Relatos eroticos dominacion

Dominación y sumisión sexual.

291 relatos

Indefensa y sometida I

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No se atrevía a mirar a Javier directo a los ojos, pero sus tetas que debido a su juventud parecían estar siempre erectas daban la impresión de  apuntar hacia él, lo cual la hizo sentirse apenada. Javier no desperdició el tiempo y se aferró a sus pezones, apretándolos y torciéndolos, Karina dejó escapar un gemido. Su entrepierna se calentó casi por inercia, y la joven sintió un ligero humedecimiento.

Por no fijarme

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Buá!, yo me puse a cien, en un momento no tenía pantalón para aguantar lo que tenía dentro... seguí haciendo las rayas... mientras ella me miró un buen rato seguido y yo pues me volví hacía ella un momento y, joder, vaya cara que vi... le había cambiado la cara un poco pero a mí me pareció muchísimo... joder, joder, estaba meando todavía, pero no estaba meando... estaba excitándose un montón mirándome... yo no supe qué decirla...me dijo:

Marcado y humillado

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Ni bien entro al baño, me dirigí al cuarto de servicio, en donde desplegué la tabla de planchar y comencé a planchar un pilón de ropa que yacía arrugada a mi lado. Aun no había finalizado mi tarea cuando sentí al amo salir de su ducha. Como no me dio ninguna orden seguí en concentrada en mi tarea.

El asalto

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Cuando Guille terminó su tarea el asaltante ya tenía la pija nuevamente lista para la batalla. Le palmeó la cabeza y lo felicitó. Lo hiciste muy bien, te vamos a invitar a la fiesta, ponete en cuatro patas en el piso, le dijo y me ordenó que le chupara el culo, cosa que rehusé tanto como pude.

En la playa

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El pelado ya estaba con su enorme pija erguida, roja y brillante, listo para seguir. Yo estaba destruida, pero tan satisfecha como no recordaba haber estado y apenas me podía mover. Igual me hizo poner en cuatro patas sobre la esterilla y me pasó saliva por el orificio de mi culito que, si bien no era virgen, no tenía demasiado uso.

Terrible verano I

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Dos gitanos de unos 18 y 20 años entraron corriendo y sin mediar palabra uno de ellos me dio un puñetazo en la cara que me tiró al suelo, me llevaron a rastras hasta un dormitorio donde había una cama de matrimonio, y me ataron las manos con unas cuerdas a la cabecera de la cama.

La búsqueda de la esclava Pilar

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Desde muy joven, Pilar descubre que tiene deseos de ser castigada. Inicia una serie de experiencias que la llevan por fin a encontrar la satisfacción, pero se desengaña. Decepcionada, por fin encuentra el amor de su vida y tiene las experiencias de sumisión más gratificantes de su vida.

Teléfono erótico V

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Lo había percibido en ella casi desde el principio, por eso su comportamiento había sido cuidadosamente misterioso, con clase y detenidamente estudiado, la inteligencia sería su mejor arma si estaba en lo cierto acerca de lo que intuía de ella, y estaba en lo cierto, los acontecimientos de ultima ahora se lo habían confirmado.

Esclavizándome

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Coge y ponte el camisón: era un camisón completamente transparente y muy corto, me llegaba a tapar justo las nalgas, no debes de llevar nada mas que eso puesto y en tu mano derecha el "tapaojos" y en la izquierda el regalo que abrirás arriba en casa, era una caja de cartón alta como la de una colonia.

La sorpresa de Josep

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Cuando llegue del trabajo me lleve una sorpresa, la casa estaba con la luz apagada y yo desde afuera no sabia si ella estaba dentro, cuando entre en la casa me lleve una sorpresa, ella estaba en el sofá esperándome, llevaba puesta una vestimenta que yo no había visto jamás, era alucinante toda extraña, unas botas de tacón de aguja, que le llegaba hasta la rodilla, unas medias negras cogidas por un corsé muy ceñido

Prostituida a la fuerza

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El no la sacaba y ella le había subido la falda y bajado las bragas en un segundo, y , obligándole a abrir las piernas, le estaba metiendo los dedos y chupándole su chocho mojado todo lo que podía, hasta que él gimió y se corrió en su boca (Laura jamás me había hecho nada parecido).

Metiéndome… nuevos esquemas

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Son las 2 de la tarde en pleno mes de mayo y hace un calor sofocante...¡Uf! No sé que tiene la primavera que me hace hervir la sangre y me altera más de lo que es habitual, y mi ex-cuñadito me acaba de dejar colgada, ¡con lo que me pone este niño!

Disfrutando a Zanahoria

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No quiero que todavía se quite su sujetador de seda roja. Una vez más, como todas, me sorprendo con su aspecto de diosa griega, ampulosos y elevados pechos, el ombligo más bello que jamás he visto con un aro dorado perforado, realmente excitante.

Princesa

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Mis sirvientas me untaron el pecho con exóticos aceites de sensuales fragancias antes de colocarme la camisa de seda; Alia se encargó de abrocharme los botones con sus suaves y delicados dientes mientras putita, echada en el suelo, me besaba las botas una y otra vez, como intentando recuperar todas las ocasiones en las que su aprisionada boca no había podido corresponderme.

Casando a Zanahoria

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Y mientras tanto yo hacía mis mayores esfuerzos para atender su juguetón clítoris mientras continuaba follándola. Se corrió como si no lo hubiese hecho nunca antes; quedé sorprendido de cuánto había podido resistir después de aquellas dos semanas...Le robé otro par de orgasmos antes de correrme.

Entrenando a Zanahoria

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Ella me había enseñado que podía mantenerse excitada (sin correrse) durante períodos de tiempo bastante largos pero en esos instantes no era capaz de controlar su propio cuerpo y Sheena era una experta comedora de coños; todas mis esclavas son capaces de hacer maravillas con sus lenguas.

Bienvenida Zanahoria

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El timbre sonó y Alf (más mayordomo que esclavo, tampoco me hacen ninguna gracia los hombres, aunque para alguna visita, para jugar con mis esclavas o como esclavo de Venus cumple con su papel) abrió la puerta. Era Jeff, un viejo amigo de papa y nuestro ginecólogo. Como amigo nuestro disfrutaba, en sus palabras, nuestro harén.

Conociendo a Zanahoria

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Al mismo tiempo en que volví a la mansión de mi primera juventud estaban viviendo allí sus cuatro esclavos; tres hembras realmente deseables y un macho de color (regalo de un amigo, a mi padre nunca le gustaron los hombres). Estaban confundidos sin su maestro y me recibieron como su sustituto. De esto hace ya dos años.

Una clase que le di a mi profesor que nunca podrá olvidar

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Le comenté que necesitaba un libro y él abrió una gaveta de su escritorio y me lo dio y justo en el momento en que su mano rozó la mía besó mi mano muy tiernamente, eso en lugar de molestarme me agradó (yo estaba ya bastante nerviosa y no dejaba de pensar en esa mirada que él me daba, aún era virgen pero siempre tuve la curiosidad de saber cómo sería el tener relaciones con alguien mayor, experimentado).

Habitación número 10

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Saca su verga y la apoya en mi culo, estoy todavía un poco nerviosa así que no soy capaz de abrirme, pero el empuja y poco a poco va metiendo más centímetros de su polla lo que me hace gemir y que mi coño no deje de babear pidiendo otra igual...

Gerardo, un hermano dominante IV

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Pero Laura tenía, a sus diecisiete años, una mano experta. Me ataron las manos a la espalda tras desnudarme, y mientras me comía el rabo de Gerardo, Laura me comía el coño, y tras provocar que estuviera lubricado, introdujo sus dedos. No pude evitarlo. Me follaba mientras me veía obligada a comerme el rabo de Gerardo.

Gerardo, un hermano dominante III

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Me bajó los pantalones de deporte y mi sexo quedó al descubierto. Entonces me acarició el conejo, húmedo por el sudor y alguna gotita de pis, pues no me había dejado limpiarme. Bajó su cara hasta mi conejo y tocó mi clítoris con la punta de su lengua. Miraba su cabeza al lado de mi sexo mientras aumentaba mi excitación.

Gerardo, un hermano dominante II

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Tuve que hacer cosas por mi hermano, como comprarle las revistas pornográficas. Los vendedores me miraban de una manera que me humillaba. Encontré uno en el que me despachaba una mujer. Gerardo se percató y desde entonces me obligaba a comprar revistas con un gran contenido en escenas de lesbianas. La mujer me miraba despreciativamente.

Gerardo, un hermano dominante I

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Un día, al exigirle que me dejara en paz, me respondió de manera impertinente, que me fuera preparando, pues le venía calentando desde hacía mucho tiempo y yo sabía que le calentaba, que ya se cobraría él la manera en que había estado jugando con él. Me dejó estupefacta.

Chantajeé a la amiga de mi amiga

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Mira a mi no me apetece ir a tu habitación (ella intuía lo que pretendía yo) a lo que le conteste :bueno la verdad que me da igual yo me voy pero quizás se entere nada mas que la vea pues la verdad que no se merece que le pase eso.

Hotel por una noche

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En la intimidad éramos diferentes, nos gustaba fantasear y los juegos eróticos, a el siempre le ha gustado que me ponga algo muy sexy para la cama, aunque al otro día me preocupo de esconder esa ropa, para que nuestra nana no la vea. Me moriría de vergüenza si ella chismoseara de aquello por ahí...enseguida lo sabría toda la ciudad.