Proveedor inesperado

Llegué del trabajo a media tarde, me di un rico baño, me perfumé y talquée.

Hacía un calor envolvente y por ello, encendí el clima artificial, me coloqué una pequeña toalla en la cintura y me dispuse a tomar una cerveza viendo una película porno gay, las escenas me calentaron al máximo, tomé mi segunda cerveza, pero al levantarme, la cabezota de mi verga salía por la abertura de la toalla, la tenía bien parada y con ganas de que llegara alguien en quien pensaba para que me diera una mamada premium, subiendo y bajando mi prepucio con los labios, engullendo mi glande que ya brillaba del precum.

En ese momento tocaron a la puerta, abrí, no reconocí al recién llegado, pero era un vendedor de algo, muy guapo, interesante, de muy buen ver y mejor tocar.

Le dije que no me interesaba comprar nada en ese momento y él insistió en que tenía disponibles todo tipo de libros, videos, CD y que abarcaba todos los temas hasta la clasificación XXX, mientras me decía esto, no retiraba la vista del tremendo bulto que hacía mi verga dentro de la toalla..

Lo invité a pasar y le ofrecí asiento mientras me disculpaba para ir a vestirme, entonces él me dijo que no era necesario, su voz se quebraba y entonces fue cuando vi su pantalón muy abultado en la entrepierna, ese cabrón se calentó con sólo verme excitado.

Ya con toda intención me senté frente a él y dejé que mi verga apareciera, le pedí que me mostrara su material y fue cuando me dijo: «Ahora no puedo hablar, usted me ha super calentado, sólo de ver esa cosota tengo ganas de masturbarme, discúlpeme»

¿Me permite pasar a su baño?

Yo le respondí que no era necesario, que si mi verga le calentaba podía tocarla mientras se masturbaba frente a mí….

Ni tardo ni perezoso se quitó el pantalón y al no usar calzones, saltó una tremenda verga venuda, cabezona, delgada pero muy larga, se arrodilló, empezó a chupar mi cabezota y en ese momento, giró la perilla de la puerta y entró mi primo Gabriel que comparte conmigo el departamento.

Como ya he contado en otros relatos, (Prueba superada), con él he tenido ya algunos momentos de placer, de delicioso placer, mi vendedor estrella se sobresaltó y yo le dije que no se preocupara, que todo quedaba en confianza.

Rápidamente, Gabriel se desnudó y empezó a darme su vergota en la boca, la tenía increíblemente dura, así me vi de pronto con una verga en la boca y con la mía dentro de la boca del vendedor.

Acto seguido, Gabriel empezó a darle lengua al canal que separaba las nalgas del vendedor, le introdujo parte de su lengua y luego dos dedos ensalivados, el puto vendedor se prendía más emocionado a mi verga y casi me hace vaciar mi preciosa, caliente, abundante y cremosa carga, pero lo retiré suavemente.

Gabriel aprovechó la situación, lo levantó por las axilas y le obligó a colocarse de espaldas sobre la alfombra, le levantó las piernas y le dejó ir de un golpe toda su inmensa tranca, el pobre vendedor daba chillidos de dolor al principio y luego de increíble placer.

Yo acerqué mi tranca a la boca de Gabriel quien me dio la mamada magistral que yo esperaba, le solté chorros y chorros de mecos en la garganta, él los deglutió emocionado, entornando los ojos, no sin seguir con el mete y saca que hacía feliz al vendedor.

Gabriel terminó convulsivamente llenado de mecos el intestino del visitante y luego éste, nuestro nuevo compañero sexual, me dijo que deseaba cogerme.

No me negué, por el contrario, me coloqué «de perrito», Gabriel me lamió el culo y luego el vendedor apuntó con su arma, Bruto, fue fenomenal la cogida que me dio, se movía rítmicamente, mi verga volvió a cobrar su erección y también la de Gabriel, que se acercó de nuevo a poner su gran verga en mi boca.

Los dos terminaron a la vez, fue así como esta deliciosa tarde de calor sofocante externo, terminó con un delicioso calor de sexo en mis dos cavidades ansiosas de hombre.

No compramos nada, el vendedor se duchó junto a nosotros y se marchó dejándonos su tarjeta de presentación por si alguna ocasión deseábamos tener una demostración de sus productos.