Capítulo 2
- Mujer y sumisa I
- Mujer y sumisa II
- Mujer y sumisa III
- Mujer y sumisa IV
- Mujer y sumisa V
La dejé alzar la cabeza, viendo cómo puso su mano bajo su barbilla, para recoger la parte de mi corrida que no pudo retener en su boca, pero lo que más me gusto fue su cara de satisfacción, de excitación. Terminó de tragarse mi corrida, llevándose a la boca la que había recogido con sus manos, relamiéndose cuando lo hizo.
Así terminó el capítulo anterior…
-Gracias AMO, ha sido más de lo que cualquier mujer sumisa podría desear en su primera vez.
-Sal del coche PERRA, guíame por tu casa.
-Su casa SEÑOR, espero que a pesar de mi torpeza y desconocimiento, me acepte usted cómo su más servicial sumisa.
A pesar de cómo me acababa de decir, su desconocimiento, nada más bajarse del coche, se desabrochó la falda, dejándola caer por sus piernas y sin apartar su mirada, se desabrochó la blusa, quedándose solo con las medias, braguitas y zapatos. Rezumaba clase en todo lo que hacía, no corría, disfrutaba tanto cómo yo, cada movimiento, cada gesto.
– ¿Me sigue?
Cogí mi maleta y la seguí, me tenía intrigado la seguridad que había cogido desde que salimos del restaurante. El acceso de la cochera a la casa era por la cocina, pero no se detuvo, salimos a un recibidor grande, donde había varios sillones y una mesita con prensa y revistas. En ese momento me di cuenta de que realmente no sabía mucho de su vida privada, solo que era soltera, porque en todo momento habíamos hablado de deseos, de gustos, de formas de ser. La seguí a través de las escaleras que nos llevaron a otro recibidor pequeño donde se veían tres puertas, girando a la izquierda seguimos subiendo a otra planta, que daba directamente a su habitación, esta era amplia y tenía que ser muy luminosa, tenía unas grandes puertas de cristal que por lo que pude distinguir daban a una terraza. Se paró al llegar a la cama y se giró por primera vez en todo el recorrido.
– ¿Por qué has empezado por aquí?
-Porque si algo me excita es vestirme para usted, sentir su control aunque no estuviese, elegir mi ropa para que usted se sintiera orgulloso de mí. Cuando usted me escribió que le gustaba una sumisa elegante tanto en la forma cómo en el vestir, casi me corro y desde ese día he ido descartando lo que he pensado que no le iba a gustar, no lo he tirado, simplemente lo he puesto todo en una esquina del vestidor, por si dentro de lo que he descartado hay algo que a usted le guste.
Solté la maleta.
-Vamos al vestidor.
El vestidor no era muy grande, pero si muy bien organizado, todo lo que se veía a simple vista, eran faldas, blusas, camisetas, trajes de falda y chaqueta, abrigos y chaquetas, varias estanterías llenas de zapatos, todos de tacón, de todo tipo de altura, bajo las estanterías media docena de botas, un par de botines y cinco pares de zapatillas de deporte.
En una de las paredes había dos cajoneras grandes…
– ¿Le abro los cajones o desea hacerlo usted SEÑOR?
Me tuvo que ver la cara de satisfacción y de admiración, porque se le escapo una sonrisa, que aun la hacía más bella. Le sonreí y me dirigí a los cajones, en la primera cajonera todo era lencería, pude ver que había bastantes aun con la etiqueta, también había infinidad de medias. En la segunda cajonera todo lo que había eran mallas y top de deporte, ropa interior deportiva, donde si tenía tangas.
Se me anticipo…
-Los tangas los uso solo para el gimnasio SEÑOR.
-Jajajaja, por ahora los voy a dejar.
Me volví y en una esquina vi colgado todo lo que había apartado, pantalones vaqueros y de vestir, no muchos, sobre una de las estanterías, tangas y varios juegos de bragas y sujetadores beige, en el suelo varios zapatos planos, un par de botas y un puñado de calcetines tipo media y muy pocos pantys.
-Veo que no mentiste cuando me dijiste que eres más de falda que de pantalón, déjalos ahí, hay sitios donde lo apropiado es ir con vaqueros. La ropa interior y los zapatos o los tiras o los donas.
Estaba otra vez empalmado, normal, viéndola moverse, viendo ese culo.
-A la cama, ponte a cuatro patas cómo la PERRA que eres.
Puse mi maleta delante de ella en la cama, la abrí y saqué mi regla de cuero.
– ¿Qué has sentido cuando te has comido una polla por primera vez?, ¿Cuándo has sentido mi corrida en tu boca?, ¿Cuándo la has saboreado?
Mientras le hablaba me desnudé, cogiendo en la otra mano el mando del huevo.
-Deseo SEÑOR, lo deseaba desde que me ha besado en la estación, felicidad de gustarle…
No la dejé terminar, le di un azote fuerte con la regla, descolocándome su reacción y respuesta.
-Gracias SEÑOR, lo deseaba.
No le di más, solté la regla me subí a la cama, me acerqué a su oído…
-Voy a desvirgarte la otra parte de ti que aún es virgen PERRA.
-Lo deseo SEÑOR, quiero y deseo ser suya.
Puse el huevo a máxima velocidad, tiré el mando al suelo y colocándome de rodillas tras ella aparté la braga y se la metí en su culo de golpe, eran tantos los jugos que llevaba destilando, amén de las corridas que había tenido, que entró de golpe en un culo estrecho, aun así vi cómo se agarraba a las sábanas con fuerza y cómo se le escapó un grito de dolor, pero no tardó en recomponerse y empezar a gemir. Cuando noté que se había adaptado su culo a mi polla, empecé a entrar y salir con fuerza, la sacaba y la volvía a meter, ya no se quejaba solo gemía.
-Me voy a correrrrrrr, ¿puedooooo?
-Córrete PERRA, hazlo quiero sentirte.
Vaya si lo hizo, intentando no caer sobre la cama, para que no se le saliese mi polla de su culo, hincó la cabeza en la cama intentando ahogar sus gritos de placer. Lo del squirt se estaba convirtiendo en algo habitual, salió con tanta fuerza que con braga y todo su corrida chocaba en mis piernas y caía sobre la cama.
Estaba también a punto de correrme y seguí entrando y saliendo de ella, hasta que no pudiendo más me vacíe en su culo, a la vez que se volvía a correr con la misma intensidad.
Me salí dejándome caer junto a ella, que no se movió.
– ¿Puedo tumbarme SEÑOR?
Me sorprendió y me gustó, sobre estos detalles jamás habíamos hablado, además de que en ese sentido no soy tan estricto.
-Sácate el huevo antes PERRA.
Se metió la mano en su coño y lo sacó aun vibrando, pero cómo el mando estaba en el suelo, se lo quité de las manos y lo tiré, manchándome la mano de sus jugos, se la metí en la boca dejándomela limpia y terminando, relamiéndose. Miré la hora en el reloj que tenía en su mesita de noche, solo había una y vi que eran las doce de la noche pasadas. Estaba o estábamos cansados, pero por mi parte no tenía ni una pizca de sueño.
-No tengo sueño PERRA, pero si quieres dormir lo puedes hacer, aunque antes tendrás que cambiar la ropa de la cama, jajajaja y yo ducharme, que me has puesto perdido.
-Lo siento AMO, nunca me he corrido así, se lo aseguro -lo dijo poniéndose roja-, no tengo sueño, si le apetece se puede duchar mientras arreglo este desastre, jajajaja y nos podemos tomar una copa o lo que usted desee.
-Deja la cama ahora, vamos a la ducha.
Pegó un salto de la cama, me tendió la mano, la cual cogí y me guio a su baño, amplio, bañera independiente de la ducha. Se descalzó y entramos en la ducha, me gustó que no hiciera intención de quitarse nada.
Me lavó cada parte de mi cuerpo mientras lo besaba, hasta que la pare, me salí…
-Termina de ducharte, te espero en la habitación.
Cogí una toalla, había sido previsora cómo luego supe y había puesto una toalla para mí. Estaba poniéndome un pantalón corto y una camiseta, cuando apareció ella, preciosa, diosa y desnuda.
Se dirigió a una de las puertas de cristal y abriéndola…
-Podemos sentarnos aquí AMO, es mi sitio preferido de la casa.
Entre tras ella y me gustó mucho lo que vi, la terraza la tenía totalmente cerrada y acristalada. Dos sillones, uno sin uso, el otro sí que se notaba bastante usado, una mesa baja llena de libros y en un lateral tenía una repisa grande, con dos tazas, una tetera, una cafetera italiana muy nueva, varios vasos de cristal, una botella de ron y otra de ginebra Hendricks, me acuerdo de la marca porque desde ese día es la que bebo, una cubitera, una vitro de un solo fuego y debajo había un pequeño frigorífico.
– ¿Y todo esto?
-Es donde me relajo, donde…
-No me refiero a eso PERRA, me refiero a que hay cosas fuera de lugar, a que la cafetera es nueva, las bebidas sin abrir y del sillón ni te cuento.
-Espero que no se enfade por mi osadía AMO, pero quería que se sintiera cómodo.
– ¿Y todo esto lo has comprado por mí?
Poniéndose roja y bajando la cabeza por primera vez desde que llegamos a su casa.
-Si, desde que me dijo que venía, mi mayor deseo es que no desee irse y el jueves compré todo, hasta el sillón, que tuve que pagar un plus para que lo entregaran hoy.
-Tenemos que hablar, ve a ponerte algo.
No hacía frio, al revés estaba muy caldeada y la temperatura era muy agradable, quería ver hasta donde llegaba en su entrega.
-Me voy a poner una copa, tú quieres algo.
-Ron con limón AMO, en el frigorífico tiene tónicas y limones ya cortados y en el congelador hay una bolsa de hielo.
Se metió en la habitación mientras yo preparaba las copas, cuando me di la vuelta para dirigirme a los sillones con las copas en mis manos, casi se me caen. Estaba en la puerta, bragas y sujetador de encaje blanco con liguero a juego y unas medias blancas, transparentes con costura trasera negra y unos zapatos de tacón blancos con la punta negra. A pesar de mis dos corridas, me volví a empalmar, si no llega a ser por el cansancio, me la hubiese follado allí mismo.
-Ufffff, estas preciosa PERRA, siéntate, creo que tienes mucho que contarme.
-Gracias AMO, me hace feliz que le guste.
Nos sentamos, tuve que mover mi sillón nuevo para ponerme frente a ella.
-Es fallo mío, porque solo hemos hablado de tu sumisión, de Amo y sumisa, tampoco esperaba estar aquí hoy, así que háblame de ti, de la persona, porque me tienes descolocado.
– ¿Qué quiere saber?
-Todo, cómo si nos acabásemos de conocer.
-Jajajaja, de acuerdo.
-Me llamo Olga, tengo 41 años, soltera, gaditana pero llevo viviendo en Sevilla desde los 10 años, soy doctora especializada en ginecología, trabajo en el Virgen del Rocío y además abajo tengo mi consulta privada. He tenido varias parejas, al principio bien, pero con el tiempo me aburria, siempre decidía yo, siempre llevaba la voz cantante. A través de una amiga llego a mis manos un libro “El infierno de Gabriel” que resulto ser una trilogía la cual le puedo asegurar que me he leído mil veces, me hacía sentir viva, fantasear con encontrar alguien cómo él. Cometí varios errores y quise experimentar, siempre he tenido una mentalidad abierta, y me estrellé, solo encontraba gente que quería follar sin más, de hecho no disfrutaba, me sentía incomoda, no voy a decir que no llegase a correrme, pero jamás se la chupé a ninguno, que lo mismo si me hubiesen obligado lo hubiese hecho y disfrutado, pero era decirles que no y pasaban de intentarlo y analmente jamás me lo han pedido.
-Jajajaja, por eso pusiste “a ser posible cómo sumisa”
-Si AMO, precisamente por eso.
– ¿Y por qué yo?
-En su perfil pone que es protector, que le gusta cuidar de su sumisa, que no desea sesionar, que deseaba encontrar quien lo necesitase, quien supiese ser su sumisa y a la vez su pareja.
-Pone más cosas, pero si, eso lo he escrito yo.
-Para mí fue leer protector y mi mente irse a los libros, a mi deseo de sentirme protegida, cuidada, aunque no me hiciese falta, saber que lo estoy. Después en nuestras conversaciones, cuando usted se despedía, necesitaba más y no deseaba otra cosa que llegara la tarde noche para hablar con usted. Me fui descubriendo a través de sus palabras, me fui dando cuenta de que necesitaba ese control que usted ejercía sobre mí, desde el día que me dijo cómo le gusta que vista su sumisa, he vestido así, descarté el resto de vestuario, lo sentí cómo una orden, supongo que a través de sus palabras descubrí que necesito quien ponga orden en mi vida, que no es que mi vida sea desordenada, al revés demasiado ordenada y estructurada, pero aburrida. Leí más sobre sumisión y lo raro es que no me sonaba raro, es que yo soy así. Creo que a través de sus palabras me enamore de usted.
-Sabes que yo tengo diez años menos que tú, que para mí no es un problema…
-Ni para mí, cómo si tuviese 80, me he enamorado de su ser, de su mente, no de su edad ni de su físico.
-A parte de lo que leíste, había más, porque otra cosa no, pero siempre he sido claro contigo sobre mis gustos, mis deseos.
-Lo sé y deseo cumplir el más mínimo de sus deseos.
-Sacia mi curiosidad, ¿por qué has estado tan nerviosa en la calle y de repente te has mostrado tan segura al llegar aquí?
-Los nervios no eran por estar en la calle AMO, era por no fallarle, por gustarle y al entrar en mi casa o mejor dicho su casa si así usted lo desea, sé que usted estaba satisfecho, porque si no fuese así, ahora mismo estaríamos en un hotel y no aquí.
-Me gustas mucho, incluso antes de tenerte delante de mí, y no quiero engañarte ni mentirte, no puedo decir que te quiera o que este enamorado de ti, me he llevado más de un palo y quiero ir despacio, ver cómo nos va, no solo cómo Amo sumisa, sino cómo pareja.
-Lo sé y lo entiendo SEÑOR, pero hay reside mi seguridad, sé que a pesar de la edad, soy lo que usted desea, y no porque yo tenga que cambiar en nada, sino porque soy así, porque mi deseo es el mismo.
Solté mi copa, la cogí de la mano y la atraje hacia mí, haciendo que se sentara en mis rodillas la bese con pasión, mientras mis manos se perdían en sus pechos, sacándolos del sujetador. Pasaba de su boca a sus pechos, se los mordía, lamía, sintiendo su dureza en mi boca, a la vez que mi mano se perdía entre sus piernas, mis dedos entraban en un coño ya chorreante, hasta que sentí cómo se abrazaba fuertemente a mí, cómo busco mi boca con la suya, para correrse, para que sus gemidos se perdiesen en mi boca. Fue intensa, se quedó abrazada a mí, con la respiración agitada, temblando. Me levanté y llevándola de la mano, retiré la ropa de la cama, la tumbé, aparté su braga y llevando mi boca a su coño, empecé a lamer, chupar, morder, jugar con sus labios con su clitoris, hasta que noté cómo se volvía a tensar, cómo llevaba sus manos a mi cabeza y cómo se volvía a correr desmesuradamente en mi boca, no dándome tiempo casi a tragar. No deje que se recuperara, fui subiendo, besando cada milímetro de su piel, hasta llegar a su boca, que volví a besar a comer, me incorporé y poniendo sus piernas sobre mis hombres, la penetré por primera vez su coño.
-Ufffffff, me gustassss, PERRA, voy a correrme dentro de ti, ufffffff.
-Siiiii aggggg y yo AMO, quiero correrme con usted.
No hubo más palabras, solo gemidos, nos corrimos los dos a la vez. Me dejé caer a su lado, la abracé y nos quedamos dormidos…
CONTINUARA…
Esta historia es real, de hace muchos años, no de mi primera sumisa, pero sí de mi primera pareja durante…
Soy Amo, me encanta la dominación, me gusta tener, someter y humillar a parejas y a quien se quiera iniciar, necesitar un tutor o conocer este estilo de vida.
Mi Skype es ra_ul1967, mi correo ra_ul1967@hotmail.com y mi Telegram @Amo_Leo, hablo y respondo a todo el mundo, siempre que lo haga con respeto.