnos a unos centros comerciales donde quería comprarme ropa.
Fuimos a una tienda de un amigo suyo del instituto y le explico el caso haciéndole prometer que no diría nada.
El nos miro y asintió con la cabeza.
Llevamos la compra a un apartamento que Juan utilizaba los fines de semana.
El siguiente fin de semana Juan les dijo a mis padres que me llevaba a mi y a Fran a su apartamento de la playa para que pudiéramos ligar con alguna piba.
Cuando llegamos Juan me hizo pasar a mi habitación para que me cambiara de ropa.
Me escogió un tanga blanco casi transparente y con unos bordados muy bonitos, una faldita a cuadros y una blusa blanca a juego también con el sujetador que relleno con algodón.
Me ayudó a maquillarme y me puso unas bambas de sport.
Escondió mi ropa de chico y me indico que me fuera a la cocina para prepararles algo de comida mientras ellos veían la tele.
Mis tareas eran las propias de una mujer y a ello me dedique aquel fin de semana.
Después de cenar Juan me alcanzó una caja de pastillas para que no quedase embarazada y me explico que debía tomar una cada dia.
Era un nuevo paso para que me creyera del todo mujer.
Me indico que me cambiara y me pusiera un camisón transparente y las braguitas puestas pues tenía ganas de ver como me quedaba.
Al salir con el camisón Fran se abrazo a mi subiendomelo y mostrando mi culito a Juan.
Fran empezó a besarme en la boca mientras su mano acariciaba mi culo.
Su lengua se mezclaba con la mía.
Me encantaba como besaba, nuestro beso duro mucho tiempo haciéndome ver las estrellas y provocandome una calentura.
No pude resistirme y mi mano se poso en su paquete por encima del pantalon.
La tenia muy dura.
Fran me cogió en brazos y me llevo a nuestro dormitorio.
Me tumbo en la cama mientras sus besos recorrían todo mi cuerpo.
Me despojó del camisón, llevando su mano a mi sexo.
Estas muy mojadita-espeto con una carcajada
Yo estaba completamente entregada a él.
Se sacó el miembro y con un gesto me pidió que se lo chupara.
Le cogí la verga y me la metí en la boca chupándola como si de un sabroso helado se tratara.
Mientras con la otra mano le acariciaba los cojones.
Mi boca se relamía en su polla, dándole un especial interés a su glande.
Era mi segunda mamada.
Fran disfrutaba con mi boca sin poder evitar algún que otro suspiro.
Estuve chupando un buen rato mientras Juan nos miraba.
Finalmente Fran descargó toda su leche en mi cara.
Me lleno de leche ordenando que me tragara las gotas que se deslizaban de mi rostro.
Me abrase de nuevo a él y a sí estuvimos un buen rato hasta que Juan le pidió a Fran permiso para que se la mamara a el tambien por lo caliente que le había puesto.
Fran accedió en agradecimiento a lo que había hecho por nosotros.
Me ordenó que me arrodillara ante Juan y le hiciese correr.
Juan fruto de la excitación no tardó mucho en venirse en mi cara.
Fran me llevó ante un espejo para que me contemplara toda llena de leche y los dos se reían diciendo lo puta que era.
Yo solo quería darles placer a los dos así que acepté gustosa aquella nueva humillación.
Esta putita necesita que se la follen Fran- Dijo Juan
Si, hoy le llenare de verga su coño. – Fran me miró.
Sabia ya como tenia que ponerme y así lo hice.
A Fran le gustaba quitarme las bragas, lo hacía con cariño.
Me las bajó poco a poco mostrando mi desnudez ante mi hermano.
Mi hermano asistiria de nuevo a mi apareamiento.
Fran me metió un dedo y luego otro dilatandome para poder acoger en mi interior su herramienta.
Metela tu- me dijo.
Cogí su polla torpemente debido a mi posición y la conduje hasta mi entrada.
Fran de un empujón me la metio toda provocandome un fuerte dolor.
Empezó a moverse dentro mío llevando su polla hasta mis entrañas.
La metia y la sacaba en su totalidad.
El estaba disfrutando como un degenerado.
Me estaba produciendo un gran dolor que controlaba esperando que Fran se vaciara rápidamente en mi pero deseando que su placer no decreciera.
Fran aumento los envites, me follaba cada vez más rápido echando todo el cuerpo encima. Juan se acercó a mí y pidiendo de nuevo permiso a Fran me indico que le volviera a mamar la polla.
Se la mame mientras Fran no disminuya sus penetraciones.
Me poseían dos pollas a la vez.
Sabía que me llenarian de leche las dos de un momento a otro. Fran espero hasta que Juan estuviera a punto para descargarse a la vez.
Venga zorrita chupa la polla como tu sabes me decía Fran, agradece a tu hermano lo que a hecho por mi putita.
Juan y Fran explotaron a la vez, llenándome de semen por los dos lados.
No pude aguantar mas y tambien me corri.
Recuerda hermanita que las mujeres siempre gozais con una polla en el coño.
Hoy tienes el cuerpo lleno de leche, disfrutala y siéntela en tu interior.
Fran y yo estábamos abrazados en la cama.
Fran seguía con su polla en mi interior marcando aún más su territorio.
Mientras me besaba la oreja me decía que era una perrita muy mala.
Me decía que era su perrita y solo debía disfrutar con su polla pero que al verme ensartada por dos grandes nabos me había corrido como nunca.
Me mandó a la cocina sin vestirme para que recogiera los platos.
Mientras hacía mis tareas el semen me salia de todos mis orificios.
Al dia siguiente Fran se levantó de mal humor.
Se enfadaba por todo.
No paraba de decir que no había dormido bien porque estuve toda la noche pegado a él.
Después se quejaba del desayuno y de que no hacía bien mi faena, que una chica sabía perfectamente cómo satisfacer y cual eran sus deberes.
Se pasó toda la mañana quejándose hasta que le conteste con un no seas pesado amor. Fran se puso furioso y dirigiéndose a mi hermano gritaba diciendo que no podía consentirlo. Juan le calmo susurrando algo en el oído que no llegue a entender.
Fran dejó de protestar y cogiéndome de la mano me hizo ponerme en sus rodillas me subió la falda y me bajó las bragas.
Juan le acercó un cinturón mientras yo gritaba preguntando que me iba hacer.
Fran empezó a pegarme con el cinturón.
Cada vez que el cinto se estrellaba en mi culo coloreando de un color rojizo, el me decía que una puta como yo no podía contestar, que estaba allí porque el me lo consentía y que no se me ocurriera nunca mas alzar la voz a no ser que fuera con su polla en el interior y para mostrar mi agradecimiento.
Fran me dejó hecha trizas, pensé que no podria reponerme ni volver a caminar.
Me levanto y me mandó a la cocina para seguir con mis tareas.
Juan dio un golpecito de aprobación en el hombro de Fran.
Poco después entró Fran en la cocina para explicarme porque se había enfadado y que eso merecía un castigo.
Que me tenia una sorpresa reservada.
Me llevo a la cama y me ató las manos y las piernas a los extremos.
Previamente me había desnudado dejándome la falda y las braguitas.
Al poco tiempo sonó el timbre de fuera de la casa.
No era normal porque estábamos casi solos en el edificio.
Juan hablo con alguien y pensé que se había marchado.
Al poco rato entro un viejete gordo en la habitacion.
hermanita este es Pedro mi casero.
Pedro venía a cobrar. Fran me levanto la falda y me arrancó las bragas mostrándole mi culo rojo.
Vaya zorrita tenemos aquí exclamó Pedro.
Fran porfavor dile que se vaya
No amor, no te hará nada, no te preocupes.
Pedro se acercó a mi, se sento y empezo a tocarme el culo.
Se sacó la polla y empezó a masturbarse sin dejar de tocarme.
El viejo estaba disfrutando.
Me vio como de reojo miraba su polla, era una polla no muy grande arrugada que me producía cierta repulsión junto al babeante viejo.
Vaya niñita tenemos aquí, me gusta verte el culo bien flagelado puta.
Me voy a correr en tu culo.
El viejo soltó su leche en mi culo y con su mano la restregó por todo mi culo dejándome su asqueroso olor a semen rancio.
Pedro se marchó cobrando el alquiler de aquel mes.
Fran se acercó a mi desatandome de la cama.
No me dejo limpiarme, decía que su zorrita tenia que oler a leche.
Me vestí y salimos a comprar.
Fran no me dejo llevar bragas.
Me sentía sucia y expuesta.
En el super en broma me subía la falda mostrando a unos viejos mi culo desnudo.
Al pasar junto a ellos me llamaron zorra.
¿Te gustaría que estos viejos te follaran?
No Fran por favor yo solo te quiero a ti
Me excite pensando en todo lo que había pasado la última semana.
Como de estar feliz en mi colegio había pasado a aprender el placer del sexo, como me descubrió mi hermano, como me follaron como lo que yo no creí ser, una mujer, como me llegue aquel ultimo dia a prostituir.
Y seguro que habría más.
Intenté comportarme como Fran quería pero claro eso era casi imposible.
Pero eso es ya otra historia.