Papá y su niño I
Mi nombre es José, tengo 23 años y soy de Gran Canaria, una preciosa isla con un clima que siempre jugará un papel importante en mis relatos; soy de complexión atlética, no musculoso, mas bien marcadito, de tez morena, guapetón y de ojos verdes.
Siempre he sabido que soy gay y nunca lo he ocultado, pese a no tener pluma, mis amigos y familia lo saben, ya que soy muy liberal y no tengo nada que ocultar.
La historia que os voy a relatar me sucedió hará unos pocos años, no llegaba a los 20.
Todo empezó una tarde de verano, aquí en las islas, esas tardes son sumamente calurosas y húmedas, por lo que es conveniente no ir más que con la ropa justa y necesaria.
Era agosto, y serian las 4 de la tarde.
En casa nos encontrábamos mi padre y yo, ya que mi madre se había ido unos días a cuidar a mi abuela que no andaba muy bien de salud.
Como os decía era por la tarde, mi padre acaba de echarme una bronca monumental, como siempre, porque les había estropeado las vacaciones con mis suspensos en la carrera, y nos tuvimos que quedar en la ciudad para que yo pudiese presentarme a los exámenes.
Todo comenzó estando yo en mi habitación, después del enfado de mi padre, solo tenia ganas de relajarme, así que ojeaba una revista de chicos gays y me masturbaba con total tranquilidad cuando oigo que mi padre se acercaba a mi cuarto, de repente y de un salto, me enfundo los slips, no sin antes guardar la revista en mi mesilla de noche.
Claro está, después de estar un rato masturbándome mi erección era muy evidente, así que me puse de medio lado para que no se me notase, y fingí estar dormido.
Veo que se abre la puerta ya aparece mi padre, un hombre corpulento, no gordo, con poco vello y buen paquete, 1.84, moreno, muy atractivo y de 42 años por aquel entonces.
Tenia puesto el bañador, porque acababa de subir de la piscina de hacer unos largos para calmarse por el enfado.
Entonces oigo su voz que dice… «Pssss, José, estas despierto?» yo por supuesto no conteste, y el repitió… «nene, quería pedirte disculpas» -nene es la forma en que cariñosamente me llaman mis padres desde pequeño- yo seguía sin moverme. Noto que se acerca a mi y cierro los ojos. Se sienta a mi lado en la cama, y me acaricia el pelo mientras me pide perdón.
Entonces susurra… «hay que ver como has crecido, ya no eres mi niño».
En ese momento hace ademán de levantarse para irse, cuando yo, sin querer, separo un poco las piernas y ve el esplendor de mi paquete, aun duro. Se detiene y vuelve a sentarse.
Ahora estoy un poco boca arriba y el me pone su mano en el vientre, acariciándome como cualquier padre a su hijo, cuando noto que su mano baja peligrosamente hasta mi ombligo y comienza a pasarla con mucha suavidad sobre mi slip.
En un momento mete su fuerte y viril mano por debajo, y toma mi polla, la cual empieza a sobar no muy discretamente, se notaba que era la primera vez que lo hacia. Yo, para hacerme el sorprendido, ya que lo estaba, abro los ojos y le digo…
«Papá, que estas haciendo???»
y me responde muy seriamente…
«estoy comprobando como y lo bien que ha crecido mi niño»,
yo sonreí y le dije que efectivamente lo había hecho muy bien. El me sin mas dice…
«joder, nene, que pedazo de polla gastas. Ya no es aquella enana que te tocaba cuando eras un crio» y yo respondí muy rotundamente que no.
La cosa se puso muy tensa cuando me pregunto que cuanto me media. Jocosamente le dije que porque no lo comprobaba el mismo, a lo que sorprendido, acepto.
Me pidió que me quitase el slip, tomo de mi escritorio una regla de las que uso para los planos, y se dispuso a medirla.
En ese instante yo me sentí morir, pero no esperaba que fuese a pasar mas, cuando de pronto dice…
«nene, no se puede medir una polla en semierección, tendrás que ponerte cachondo»
No me hacia falta mucho para ponerme, pero mi tranca se disparo cuando veo que el se quita su pequeño bañador y dice…
«bueno, nos la mediremos juntos, quieres mi niño?
Yo presuroso le dije que si. En un instante ambas pollas estaban relucientes, grandes, venosas, la suya unos cm mayor que la mía, más curtida y apetecible.
El toma la regla y me mide, me dice que son 19 cm, cosa que yo ya sabia por supuesto, cuando va a colocársela junto a a su polla, le quito la regla, y se la mido yo… eran 23 cm de carne tiesa, firme, que golpeaba contra su estomago y no había manera de sujetar.
Sin mas, me dice…
«cariño, te gusta la polla de papi?»
a lo que rápidamente respondo que si.
«quieres jugar con ella?… vamos nene, hay confianza, soy tu padre y no tiene que avergonzarte o darte pudor, muchos padres lo hacen con sus hijos, es una manera de intimar. Eso si, no puede saberlo nunca mami, ok?»
Yo sin afirmar, me dirigí presuroso a meterme esos 23 hermosos cm en mi boca.
Mientras mi padre de un espasmo, casi levitaba en la cama, era la primera vez que se la mamaban, no un hombre, sino que se la mamaban ya que mi madre no era dada a esos juegos.
Mientras yo chupaba la polla de mi padre, el no hacia mas que gemir, y acariciarme el culo, diciendo una y otra vez…
«nene, sigue! Joder, como le chupas la polla a papá, no pares por favor!»
Yo seguía sus indicaciones, me comportaba como el hijo obediente que siempre he sido para todo, y hacia lo que mi padre me pedía, por supuesto es mi padre y tengo que hacerle caso en todo cuando me diga.
El que yo le dijese eso, que era suyo por completo, de su propiedad le excitaba aun mas, Su enorme polla estaba a punto de estallar, cuando me pide que no me mueva…
«nene, papi va a correrse, porque no te tragas su lechita? quieres ser un buen niño y hacerlo?»
Yo sin parar de mamar como nunca lo había hecho, chupe y chupe, hasta que un rio de esperma caliente me catapulto al cielo. Que placer!!! me estaba tragando lo que siempre había deseado, la leche de mi padre estaba en mi y a elle encantaba!!!
Le vacíe por completo, la chupe, lamí, trague y retorcí hasta que no quedo nada en su interior.
En ese momento, me dice…
» mi niñito ha hecho feliz a su papi, y ahora me toca hacerle feliz a el»
Sin pensarlo dos veces me empujo, dejándome boca arriba en la cama y me hizo la mamada mas bestial que jamas me han hecho, recorría con su lengua cada cm, subiendo y bajando, se tragaba mis huevos cargados de semen como si de una puta se tratase, me lamia el culo, recorriendo toda mi raja con su gran lengua una y otra vez, introduciéndomela y volviendo a sacarla… así un buen rato, no me lo podía creer, estaba follando con mi padre!! Llego el momento de correrme y se lo dije…
«papi, voy a correrme»
El no hizo ni un gesto para apartarse, lo que entendí como una señal de que quería que me corriese en su boca, como el había hecho anteriormente.
Y así lo hice, mi leche salia a borbotones, se le escurría por la comisura de los labios, no podía tragar mas, entonces le subí y le di un enorme beso, para compartir la leche.
Quedamos tumbados un rato besándonos, hasta que el teléfono sonó…
Era mi madre para decir que se quedaba unos días mas en casa de mi abuela, y eso lo agradecimos mi padre y yo muchísimo, pero… eso ya es otra historia!
Excelente relato 👍